6 de julio de 2015

Todo tranqui


PRIMERA VUELTA EN LAS ELECCIONES DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES  

Los números fueron los previsibles. El PRO sigue imbatible. Lousteau no hizo mala performance. Lo de Recalde muy flojito, pese al apoyo de la Presidenta y de dos cadenas nacionales. La izquierda sigue sin enamorar: dividida, quejosa y con el magro desempeño habitual. ¿Habrá segunda vuelta? ¿Adónde irán los votos de la izquierda y del peronismo? 

Por Marcelo R. Pereyra

REQUERIMIENTOS MATERIALES Y SIMBÓLICOS 

Los resultados de la primera vuelta de las elecciones para Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no trajeron ninguna sorpresa. En primer lugar porque ratificaron la supremacía del PRO. El gobierno municipal, hay que reconocerlo, ha gestionado la ciudad estos últimos ocho años con mucha  habilidad. Al igual que el gobierno nacional, su discurso  ha sido muy eficaz para resaltar lo que considera sus logros y para desviar la atención pública de sus puntos más flacos. Se podrá decir que es lo que hacen todos los políticos de los partidos de la burguesía y es verdad. Pero algunos lo hacen mejor que otros. Cristina Fernández y Mauricio Macri son los mejores en esta tarea. En el primer caso, es difícil de entender el apoyo electoral que todavía consiguen el gobierno nacional y los gobernadores oficialistas en algunas provincias teniendo a la vista los datos que indican la más extrema brecha entre ricos y pobres de los últimos diez años, sabiendo que esa brecha es estructural y que por lo tanto no puede ser salvada por ninguna política asistencial, y considerando el empobrecimiento de las economías regionales y la hiperconcentración de empresas agroexportadoras, a lo que hay que sumar el deterioro ambiental por las políticas criminales de deforestación y de explotación de minerales e hidrocarburos.

En el caso de la capital del país, parece que metrobús mata hospitales derruidos, y que plazas enrejadas matan escuelas sin gas, porque precisamente la salud y la educación son las dos áreas más críticas de la administración macrista. Claro que, en la urbe que tiene el mayor nivel de ingresos por persona del país, muchos de sus habitantes están en condiciones de sortear estas “desventajas” recurriendo a la salud y la educación privadas. Macri ganó en todas las comunas, pero hizo más diferencia en aquellas donde precisamente hay mayor poder adquisitivo, como Palermo, Belgrano, Núñez y Saavedra. En Recoleta sacó la mayor cantidad de votos: 58.9%, contra 23.7 de Lousteau. Es evidente entonces que los habitantes de estos barrios tienen otros requerimientos materiales que parece que Macri ha sabido satisfacer. A lo que habría que sumar el requerimiento simbólico de tener un candidato de estatura para combatir en las elecciones nacionales. En otras palabras, muchos pueden haber votado por el PRO por razones más políticas que pragmáticas, queriendo dar un aviso al kirchnerismo de que el actual Jefe de Gobierno es su candidato a presidente. 

“ES GENTE MISERABLE” 

Mariano Recalde logró un record que va a ser difícil superar: sacó menos votos que su conmilitón Daniel Filmus, eterno candidato perdedor en la ciudad, quien nunca tuvo el apoyo presidencial que Cristina Fernández le dio al capo de Aerolíneas en esta oportunidad, a quien tuvo a su lado y le dedicó casi la totalidad del contenido de dos cadenas nacionales. Y aun así no le sirvió para mucho, lo cual debería hacer reflexionar a aquellos que creen que el mensaje mediático es omnímodo y omnipotente. Cierto es que el candidato K, despojado por la naturaleza del carisma necesario para seducir a un electorado, hizo su mejor desempeño en las comunas más populares, como Lugano, Soldati, Barracas y la Boca, en las que logró superar a Lousteau, y que el peor lo tuvo en las que Macri ganó con mayor amplitud: en Recoleta –dónde si no-sacó apenas el 12.5% de votos. Pero en el resto del territorio porteño la clase media  le fue hostil. Es que históricamente el electorado de la ciudad siempre ha sido un hueso duro de roer para el peronismo. No sabiendo cómo conquistarlo, los peronistas se han dedicado a degradarlo: ayer en una red social una militante opinó que los votantes  porteños “son gente muy miserable”, y se despidió con un “Genio Fito”, haciendo alusión a una columna que escribió Fito Páez en el diario Página/12 en 2011, luego de las elecciones que Macri ganara con la mitad de los votos. En esa oportunidad el exitoso músico y frustrado director de cine opinó que “La mitad de la ciudad da asco”. Por su parte, el inefable Aníbal Fernández denigró la buena votación de Martín Lousteau afirmando que éste encabezó una lista “colectora” del macrismo. Curiosa observación del Jefe de Gabinete sobre quien fuera ministro de Economía de la administración de Cristina Fernández. Parece que el ex alumno de la London Economics School devino macrista después de haber pasado por el gobierno k.

Como sea, Lousteau, puede estar orgulloso de haberle ganado al Frente para la Victoria, pero quedó muy lejos de Horario Rodríguez Larreta. Tanto que ya hay quienes juzgan inútil un balotaje, pues entienden que la diferencia que separa a los dos es irremontable. El ex ministro está resistiendo por ahora las presiones para “bajarse” de la segunda vuelta. Y suena bastante lógico: el hombre quiere saber cuál puede ser su piso electoral con vistas a futuras elecciones, incluso presidenciales. Pero lo están apurando de todos lados para que afloje. 

MÁS DE LO MISMO 

En cuanto a la izquierda, lo de siempre, es decir, una notable incapacidad para cautivar un electorado que desea escuchar propuestas innovadoras, pero realizables. Las dos listas fueron separadas y lograron sumar un magro 7.1% de los votos, que es la cifra histórica de este sector político, voto más, voto menos.  El mejor desempeño de los de Autonomía y Libertad y los del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) se dio en la misma comuna, la número 15 (Agronomía, Chacarita, Villa Crespo y Paternal) alcanzando el 9.1 % entre las dos listas  Un dato curioso: parece que entre los votantes de esta tendencia también funciona aquello de la imagen del político/a como elemento que suma votos. Así se explica que Luis Zamora, quien goza de prestigio aun entre quienes no votan por él, haya sacado más votos para Jefe de Gobierno que la desangelada Myriam Bregman, mientras que la lista del FIT superó a los de Zamora en votos para legisladores. 

UN FINAL ANUNCIADO 

Si Lousteau va al balotaje, ¿qué pude esperarse para la segunda vuelta? ¿Para dónde irá el 32.6% de los votos que lograron entre la izquierda y el kirchnerismo? La izquierda llamará a votar en blanco. El kirchnerismo seguramente no dará ninguna directiva institucional y dejará a sus simpatizantes en libertad para votar lo que quieran: los principistas votarán en blanco, los pragmáticos son capaces de votar a Lousteau para que no gane el macrismo. Así las cosas, el primer puesto de Rodríguez Larreta no corre peligro, y el ex analista financiero de la Esso y ex alumno de Harvard ya se puede ir probando el traje de Lord Mayor de la ciudad de Buenos Aires. 

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