7 de diciembre de 2014

“No podemos respirar”



SIN CONDENA A POLICÍA ASESINA DE AFRODESCENDIENTES EN EE.UU. 

En Nueva York han estallado protestas luego de que un gran jurado decidiera no imputar a un policía blanco luego de haber estrangulado a Eric Garner, un afroestadounidense padre de seis hijos. Murió en julio pasado después de que el oficial de policía Daniel Pantaleo le practicara una llave de estrangulamiento no reglamentaria. La policía había acusado a la víctima de vender cigarrillos sueltos sin pagar impuestos.   

Por Marcelo J. Levy 

Once veces. O más. Eric Garner convirtió una frase en un grito de guerra “I can´t breathe” (no puedo respirar). Poco importa si un negro asmático muere. Poco importa que tenga que mantener una familia, que no tenga posibilidades concretas de trabajar por fuera de vender cigarrillos sueltos en la calle. Y poco importa porque la impunidad de la policía yanqui descansa en un sistema judicial que no reconoce igualdad de derechos.

El día miércoles 3 de diciembre, el gran jurado absolvió al policía asesino sin cargos y libre de toda responsabilidad. Según la justicia estadounidense “no existen suficientes pruebas para imputar al policía blanco”  aunque los resultados de la autopsia revelaron que Garner era asmático y murió asfixiado cuando el funcionario vestido de civil rodeara con su brazo, el cuello de la víctima.

La misma noche en que se anunciaba el fallo se llevaron a cabo movilizaciones a lo largo y ancho de Estados Unidos. En Nueva York y cantando “no podemos respirar” (We can’t breathe) se movilizaron más de 1000 personas, de las cuales 80 fueron arrestadas. También hubo marchas en Washington, en Oakland, Los Ángeles, Philadelphia, San Francisco, Ferguson, entre otras ciudades. Los manifestantes exigen que haya un cambio frente la violencia con la que es tratada la juventud y el racismo que aún persiste hacia la comunidad afroamericana.

El presidente Obama dijo que la decisión de no condenar al oficial es otra frustración para los afroamericanos, sin tomar verdaderamente protagonismo en un tema crucial hoy en Estados Unidos.

La confianza en el sistema judicial en Estados Unidos se encuentra cada vez peor y habrá nuevas movilizaciones. En la historia de Estados Unidos la lucha contra el racismo es un hilo conductor; con este fallo, el racismo se vuelve a institucionalizar. Las decisiones evidentemente racistas y los crímenes contra la población afroamericana no  son una novedad, pero se asiste a un nuevo período en el que la juventud comienza a movilizarse masivamente. Mike Brown nos vuelve como un deja vú.

Darren Wilson, el policía blanco que asesinó al joven negro Michael Brown el 9 de agosto también quedó libre y sin cargos. La noche del 24 de noviembre se conoció la decisión de no presentar cargos contra Wilson, ya que el gran jurado (compuesto por doce personas, nueve blancas y tres afroamericanas, una proporción que no representa la población de Ferguson con dos tercios de afroamericanos) declaró no encontrar pruebas suficientes para imputarlo. Miles salieron a las calles en Ferguson enfrentando la brutal represión. Se reforzó el despliegue policial, con agentes con rifles y vehículos militares de la Guardia Nacional, sumado a la milicia del Estado que ya fue desplegada en agosto, mes en el que fue asesinado Michael Brown.

Estados Unidos nació sobre los cimientos del robo genocida de las tierras de los pueblos originarios y la esclavitud de los africanos. Desde entonces, la opresión del pueblo negro ha sido un elemento fundamental para el funcionamiento de este sistema, y ha cambiado al mismo tiempo que cambia el sistema, pero siempre ha estado profundamente entrelazada en el propio tejido de la sociedad. La supremacía blanca y el capitalismo han llegado a estar tan profundamente entrelazados, que cuando millones de personas se hayan levantado una y otra vez a luchar contra la opresión de los afroamericanos, el sistema termina reorganizándose y reforzándose, aunque modifique las formas de esa opresión. Hoy, vivimos una situación extrema. El mundo ve atónito los hechos que describimos.

En una conferencia de prensa, en la que el oficial responsable de la muerte de su marido le pedía disculpas, la viuda de Eric Garner dijo: "El momento de arrepentirse debía haber sido cuando mi esposo gritaba que no podía respirar. Esa era la oportunidad para mostrar arrepentimiento y cuidar a otro ser humano. Ninguna plegaria me hará sentir diferente. No, no acepto sus disculpas, ni me importan sus condolencias. El sigue trabajando, sigue recibiendo un salario y sigue alimentando a sus hijos. Mi esposo está a 6 metros bajo tierra y yo estoy buscando la forma de alimentar a mis hijos. ¿Quién se va a disfrazar de Santa Claus este año para mis nietos? Porque eso es lo que hacia todos los años”.


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