7 de noviembre de 2015

¿Del entierro a la catalepsia?



A DIEZ AÑOS DEL FRACASO DEL ALCA 

La decidida intención de Estados Unidos de imponer a la región un Tratado de Libre Comercio había sufrido un revés histórico en el mítico estadio de Mar del Plata. A partir de esos días, Chávez, Lula, Evo Morales, Kirchner y otros comenzaron a configurar lo que sería en los años subsiguientes un poderoso bloque regional y el intento de refundar la Patria Grande. 

Por Marcelo J. Levy 

Corría el año 2005. Estaba fresco en la Ciudad de Mar del Plata. Todos aquellos que comenzaron a acercarse al Estadio de Mar del Plata sabían que algo importante iba a pasar, que esa contracumbre dejaría marcas indelebles para la historia de Latinoamérica. Columnas de todos los costados se acercaban al encuentro y de los más diversos y escondidos países del continente. Ahí estábamos todos. Y si lo recordamos diez años después, significa que ese acto inauguró un camino de libertad, soberanía e independencia que debemos sostener, cuidar y revisar.

Repasemos. La intención de Estados Unidos de incorporar a los pueblos de América Latina al Área de Libre Comercio de las Américas (Alca), fue enterrada en Mar del Plata. En su lugar, se plantaron las semillas del proceso de unidad e integración de los países del Sur y la construcción de la Patria Grande.

Aunque la IV Cumbre de las Américas, que se celebró  entre el 4 y el 5 de noviembre de 2005  tenía una agenda centrada en el desarrollo regional. El entonces presidente de Estados Unidos, George W Bush, intentó lograr la aplicación inmediata del Alca para continuar su proyecto imperialista, a través de la expansión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con el resto de los estados del continente americano excluyendo a Cuba.

La esencia del  plan  promovía la desigualdad entre las economías hiperdesarrolladas del norte y las de Latinoamérica, con el objeto de llevar a la desindustrialización a las economías regionales y su consecuente profundización de la dependencia económica y financiera.

Algunos de los objetivos del Alca eran generar acuerdos internacionales que limitaran la capacidad de acción de los gobiernos nacionales sobre su propia economía, medio ambiente y sociedad; crear normas comerciales supranacionales que limitaran la capacidad de acción y control de los gobiernos nacionales sobre las actividades de los inversores; así como beneficiar a las transnacionales con acuerdos que redujeran los costos salariales e impositivos de las corporaciones al mínimo.

También incluía que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial continuaran con la aplicación de programas de "ajuste estructural", un eufemismo que incluía recortes sociales y económicos en los países endeudados para garantizar el pago de los intereses sobre deudas que nunca podrán saldar.

Paralelamente se gestaba la contracumbre. Bush no contaba con que en el marco de este evento, se emprendería una cruzada por defender la soberanía de los pueblos de América del Sur.

"Ellos lanzaron su propuesta de Alca a sabiendas que no había consenso, contando con su poderío, para tratar de imponerse. Ellos iban a tratar de arrollarnos", narró el comandante Chávez durante el Aló Presidente 235, transmitido ese mismo año.

En paralelo a la Cumbre de las Américas se llevó a cabo la III Cumbre de los Pueblos. A ella acudió un Hugo Chávez en su esplendor, cargado con la energía de los pueblos que se oponían a la continuidad de la opresión imperialista.

"Nosotros, camaradas, compañeros, amigas, amigos todos, hemos venido aquí hoy a muchas cosas, a caminar, a marchar, a saltar, a cantar, a gritar, a luchar, pero entre tantas cosas de las que hoy hemos venido a hacer aquí en Mar del Plata hoy y cada uno de nosotros trajo una pala, una pala de enterrador, porque aquí en Mar del Plata está la tumba del Alca", afirmó el comandante.

"Vamos a decirlo: ¡Alca, Alca, al carajo!, ¡Alca, Alca, al carajo!", expresó con fuerza Chávez, quien fue seguido de inmediato por la gran multitud que lo aclamaban. La misma que, pese a la lluvia, permanecía en el estadio.

En su potente discurso revolucionario, reafirmó rechazo de los líderes de la región al Alca e invitó a los asistentes a ser partícipes del entierro de esa criminal iniciativa.

"¿Quién enterró al Alca? Los pueblos de América enterramos al Alca, hoy, aquí en Mar del Plata", expresó ante la concentración.

"El Alca lo que busca es consolidar el poder económico de las grandes transnacionales y de las élites que han dominado estos países durante mucho tiempo; el Alba busca la liberación de los pueblos, la redistribución del ingreso de nuestros pueblos, la igualdad, el cambio del modelo económico productivo, la inclusión social, que no haya excluidos", explicó.

La derrota del Alca marcó el camino a la consolidación de organismos regionales, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), nacida en 2004 gracias a Cuba y Venezuela.

Asimismo, incidió en la creación del mecanismo de cooperación energética Petrocaribe en 2006 y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en 2008, como un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político.

Mientras que para unir a la América del Sur con América Central y el Caribe, se creó la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que nació a principios de diciembre de 2011.

Diez años han pasado. Pero la derecha latinoamericana no ha dejado de trabajar. Hemos asistido en estos años a conatos de golpes de estado, desestabilizaciones institucionales, y demás yerbas. Se ha finalmente reconfigurado la denominada Alianza del Pacífico, una remozada versión del Alca. Estados Unidos cerró un acuerdo con 12 países de la zona Pacífico, que en conjunto reúnen el 40 por ciento de la economía mundial, para crear una nueva área de libre comercio. El Tratado de Asociación Transpacífico tiene como su segundo socio más fuerte a Japón e incluye a tres países latinoamericanos, Chile, México y Perú.

Estas cuestiones son las que nos tienen que tener alerta, las que deberían ser el objetivo de las nuevas estrategias para pensar y entender los procesos cíclicos que se dan en el cono sur. Una década después de Mar del Plata los desafíos se han reconfigurado para la región, en donde aparece, de modo insoslayable una avanzada conservadora en muchos de los países Latinoamericanos. 

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