9 de diciembre de 2013

Una crítica ecoperonista al tecno-progresismos actual, o hacia un giro a la reevolución mental del siglo XXI (III)



DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE
Antes de morir Perón nos dejó como testamento su manifiesto verde, y su “revolución mental” anticolonialista: Debemos transformar a las ciudades cárceles del presente en las ciudades jardines del futuro”, escribió. El enrejamiento de parques y plazas en Buenos Aires es crecientemente alarmante, y ante la amenaza del próximo enrejamiento del histórico Parque Lezama, lugar que simboliza la primera resistencia y victoria de nuestros heroicos pueblos originarios: Kerandíes, Chana-Timbúes, Charrúas, y Guaraníes, contra la invasión imperialista y genocida foránea, en 1536, tendremos un festival artístico y poético de la FLIA (Feria del Libro Independiente Autogestiva), el 14 y 15 de diciembre próximo. Todo esto y mucho más en esta tercera y última parte de esta nota ecoperonista que mira al futuro re-evolucionaria-mente. 

Por Xuan Pablo González

No al enrejamiento de parques, y la militarización de nuestras ciudades-cárceles, con el “chamuyo” de la inseguridad 

Decía lúcidamente el General: “Debemos transformar a las ciudades cárceles del presente en las ciudades jardines del futuro”. El radicalismo De la Rúa en el pasado, y el PRO de Macri en el presente, parecen haber estado haciendo lo contrario. Con la  excusa de la inseguridad, nuestras ciudades son cada vez menos jardines, tienen cada vez más barrotes de hierro y más muros de cemento y más alambres de púa, y menos árboles y espacios verdes, y menos futuro, y son cada vez más ciudades-cárceles militarizadas, rellenas de policías y vigi-cámaras como si fuéramos todos delincuentes (y hasta los nuevos patrulleros con su súperparagolpes nos recuerdan a las pelis de Hollywood futuristas-apocalípticas, tipo Mad Max). Ciudades-cementerios sin futuro. Si hasta Hebe de Bonaffini y las Madres de Plaza de Mayo que apoyan al actual gobierno, reconocen abiertamente que lo de la inseguridad tiene mucho y demasiado de chamuyo, ya que “más policías no es más seguridad” (Bonafini). “+ POLICÍA = + DELINCUENCIA” dice también una pintada de Lomas de Zamora, barrio kirchnerista.

El enrejamiento de parques y plazas en Buenos Aires es crecientemente alarmante, y ante la amenaza del próximo enrejamiento del histórico Parque Lezama, lugar que simboliza la primera resistencia y victoria de nuestros heroicos pueblos originarios: Kerandíes, Chana-Timbúes, Charrúas, y Guaraníes, contra la invasión imperialista y genocida foránea, en 1536, tendremos un festival artístico y poético de la FLIA (Feria del Libro Independiente Autogestiva), el 14 y 15 de diciembre próximo.  

Y volviendo al tema de la inseguridad: decía el filósofo francés Michel Foucault, en una entrevista de 1975, que “la clase en el poder obtiene un gigantesco beneficio económico y político” con el chamuyo de “la inseguridad”, ya que cuanto más pobreza y desigualdad social producida por el capitalismo, hay más delincuentes, y “cuanto más delincuentes haya, mejor acepta la población los controles policiales” (Foucault). “Todo el mundo sabe que las leyes están hechas por unos e impuestas a otros”, decía también el filósofo francés, y que “sólo una ficción puede hacer creer que las leyes están hechas para ser respetadas”, ya que “la ilegalidad no es un accidente, una imperfección más o menos inevitable, sino un elemento absolutamente positivo del funcionamiento social, previsto en la estrategia general de la sociedad” (Foucault). Dentro de esa estrategia capitalista “la prisión es un instrumento de reclutamiento para el ejército de delincuentes” (Foucault). En el tablero de ajedrez social del Nuevo Orden Mundial, los pequeños delincuentes son “los pequeños peones que se colocan y mantienen en las casillas peligrosas”, mientras “Las grandes ganancias tienen vía libre” (Foucault), así como los reyes-ladrones-narcos-asesinos de la delincuencia multimillonaria mundial. 

“La ciudad como cárcel”, sigue vigente en esta era tecno-electrónica, decía Eduardo Galeano en 1991, donde “quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo”. “Preso en mi ciudad” cantaban los Redondos.

Pero la militarización de nuestras ciudades-cárceles se da no sólo acá en Argentina, Chile, Paraguay y Brasil, sino en todo el  mundo. Desde Europa, Kempf nos dice frente al incremento de las protestas populares, la oligarquía tiende a ir hacia una dirección cada vez más autoritaria, represiva, militar. Esto es así en Francia, en Italia, en Inglaterra, en Estados Unidos, en Canadá. En cada uno de esos países hemos visto el desarrollo impresionante de las tecnologías policiales (cámaras de vigilancia, ficheros, etc.). Enfrentamos un peligro doble: no sólo que la democracia se dirija hacia la oligarquía sino, también, que la oligarquía, el capitalismo, entren en una fase autoritaria insistiendo en temas como la xenofobia, la inseguridad o la rivalidad entre las naciones. La oligarquía no quiere adoptar medidas para paliar la crisis ecológica o disminuir las desigualdades. No. Lo que la oligarquía quiere es conservar sus privilegios fundamentales. Es una oligarquía destructora. Creo que no entiende la gravedad de la situación. En vez de evolucionar, la oligarquía es cada vez más reaccionaria” (Kempf). 

Por otro lado también el General se oponía a la toxicidad de los remedios, y en casos como las pastillas anticonceptivas que recetan desde hace años el esterilizante y castrador Nuevo Orden Mundial, desde las fundaciones supercapitalistas como Rockefeller, bajo el manto de defender el feminismo: “Lo que no debe aceptarse es que la política demográfica esté basada en la acción de píldoras que ponen en peligro la salud de quienes la toman o de sus descendientes” (Perón). 

Los Rockefeller de Chevron y sus socios megarricos tienen planes de “esterilización masiva” como han denunciado entre otros Adolfo Pérez Esquivel. Y “bajo el pretexto de reducir los nacimientos se lleva al genocidio a muchos pueblos pobres” (Pérez Esquivel). 

La contaminación medioambental como problema política o el ecogenocidio: una nueva forma de eliminar a los pobres del mundo 

“Una forma de concebir la pobreza en términos que no fueran monetarios consistiría en hacer una descripción de sus condiciones medioambientales de existencia”, escribe Kempf, autor recomendado, repetimos, por Chávez, que también fue seguidor de muchas ideas de Perón. “La degradación de la biosfera generada por este modelo se traduce en consecuencias que pesan en primer lugar sobre los más pobres”, asegura Kempf.

Que los megarricos apoyen algunas políticas y medidas ecologistas, mientras por otro lado destruyen el medioambiente, no es nada contradictorio si recordamos las palabras del Comité Invisible: “La ecología no sólo es la lógica de la economía total, también la nueva moral del Capital”, o sea que “No sería posible, sin la ecología, justificar la existencia actual de dos redes de alimentación, una ‘sana y biológica’ para los ricos y sus hijos, otra notablemente tóxica para la plebe y sus retoños, destinados a la obesidad” (Comité Invisible).   

O sea que los hiperricos viven en sus mansiones o reservas ecológicas hechas a medida” (Soledad Barruti), comiendo alimentos orgánicos y bebiendo agua pura de manantiales. Y arreglan con algún gobierno corrupto, para vivir dentro de algún Parque Nacional, tener lago propio, y para usurparles tierras a los pueblos originarios, y desalojarlos de sus tierras ancestrales. Del otro lado, los ultrapobres viven entre la basura y los desechos radiactivos de ríos y ciudades que vomitan muerte, comiendo comida basura transgénica, saborizada artificialmente con varios tóxicos, llena de agrotóxicos y pesticidas, y bebiendo aguas contaminadas con plomo, flúor, uranio, aluminio, bario y otros venenos. A los que viven en las ciudades-cárceles actuales, los espacios verdes les están vedados por alambrados, rejas, o muros. A los que viven en el monte: los bosques quedan pelados llenos de monocultivos transgénicos. Y a la vez en general no les cuentan que por ejemplo “en América Latina mueren 22 hectáreas de bosque por minuto, en su mayoría sacrificadas por las empresas que producen carne o madera, en gran escala, para el consumo ajeno” (Galeano).  

A la vez la contaminación ambiental, los agrotóxicos y los transgénicos, están asociados al cáncer y otras enfermedades, generándose “un círculo vicioso” como dice María Ángeles Duran de la UNESCO. Las clases bajas que viven en ambientes envenenados y comen comida chatarra  se enferman, pierden sus trabajos, y se vuelven más pobres, “y tienen menos posibilidades de comprar en el mercado de cuidado lo que necesitan” (Durán).   

Para quienes todavía quieran negar la imagen de Estados Unidos como el Imperio Romano decadente de estos tiempos (y pese a su fachada feliz de plástico y cartón y realidad virtual a lo Hoollywood o McDonalds, el american way of life, “fundado en el privilegio del despilfarro” (Galeano), tengan en cuenta que “Estados Unidos utiliza más recursos que todo el planeta unido y fue pionero en eso de expulsar a los campesinos y pequeños productores a fin de abrirles paso a las grandes corporaciones agroindustriales” (Barruti). A la vez “los Estados Unidos consumen casi la mitad de drogas tranquilizantes que se venden en el planeta” (Eduardo Galeano).  

Y los números nos dicen que hoy, la humanidad (o al menos los oligarcas megarricos) y su modelo neocapitalista de hiperrderroche: “consume más recursos que los que puede producir el planeta” (Kempf).

Por otro lado el podio de los países más contaminantes lo lidera obviamente Yanquilandia, y después vienen la Comunidad Europea, y China ahí compitiendo por el segundo y tercer puesto.  

La Humanidad con su economía expansiva está caminando hacia su propia destrucción, dice hoy Kempf, recordando como en ecos el Mensaje… ecoperonista del 72. 

Oídos sordos a los mensajes ecoperonistas 

Los propios peronistas hicieron oídos sordos a las palabras ecologistas de su conductor, como dice el ¿ecoperonista? Pino Solanas: “el “Mensaje” pasó inadvertido o fue desvalorizado por sectores políticos y académicos e incluso por gran parte de su movimiento… A inicios de los años 70´ recién comenzaba a esbozarse lo que décadas más tarde sería la conciencia ambiental. Nuestra generación estaba lejos de comprender la importancia de estos temas: eran los tiempos de la dictadura militar de Lanusse, con cárceles colmadas de presos políticos y huelgas, movilizaciones y acciones violentas que se le oponían. Preocupados por la resistencia argentina, no entendíamos por qué Perón insistía con el tema ambiental; costaba comprender que la humanidad estaba entrando en la era de su auto destrucción, al degradar la naturaleza y contaminar el aire, el agua y la tierra” (Solanas). Pasaron cuarenta años, y el grueso del peronismo actual, no parece todavía haber entendido ni medio las palabras del General, cuyo “legado doctrinario”, según Solanas “fue perversamente desvirtuado y los dirigentes del pejotismo protagonizaron la mayor traición de la política argentina del siglo XX: ejecutaron, invocando ese nombre, el proyecto neoliberal de sus enemigos históricos. Pero el protagonista de la traición y la impostura no fue solamente Menem: a pesar de contar con mayorías parlamentarias suficientes para cambiar las principales leyes del período menemista, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner no las derogaron y el modelo de endeudamiento externo y predominio del sistema financiero, de las privatizaciones del petróleo y la megaminería, la exportación de granos y los servicios públicos; continúan vigentes”. 

Como dice Kempf, “muchos políticos son parte de la oligarquía y defienden los intereses del capitalismo”. Aunque, como el actual gobierno nacional, se muestre como populista, mantiene una política en buena parte neoliberal y oligárquica, y defiende a las multinacionales vampiras que agreden a nuestra Pachamama y al pueblo argentino, pese a las advertencias de presidentes latinoamericanos vecinos como Correa, Chávez, y Evo Morales, y al mismo padre del peronismo, don Juan Domingo.

Kempf dice que muchas veces salta a la luz que vivimos en una ficción democrática, donde el bienestar del pueblo –y de la Naturaleza- queda en último lugar porque primero están las ganancias de los megamillonarios: “Nuestros sistemas no pueden llamarse más democracia, porque la potencia financiera detenta un poder desmedido. La autoridad pública está en manos del sistema financiero. Los poderes públicos nunca tomarán una decisión que perjudique a los intereses económicos, a los intereses de la oligarquía financiera. Debemos aceptar la idea de que quienes tienen las riendas del poder político del Estado no toman decisiones en beneficio del interés general. Sus decisiones pueden ir en contra del interés público” (Kempf). 

La Revolución Mental del Siglo XXI: el ecoperonismo-kuscheano-zapatista 

Perón nos llamaba a la revolución del futuro: la mental. Una mente que antes que con la computadora, el celular, la televisión y la tecnología, tiene que conectarse con la Naturaleza, nuestra naturaleza interna y externa.

Para Rulli el ecoperonismo kuscheano es el camino, que podríamos decir posibilitaría un cambio del ser (mentalidad europea) al estar (cosmovisión de los pueblos indígenas): “Que alguien nos pruebe que estos pensamientos surgidos de la más auténtica entraña de las experiencias peronistas, no son acaso un antecedente extraordinario y sorprendente de las proclamas zapatistas que, con sus pasamontañas y sus armas empeñadas en no dispararse, más de treinta años después, sorprendieron y movilizaron a las juventudes latinoamericanas”. 

Rulli sugiere entonces que la revolución mental del ecoperonismo, hoy sería kuscheana y zapatista, esto es indianista, pachamámica. Escuchando a nuestros sabios pueblos originarios. Y en medio de lo que los mayas neozapatistas llamaron la Cuarta Guerra Mundial, la actual que se libra contra el género humano, Perón nos sigue llamando, no sólo al pueblo argentino, sino a toda la  Humanidad a ponerse “en pie de guerra en defensa de sí misma”. 

El sueño apocalíptico de la oligarquía planetaria 

Kempf dice que la secta de los multimillonarios, no cuidan el equilibrio ecológico porque en realidad “aspiran a la exacerbación, el desorden, juegan a acercarse cada vez más al límite invisible del volcán… la tentación de la catástrofe ronda en el cerebro de los dirigentes”. Y Hollywood y sus megaproducciones nos lo demuestran a diario: el sueño americano hoy, es catastrófico y apocalíptico. Basta ver sus películas tipo 2012, o Guerra Mundial Z.

El capitalismo es una “religión de la destrucción”, como dijo el filósofo Walter Benjamin. Y “la violencia” es “el núcleo del proceso que funda la sociedad de consumo”, como aseguró otro filósofo europeo, Jean Baudrillard.  

No hay opciones, como nos decía Perón. Y si no presionamos a nuestros políticos para que cambien las cosas de este modelo neocapitalista de hiperderroche y destrucción, contra la Pachamama y la humanidad, la situación mundial llevará a “el caos o la guerra nuclear” (Kempf). 

¿Ciencia-ficción ecoperonista? 

Rubén Morales, psicólogo y profesor universitario, peronista y ufólogo de larga data (incluso conoció a los científicos y ufólogos más destacados del siglo XX, que trabajaron para la NASA: el francés Jaques Vallée y el gringo Allen Hynek, que asesoraron a Steven Spielberg en sus primeras películas sobre el tema ovnis: Encuentros cercanos del tercer tipo), cuenta que hay testimonios de que Perón también creía en los ovnis y en otras formas de vida extraterrestre. 

Veamos este párrafo peronista del Mensaje… de 1972: “En los centros de más alta tecnología se anuncia entre otras maravillas, que pronto la ropa se cortará con rayos láser y que las amas de casa harán compras por televisión y las pagarán mediante sistemas electrónicos. La separación dentro de la humanidad se está agudizando de modo tan visible que parece que estuviera constituida por más de una especie”.  Por un lado lo de las compras por televisión (y por computadoras) es un hecho que no es ciencia ficción sino que se volvió realidad, como vaticinaba el General, hace más de quince años. Por otro lado subrayamos esa frase enigmática, donde dice que “la humanidad parece que estuviera constituida por más de una especie”. Perón acaso creía como han sugerido varios contactados y ufólogos, que hay “marcianos entre la gente”, como cantaba Andrés Calamaro de la mano de Fabio Zerpa, hace algunos años. Y esto quizás no sea para tomar a la ligera, ya que el tema más allá de lo “chistoso” del marcianito enanito verde de Hollywood, puede dar para muchas teorías y conclusiones serias y muy interesantes (como las de Vallée y el psiquiatra Carl Jung, entre otros “científicos respetables”), en las que quizás creía el propio Perón, que nos hablaba de que revolucionemos nuestras mentes, lo cual implica abrirnos a concepciones e interpretaciones nuevas de la realidad y de los hechos y eventos que suceden en nuestros tiempos dinámicos posthistóricos. Y quizás, decíamos, Perón creía en los interdimensionales Ellos de los que hablaba el mismo geólogo y escritor peronista Héctor G. Oesterheld, en El Eternauta (1957-1959), apropiado y puesto de moda por el propio gobierno kirchnerista actual. Oesterheld escribió sobre “los Ellos… los directores de todo… la cabeza directiva de la invasión”, dirigiendo a “los manos” (los políticos-economistas) y a los “gurbos” (los militares) asociados a la sinarquía internacional imperialista, manejada por logias y familias masónicas y oligarcas conocidas como los Illuminatti o Los Iluminados, como por ejemplo denuncian actualmente escritores como el inglés David Icke, o el citado norteamericano Springmeier, entre otros, coincidiendo en muchas cosas con el mismo Perón.

Al respecto no deja de ser curioso que en uno de los últimos juegos de la empresa Google (que vimos pertenecería a los Rothschild), el promocionado “Ingress” (lo ha promocionado hasta el oficialista canal 7), encuentra dos grandes bandos: Los Iluminados, y La Resistencia. O sea según términos ecoperonistas, tenemos a la oligarquía imperialista o la sinarquía internacional, o los Ellos (Los Iluminados), y del otro lado a la humanidad y sus pueblos, o a nosotros (La Resistencia).    

“Era como salir de una pesadilla que vivíamos dentro de otra… ¡Han sido Ellos quienes, en estos momentos están cosechando los frutos de la supertrampa que han tendido a la humanidad!” escribía Oesterheld en El Eternauta. Y no podemos olvidar que por escribir sus grandes historias “fantasiosas”, fue que lo secuestraron, desaparecieron y asesinaron en 1977, los militares argentinos en complicidad con la CIA, el FMI, y empresas transnacionales como la Esso-Standard Oil-Chevron, la Shell, ITT, la Siemens, y la Ford y otras automotrices como denunció Walsh antes de que lo asesinaran-desaparecieran también. Como una pesadilla dentro de otra pesadilla…que continúa vigente hasta nuestros días. Y hasta que despertemos de una vez como Humanidad, y nos pongamos en pie de guerra en defensa de nosotros y nosotras mismos. 

Bibliografía Básica: Juan D. Perón, Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del Mundo. Julio Cortázar, Fantomas contra los vampiros multinacionales. Héctor Germán Oesterheld/ Solano López, El Eternauta. Eduardo Galeano, Ser como ellos y otros artículos. Roger-Pol Droit, Entrevistas con Michel Foucault. Hervé Kempf, Cómo los ricos destruyen el planeta. Rodolfo Walsh, Carta abierta de un escritor a la Junta Militar. David Icke, Y la verdad los hará libres. 

(FIN DE LA TERCERA PARTE)


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