4 de febrero de 2012

Hacia la definitiva “pampeanización” de la región chaqueña

EL AVANCE DE LA GANADERÍA INTENSIVA GENERARÁ UNA FIEBRE DE NUEVOS DESMONTES EN EL NORTE

Motorizada por los nuevos buenos precios internos y externos, y por los muy ambiciosos planes gubernamentales de aumento del stock para exportación, el avance de la ganadería intensiva en el norte de nuestro país pone en peligro los últimos bosques nativos de la región chaqueña y a sus históricos habitantes.

Por Hernán L. Giardini


Desde principios del siglo XX en la región chaqueña se ha desarrollado la ganadería “bajo monte”. Miles de familias campesinas e indígenas que viven en los bosques del norte de Argentina basan su sustento en la producción vacuna, y también caprina.

En muchos casos la acción sistemática y combinada durante años del sobrepastoreo de los animales y la tala irracional produjo una importante degradación de los bosques. Sin embargo, en general la biodiversidad de los mismos se ha mantenido en pie, por lo que es posible recuperarlos mediante un plan de manejo sustentable.

Pero a mediados de la década de 1990, se produjo un fuerte incremento en la superficie cultivada para soja transgénica; y la ganadería intensiva, que históricamente se producía en la región pampeana, empezó a ser “corrida” hacia el norte del país propiciada por el bajo precio de la tierra.

La cada vez mayor rentabilidad de la soja frente al bajo precio de la carne bovina generó un importante crecimiento de la agricultura en la zona pampeana, históricamente también ganadera, y produjo una importante merma de las reservas vacunas.

En los últimos cuatro años el stock ganadero sufrió una disminución del 17%. Mientras que en 2007 era de 58 millones de cabezas, actualmente promedia 48 millones.

El gobierno reconoce dos factores clave que definieron la actual situación de la ganadería: “el primero fue el desplazamiento hacia la agricultura permanente de 13,5 millones de hectáreas que estaban en rotación agrícola ganadera. El segundo factor fue la sequía prolongada que comenzó en el 2006 y tuvo su máxima expresión en la primavera-verano del año 2008. Los años de sequía provocaron estragos en los rodeos por falta de pasto y agua”.

Lo cierto es que durante los últimos diez años el precio de la carne se mantuvo en valores bajos, pero esta tendencia cambió: los especialistas aseguran que ahora los precios internos son tan buenos como los internacionales y que esta situación “llegó para quedarse”.

Durante este año el precio promedio de un kilo de carne ha sido $32,12, un 122% más respecto a los $14,43 que se registraron en 2009.

Frente a esta situación, para los próximos años se espera un crecimiento extraordinario del stock ganadero.

Desde el gobierno afirman que “los precios del ternero han mostrado en el ejercicio 2010 una mejoría sustancial en sus valores, los cuales de mantenerse, mejorarán su competitividad con respecto a la agricultura. Esto permitirá un crecimiento de la actividad, una recuperación del stock y, en el mediano plazo, un aumento de la producción de carne”.

En ese sentido el ambicioso Plan Ganadero Nacional aspira, mediante el financiamiento con bajas tasas de interés, en 5 años llegar a las 77 millones de cabezas de ganado, para alcanzar el histórico 12% de exportación.

Por su parte, el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial Participativo y Federal 2010-2020 prevé “el aumento en la producción de carne bovina de 2,6 millones de tn. a 3,8 millones de tn., expresando de este modo un incremento del 46% para el 2020”, y un crecimiento en el stock de cabezas de ganado bovino de 49 a 54 millones.

Es importante señalar que la “necesidad” de recuperar el stock ganadero no busca principalmente satisfacer el consumo interno, sino “el aumento de las exportaciones de Manufacturas de Origen Agropecuario vinculadas al complejo cárneo bovino, pasando de USD 1.374 millones en 2010 a USD 6.878 millones en 2020, incrementándose porcentualmente en un 400%”.

Lo cierto es que el consumo de carne bovina en Argentina tocó en 2011 su nivel más bajo en más de cincuenta años: actualmente cada argentino demanda un promedio de 53,4 kilogramos al año, un 22% menos que dos años atrás. Incluso durante la crisis de 2001 el consumo fue de 64 kilogramos per cápita, 9 Kg. más que el actual.

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) considera que el sector ganadero estaría en condiciones de incrementar su producción en un 70% dentro del próximo decenio.

A su vez, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) afirma que el NOA es la zona con mayor potencial de crecimiento en ganadería.

Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa son las provincias con bosques nativos donde se espera un importante crecimiento del stock ganadero en los próximos años.

La provincia de Santiago del Estero tiene cerca de 1.500.000 cabezas de ganado bovino, y según el gobierno cuenta “con un potencial de crecimiento sostenido para poder llegar a 4 o 5 millones de cabezas a corto plazo, marcando a esta provincia como netamente ganadera. La ganadería es política de Estado para este gobierno.”

“Somos conscientes de que a la Argentina le faltan 10 o 12 millones de cabezas y que la demanda mundial sigue creciendo. En esto sabemos que Santiago cumple un rol importantísimo. Queremos ser parte de los proveedores de los alimentos del mundo”, afirman desde el gobierno santiagueño.

En Salta, la ganadería viene creciendo en forma sostenida: el Censo Agropecuario de 1988 señaló un stock bovino de unas 300.000 cabezas, mientras que en 2002 alcanzó las 493.804 cabezas. Y a partir de ese año comienza un proceso de fuerte crecimiento de la ganadería. Las tasas interanuales de crecimiento del stock en el período 2003-2008 son realmente significativas, alcanzando un 17,19% entre 2007 y 2008.

Actualmente la superficie afectada a la ganadería en Salta es de 3.262.703 hectáreas, y el stock ganadero alcanza las 911.000 cabezas.

Chaco cuenta actualmente con cerca de 2.600.000 cabezas de ganado. Pero la provincia tiene grandes perspectivas de expandir fuertemente la ganadería en el corto plazo: el Plan Ganadero Chaco se fijó para el año 2015 duplicar el stock y llegar a las 5 millones de cabezas bovinas. Para ello, el gobierno plantea la necesidad de expandir la frontera agropecuaria “llevándola a 2.000.000 de hectáreas contra 1.200.000 con que contamos en la actualidad”.

Y en Formosa el Programa Ganadero Provincial busca para 2015 “incrementar el stock ganadero provincial a 3.500.000 cabezas de ganado bovino como máxima, 3.000.000 de cabezas como escenario más probable y 2.500.000 cabezas de mínima”.

En el INTA afirman que “el norte grande argentino tiene el 37% del stock ganadero nacional, lo cual lo posiciona en un lugar relevante en la reconfiguración de sistemas productivos gracias a sus ambientes, cultura e historia”.

Claramente, el avance de la ganadería intensiva en el norte de nuestro país pone en peligro a los últimos bosques bosques nativos y significará la definitiva “pampeanización” de la región chaqueña. Lo que provocará una nueva fiebre de desmontes y desalojos de comunidades campesinas e indígenas.


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