LA ASAMBLEA NACIONAL APROBO POR UNANIMIDAD LA NUEVA
LEY DE INVERSIÓN EXTRANJERA
En el marco de las reformas llevadas a cabo por el
gobierno revolucionario de la isla, esta semana se aprobó el ingreso de divisas
desde el extranjero. No se podrá invertir en sectores sensibles de la política
cubana. El Estado continuará administrando el empleo y los porcentajes
accionarios en las empresas. Una inyección de capitales que permite avanzar con
la revolución.
Por Marcelo J. Levy
El Parlamento cubano aprobó por unanimidad la nueva ley que busca atraer
más inversiones extranjeras a la isla caribeña. Se hicieron presentes 600
diputados de la Asamblea Nacional en el Palacio de Convenciones de La Habana
para dar curso a la reforma propulsada en diciembre por Raúl Castro.
La Ley de Inversión Extranjera abrirá la economía a los capitales foráneos en
casi “todos los sectores”, según las informaciones difundidas en los últimos
días por los medios estatales.
Es importante destacar que por cuestiones estratégicas del desarrollo de la
revolución cubana, quedan afuera de la norma los servicios de salud, educación
y de las instituciones armadas. La finalidad de la ley es la actualización del modelo económico cubano y se
rige por los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido
Comunista de Cuba. Su objetivo es complementar la Ley 77 de 1995, vigente aun para la inversión
extranjera que limitaba la posibilidad de ampliar el desarrollo económico de la
isla.
En ese sentido, se busca máxima protección y seguridad para el inversionista,
otorgando beneficios tributarios. La letra del texto hace especial hincapié en
el cuidado del medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales
patrimoniales. Se han diseñado políticas sectoriales para generar
desarrollo agrícola, en las industrias, biotecnología, turismo, entre otros
sectores claves.
La ley también destaca aspectos patrióticos como el respeto a la
soberanía e independencia del país ante inversiones en cualquier sector. Ofrece garantías al inversionista extranjero al tiempo que
mantiene la soberanía sobre los recursos humanos, naturales, tecnológicos y de
mercados. La participación cubana siempre será mayoritaria en las asociaciones
dirigidas a la extracción de recursos naturales, prestación de servicios
públicos y desarrollo de tecnología.
Unos de los temas centrales y que ha generado controversia corresponde a
que no habrá libre contratación de la fuerza de trabajo, sino que se mantendrá
la figura de la agencia empleadora; y que no se otorgarán derechos de
exclusividad sobre el mercado cubano al socio extranjero. Esta agencia es un
organismo estatal que regula el mercado de trabajo en Cuba.
La nueva Ley de
Inversión Extranjera, como la vigente en la actualidad y las que existen en
muchos países, se dirige a atraer capital extranjero y no distingue la fuente de los
capitales que se aporten para invertir en Cuba. Es objeto de la
nueva norma dirigir esos capitales al desarrollo del país en un grupo de sectores
priorizadas para garantizar el crecimiento de la economía y la distribución de
esos beneficios para toda la sociedad, lo que constituye el principal objetivo
del modelo económico socialista. La base fundamental para atraer a esos
inversionistas son los diferentes proyectos que se identifiquen, por ejemplo en
la agroindustria, la generación de energía, la transferencia de tecnología,
entre otros, todo lo cual generaría las tasas de crecimiento y acumulación que
necesita Cuba para lograr el desarrollo próspero y sostenible. Estas inversiones pueden ser
realizadas por inversionistas extranjeros de conjunto con los inversionistas
nacionales que, según define la Ley, son personas jurídicas cubanas con
domicilio en Cuba.
La Cartera de
Oportunidades con Inversión Extranjera definirá los proyectos que se
identifiquen con las prioridades y necesidades del país a promover con capital
extranjero. En la selección del inversor prevalece la experiencia y prestigio
de la entidad que representa en el negocio de que se trate, su posicionamiento
a nivel internacional, requisitos generales para un inversionista extranjero
que no guardan relación con su procedencia u origen. El
Reglamento de la Ley detalla los documentos que tendrá que presentar el
inversionista extranjero para acreditar aquellos aspectos que determinarán la
aprobación de su solicitud.
Ni la Ley vigente ni
la que se acaba de aprobar por el Parlamento limita la inversión de los cubanos
que residen en el extranjero. En el caso de los que residen en EEUU la
limitación no la establece Cuba, sino se las establecen a los allí residentes
el férreo bloqueo impuesto por el Gobierno norteamericano. Sin embargo,
los capitales que se inviertan en Cuba no deben tener conexión alguna con la
mafia terrorista de Miami.
La apuesta es muy
grande. Muchos alzan la voz a favor, otros en contra. El debate se plantea
frente a la posibilidad de continuar generando recursos para el desarrollo
revolucionario de la isla, o simplemente un “aggiornamiento” de la política
cubana que horada las bases revolucionarias. Se optó por cambios moderados,
controlados y susceptibles, creemos, de ser modificados. Si este proceso lleva
ya 55 años ininterrumpidos de gobierno revolucionario, estamos tentados a dar
crédito a las decisiones de la Asamblea Nacional, impulsada por Raúl Castro.
Veremos las novedades con el paso del tiempo.
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