8 de junio de 2011

Costó un Perú

UNA NUEVA ESPERANZA SE ASOMA EN LATINOAMÉRICA: OLLANTA HUMALA FUE ELECTO PRESIDENTE DE PERÚ

La campaña en segunda vuelta ha sido ajustada, dando cuenta de la actual situación política peruana tensionada por un modelo económico que exhibe cifras tan altas de crecimiento como de desigualdad social. Así, entonces, el candidato electo Ollanta Humala ha señalado que el principal problema de Perú a atender será perfeccionar la democracia, en lugar de reformular el modelo económico vigente. Un discurso que ha sido apoyado por la mayoría del pueblo peruano.

Por Marcelo J. Levy


Ollanta Humala se ha impuesto sobre Keiko Fujimori como el próximo presidente del Perú. Su triunfo es un revés para los sectores más reaccionarios de este país que veían en el apellido Fujimori una garantía del modelo económico neoliberal. No olvidemos que Alberto Fujimori, el ex presidente peruano y padre de la señora Keiko ha sido acusado y condenado por graves crímenes de lesa humanidad y escándalos de corrupción. Fue extraditado por Chile en 2007 y desde entonces sometido a juicio en su país por delitos graves de corrupción y contra los Derechos Humanos.

La lucha de la derecha peruana por desacreditar la figura de Ollanta Humala ha sido encarnizada. En una verdadera campaña de terror. Se le ha acusado de tener estrechos vínculos con el gobierno de Hugo Chávez en Caracas y de pretender socavar la democracia y el modelo económico en el país. De hecho, su candidatura se ha mostrado más próxima al Partido de los Trabajadores de Brasil que a otras tendencias de izquierda en la región. Es claro que el presidente Humala traerá aires nuevos al gobierno. Nuevos énfasis en políticas sociales y una nueva sensibilidad de su gobierno hacia las cuestiones regionales.

Ahora bien, como los grupos de poder económico no ganaron, ahora le están exigiendo al nuevo Presidente que respete las “reglas básicas de la economía” para sentirse tranquilos. La reacción de los especuladores ha sido un retiro de capitales de la bolsa de Lima que hizo que se desplomara 12% a la mañana siguiente a las elecciones. Toda una campaña mediática y de los sectores de derecha articulados para crear un potencial clima de caos y desestabilización con el triunfo de Humala. Los medios, por ejemplo, anunciaban con temor la escasez de las latas de leche del supermercado. Se han encargado de hacer un trabajo minucioso y de hormiga, una campaña sucia, incluyendo llamadas telefónicas a casas de votantes hasta el día de las elecciones para denunciar el “peligro Humala”.

Lo que se espera del flamante presidente electo, por sobre todo, es una actitud ética en la política que tanto Fujimori como García han hecho lo posible por desacreditar. García ha llegado a demoler su propio partido político con el objetivo de perpetuarse en el poder, siendo o no presidente. Ya demolida el APRA con su larga historia, el Perú puede emprender un nuevo rumbo político en general sin el temor de los retrocesos que tanto daño le han hecho.

Hemos visto que la libertad de expresión sirve para decir lo que los dueños de los medios y sus socios quieren decir. El titular del diario “El Comercio” del lunes 6 de junio fue “Un resultado que llama a concertar, Humala 50.9%, Keiko 49.1%”. El resultado fue 51.5% versus 48.5% y eso era lo que había salido del conteo rápido y de las proyecciones del conteo inicial pero mejor era una noticia falsa para forzar el argumento de que el poder no lo van a perder.

Para concertar hay que tener ánimo de concertación y eso la derecha no lo tiene. Es una derecha falangista, racista, fóbica, oscurantista e ignorante, pegada al Opus Dei, que carece de valores éticos y que ha permitido que el Perú se coloque cercana a los regímenes más retardatarios en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas y que se reeligiera a Alan García.

El regreso del Perú a Sudamérica es lo más significativo, uno de los mayores desafíos. Eso es positivo para el país y para la región como un todo porque consolida el bloque regional progresista. Esto podrá facilitar el proceso de UNASUR que la derecha peruana detesta por razones ideológicas. Y pondrá al país a la par con sus vecinos en la Comisión de coordinación macroeconómica de UNASUR, en el Banco del Sur, en el uso de la moneda nacional para el comercio exterior y nivelará los aspectos políticos y migratorios del espacio; así como consolidará el Consejo de Defensa Suramericano. La batalla contra la derecha peruana en estos campos será tenaz.

Para todos Humala es un interrogante y Fujimori una certidumbre. El horizonte peruano ha cambiado para mejor, para el regreso de la ética en la política y para la recuperación de la dignidad nacional. Ollanta Humala, fundador y dirigente del Partido Nacionalista de Perú, reivindica la lucha por recuperar la democracia tras las décadas perdidas de los noventas y la primera de este Siglo XXI. Un nuevo voto de confianza; esperemos que no sea otra decepción latinoamericana.



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