ELECCIONES LEGISLATIVAS: MASSA Y MOYANO LE DISCUTEN EL
PODER A CRISTINA FERNÁNDEZ
Cuando en el
gobierno ya se habían acostumbrado a la partida de Hugo Moyano, la decisión de
Sergio Massa de participar con su propio partido en la contienda electoral
significó un golpe durísimo. Lo que más les molesta de Massa no es que haya
decidido participar, sino que no vaya con el oficialismo. Con su actitud, el ex
militante de la UCD ha decretado una segura derrota electoral del gobierno, lo
que significa, en última instancia, la defunción del proyecto de la
recontrareelección de la Presidenta Fernández. Mientras transcurren estas
contiendas electorales, al gobierno se le presentan a diario otras batallas que
debe librar, y pese a que algunos agoreros mal intencionados ya hablan del “fin
de la etapa K”, el oficialismo no baja sus banderas ni abandona su tradicional
costumbre de avasallar todo lo que pueda avasallar. Pero en sus desgracias, que
las tiene y muchas, la culpa siempre es de los otros.
Por Marcelo R.
Pereyra
ENEMIGO ÍNTIMO
Hugo Moyano ya había partido lanzas. Decidido a apostarle
fuerte a su proyecto político, el camionero hace rato que viene construyendo su
imagen de líder de los opositores al gobierno. Muchos funcionarios lamentaron su
alejamiento de las filas oficiales: don Hugo, con su importante aparato
sindical, prestó importantes servicios al kirchnerismo en el pasado, por
ejemplo cuando bloqueó las plantas de impresión de los diarios Clarín y La
Nación. Sin embargo, la relación con la Presidenta se fracturó apenas el
sindicalista insinuó una ambición política al hablar en el último acto que
compartieron estando vivo todavía Néstor Kirchner.
Hay quienes afirman que don Néstor no le hubiese soltado
la mano al camionero. Son quienes tienen particular empeño en demostrar, aún
desde la oposición, que “con Néstor era otra cosa”. Como quiera que fuere, son
solo especulaciones que más que a rescatar la figura del ex Presidente tienden
a atacar a su viuda. Como quiera que sea, lo único cierto es que Cristina
Fernández se ganó un enemigo de fuste que se dispone a participar activamente
en las próximas elecciones legislativas. En esa línea, acaba de organizar un
paro de su sindicato y un acto en la plaza de Mayo donde le pegó duro al gobierno,
criticando los planes Trabajar -que los llamó Descansar-, la asignación
universal por hijo, las políticas para las economías regionales y la no
actualización del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias.
EL MASSASO
Para los que en el gobierno, lamentándolo o no, ya se
habían acostumbrado a la partida de Moyano, la decisión de Sergio Massa,
intendente de Tigre, de participar con su propio partido en la contienda
electoral significó un golpe durísimo. El ex militante de la UCD, ex director
de ANSES y ex jefe de gabinete del primer gobierno de la presidenta Fernández
ya había dado muestras de rebeldía, o de traición según los K, cuando en las
legislativas de 2009 presentó en su localidad una lista propia que encabezó su
mujer, Malena Galmarini de Massa, hija de Fernando Galmarini, ex secretario de
Deportes de Carlos Menem, ex funcionario de Eduardo Duhalde y acérrimo enemigo
de los K.
Lo que más molesta en el gobierno de Massa no es que vaya
solo, sino que no vaya con el oficialismo. Porque, misteriosa e
inexplicablemente, encabezaba todas las encuestas de imagen y una vez lanzada
su candidatura lidera todas las encuestas de intención de voto. Y no teniendo
el oficialismo un candidato mejor a la vista, con gusto le hubieran “perdonado”
sus deslices del pasado a cambio de que integrara la lista del Frente para la
Victoria. Ahora, en cambio, la decisión de Massa ha decretado una segura
derrota del gobierno que va más allá de perder algunos legisladores: significa,
en última instancia, la defunción del proyecto de la recontrareelección de la
Presidenta Fernández.
MIENTRAS
TANTO...
Mientras transcurren estas contiendas electorales, al
gobierno se le presentan a diario otras batallas que debe librar, y pese a que
algunos agoreros mal intencionados ya hablan del “fin de la etapa K”, el
oficialismo no baja sus banderas ni abandona su tradicional costumbre de
avasallar todo lo que pueda avasallar. En sus desgracias, que las tiene y
muchas, la culpa siempre es de los otros. Esto no es novedad en política: es
común que un gobernante culpabilice a sus predecesores; el problema aquí es que
los predecesores son los mismos.
Por ejemplo, ante el accidente de trenes en Castelar, que
les costó la vida a tres personas e hirió a más de trescientas, el ministro
Florencio Randazzo, titular de la cartera de Interior y Transporte, se defendió
diciendo que “no se puede solucionar en un año lo que no se solucionó en
cincuenta”. Se nota que no tuvo en cuenta que de esos cincuenta años los
últimos diez corresponden a la actual administración. Pero no importa, la
cuestión es tirar argumentos, no importa cuan desacertados o disparatados sean,
para tratar de explicar de cualquier forma los problemas irresueltos. Lo que
nunca debe hacer un funcionario es admitir su verdadera responsabilidad. Y
dicho sea de paso, en el tema de los transportes esa responsabilidad tiene
mucho, pero mucho, que ver con los negociados en la compra de material rodante
y en los subsidios a las empresas concesionarias. Los ex secretarios de
Transportes Jaime y Schiavi tienen mucho que ver al respecto.
El colmo de esta estrategia de nunca admitir las
responsabilidades propias y buscar hasta debajo de los muebles conspiradores
con intenciones políticas espurias, se dio la semana pasada, cuando el
ministerio de Randazzo hizo circular un video que demostraría la negligencia
del trabajador que conducía el tren que se estrelló contra otro en Castelar.
Así como el ex piquetero, al parecer devenido en petrolero, Luís D'Elía tuiteó
apenas conocido el accidente que era una maniobra (¿?) para perjudicar las
aspiraciones políticas de Randazzo, al difundirse el video por las redes
sociales muchos simpatizantes K se autoconvencieron de que, efectivamente, el
maquinista había decidido estrellar su tren contra el otro y herir y matar
personas porque el secretario general de su gremio, La Fraternidad, Omar
Maturano, está peleado con el gobierno.
Estos dislates son indicativos de lo agonístico y
maniqueo que tiene el pensamiento K en su concepción de la práctica y el
pensamiento políticos. No son manotazos de ahogado frente a un inminente fin de
ciclo. Está en su ADN desde hace mucho tiempo, incluso hasta desde antes que
llegaran al poder Néstor y Cristina. Aunque ninguno de los dos lo sepa.
REVISTA CONTRACULTURAL
Para recibir el Boletín Contracultural:
contracultural-subscribe@gruposyahoo.com.ar
Para recibir el Boletín Contracultural:
contracultural-subscribe@gruposyahoo.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario