7 de septiembre de 2012

Cristinismo explícito


GOBERNABILIDAD Y EJERCICIO DEL PODER EN LA ERA K

Cada semana la Presidenta aparece por la tele para anunciar obras o para criticar a sus opositores. Cada día el gobierno toma la iniciativa política y adopta decisiones importantes que no pueden ser soslayadas y desatan amplios debates. Cada hora empresarios afines con el oficialismo sueñan con nuevos negocios promovidos por el gobierno. Hay mucha ambición de poder y de dinero dando vueltas en una perinola a la que juegan muy pocos. La inmensa mayoría los vemos jugar desde afuera.

Por Marcelo R. Pereyra


TODOS PONEN

Es llamativo el vigor de la iniciativa política del Gobierno. Cristina Fernández ejerce  todo el poder que le da la Constitución, más alguna porción que excede sus facultades. Como sea, no hay prácticamente resquicio por donde se puedan colar las iniciativas de otros actores: la oposición partidocrática no existe y su integrante más caracterizado –Mauricio Macri- apenas alcanza a rechazar como puede los mandobles que casi a diario le propina el gobierno nacional; los “disidentes” Hugo Moyano y Daniel Scioli están a la expectativa –apenas si mueven sus fichas tímidamente-; las entidades empresariales del campo, el comercio y la industria están inmovilizadas por el miedo a las represalias oficiales ante sus eventuales críticas al “modelo” y/o por sus disputas internas. Por su parte, el sector de la sociedad que no milita en el fundamentalismo K oscila entre una disconformidad relativa y la aceptación resignada del status quo. Uno y otro estado solo se quiebran momentánea y aisladamente por algunos reclamos sectoriales o vecinales.

De esta forma, la resistencia más consecuente y activa hacia el Gobierno la ejercen Clarín y La Nación, dos de las escasas empresas mediáticas que no han sido cooptadas por la aplanadora K. De allí la importancia, en lo referente al primero de ellos, que funcionarios y periodistas oficiales, oficialistas y oficialoides le asignan al pronunciamiento judicial sobre la constitucionalidad del artículo 161 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que dispone la “desinversión” de los grupos multimediáticos más poderosos. La Corte Suprema le ha dado al juez de la causa plazo para pronunciarse hasta el 7 de diciembre. Los K suponen que el juez rechazará el amparo presentado por Clarín y ya se relamen diseñando  el desguazamiento del grupo y proyectando entre qué empresarios amigos van a repartir las piezas que queden “sueltas”. Hay quienes incluso fantasean con tomar medidas de acción directa, como declarar la estatización de los cables que llevan las señales de televisión y declararlos de utilidad pública para poder disponer de ellos a su antojo. Incluso hay analistas políticos que suponen que el 7 de diciembre será el primer día del tercer gobierno de Cristina Fernández. Creen que herido de muerte su principal contendor político ya nada impedirá una reforma constitucional que consagre la re-reelección presidencial.

En este sentido es notable la ignorancia que tienen los militantes K, los analistas políticos y los comunicólogos afines con el gobierno que sostienen esta creencia. En primer lugar deben informarse sobre derecho procesal: la sentencia del 7 de diciembre es de primera instancia, por lo tanto puede ser apelada en el ámbito nacional en por lo menos dos instancias superiores, y en el caso de que esas apelaciones fueran rechazadas Clarín internacionalizará el conflicto recurriendo a la Comisión y/o a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Por eso ya ha contratado a un reconocido estudio de abogados especialistas en derecho a la información que están reuniendo antecedentes para redactar los recursos ante los organismos supranacionales. En segundo lugar, suponiendo que todas estas movidas fracasaran, el Grupo Clarín debería desprenderse de canal 13 o de la señal Todo Noticias y, tal vez, desmembrar su empresa Cablevisión. Si éste es el peor de los escenarios, nada cambiará sustancialmente, pues el grupo conservará al diario Clarín, su nave insignia, uno de los diarios más leídos de Latinoamérica, que es capaz de imponer su agenda en amplias franjas del público e incluso en otros medios de comunicación. En otras palabras, sólo desde la ignorancia, o la ingenuidad, puede suponerse que por sí sola la tupacamarización del grupo Clarín garantizará a la Presidenta un futuro electoral venturoso. Pero más allá de los ignorantes y de los ingenuos, hay otros personeros gubernamentales que, en cambio, están más ocupados en pensar en cómo hacer platita con los restos de un eventual naufragio clarinesco.

TOMA TODO

En este estado de cosas la Presidenta avanza viento en popa y a toda vela hacia la consolidación de la dinastía K apelando a todos los recursos que tiene a mano: hace uso y abuso de la cadena oficial de radio y televisión como única estrategia comunicacional, ya que es consciente de que su personalidad podría jugarle una mala pasada en otro tipo de comunicación. Las entrevistas con periodistas, en los pasillos de la Casa Rosada o en programas de televisión, a las que era tan afecto Carlos Menem son impensables en Cristina Fernández. El histrionismo y la capacidad de oratoria necesarios para tales encuentros no se encuentran entre las virtudes de la Presidenta. Ella prefiere, en cambio, hablar frente a un auditorio adicto que nada le cuestiona y que se enrojece las manos aplaudiendo y se ríe de cualquier cosa que diga (Es lo más parecido a la claque que se usa en los programas cómicos de la televisión). Como sea, sus discursos le sirven a la vez como herramienta de auto bombo personal  y como propaganda de la acción del gobierno, y además como filoso estilete que clava en los que considera díscolos, tibios y/u opositores. Nadie se salva de su chirigota o de su sanción moral, ni los grandes empresarios, ni los pequeños comerciantes, ni los periodistas y tampoco los ciudadanos comunes.

En el mundo K la traición – o la sospecha de haberla cometido- es un pecado capital que se paga con el escrache presidencial por la tele o con una inspección de la AFIP, el temible organismo encargado de los ingresos fiscales devenido en una suerte de Gestapo (GeheimeStaatspolizei -Policía Secreta del Estado- de la Alemania nazi) que hurga, investiga y se entromete donde sea para poder detectar la falta que permita el escarnio público del pecador. Si el caído en desgracia es un gobernador, la espada de Damocles que penderá sobre su cabeza será el ahogo presupuestario (el gobernador de Buenos Aires sabe mucho al respecto). Disciplina y obediencia ciega son las palabras clave para quien quiera estar cerca del calorcito que emana del poder.

Su implacable ejercicio del poder, su estilo personalista de conducción política, su fuerte personalidad y su permanente exposición mediática han ido construyendo una imagen cuasi mística de Cristina Fernández. La expresión “Cristina eterna”, lanzada por una diputada oficialista, y la comparación de su figura con la de Eva Perón son dos posibles ejemplos. Y tal parece que la propia Presidenta comienza a creer en esta imagen cuando, por ejemplo, se compara con grandes emperadores de la historia o cuando piensa que es la reencarnación de un gran arquitecto egipcio, o cuando sostiene que hay que tenerle miedo a Dios y un poco a ella. Como quiera que sea, la imagen construida es tan fuerte que no deja espacio para posibles sucesores políticos. Lo haya planeado o no, lo desee o no, solamente Cristina Fernández será capaz de perpetuar la dinastía K. Los otros portadores del apellido Kirchner parecen estar descartados: a su hija Florencia no le interesa la política; su hijo Máximo no está ni física ni intelectualmente capacitado para ejercer el poder y a su cuñada Alicia no le da el piné. Por lo tanto ya está decidido que irá por más. Sin límites y sin frenos. Su perinola siempre cae siempre en la misma posición: toma todo.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

pobre país, que pena me da pobre clarín atacado por las ambiciones de poder k, pobre mauricio que tiene que vivir esquivando los mandobles... y esa es tu argumentación? más pobre todavía.
cristinismo explícito? vieron la tapa de la revista noticias e inspiró el título?
no es llamativo la iniciativa política del gobierno, sino este "análisis"

Anónimo dijo...

claro, porque los k son nenes de pecho, no ? como les pica el culo las criticas