10 de noviembre de 2016

Más lejos del despegue

DESEMPLEO, DETERIORO DEL SALARIO Y DEUDA AGUDIZAN EL CONFLICTO SOCIAL 

118 mil puestos de trabajos menos, aumento de la informalidad laboral, pérdida en el poder adquisitivo de los salarios, incremento del endeudamiento y dólares que llegan para especular, son parte de los datos económicos y sociales de un semestre que finalizó sin dar señales para el anunciado despegue de campaña. 

Por Fabiana Arencibia

Realizaremos un repaso de algunos de los datos macroeconómicos que muestran la profundización de la crisis - con continuidad de la recesión ya planteada desde los últimos años del gobierno kirchnerista - que mientras golpea a los sectores del trabajo y deja a un 32% de la población por debajo de la línea de pobreza, garantiza rentabilidad a los especuladores.

Pérdida de puestos de trabajo: 118 mil

De los datos brindados por las Estadísticas de Registros Laborales (1) para el 2do trimestre de 2016 elaborado por el Indec, que tiene como fuente las bases del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), se desprende que se perdieron 90.109 puestos de trabajo registrados en relación con el 1er trimestre de este año. Si tomamos como base el 4to trimestre de 2015, en donde asume el nuevo gobierno, los puestos laborales perdidos son 118.079 ya que en diciembre de 2015 existían 6.537.947 trabajadores privados registrados, mientras que el número bajó a 6.419.868 en setiembre de 2016. Geográficamente, las provincias más afectadas por la pérdida de puestos laborales registrados son Catamarca, La Rioja, Santa Cruz y San Luis. Las actividades en las que se observa la mayor pérdida de puestos laborales son la Construcción, con una variación interanual del 12,5% en contra. Le sigue la Minería y luego la Agricultura y Pesca.

Trabajadores no registrados: 4 millones

Este jueves el INDEC dio a conocer que en el segundo trimestre de este año el trabajo no registrado ascendió al 33,4 % de la población económicamente activa. Se trata de más de cuatro millones de personas. Esta cifra es similar al último dato oficial que se había difundido del segundo y tercer trimestre de 2015 (33,1%). El mayor índice corresponde a la región Noroeste, con 39%. Le siguen el Noreste, con 33,9%; Cuyo, 33,9%, Gran Buenos Aires, 33,4%; y la región Pampeana, 33,7%; todos por encima del nivel general. Estos promedios se agudizaron en provincias y zonas. En el Gran Buenos Aires, el conurbano trepó a 37,9%. En la región Noroeste, las provincias que arrojaron índices superiores a la media fueron Salta (44,8%), el Gran Tucumán (42,3%) y Santiago del Estero (38,1%). Y en el Noreste pasaron el promedio de trabajo no registrado, Gran Resistencia (36,8%) y Corrientes (34%). En la Región Pampeana, Concordia tuvo la informalidad más alta (41,3%) seguida de Río Cuarto (37,6%), Gran Córdoba (37,3%), Mar del Plata con (37,6%) y el Gran Rosario con 36,23. La Patagonia tuvo el registro más bajo con un 16% de trabajo en negro. Neuquén-Plottier 17%, Rawson-Trelew con 21,7%, Viedma y Carmen de Patagones con 20,3%, Comodoro Rivadavia-Rada Tily con un 18,1%. Las de menor trabajo no registrado fueron Ushuaia (7,8%) y Río Gallegos (12,4%).

Deterioro del salario: 10,8 por ciento

La remuneración en mano a los trabajadores creció un 34,6% respecto al 2do trimestre de 2015, mientras que la inflación interanual en igual período fue del 45,4%. Es decir, la inflación creció un 10,8% más que los aumentos de sueldo. Si tomamos la comparación entre el 1er trimestre y el 2do trimestre de 2016, el aumento de la remuneración es de 21,2% mientras que la inflación en igual período creció un 25,4%, lo que significa que aún a lo largo de 2016 los salarios han aumentado siempre por debajo de la inflación. En términos monetarios, la remuneración neta promedio es de 18.107 pesos. Este monto no alcanza a cubrir el valor de una Canasta Total (para un matrimonio con 2 hijos en edad escolar), la cual se encontraba en 20.132 pesos a finales de agosto, según la Junta Interna de ATE Indec (2). Con el salario mínimo vital y móvil (7.560 pesos) solo se cubren las necesidades básicas de alimentos y servicios por 11 días y medio del mes. Existen casi dos millones de “Monotributistas sociales”, cifra que muestra a quienes no son trabajadores formales. Esta cifra se acrecienta si tomamos en cuenta que los planes sociales previstos en el Presupuesto 2017 son unos 8.500.000. En ambos casos, gran parte de ellos perciben ingresos por valores que no llegan al SMVM (salario mínimo vital y móvil).

A dónde van los verdes: más deuda

Uno de los pilares en el discurso de campaña del gobierno fue que pagando la deuda en default con los holdouts lloverían los dólares necesarios para reactivar la economía. Lo cierto es que los holdouts “cobraron” y la crisis se profundiza. Usamos las comillas porque en realidad se contrajo más deuda para pagarles. Según datos oficiales al 30 de junio, la deuda pública de la administración central asciende a 260.000 millones de dólares, registrando una suba en seis meses (desde diciembre 2015) de 10.000 millones de dólares. Recordamos que durante la gestión anterior el crecimiento fue en promedio de 10.000 millones de dólares por año (de 150.000 en 2013 a 250.000 millones de dólares en 2015). (3) Nada de esto va a cambiar ya que el Presupuesto 2017 prevé más endeudamiento (y más pago de intereses: de 10.000 millones de dólares previstos para 2016, los servicios de deuda pasarían a 13.800 millones de dólares en 2017). (4) El economista Claudio Lozano afirmó: "No llueve la inversión extranjera. Lo que sí llueve es deuda. Estamos sosteniendo todo este año y la perspectiva futura en la idea de una Argentina que vuelve a endeudarse y eso todos sabemos que es pan para hoy y hambre para mañana". “El imaginario del gobierno y la prensa afín es que las inversiones externas resolverán el problema de la baja actividad económica, del empleo y de la pobreza, obviando la existencia de una gran crisis capitalista mundial que frena el comercio internacional y el volumen de las inversiones externas en todo el planeta”, opinó por su parte el economista Julio Gambina (5). Algunos datos corroboran que los dólares con que se va nutriendo el gobierno son para cubrir faltantes presupuestarios y otros que ingresan son con fines especulativos. El Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano calculó que el Gobierno nacional necesitará el año próximo 56.000 millones de dólares para financiar tanto el déficit fiscal proyectado como los vencimientos de deuda. A principios de octubre, con el objetivo de conseguir financiamiento para cubrir en parte ese déficit, el Gobierno colocó dos bonos por un total de 2.500 millones de euros, regresando al mercado financiero europeo después de 15 años. Los vencimientos serán en 2022 y 2027. "Esta transacción ha ampliado, una vez más, el universo de inversores que confirma su gran interés por Argentina, diversificando así las fuentes de financiamiento para el gobierno y para otros emisores del país", indicó el Ministerio de Hacienda en un comunicado. Esta es la tercera colocación en el exterior del año, totalizando hasta ahora alrededor de 20.000 millones de la venta de bonos en dólares, luego de la salida del default. En abril se colocaron 16.500 millones de dólares en inversores internacionales. Según informaciones hechas públicas, con esta última emisión, sumados los 50.000 millones de pesos para el Bono a 5 años (octubre 2021) y 11.572 millones para el Bono a 2 años (octubre de 2018) se completarían los recursos necesarios para el pago de la deuda preexistente durante el último trimestre del año (.300 millones de dólares que incluye vencimientos de capital e intereses de organismos multilaterales y bilaterales y bonos en poder del sector privado y el Banco Central).

Ante este panorama, mientras el gobierno y sus aliados políticos plantean que la única manera de relanzar la economía es a través del endeudamiento y las inversiones externas, otros pensamos en la necesidad de imaginar y debatir nuevas formas de relaciones económicas y sociales. Mientras tanto, si se sigue en esta línea, primará con certeza la agudización del conflicto social.

Notas:
(1) Indec, Estadísticas de Registros Laborales, segundo trimestre de 2016, oct/2016.
(2) Junta Interna ATE-Indec. sept/2016. ¿Cuánto debiera ser nuestro salario como mínimo?,



Fuego: la principal amenaza de los bosques andino patagónicos

NATURALES, ACCIDENTALES E INTENCIONALES 


Los bosques andino patagónicos constituyen una de las últimas reservas mundiales de bosques templados con poca alteración antrópica y valiosa biodiversidad, y son uno de los biomas argentinos mejores conservados. Sin embargo, se encuentran cada vez más amenazados por los incendios forestales (naturales, accidentales e intencionales). Existe mucha preocupación por lo que pueda suceder en la próxima temporada estival, dado que se esperan altas temperaturas y el otoño e invierno pasado las precipitaciones fueron muy bajas.

Por Hernán Giardini (desde Río Negro) 



Su superficie actual es de aproximadamente 1.800.000 hectáreas. La ecorregión se inicia en el norte de la provincia de Neuquén, prolongándose 2.088 kilómetros hasta la provincia de Tierra del Fuego. Tiene un ancho máximo de 226 kilómetros de este a oeste, que en algunas ocasiones puede interrumpirse por la estepa patagónica.

En su mayor parte los bosques andino patagónicos están formados por un número limitado de especies que, aún cuando cambian a lo largo de sus diferentes sectores, cumplen un rol ecológico similar para los animales. De allí que, si bien la flora presenta variaciones, la fauna es bastante parecida en toda la extensión de la región.

Se distinguen cuatro distritos, cada uno de ellos con características peculiares y especies propias que los diferencian, aunque las transiciones son muy paulatinas:

• El distrito del Pehuén se caracteriza por los bosques de pehuén, que se forman puros y extensos entre los 900 y 1.800 metros de altitud, y por bosques ralos mezclados con especies como la lenga, el coihue, el ñire, el roble pellín, el raulí, la caña coligüe y el ciprés.

• El distrito del Bosque Caducifolio está conformado principalmente por tres especies arbóreas: el ñire, generalmente en lugares bajos y húmedos; la lenga, que es la más tolerante al frío y crece hasta los 1.800 metros de altura; y el ciprés, que sólo se encuentra en el norte. También existen bosques de raulí y roble pellín, y bosques de coníferas.

• El distrito Valdiviano es el más húmedo, superando los 4.000 mm de precipitación anual. Sus especies características son el cohiue y el alerce; y existen numerosas enredaderas que le dan un aspecto selvático. La lenga y el arrayán aparecen en ciertos puntos del distrito.

• El distrito Magallanes es más frío, seco y florísticamente más pobre que el Valdiviano, con predominio de bosques siempre verdes. Sus árboles característicos son el guindo, el canelo y el maitén.

La fauna presenta una destacada homogeneidad, debido a que las variaciones de una zona a otra no revisten por lo general gran importancia. Entre los mamíferos sobresalen el huemul, el pudú, el huillín, el hurón menor, el zorrino patagónico y el monito del bosque. Los predadores mayores son el puma, el zorro colorado, el zorro gris patagónico y el gato huiña; y los roedores son abundantes y numerosos. Entre la vasta cantidad de aves se distinguen el cóndor, el águila mora, el cisne de cuello negro, el pájaro carpintero gigante, y el picaflor rubí.

Los incendios forestales son la principal fuente de degradación y deforestación de los bosques andino patagónicos.

En 2007 la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación advirtió que “las estadísticas de esta última década muestran una fuerte componente de la actitud humana, ya que es principalmente alrededor de los centros urbanos en que se observan la mayor cantidad de eventos de incendios. Las causas varían desde el juego de niños, accidentes, negligencias, hasta una marcada intencionalidad en la que se mezclan las necesidades de leña de los sectores de menos recursos económicos, las diferencias políticas, los problemas de relación entre pandillas y policías, y los conflictos generados por la tenencia de la tierra. (…) El avance de la ciudad por sobre el bosque ha incrementado el problema ya que se ha sumado el tema de los incendios de interfase”.

Por su parte, en septiembre de 2015 un informe oficial señaló que el área afectada en las últimas trece temporadas de incendios en la provincia de Chubut “se aproxima a las 87.000 hectáreas (de las cuales 65.000 corresponden al último decenio). Esta cifra representa un 9,6% de los bosques de la provincia”. Previo a la temporada 2014–2015, donde el fuego arrasó más de 40.000 hectáreas, “la superficie media anual afectada (período 2002–2014) era aproximadamente de 3.915 hectáreas”.

En cuanto a los grandes incendios forestales sufridos durante las temporadas 2013–2014 y 2014–2015 en Chubut, un estudio de Thomas Kitzberger, del Instituto de Investigaciones sobre Biodiversidad y Medio Ambiente (INIBIOMA), estimó que “el área quemada por incendios iniciados por rayos representó un 72,8% del área total quemada. Claramente los incendios por rayos tienden a producirse con mayor probabilidad en áreas remotas y de difícil acceso que los incendios generados por causas humanas, que se concentran, justamente cerca de sitios poblados, rutas y áreas de mayor acceso. Eso posiblemente determine que los incendios por rayo, al ser más dificultoso su combate inicial, tengan mayores probabilidades de convertirse en eventos extensos”.

Un informe de abril de 2015 del Nodo Regional Bosque Andino Patagónico del Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP), advirtió que en el verano 2014–2015 “observamos grandes parches de bosque que presentaban síntomas de secamiento” y que “en el Noroeste de la provincia de Chubut hay que sumar como situación propicia para la ocurrencia de incendios la floración de caña colihue ocurrida en 2013”; lo que sumado a “eventos fuertes del fenómeno climático como El Niño Oscilación Sur, que afectan al régimen de precipitaciones y temperaturas en la región, pueden generar situaciones extremadamente favorables para la ocurrencia de grandes incendios”.

Autoridades provinciales y nacionales afirmaron en los medios de comunicación que muchos de los incendios forestales de los últimos años fueron intencionales para  desarrollo inmobiliario y ganadero.

A pesar de esto, no hay informes oficiales o investigaciones que lo confirmen y, aún si se llegara a descubrir a los culpables, la legislación actual no penaliza la quema intencional de bosques nativos.

Resulta evidente que para este verano no será suficiente rezar que no se produzcan incendios forestales (como insólitamente afirmó el Ministro de Ambiente de la Nación, Sergio Bergman). El gobierno debe ampliar significativamente los fondos destinados a la prevención y lucha contra el fuego; y el Congreso de la Nación debe avanzar en el tratamiento del proyecto de ley Régimen Penal de Protección al Bosque Nativo, que castiga con prisión de 2 a 10 años y multa a quien “sin autorización, excediendo las que tuviere, violando las disposiciones legales o reglamentarias, o las órdenes legítimas de la autoridad, intencionalmente ocasionare el desmonte, incendio, cambio de uso de suelo o la destrucción de bosques nativos”.


Destruir bosques es un crimen.

Calma pueblo

LA MESA DE DIÁLOGO EN VENEZUELA ABRE UNA POSIBILIDAD FRENTE A LA EMBESTIDA DE LA OPOSICIÓN  

Tregua. Gobierno y oposición sentados para negociar el futuro venezolano. Voces dialoguistas y rupturistas que persiguen intereses antagónicos. Cómo reacciona la ciudadanía. Un nuevo escenario se abre para no seguir echando más petróleo al fuego.  

Por Marcelo J. Levy  

Mientras el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello, aseguró que “no habrá referéndum revocatorio, ni elecciones generales adelantadas”, Henrique Capriles principal impulsor del Referéndum Revocatorio, exigió al oficialismo que, o presentan un cronograma electoral que incluya la fecha para las elecciones generales propuestas por el Gobierno o la reactivación de la junta de las firmas del 20% para el Referéndum.

De igual forma, y por la decisiva visita del Papa Francisco a Venezuela, el diálogo entre gobierno y oposición posterga tanto el RR el juicio político al presidente Nicolás Maduro y abre posibilidades para encaminar políticamente la situación del país, garantizar el abastecimiento de alimentos y medicinas a la población, y consensuar una agenda electoral.

El dialogo está apareciendo como una salida posible. Pero, como no podía ser de otra forma, los medios de comunicación concentrados en connivencia con los sectores opositores, tejen la desestabilización institucional del país. Si fracasara esta instancia dialoguista, la confrontación puede transformarse en formas más complejas, violentas y peligrosas, apoyadas ahora más que nunca con el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos. El éxito de este proceso de diálogo dependerá de la voluntad de encontrar puntos comunes y también del uso del lenguaje, abandonando la persistente guerra de micrófonos, acicateada desde el exterior.

Bajo la excusa de un gobierno dictatorial, la oposición intenta derrocar al gobierno, omitiendo que Maduro fue elegido bajo los mismos mecanismos que le permiten a la oposición elegir gobernantes de municipios y estados y obtener una representación mayoritaria en la unicameral Asamblea Nacional.

Los detractores del dialogo plantean que esta estrategia del gobierno  tiene como objeto dividir a la oposición entre dialoguistas y radicales destruyendo la alianza de la Mesa de Unidad Democrática con Jesús Torrealba y  Henry Ramos Allup, y por otro lado Leopoldo López desde la prisión, y Henrique Capriles en comunicación con la mayoría ciudadana.

Aquellos que defienden la mesa de discusión pretenden primero estabilizar Venezuela, estrategia a la que se suman dos de los mediadores de Unasur: el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y el expresidente de Panamá, Martín Torrijos, quienes intentan un acuerdo para lograr que las instituciones recuperen su credibilidad e independencia.

Mientras, desde el oficialismo, se señala que “no se puede pretender darle un ultimátum a las conversaciones, a los diálogos y a la paz” y no se aceptan “amenazas” ni “condicionamientos”.

No existirá dialogo sin el reconocimiento de la otra parte y sobre la base de la confianza en la neutralidad de la tarea y propuestas de los acompañantes. Tampoco funcionará con desacreditaciones constantes y amenazas de ruptura. Y fundamentalmente, la mesa de dialogo tiene razón de ser desde el respeto a la soberanía, a las instituciones y al voto popular.

Se acordó el debate sobre la siguiente agenda: 1) Paz, Respeto al Estado de Derecho y a la Soberanía Nacional, coordinada por José Luis Rodríguez Zapatero; 2) Verdad, Justicia, Derechos Humanos, Reparación de Víctimas y Reconciliación, coordinada por el representante del Vaticano; 3) Económico-Social, coordinada por el ex presidente dominicano Leonel Fernández, y 4). Generación de Confianza y Cronograma Electoral, coordinada por el ex mandatario panameño Martín Torrijos.

No se puede negar que  hay disidencias políticas al interior del bolivarianismo y sectores que combaten al gobierno con más fuerza que la propia oposición: exministros de Chávez, grupos de izquierda, generales y altos oficiales en retiro (chavistas) que  apoyaron al referéndum revocatorio de Maduro. No todo el chavismo apoya a Maduro, pero, obviamente, menos aún a la MUD.

En 18 años de gobiernos bolivarianos se llevaron a cabo 18 elecciones, pese a lo que el chavismo ha estado bajo permanente sospecha antidemocrática por parte del poder mediático hegemónico. Además, en reacción a las continuas derrotas electorales, la oposición ha reaccionado organizando acciones desestabilizadoras como el golpe cívico-militar en el 2002, el paro petrolero en 2002-2003 y las más recientes medidas de desestabilización con “guarimbas” callejeras desde 2014.

Con la prioridad económica establecida (garantizar el abastecimiento de alimentos y medicinas) el referéndum revocatorio o el juicio político a Maduro ya lucen un asunto del pasado y hoy la oposición duda sobre lograr un acuerdo político que permita, a través de una enmienda constitucional, adelantar las elecciones generales para finales de 2017. O sea, un año más de gobierno para Maduro.

La oposición tiene experiencias que ponen en duda su poderío real (y no el virtual, que es inmensamente mayor, sobre todo en el exterior) y recuerda que en 2003, tras el golpe de Estado frustrado al presidente Hugo Chávez se instaló una mesa de diálogo, que allanó el camino para un referéndum revocatorio de su mandato. En ese año, Chávez redobló sus exitosos programas sociales y elección tras elección gobernó con altísima popularidad hasta el día de su muerte.

Se define el futuro de Venezuela en medio de un triunfo de los más reaccionarios de la historia del continente: el de Trump. Por esto y por el acceso al gobierno de sectores de derecha, es que el panorama venezolano es sombrío y con una gran incertidumbre. Lo mismo que el de Latinoamérica toda.

Trump: el otro fin de ciclo

CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA VICTORIA REPUBLICANA EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DE EE.UU. 

En el último año hablar del “fin del ciclo progresista” se había convertido en una moda en América Latina. Uno de los supuestos de tan temeraria como infundada tesis, cuyos contenidos hemos discutido en otra parte, era la continuidad de las políticas de libre cambio y de globalización comercial impulsadas por Washington desde los tiempos de Bill Clinton y que sus cultores pensaban serían continuadas por su esposa Hillary para otorgar sustento a las tentativas de recomposición neoliberal en curso en Argentina y Brasil. Pero enfrentados al tsunami Donald Trump se miran desconcertados y muy pocos, tanto aquí como en Estados Unidos, logran comprender lo sucedido. Cayeron en las trampas de las encuestas que fracasaron en Inglaterra con el Brexit, en Colombia con el No, en España con Podemos y ahora en Estados Unidos al pronosticar unánimemente el triunfo de la candidata del partido Demócrata. También fueron víctimas del microclima que suele acompañar a ciertos políticos, y confundieron las opiniones prevalecientes entre los asesores y consejeros de campaña con el sentimiento y la opinión pública del conjunto de la población estadounidense, esa sin educación universitaria, con altas tasas de desempleo, económicamente arruinada y frustrada por el lento pero inexorable desvanecimiento del sueño americano, convertido en una interminable pesadilla. Por eso hablan de la “sorpresa” de ayer a la madrugada, pero como observara con astucia Omar Torrijos, en política no hay sorpresas sino sorprendidos. Veamos algunas de las razones por las que Trump se impuso en las elecciones. [1] 

Por Atilio A. Boron 

Primero, porque Hillary Clinton hizo su campaña proclamando el orgullo que henchía su espíritu por haber colaborado con la Administración Barack Obama, sin detenerse un minuto a pensar que la gestión de su mentor fue un verdadero fiasco. Sus promesas del “Sí, nosotros podemos” fueron inclementemente sepultadas por las intrigas y presiones de lo que los más agudos observadores de la vida política estadounidense -esos que nunca llegan a los grandes medios de aquel país- denominan “el gobierno invisible” o el “estado profundo”. Las módicas tentativas reformistas de Obama en el plano doméstico naufragaron sistemáticamente, y no siempre por culpa de la mayoría republicana en el Congreso. Su intención de cerrar la cárcel de Guantánamo se diluyó sin dejar mayores rastros y Obama, galardonado con un inmerecido Premio Nobel, careció de las agallas necesarias para defender su proyecto y se entregó sin luchar ante los halcones. Otro tanto ocurrió con el “Obamacare”, la malograda reforma del absurdo, por lo carísimo e ineficiente, sistema de salud de Estados Unidos, fuente de encendidas críticas sobre todo entre los votantes de la tercera edad pero no sólo entre ellos. No mejor suerte corrió la reforma financiera, luego del estallido de la crisis del 2008 que sumió a la economía mundial en una onda recesiva que no da señales de menguar y que, pese a la hojarasca producida por la Casa Blanca y distintas comisiones del Congreso, mantuvo incólume la impunidad del capital financiero para hacer y deshacer a su antojo, con las consabidas consecuencias. Mientras, los ingresos de la mayoría de la población económicamente activa registraban -no en términos nominales sino reales- un estancamiento casi medio siglo, las ganancias del uno por ciento más rico de la sociedad norteamericana crecieron astronómicamente.[2] Tan es así que un autor como Zbigniew Brzezinski, tan poco afecto al empleo de las categorías del análisis marxista, venía hace un tiempo expresando su preocupación por que los fracasos de la política económica de Obama encendiese la hoguera de la lucha de clases en Estados Unidos. En realidad esta venía desplegándose con creciente fuerza desde comienzos de los noventas sin que él, y la gran mayoría de los “expertos”, se dieran cuenta de lo que estaba ocurriendo bajo sus narices. Sólo que la lucha de clases en el corazón del sistema imperialista no puede tener las mismas formas que ese enfrentamiento asume en la periferia. Es menos visible y ruidoso, pero no por ello inexistente. De ahí la tardía preocupación del aristócrata polaco-americano. En materia de reforma migratoria Obama tiene el dudoso honor de haber sido el presidente que más migrantes indocumentados deportó, incluyendo un exorbitante número de niños que querían reunirse con sus familias. En resumen, Clinton se ufanaba de ser la heredera del legado de Obama, y aquél había sido un desastre.

Pero, segundo, la herencia de Obama no pudo ser peor en materia de política internacional. Se pasó ocho años guerreando en los cinco continentes, y sin cosechar ninguna victoria. Al contrario, la posición relativa de Estados Unidos en el tablero geopolítico mundial se debilitó significativamente a lo largo de estos años. Por eso fue un acierto propagandístico de Trump cuando utilizó para su campaña el slogan de “¡Hagamos que Estados Unidos sea grande otra vez!” Obama y la Clinton propiciaron golpes de estado en América Latina (en Honduras, Ecuador, Paraguay) y envió al Brasil a Liliana Ayalde, la embajadora que había urdido la conspiración que derribó a Fernando Lugo para hacer lo mismo contra Dilma. Atacó a Venezuela con una estúpida orden presidencial declarando que el gobierno bolivariano constituía una “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos.” Reanudó las relaciones diplomáticas con Cuba pero hizo poco y nada para acabar con el bloqueo. Orquestó el golpe contra Gadaffi inventando unos “combatientes por la libertad” que resultaron ser mercenarios del imperio. Y Hillary merece la humillación de haber sido derrotada por Trump aunque nomás sea por su repugnante risotada cuando le susurraron al oído, mientras estaba en una audiencia, que Gadaffi había sido capturado y linchado. Toda su degradación moral quedó reflejada para la historia en esa carcajada. Luego de eso, Obama y su Secretaria de Estado repitieron la operación contra Basher al Assad y destruyeron Siria al paso que, como confesó la Clinton, “nos equivocamos al elegir a los amigos” –a quienes dieron cobertura diplomática y mediática, armas y grandes cantidades de dinero- y del huevo de la serpiente nació, finalmente, el tenebroso y criminal Estado Islámico. Obama declaró una guerra económica no sólo contra Venezuela sino también contra Rusia e Irán, aprovechándose del derrumbe del precio del petróleo originado en el robo de ese hidrocarburo por los jijadistas que ocupaban Siria e Irak. Envió a Victoria Nuland, Secretaria de Estado Adjunta para Asuntos Euroasiáticos , a ofrecer apoyo logístico y militar a las bandas neonazis que querían acabar con el gobierno legítimo de Ucrania, y lo consiguieron al precio de colocar al mundo, como lo recuerda Francisco, al borde de una Tercera Guerra Mundial. Y para contener a China desplazó gran parte de su flota de mar al Asia Pacífico, obligó al gobierno de Japón a cambiar su constitución para permitir que sus tropas salieran del territorio nipón (con la evidente intención de amenazar a China) e instaló dos bases militares en Australia para, desde el Sur, cerrar el círculo sobre China. En resumen, una cadena interminable de tropelías y fracasos internacionales que provocaron indecibles sufrimientos a millones de personas.

Dicho lo anterior, no podía sorprender a nadie que Trump derrotara a la candidata de la continuidad oficial. Con la llegada de este a la Casa Blanca la globalización neoliberal y el libre comercio pierden su promotor mundial. El magnate neoyorquino se manifestó en contra del TTP, habló de poner fin al NAFTA (el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá) y se declaró a favor de una política proteccionista que recupere para su país los empleos perdidos a manos de sus competidores asiáticos. Por otra parte, y en contraposición a la suicida beligerancia de Obama contra Rusia, propone hacer un acuerdo con este país para estabilizar la situación en Siria y el Medio Oriente porque es evidente que tanto Estados Unidos como la Unión Europea han sido incapaces de hacerlo. Hay, por lo tanto, un muy significativo cambio en el clima de opinión que campea en las alturas del imperio. Los gobiernos de Argentina y Brasil, que se ilusionaban pensando que el futuro de estos países pasaría por “insertarse en el mundo” vía libre comercio (TTP, Alianza del Pacífico, Acuerdo Unión Europea-Mercosur) más les vale vayan aggiornando su discurso y comenzar a leer a Alexander Hamilton, primer Secretario del Tesoro de Estados Unidos, y padre fundador del proteccionismo económico. Sí, se acabó un ciclo: el del neoliberalismo, cuya malignidad convirtió a la Unión Europea en una potencia de segundo orden e hizo que Estados Unidos se internara por el sendero de una lenta pero irreversible decadencia imperial. Paradojalmente, la elección de un xenófobo y misógino millonario norteamericano podría abrir, para América Latina, insospechadas oportunidades para romper la camisa de fuerza del neoliberalismo y ensayar otras políticas económicas una vez que las que hasta ahora prohijara Washington cayeron en desgracia. Como diría Eric Hobsbawm, se vienen “tiempos interesantes” porque, para salvar al imperio, Trump abandonará el credo económico-político que tanto daño hizo al mundo desde finales de los años setentas del siglo pasado. Habrá que saber aprovechar esta inédita oportunidad.

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[1] Ver Atilio A. Boron y Paula Klachko, “Sobre el “post-progresismo” en América Latina: aportes para un debate”, 24 Septiembre 2016, disponible  en varios diarios digitales

[2] Cf. Drew Desilver, “For most workers, real wages have barely budged for decades” donde demuestra que los salarios reales tenían en el año 2014 ¡el mismo poder de compra que en 1974! Ver http://www.pewresearch.org/fact-tank/2014/10/09/for-most-workers-real-wages-have-barely-budged-for-decades/