9 de septiembre de 2015

"El patriarcado ha estado históricamente asociado al Estado y a la guerra"

CONVERSACIONES CON LA ESCRITORA ESPAÑOLA MARÍA DEL PRADO ESTEBAN DIEZMA (TERCERA PARTE) 

Tercera y última parte de la entrevista con la investigadora y escritora española María del Prado Esteban Diezma, autora del libro “Feminicidio o auto-construcción de la mujer” que, como nos cuenta en esta nota, ha padecido censura en diversas partes de España por sus opiniones que contradicen el discurso oficial y dominante de género, que es global, y lo repiten tanto los partidos políticos de izquierda como de derecha.   

Por Xuan Pablo Gonzalez  

María, en tus conferencias vos hablás de una manipulación del feminismo por parte del Estado policial, y donde hay cada vez más mujeres convencidas “de que toda relación entre los sexos está plagada de agresión y violencia machista”, y por tanto violentadas y en las fuerzas armadas y represoras, (y en el peor de los casos: en las cárceles tras matar a sus parejas e hijxs, y en las guerras: torturando y violando prisioneros hombres, como en Irak). Y vos hablás de un “diseño, un  guión, un plan de sociedad”, y que “las feministas han constituido la nueva cárcel de la mujer”, ya que el feminismo es una suerte de “nueva religión que tiene su catecismo, su liturgia, su hermenéutica y su casta sacerdotal”. ¿Podríamos hablar entonces de una suerte de conspiración o plan feminista mundialista-imperial, que iría en contra de la verdadera femineidad y la verdadera emancipación de la mujer, y a favor de la violencia y la guerra? 

La guerra es el fundamento del sistema presente. La política, la economía, la ideología, el arte, la información, la educación, el entretenimiento… todas las facetas de la vida social son hoy, en realidad, la guerra por  otros medios. El fundamento del sistema es el poder y el monopolio de la violencia no el dinero, es la guerra no el mercado, es el ejército no los bancos. Nadie quiere ver esto hoy. El patriarcado ha estado históricamente asociado al Estado y a la guerra. Cuando se habla de la opresión patriarcal sobre las mujeres de su constreñimiento a la vida doméstica se suele olvidar las obligaciones que el patriarcado impuso a los hombres de ir a la guerra a morir por millones, olvidar eso, no dolernos del dolor y el sufrimiento de nuestros compañeros nos hace a las mujeres indignas e depravadas porque nos separa de la grandeza humana, la virtud y el sentido de la justicia. Los cambios en la condición femenina, lo que se consideran las conquistas de las mujeres en el siglo XX, son en realidad transformaciones asociadas a la guerra. Las dos grandes guerras europeas del siglo XX pusieron en primer plano la necesidad de colaboración de las mujeres en el esfuerzo bélico y por lo tanto los cambios en su estatuto jurídico y social. Cualquier historia del feminismo que se consulte explica la importancia de la guerra y algunas como la “Historia de las mujeres” de George Duby deja muy clara la colaboración de las sufragistas con las instituciones del Estado, su espíritu patriótico y su colaboración con una guerra en la que sus hijos iban a morir y a  matar a los hijos de otras madres, lo que deja claro que la hermandad de las mujeres no ha existido nunca y que nuestro compromiso con la vida puede verse profundamente modificado por razones ideológicas. Hoy la incorporación de las mujeres a los ejércitos y las policías es un hecho casi en la totalidad del planeta incluidos la mayor parte de los países islámicos, es uno de los fundamentos del sistema actual. Toda la sociedad debe ser un gran ejército, todo debe ser jerarquizado según los principios del cuartel, para ello hay que arrasar todas las instituciones naturales o no mediadas por el Estado. La empresa es otra institución cada vez más militarizada tanto en su estructura como en sus funciones pues casi todas las grandes ramas de la industria miran a la guerra como principal mercado. La Universidad también puesto que la guerra en el siglo XXI incorpora instrumentos de control y destrucción del enemigo  que no son estrictamente militares sino de transformación de estructuras sociales, uso de la propaganda como arma de guerra y modificación y destrucción de la cultura y la conciencia. La mujer ha sido incorporada a todas estas estructuras y se ha hecho no por coacción directa sino manipulando su conciencia para que considere que en estas instituciones encontrará su libertad. Además, leyes como la de Violencia de Género han promovido la idea de que es la represión la solución a todos los problemas, han lavado la imagen de  los cuerpos policiales y la judicatura que ahora son considerados benéficos y humanitarios aunque su carácter represivo y violento no ha cambiado sustancialmente desde el franquismo. Como antaño las sufragistas hoy los y las feministas son, en su gran mayoría, colaboradores necesarios del ascenso del Estado y la destrucción del pueblo. La existencia del Ministerio de Igualdad en el Estado español ha significado la aparición de un cuerpo de funcionarios y funcionarias y de una masa de paniaguados dependientes de esa institución que cobran por su colaboración. 

Hace unos cien años, Emma Goldman ya hablaba de la “insensibilización y asfixia de la naturaleza femenina, del instinto amoroso y maternal” * por parte de las feministas capitalistas a las que veía envueltas en una tragedia de liberación liberal, ¿no?; y veía otras muchas cosas que hoy están pasando, como la apropiación-cooptación del Estado y del Capitalismo, de muchas mujeres feministas. Siendo Emma una figura indiscutida del feminismo anarquista: ¿por qué creés que los movimientos feministas no le hicieron caso, y se siguen plegando al Estado y al sistema capitalista, en lo que llamás un neopatriarcado? Y otra pregunta: ¿no confunde y es un término del poder: “el patriarcado”, ya que como vos decís: siempre hubo una casta de mujeres patriarcales (generalmente blancas y ricas) manejando los hilos junto a los hombres patriarcales y generalmente blancos y ricos? Y en definitiva: ¿no serían los términos patriarcado y matriarcado, tan (obsoletos y) funcionales a las élites del poder, como machismo y feminismo, derecha e izquierda, y toda esa dialéctica hegeliana iluminista imperial?    
(*La tragedia de la emancipación de la mujer, de Emma Goldman) 

Podríamos cambiar el nombre, dejar de hablar de patriarcado, he valorado esa posibilidad muchas veces pero sigo usando ese término porque el gobierno de los sexos, hasta hoy, incluye algo decisivo en mi opinión, la tutela de las mujeres. Si el Código Civil de 1889 planteó la tutela de la mujer por el padre o el marido hoy se plantea esta situación de minoría de edad permanente a cargo del Estado y sus funcionarios y funcionarias. Pero el gran padre nunca fue el hombre como se ha planteado sino el Estado que obligaba a asumir un estatuto legal y social a los hombres y otro a las mujeres. Mientras existan leyes como la LIVG que suponen la “especial protección” de las mujeres y nuestra inferioridad estructural deberemos seguir hablando de patriarcado. Eso no excluye la percepción de algo incuestionable, siempre ha habido mujeres en las elites del poder, hoy además esa presencia está en constante crecimiento. En Latinoamérica es especialmente intenso este proceso, una buena parte del continente está gobernado por féminas. El patriarcado no puede entenderse sin la colaboración de las mujeres, eso es un hecho. Por otro lado no proviene toda la opresión del patriarcado que es la parte. El feminismo, al especializar las luchas, al parcializar la visión del mundo se ha convertido en uno de los pilares del sistema porque limita la opresión a la que se produce sobre las mujeres y afirma que los hombres son libres, es decir, que vivimos en una sociedad de la libertad salvo por el sometimiento de las mujeres. El conflicto entre los sexos ha pretendido borrar los otros antagonismos, sobre todo el que enfrenta a los poderosos y poderosas con quienes viven bajo su bota, así se trazan las líneas  de la batalla en el plano horizontal y se admite la jerarquía social cuando en lo alto de la pirámide reinan las mujeres. Como bien entendieron muchas mujeres y hombres en el pasado la emancipación o es de todos o no existe. Mientras exista el Estado, los ejércitos, la guerra, el trabajo asalariado, la propaganda o las religiones políticas no puede haber libertad. La libertad de las mujeres no puede existir sin la libertad de los hombres y la de las criaturas pues sería una libertad espuria e injusta que causaría opresión a los otros. 

Advertís sobre los engaños del Nuevo Orden Mundial, en una maquinaria global que “hace del mal, el egoísmo, la injusticia y la miseria moral su seña de identidad”. ¿Cómo ves actualmente la situación desde España, y con la aparición de Podemos creés que haya posibilidades de cambio? ¿Y cuál es tu opinión desde Europa, si tenés un panorama más regional, donde desde aquí se advierten además, continuamente rebrotes xenófobos: contra suda(meri)ca(no)s, árabes y africanos, etc.? 

El sistema presente necesita que se extienda el egoísmo, la intolerancia, la lucha de todos contra todos. La mayor extensión del mal social es lo que justifica al Estado, la represión, la violencia institucional porque en una sociedad moral, justa y convivencial en su base todas estas cosas estarían de más y serían vistas como lo que realmente son, un aparato de control y represión sobre el pueblo. Como ya he hablado la victimización de minorías, mayorías o grupos corporativos es un componente esencial de estos procesos, para ello es necesario generar procesos identitarios excluyentes y cerrados  que etiquetan a cada individuo en un gueto enfrentado con el resto de los guetos. En esta sociedad de las fracturas la xenofobia no tiene como objeto únicamente el sexo o la raza: todos deben ser excluyentes y ajenos a todos, todos pertenecen por igual a grupos criminalizados y victimizados. A pesar en el Estado español no han aparecido partidos o movimientos xenófobos que tengan alguna entidad. 

En Argentina recientemente se estrenó y repetidas veces se censuró el documental Borrando a papá (2014), que denuncia el tema de las falsas denuncias de género, y del negocio económico que hacen psicólogos, asistentes sociales, abogados, instituciones y onegés, etc. con el tema de la obstrucción de vínculos intrafamiliares (especialmente con la separación de los padres de sus hijxs, borrando la figura paterna de muchxs niñxs, como remarca la peli), tras separaciones y divorcios conflictivos, que con el incremento de las políticas de género, se vuelven aún más conflictivos, como vos también decís. El viejo y maquiavélico divide (a la familia) y reinarás. Y contános: ¿hay censura también allá cuando se intenta mostrar cierta información que desnuda corrupciones institucionales, y que contradice el discurso oficial imperante en los medios? ¿Y creés que la maquinaria capitalista se beneficia con hijxs traumadxs por separaciones conflictivas?     

La censura es la norma en estos temas, el libro que escribí junto a Félix Rodrigo Mora, “Feminicidio o auto-construcción de la mujer” ha sufrido censura en muchos ambientes, especialmente en los de la radicalidad política que tiene un compromiso potentísimo con la ortodoxia sexista que lidera el Ministerio de Igualdad hoy bajo la dirección de la derecha española venida directamente del franquismo. El documental del que me hablas también ha sufrido acoso y persecución aquí. Es inevitable. El hostigamiento de la paternidad es uno de  los ejes estratégicos del sistema en este momento, aquí ha sido el Partido Popular el que ha pedido que la aplicación de la Ley de Violencia de Género se vuelque en evitar el contacto entre padres e hijos cuando haya denuncia de malos tratos, de este modo y de forma preventiva miles de padres son privados de sus hijos pero lo que es más importante a miles de criaturas se les arranca de sus padres. El padre es una necesidad básica en la crianza. Es cierto que cuando no hay padre por las razones que sean una criatura puede crecer con el amor de sus cercanos y sin trauma, pero cuando se trata de la expulsión obligada del padre, de la negación por parte de un grupo de los adultos de esa figura de apego para la criatura las cosas son distintas. Y no solo se trata de que los niños crezcan sin padre sino de que crecen en el resentimiento, en la mentira y en el trauma porque por lo general las madres sobre las que recae todo el peso de la crianza viven también esta etapa con odio, angustia, miedo y victimización. Y no falta sólo el padre falta el tejido social amplio y rico en experiencias, en diversidad de relaciones que siempre acompañó el crecer y hacerse personas. El mundo de las criaturas se empequeñece hasta hacerse diminuto, el de las mujeres y las madres también creando neurosis y malestar permanente, estos seres torturados y mutilados en su carácter y su seguridad personal son mucho más manipulables y vulnerables y por lo tanto más fáciles de convertir en carne de cañón para el Estado y bestias de labor para el capitalismo. 

También advertís sobre la posibilidad de una nueva contienda mundial, en la que esta creciente “guerra civil entre mujeres y hombres”, promovida por “el Estado y el capitalismo”, que “son los primeros beneficiarios”, es sutil(o descarada)mente utilizada para aumentar la violencia, la vigilancia, el control policial y la militarización. ¿Cómo creés, como mujer y madre de tres hijas, que desde el amor, y desde la conciencia que da el amor a la palabra, que podamos cambiar y mejorar las cosas por el  bien de nuestros hijxs y nietxs en esta Madre Tierra y en este siglo XXI? 

Me cuesta pensar en una salida porque las cosas que se han destruido son tantas y de tal naturaleza que no es seguro que se pueda acometer su reconstrucción. Tal vez debemos asumir que es posible que muchos de los grandes problemas de nuestro tiempo no tengan solución. Pero si lo tienen ello vendrá de las decisiones voluntarias y el esfuerzo individual de muchos. No espero un sistema, una estructura o un movimiento que nos salve de la dramática situación en la que vivimos, en todo caso mi confianza reside en que, desde la conciencia de los seres mutilados y empobrecidos que somos encontremos la fuerza y la energía interior para enfrentarnos cada uno por sí mismo y confluyendo con otros al monstruo que es el sistema actual entendiendo que el mal no vive fuera de nosotros sino en nuestro interior. Cada vez que nos acobardamos, que concedemos, que nos escondemos para evitar el latigazo del enemigo hacemos crecer el mal y la destrucción a nuestro alrededor. Como madre me preocupa acompañar a mis hijas a la búsqueda de esa fuerza para sobrevivir al presente y construir el futuro. 

http://revistacontracultural.blogspot.com.ar/

No hay comentarios: