4 de febrero de 2010

El fascismo democrático toma el poder

TRIUNFO DEL PIÑEROCHETISMO EN CHILE

La historia política de Chile a partir del 11 de septiembre de 1973 ha marcado profundamente a la sociedad chilena. El triunfo de Sebastián Piñera en las últimas elecciones da muestra de este proceso. El fascismo no sólo aparece a través de Golpes de Estado en Latinoamérica, también tiene máscaras democráticas. Alan García en Perú, Álvaro Uribe en Colombia, Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires, y desde hace unos días Piñera en Chile.

Por Marcelo J. Levy

No hay que hurgar mucho para darse cuenta que el nuevo presidente chileno es un férreo admirador del dictador Augusto Pinochet. El pueblo de Chile se pregunta si el Gobierno de Sebastián Piñera será una derecha disfrazada de progresista o será el heredero de la dictadura de Augusto Pinochet.

Veamos algunas cuestiones que nos pueden ayudar a ir analizando el futuro político del país trasandino. Quienes gobernarán con Piñera serán integrantes de la Unión Democrática Independiente (UDI), partido creado por Jaime Guzmán a inicio de los 80, principal organización política que ha sido de oposición a la concertación y a Michelle Bachellet, y ahora será el principal partido de Gobierno. Asimismo, será partícipe de esta nueva gestión el Partido de Renovación Nacional (PRN), organización del propio Piñera. Dentro de la UDI existen figuras que tuvieron roles importantes en el Gobierno de Pinochet, como Pablo Longuera, actual senador; Hernán Büchi, quien fuera ministro de Hacienda y candidato presidencial; así como Patricia Mate, quien también fue ejecutiva en tiempos de Pinochet.

Los grupos económicos y financieros que surgieron en ese entonces, encabezados por personas como Carlos Alberto Delano, uno de los socios principales de la empresa Penta, fue creado a la par de la dictadura que se benefició de privatizaciones de empresas del Estado.

Por otra parte, y este es uno de los puntos centrales, el empresario Piñera es dueño de un canal de televisión, Chile Visión, estación actualmente privada, que fue originalmente de la Universidad de Chile, pero después fue vendido al grupo venezolano Cisneros, concesión que luego fue ofertada a Piñera a comienzos de los 2000.

Diversas fuentes periodísticas nacionales e internacionales ligadas al ámbito económico señalan que el flamante mandatario utilizo contactos, en la bolsa chilena, para subir de forma especulativa el valor de sus acciones de manera de poder cancelar todos los gastos que le ocasionó la campaña para alcanzar el sillón presidencial.

Los medios de prensa nacionales señalan que entre el viernes 15 y lunes 18, el 26,33% que Piñera posee en Lan, aumentó casi en 11 millones de dólares su valor bursátil. Si en su campaña, hubiese gastado 10 millones de dólares –el máximo que se le devolvería por ley electoral- significa que tuvo una ganancia cercana al millón de dólares. Eso, sólo en el fin de semana que pasó de candidato a Presidente electo. No es todo. Si hubiese vendido todo después de su triunfo en las urnas, habría recibido US$ 1.527 millones. Y sin pagar impuestos.

Al respecto, el semanario The Economist vocero del capital neoliberal, expresa que “hay tres razones para preocuparse por Piñera, destacado empresario. Lejos, la principal tiene que ver con su ética de negocios y potencial conflicto de intereses. Nadie duda de su impulso emprendedor, pero algunos cuestionan sus métodos. Ha sido multado por uso de información privilegiada; en otra ocasión fue acusado por opositores de utilizar su cargo como senador para defender sus intereses empresariales. Él sostiene que gran parte de sus bienes, entre éstos un canal de televisión y la participación mayoritaria en la línea aérea nacional de Chile, se puso en un fideicomiso ciego o que, si gana, venderá antes de asumir. No obstante, tendrá que asegurar a los chilenos que no es un Berlusconi; que va a gobernar en el interés de ellos, no en el propio”.

Luego uno de sus principales colaboradores y miembro de la extrema derecha (UDI), el senador Pablo Longueira manifestaba que Sebastián Piñera, en materia de negocios, tiene que cumplir lo que le dijo a los chilenos: que se va a deshacer de todo su paquete accionario de aquí al 11 de marzo. Lo importante es que cumpla lo que dijo, y mientras antes lo haga mejor, declaró.

