6 de febrero de 2014

El dinero mueve montañas, pero también compra memoria



ACERCA DE LA PROBABLE DISOLUCIÓN DEL INSTITUTO ESPACIO PARA LA MEMORIA 

El Instituto Espacio para la Memoria fue creado en 2002 en  la ciudad de Buenos Aires para resguardar espacios físicos relacionados con los actos atroces contra los derechos humanos llevados a cabo la dictadura de 1976-1983, y como forma de mantener viva la memoria sobre el Terrorismo de Estado. Ahora los gobiernos de la ciudad y de la nación se han puesto de acuerdo para desmantelarlo parcialmente y para recortarle su autarquía y autonomía política. Detrás de este reordenamiento funcional y edilicio se sospecha la existencia de negociados inmobiliarios. 

Por Soledad Marquez 

El problema 

¿Cuánto dinero hay en juego? ¿Se puede poner precio a la Memoria y a los sitios donde fueron torturados y asesinados cientos de militantes populares que buscaban transformar la vida de los argentinos hacia una sociedad más justa e igualitaria?Estas son algunas de las primeras preguntas que sobrevivientes de los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio que funcionaron en la Ciudad de Buenos Aires durante la última dictadura cívico-militar se hacen desde los primeros días de enero de 2014.

Cuando por las redes sociales comenzó a circular la versión de un acuerdo entre el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el de la Nación para disolver el Instituto Espacio para la Memoria (IEM), como instancia de autonomía y confluencia del movimiento popular con ámbitos estatales, y trasladar todos los edificios bajo la guarda y gestión del IEM a la esfera nacional, distintos actores del ámbito de Derechos Humanos denunciaron sus consecuencias. Pero antes de mencionar dos de ellas, primero ¿qué es el Instituto Espacio para la Memoria?

Es una institución creada por la Ley 961 de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es el resultado de la lucha histórica por Memoria, Verdad y Justicia, y también, entre otras expresiones, contra el intento menemista de lotear la ESMA y demoler sus edificios históricos.

Desde su puesta en funcionamiento, su Consejo Directivo integrado por organismos de Derechos Humanos, representantes de la Legislatura porteña, representantes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y personalidades destacadas de la defensa de Derechos Humanos, como Adolfo Pérez Esquivel, Stella Calloni, Beinusz Schmukler, Lita Stantic, Ana María Careaga y Víctor Basterra, han llevado adelante la misión y función para la cual fue concebido: “el resguardo y transmisión de la memoria e historia de los hechos ocurridos durante el Terrorismo de Estado, de los años '70 e inicios de los '80 hasta la recuperación del estado de Derecho, así como los antecedentes, etapas posteriores y consecuencias, con el objeto de promover la profundización del sistema democrático, la consolidación de los derechos humanos y la prevalencia de los valores solidarios de la vida, la libertad y la dignidad humana”[1].

Y entre sus atribuciones tiene la de recuperar los predios o lugares en la ciudad donde hubieran funcionado Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio o hubieran ocurrido otros acontecimientos emblemáticos de la época, promoviendo su integración a la memoria urbana. 

Primera consecuencia preocupante 

Si se concreta el traspaso, el IEM dejaría de ser autónomo. En un comunicado, el Consejo Directivo del Instituto Espacio para la Memoria explica que “su fundación implicó gestar una experiencia de nuevo tipo: impulsar políticas públicas de memoria desde la acción concertada de organismos de derechos humanos y espacios estatales con la particularidad de que el Instituto tiene autarquía y autonomía en su materia, de modo tal que la política de memoria sea realmente una política de estado y no una política de gobierno de turno”.

Más adelante detalla: “Si tal propósito se concretara, la Ciudad quedaría sin un espacio de gestación de políticas públicas de la Memoria, creado en esa jurisdicción a tal efecto, y la sociedad toda perdería la riqueza de un espacio plural subordinando esa tarea a la decisión del gobierno de turno, que como vimos en la Ciudad de Buenos Aires, puede cambiar de signo político e ideológico. La concentración de decisiones sobre la memoria en un ámbito estatal conlleva el riesgo de que éstas cambien con cada cambio de gobierno nacional”. Y finaliza reafirmando que “la autonomía del IEM garantiza a todos la continuidad de las políticas públicas que expresan la variedad de fuerzas que por décadas han luchado por la Memoria, Verdad y la Justicia”. 

Segunda consecuencia preocupante 

Este convenio habilitaría, entre otras potestades que se le conferirían al gobierno nacional, la concreción de un proyecto museológico orientado a montar el Museo de la Memoria en el ex Casino de Oficiales de la ex ESMA, uno de los cinco edificios que actualmente tiene bajo su tutela el Instituto Espacio para la Memoria.

Dicho  proyecto ha sido cuestionado por sobrevivientes y representantes de organismos de Derechos Humanos porque ignora la medida de protección interpuesta ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 12, del Dr. Sergio Gabriel Torres,con el objeto de prohibir reformas en el edificio ya que se trata de un lugar donde aún se realizan pericias judiciales.

Presentado el proyecto, el Instituto Espacio para la Memoria, sobrevivientes y organismos de DDHH han participados de reuniones para consensuar una nueva versión del mismo, tendiente a garantizar la intangibilidad del edificio así como también la construcción de un relato colectivo, porque no han sido entregado los contenidos para la revisión de todos estos actores.

Ellos pudieron ver que se trataría de ambientar algunos sectores del mismo y aquí está la preocupación que manifiesta un sobreviviente: “si avanza, alteraría la concepción que se tiene acerca de cómo debe ser un Sitio de Memoria”; concepción consensuada por los gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires y Nación como también por los sobrevivientes y organismos de Derechos Humanos durante el proceso de recuperación del predio, allá por el año 2004, cuando se preguntaban qué hacer con la ESMA. 

Pero acá no termina… 

La “ESMA” es uno de los cinco ex Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio que funcionaron en la Ciudad de Buenos Aires. También están: “Virrey Cevallos”, “Club Atlético”, “Automotores Orletti” y “Olimpo”.

Al Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, poco le importa más que capitalizar efectivo. También es cierto que el gobierno nacional luego de la experiencia de las elecciones legislativas de 2013 hará todo por ganar en el 2015 en Capital Federal, como lo afirmó a la prensa Eduardo Epszteyn días pasados. Epszteyn es el Auditor General de la Ciudad de Buenos Aires y hasta el 2012 fue legislador porteño por Diálogo por Buenos Aires y ahora es militante kirchnerista.

Embanderados en Memoria, Verdad y Justicia, los jóvenes K, le darán VIDA donde hubo MUERTE.  Ellos sobrellevarán la “tristeza de la ausencia de los viejos” con más vida, con música y celebración en lugares donde aun queriéndolos despojar del horror que significan, saben que no pueden, aunque se crean que hacen “lo que nuestros (sus) viejos hubieran querido”, saben que allí hubo muerte y las instalaciones darán cuenta de esa alegría. Esto anticipa el final: la banalización de la Memoria y el olvido.

La insistencia de dar este primer paso en esta dirección, o sea la instalación en el ex Casino de Oficiales, los llevó a negociar con un gobierno de derecha. Fue necesario otorgarle en una “licitación pública” la construcción del Museo de Malvinas a una empresa amiga del Jefe de Gobierno de la ciudad (LINK - http://www.obraspublicas.gov.ar/licitaciones/licitacion_museo_de_malvinas.html). Uno de los adjudicatarios es la empresa CAPUTO S.A.C.I y F, vinculada a Nicolás Caputo.

Si este proyecto sin reformas, avanza, se refaccionará e instalará una cascada de agua que simbolice el fluir de la vida, se picarán paredes y se tirará un cableado para proyectar imágenes sobre ellas: así se armará un “tren fantasma” y se borrarán las marcas que hubieran ayudado a develar el misterio de si un asesinado pasó por ahí.

Los otros ex Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio seguirán esos pasos… porque hay que buscar electores y “llenar de VIDA donde hubo MUERTE”.

El ex “Automotores Orletti” corre el riesgo de llegar a ser un galpón para que los murgueros se reúnan y bailen sobre el piso que pisaron los torturados y asesinados.

El ex “Olimpo” será lo que ya es afuera. Se banalizará la memoria y se purgarán las culpas leyendo poemas de los detenidos-desaparecidos que pasaron por ahí y ya no están. Entonces los seguirán recordando con  vida.

El ex “Virrey Cevallos” será un centro cultural. El centro cultural que será el resultado de intereses mezquinos sumado a la patología de algunos sobrevivientes que, embanderados en la frase “hay que pensar en los otros derechos también… los sociales, económicos y culturales que también fueron avasallados”, darán cursos de cocina para el que quiera ser cocinero, darán cursos de tejido y se venderán pulseritas para que puedan subsistir sus talleristas. Con perdón de todos los que diariamente pelean en esta Ciudad por tener un Centro Cultural inclusivo.

El ex “Club Atlético” será, un lugar donde seguramente el PRO volverá a ganar dinero (por las obras que faltan adjudicar) y se continuará con la excavación porque sumará electores para el 2015. El PRO plata, el Kirchnerismo electores.Este último hará todo por ganar en Capital. Lo seguro es que el PRO ya comenzó a ganar más plata. A esta altura, el Kirchnerismo también. Algún lector recordará “es la economía, estúpido”.

¿Y los trabajadores? Ese será otro artículo.

REVISTA CONTRACULTURAL

Para recibir el Boletín Contracultural:


[1] www.institutomemoria.org.ar

No hay comentarios: