1 de noviembre de 2001

Ni bushistas, ni ladenistas, pacifistas

LA GUERRA EEUU-AFGANISTAN Y LAS FALSAS OPCIONES

¿Quién dijo que inexorablemente hay que alinearse con el terrorista George Bush o con el terrorista Osama bin Laden? Antes que nada hay que alinearse con la paz. La guerra sólo trae horror para los que la sufren directamente y dinero para los que venden armas, tanto en uno como en el otro bando.

Por Marcelo R. Pereyra


Bush nos advierte: “O están con nosotros, o están con el terrorismo”. Bin Laden nos amenaza: ”Esta es una guerra de infieles contra creyentes”. Pues bien, habemos algunos que no queremos estar con ellos ni con el terrorismo, y que no necesariamente somos infieles o creyentes. Habemos algunos que rechazamos las falsas opciones dicotómicas y excluyentes, porque nuestra verdadera opción es, siempre, la paz.

Además, habemos quienes, coincidiendo con el pensador estadounidense Noam Chomsky, calificamos al gobierno de Washington de terrorista mundial número uno. Por que es como el grandote prepotente del barrio que siempre nos pegaba sin motivo, que nos tiraba lejos la pelota porque sí. Claro que el símil no es del todo correcto por que este grandote cada vez que le pega a alguno es por un único motivo: hacer dinero y más dinero.

Y habemos algunos que no estamos con Bin Laden porque desconfiamos de quien ya trabajó para la CIA, de quien instrumenta políticamente una religión pacifista como el Islam. Por que nos preguntamos qué ha hecho por un pueblo como el afgano, que tiene un ingreso anual per cápita de 220 dólares, y una tasa de mortalidad del 22%.

Habemos algunos que creemos que en el fondo esta no es una guerra por la libertad ni por el Islam. Que ni al multimillonario petrolero tejano Bush le importan sus 7.000 muertos, ni al multimillonario petrolero saudí Bin Laden el atraso y la miseria que hay en Afganistán, por que en realidad ambos se están peleando por otra cosa: por el petróleo, es decir por el dinero. Esto es lo que siempre ha estado en el trasfondo de los eternos conflictos en Medio Oriente y en Asia Central. Todo lo demás es estrategia política hipócrita y mentirosa de ambos bandos.

La paz exige que Estados Unidos se retire de las zonas en conflicto y que auspicie acuerdos justos entre los países enfrentados. Israel, por supuesto, tiene derecho a un territorio seguro, como también lo tiene Palestina, lo cual debería ser garantizado por unas Naciones Unidas independientes de los manejos de Washington. El fanatismo musulmán, por su parte, debería entender que el terrorismo es el camino hacia el fracaso, tal como lo atestiguan la escasa adhesión a su causa que ha logrado la ETA, y el reciente abandono de la lucha armada por parte del IRA.

Sí, es cierto: habemos algunos que somos soñadores, pero, como dijo Jhon Lennon, no somos los únicos.

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