Sin embargo el presidente electo, esta abocado a buscar todos los resquicios legales y estrategias diversas, para seguir manteniendo de forma encubierta el control de sus negocios. Pretender creer que Sebastián Piñera se va a deshacer de sus negocios, es una quimera, una gran mentira, que en su momento saldrán a la luz.

Ahora el curriculum o el prontuario económico del nuevo presidente electo de Chile, se ha caracterizado por mezclar en su vida los negocios y la política. Más conocido por sus grandes logros como empresario que por los que ha alcanzado como político, en el 2007 debutó en el listado de la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo con una fortuna estimada en más de 1.200 millones de dólares y que en la actualidad alcanzaría más de dos mil millones.

Piñera se autodenomina un emprendedor más que un empresario. Sin embargo, su forma de hacer negocios ha sido seriamente cuestionada en los medios empresariales chilenos, como en el propio mercado financiero, en especial en el transcurso de la campaña presidencial.

Sus primeros pasos los dio en el rubro inmobiliario en 1978 con la empresa Toltén, que fundó junto a Antonio Krell al regresar de Estados Unidos. La compañía se dedicaba a comprar terrenos baratos en los municipios de Peñalolén, La Florida y Macul, desarrollaban grandes proyectos que eran vendidos en sumas de dinero mucho mayores. La inmobiliaria Toltén fue vendida en dos millones de dólares, que fueron invertidos en una iniciativa de gran envergadura del mismo rubro, que quebró a causa de la recesión de 1982, en plena dictadura militar.

Posteriormente, diversificó sus inversiones y en los ochenta adquirió acciones de LAN y comenzó a participar en el área financiera. A principios de la década de los 80 estuvo en el Banco de Talca, desde donde salió a punto de ingresar a la cárcel. A Sebastián Piñera se le enjuició por la Ley General de Bancos como cómplice de fraudes contra la entidad financiera y sus accionistas minoritarios. Según la investigación, los involucrados habrían cursado préstamos del Banco para adquirir acciones de la entidad a nombre de ellos mismos. Si bien, Piñera nunca llegó a la cárcel, sí permaneció como prófugo de la justicia durante algunas semanas mientras se cursaba el recurso de amparo que, finalmente, fue acogido por este caso, exculpándolo de los hechos.

Uno de sus negocios más emblemático ha sido LAN, compañía por la que también se ha visto involucrado en problemas. En 2003 la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) lo multó por haber comprado acciones de la empresa con información privilegiada a raíz de su participación en el directorio.

Como señalaba anteriormente, Piñera ha incursionado también en el negocio de las comunicaciones. Hoy es dueño del canal de TV Chilevisión, que compró al grupo Claxon y que se había fundado como el canal de la Universidad de Chile. Junto con LAN y sus acciones en Colo Colo, son los únicos negocios que no fueron puestos en un fideicomiso privado, administrado por Celfín Capital y Larraín Vial entre otros, en abril de 2009 cuando comenzó la campaña presidencial. Sin embargo, Piñera ha señalado que antes de arribar en La Moneda “venderá su participación en ambas compañías”.

También posee el Parque Tantauco en Chiloé, una de sus inversiones más queridas. Piñera se adjudicó 118 mil hectáreas, que equivalen a un quinto del total de la superficie de la isla. Y pese a que el valor de la transacción nunca fue conocido se estima estuvo entre los seis y ocho millones de dólares.

El 11 de marzo de 2010 comenzará una etapa en la vida de Sebastián Piñera, quizás la más importante, como Presidente de Chile. La lupa de la Concertación y de todos quienes no votaron por él estará enfocada en su gestión de cuatro años, pero también de la Alianza por Chile, que espera revertir por más tiempo el más de medio siglo que tardo la derecha liberal en volver al Ejecutivo, ahora de la mano del pinochetismo.

Mientras tanto, en la Alianza por Chile (UDI-RN) se disputan los altos puestos de gobierno que deberán ocupar desde marzo próximo. La suerte está echada. Más de la mitad de la sociedad chilena apoyó este cambio (no tan profundo) de gobierno. Estaremos alerta cómo incide en la política a nivel continental, nuevas alianzas y nuevos enemigos.



Para recibir el Boletín Contracultural:
contracultural-subscribe@gruposyahoo.com.ar

No hay comentarios: