6 de febrero de 2014

Avanza la integración latinoamericana



EXITOSA II CUMBRE DE LA CELAC 

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños fue creada en diciembre del año 2011, en la República Bolivariana de Venezuela. La CELAC, es el organismo de integración y de unión más importante que se haya concretado en los últimos 200 años en el continente. Con la ausencia de Estados Unidos y Canadá, se  profundizaron los lazos entre los países miembros. La trama de la Cumbre y los acuerdos creados. 

Por Marcelo J. Levy 

No es un hecho fortuito que la sede para el encuentro II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) sea la República de Cuba. Es un hecho de hondo contenido político y simbólico tanto para la región el imperialismo y el resto del mundo. La declaración de Latinoamérica como  Zona de Paz, en un país atacado sistemáticamente por un bloqueo genocida desde hace más de 50 años, así lo demuestra. 

La exclusión de Estados Unidos y Canadá posibilitó el debate más profundo de temas decididamente latinoamericanos que probablemente con la presencia de estos países se hubiese disfumado. Me refiero por ejemplo a la propuesta venezolana de incluir a Puerto Rico en el organismo, la soberanía argentina sobre las Malvinas y la condena, como decía al bloqueo a la isla.

La zona de la Cumbre cuenta con, aproximadamente, 600 millones de personas y sus economías constituyen el tercer motor económico mundial con un producto bruto de 6,06 billones de dólares. Es por ello que borrarla de la agenda mediática de cada uno de los países miembro fue una más de las maniobras de los grupos económicos concentrados. La CELAC estuvo en los medios alternativos y comunitarios y si aparecía en alguno masivo, era por alguna nota de color o con contenidos lavados.

Sabemos que toda la región no es homogénea.  La “Alianza para el Pacífico”  es el caballito de batalla del imperialismo en la región, es como el diablo vuelve a meter la cola. De igual manera es sabio intentar acercar posturas de gran tensión en la región, tratar de encontrar espacios de diálogo y Marcar líneas de acción comunes, como establecer el foro China – Celac. La república asiática  está dispuesta a realizar esfuerzos concertados con América Latina a fin de convertir al foro en una plataforma importante para el desarrollo de la asociación cooperativa integral chino-latinoamericana caracterizada por la equidad, el beneficio mutuo y el desarrollo común. Además, como rezas el punto 78 del documento final de la Cumbre “Expresamos además nuestro apoyo al proceso preparatorio de la II Cumbre CELAC-UE, a celebrarse en Bruselas en el año 2015...”.

Ahí es donde se debe apuntar.

La posibilidad de crear frentes comunes protege a los países miembro de embates en temas como los recursos energéticos del continente, el agua, la minería, los campos fértiles y la mano de obra barata.

En definitiva, la II Cumbre de la Celac marcó el rumbo para  hacer realidad la integración de la Patria Grande, y demostró que esa joven organización regional es ya un bloque a respetar. 

La amplia asistencia de mandatarios y presidentes electos de sus 33 países miembros, además de representantes de instituciones internacionales como el Secretario General de Naciones Unidad, Ban Ki-moon dieron muestra de la diversidad de criterios y opiniones enviando al mundo una señal de unidad sin precedentes en nuestra América.

Los máximos dirigentes de Latinoamérica y del Caribe, juntaron sus voces para declarar a la región Zona de Paz, y apostaron por la solidaridad, la cooperación y la hermandad entre sus respectivos pueblos y gobiernos.

Los Estados Unidos reaccionan diciendo, entre otras cosas, que la CELAC procedió de una manera no-democrática, al reunirse en Cuba. Eta declaración habla del éxito de la Cumbre.


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Estamos solos y ya no podemos esperar


LATINOAMÉRICA PRESA DEL EXTRACTIVISMO 

Las naciones industrializadas siguen con sus prepotencias, y sobre sus espaldas persisten las enormes mochilas históricas de colonialismo e imperialismo. América Latina está más sola de lo que cree, y debe reaccionar por sí sola ante la crisis planetaria que se avecina. 

Por Eduardo Gudynas (desde Uruguay)

Las voces, intermitentes pero tensas, procedían de una radio. "Traición inconcebible… grandes potencias … Sudamérica entregada al invasor para salvarse”. Éste era el impactante mensaje que se intercalaba en el inicio de  El Eternauta, una historia gráfica muy conocida. Creada por el guionista argentino Héctor Oesterheld a fines de la década de los años 50, ese mensaje apareció en una versión posterior, publicada en Buenos Aires en 1969, en tiempos de convulsiones políticas.

El recuerdo de esta historieta, y específicamente de ese mensaje, se me hace presente una y otra vez al considerar nuestra situación al inicio de 2014.  El Eternauta  narra de forma innovadora y original la invasión de la Tierra por extraterrestres, y el devenir de un refugiado. Bajo una estética casi opresiva, todo se inicia con lo que parecen ser copos de nieve que caen sobre Buenos Aires, y que al contacto con ellos, las personas mueren. Millones son aniquilados, y los pocos sobrevivientes enfrentan a unos alienígenas que, en realidad, son fuerzas de choque esclavizadas por otros extraterrestres. Pero éstos a su vez también están controlados y dominados por otros aliens distintos. 

Es al inicio de la historieta, mientras la nieve de la muerte inunda Buenos Aires, cuando unos sobrevivientes escuchan el mensaje radial. Los países industrializados pactaron con los extraterrestres dejando que invadieran América del Sur para salvarse ellos. El continente está solo. No quiero ser lúgubre, pero me parece que esa imagen tiene mucho de cierto en la actualidad. 

Solos  y en problemas 

América Latina, en un cierto sentido, está muy sola, y los problemas ambientales globales son tan graves, que la sobrevida de la humanidad a mediano plazo está en riesgo. El cambio climático está en marcha, y sus efectos, como los extremos climáticos, inundaciones y sequías, ya son palpables. Le siguen otros problemas tal vez menos conocidos, como la acidificación de los océanos o los desbalances planetarios en los ciclos del fósforo y el nitrógeno. Hay quienes sostienen que ya será imposible detener la pérdida de biodiversidad, y apenas se podrá debatir cuáles serán las pocas especies a salvar. Éstos y otros problemas se potencian entre ellos  y pueden desencadenar cambios ecológicos planetarios irreversibles.

No existe evidencia que permita esperar un cambio en las políticas de los países industrializados para evitar ese futuro, tales como bajar sus pasmosos niveles de consumo de recursos naturales o sus emisiones de gases invernadero. Economías emergentes del sur están empecinadas en seguir el mismo camino, y algunas lo consiguen.  China ya es el primer emisor de gases con efecto invernadero del mundo, supera  a EEUU; tres millones de  hectáreas ya están tan contaminadas que no se pueden cultivar, y sus grandes ciudades se ahogan en el smog. De esta manera el capitalismo corporativo y financiarizado del Norte se encuentra con el capitalismo de Estado que controla Pekín.

Tampoco es realista esperar que los países del Norte pasen a esforzarse en tener relaciones internacionales más justas y solidarias. Las naciones industrializadas siguen con sus prepotencias, y sobre sus espaldas persisten las enormes mochilas históricas de colonialismo e imperialismo. 

 Para algunos la alternativa está en las relaciones Sur-Sur, suponiendo que allí encontraremos benevolencia y asistencia, para intentar otros rumbos. Aquí tampoco hay evidencia de inminentes cambios. China ejemplifica esto, al convertirse en devorador voraz de recursos naturales. Consume aproximadamente el 20% de las energías no renovables del planeta (tales como petróleo o carbón), el 23% de todos los agroalimentos y el 40% de los metales. Este altísimo consumo sólo puede ser sostenido si se importan recursos desde otras regiones, especialmente América Latina, y eso sucede especialmente con la soya, algodón, cobre, aluminio y arroz. Al aumentar la demanda china, nuestras exportaciones también se incrementan, y celebramos ese éxito económico. Pero la contracara es que también se disparan los extractivismos y monocultivos en todo el continente, con todos sus efectos negativos, y su contribución al deterioro planetario.

Aquí encontramos otros actores, pero ellos también repiten nacionalismos defensivos, las condicionalidades del poder, y la búsqueda de ventajas comerciales. Dicen que ofrecen, otorgan créditos sin muchas restricciones y mayores plazos, pero un examen atento muestra que sus tasas de interés son más altas e imponen accesos privilegiados a nuestros recursos naturales.

Controlador y controlado 

Además, como ocurre en El Eternauta, quienes aparecen en la primera línea en este escenario, a veces están bajo el control de otros, y ellos a su vez también están dominados. Los controladores están controlados, y todos responden a una racionalidad economicista. Las empresas locales y sus ejecutivos criollos  deben rendir sus cuentas a los CEO corporativos, y ellos a los bancos de inversión.

Un ejemplo, casi dramático, lo ilustran los intentos del gobierno de Rafael Correa en Ecuador, de exportar su petróleo a China para evitar las condicionalidades y corporaciones del Norte. A pesar de eso, una investigación periodística acaba de revelar que el crudo ecuatoriano que compra PetroChina ni siquiera llegaba a Asia, sino que era rápidamente revendido hacia Estados Unidos (representando el 17% de las importaciones de crudo en California y el resto de la costa oeste), y una buena parte terminaba en las refinerías de Chevrón, la empresa archienemiga de Quito. Así es que hasta China, y sus empresas estatales, están adheridas a las redes corporativas globales.

De esta manera, los que se benefician del comercio global o del consumismo  no planifican renunciar. Como ocurre en El Eternauta, insistirán con sus privilegios aunque tengan que sacrificar a Latinoamérica. El continente está más solo de lo que se cree, y ante los graves problemas que se avecinan, y el poco tiempo disponible, no puede seguir esperando por posibles acuerdos planetarios o recetas tecnocráticas desde Cambridge o Pekín. Deben iniciarse, inmediatamente, los ensayos de verdaderas alternativas, antes de que comiencen a caer esos copos de nieve  y ya sea demasiado tarde.

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Ante la ofensiva de los oligopolios, ¡estatizar el comercio exterior!



LA RESONSABILIDAD DE LOS EXPORTADORES EN LA DEVALUACIÓN DE LA MONEDA 

Se impone actuar con urgencia sobre la coyuntura cortando de un tajo el nudo gordiano que está asfixiando a la economía argentina con la estampida del dólar y la peligrosa escalada inflacionaria. Para ello el estado deberá recuperar, sin más dilaciones, el control del comercio exterior, fuente insustituible de las divisas que necesita el país.   

Por Atilio A. Boron   

La Argentina enfrenta una grave crisis cuyas dos principales manifestaciones son la trepada del dólar –que refleja una peculiar anomalía argentina, porque esa moneda se está devaluando en todo el mundo, incluyendo por supuesto América Latina y el Caribe- y la resultante escalada inflacionaria que la insólita revaluación de la divisa estadounidense produce en la economía argentina. La devaluación del peso y el impulso inflacionario son, en realidad, dos caras de una misma moneda. Pero la gran paradoja es que desplome sufrido por el peso no guarda correspondencia con la situación imperante en la economía real. Esta no tiene la solidez y el dinamismo del período 2003-2008, pero está lejos de verse reflejada en los desquiciantes movimientos que se registran en el tipo de cambio.

Veamos: la producción agropecuaria se mantiene en niveles comparativamente muy elevados, aun cuando la “sojización” de la agricultura plantea numerosos problemas (económicos, sociales y ecológicos) que no podemos examinar aquí;  algunas ramas del sector industrial (automóviles, motocicletas, electrónicos diversos, etcétera) marcan nuevos records a pesar de las restricciones para la importación de algunos insumos cruciales; la gran minería prosigue su marcha, más allá de lo ocurrido con Pascua Lama producto de un fallo de la justicia chilena; la explotación de hidrocarburos, estimulada por las perspectivas de Vaca Muerta retoma un ritmo ascendente;  los bancos y las entidades financieras registran significativas ganancias y según un reciente estudio de la CEPAL las exportaciones argentinas crecen por encima del promedio regional.

Si esto es así, ¿qué es lo que está ocurriendo? Más allá de abrir una discusión seria sobre “el modelo”, misma que no hicieron los economistas de la oposición adscriptos férreamente al neoliberalismo de los años noventa, ni tampoco los del oficialismo, para quienes lo único que había que hacer era “profundizar” un esquema económico cuyos límites, inconsistencias y deformaciones eran evidentes por lo menos desde el 2010 y acerca de los cuáles más de una vez nos referimos en nuestro blog. Pero más allá de esta necesaria discusión, decíamos, se impone actuar con urgencia sobre la coyuntura cortando de un tajo el nudo gordiano que está asfixiando a la economía argentina con la estampida del dólar y la peligrosa escalada inflacionaria. Para ello el estado deberá recuperar, sin más dilaciones, el control del comercio exterior, fuente insustituible de las divisas que necesita el país.

Es absurdo, y a estas alturas demencial, que cinco o seis grandes oligopolios manejen el grueso de la divisas que ingresan por la vía de las exportaciones agropecuarias. En una economía tan dolarizada como la Argentina, en donde los componentes importados afectan a casi todas, por no decir todas, las actividades económicas del país, dejar que la disponibilidad de dólares quede en manos de un puñado de oligopolios es un acto de soberana insensatez. En Chile, sin ir más lejos, los ingresos de su riqueza principal, el cobre, los controla exclusivamente el estado. En nuestro país, en cambio, un 80 por ciento de lo producido por las exportaciones cerealeras lo retienen grandes oligopolios transnacionales, y especialmente Cargill y Bunge, seguidos de cerca por Continental y Dreyfus; a su vez un par de grandes empresas controlan los ingresos que producen las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario, principalmente aceite de soja; en la gran minería quienes lo hacen son las transnacionales del sector; y en el área de hidrocarburos (petróleo y gas) las propias empresas, con el agregado ahora de YPF pero sin perder de vista que ésta es una sociedad anónima y no una empresa del estado. Todas estas corporaciones están fuertemente articuladas con la banca extranjera, predominante en la Argentina, y mantienen fluidos contactos con los paraísos fiscales que proliferan sobre todo en el capitalismo desarrollado.  En suma: un puñado de 100 empresas controlan aproximadamente el 80 por ciento del total de las exportaciones de la Argentina, y son ellas las que retienen los dólares que surgen de este comercio y que son requeridos por distintos sectores de la economía nacional.

De lo anterior se infiere una conclusión tan simple como contundente: quien controla la disponibilidad de dólares termina teniendo la capacidad de fijar su precio en el mercado local, especialmente ante un Banco Central debilitado y cuyas reservas cayeron de 52.190 millones de dólares en el 2010 a 28.700 millones de dólares al finalizar enero del 2014. Esta debilidad del BCRA le impide desbaratar las maniobras de la cúpula empresarial más concentrada, fuertemente orientada hacia los mercados internacionales, y para la cual el dólar “recontra alto” significa pingües ganancias porque desvaloriza el salario de los trabajadores y les permite alentar la carrera inflacionaria con la seguridad de que su disponibilidad de dólares la sitúa a refugio de cualquier contingencia. En consecuencia, el control de las divisas por parte de ese puñado de grandes oligopolios le permite ser el verdadero autor de las políticas económicas de un país tan dolarizado como la Argentina y, además, extorsionar a cualquier gobierno que no se someta a sus mandatos. Pueden aterrorizar a la población agitando el fantasma de la hiperinflación, que este país padeció a tan brutal costo en 1989 o el espectro del “corralito” de finales del 2001, y de ese modo desestabilizar a un gobierno que debe jugar partidas simultáneas de ajedrez (en el frente fiscal, tributario, monetario, cambiario, productivo) con enemigos que no sólo procuran derrotarlo en una puja puntual sino sobre todo derrocarlo. Y el gobierno actual comete el error de pensar que con concesiones varias podrá apaciguar el “instinto asesino”, como le llaman admirativamente los ideólogos neoliberales, de esos enormes conglomerados para las cuales la ganancia y el ganar -sobre todo el ganar, como recordaba Marx- es una verdadera religión cuyos preceptos son respetados escrupulosamente. Por ejemplo, el carácter sacrosanto de la propiedad privada y, por extraño que parezca, la convicción de que la lucha de clases es algo tan natural y omnipresente como el aire que respiramos, y libra esa batalla con todas sus fuerzas. Ante cada concesión de un gobierno satanizado como su enemigo la única respuesta que tiene es la de atacarlo con más ferocidad que antes, exigiendo, como Shylock a Antonio, más y más concesiones: ¡pague la deuda, acuda al CIADI, arregle con el Club de París, abra Vaca Muerta para empresas fugitivas de la justicia como Chevron, indemnice a Repsol, deje que la gran minería trabaje sin interferencias!, mientras persiste en su ataque en todos los frentes con el apoyo de la prensa hegemónica que maneja a su antojo.

La crisis actual demuestra, de paso, lo ilusoria que fueron aquellas expectativas del kirchnerismo de crear una burguesía nacional, patriótica y solidaria con los intereses de las mayorías. Ya lo había dicho el Che, hace cincuenta años, y la historia le volvió a dar la razón por enésima vez: la burguesía nacional no existe.

Ahora bien: ¿cómo debería producirse la estatización del comercio exterior?

Primero, no puede ser una medida aislada porque se necesita un enfoque integral que: (a) abarque a toda la cadena de comercialización del sistema agroalimentario, hoy controlado por las multinacionales,  lo que debería rematar en la creación de una Junta Nacional Agroalimentaria, con las salvedades que plantearemos más abajo; (b) aumente las alícuotas impositivas a la gran propiedad rural e implemente un eficaz sistema de control que evite las sobre y sub facturaciones de las cerealeras, hoy cómplices necesarias de la corrida cambiaria; y, finalmente, (c) que re-estatice los puertos del sistema de la Hidrovía Paraná-Paraguay, privatizados en los años noventa y que son las puertas de salida de gran parte de las exportaciones agropecuarias. Estas medidas deben ser puestas en práctica con la mayor celeridad, porque el ritmo de la crisis no tolera dilaciones.

Segundo, se requiere imaginación y experiencia práctica, porque no se trata de resucitar la antigua Junta Nacional de Granos o al Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio, el IAPI de la época del primer peronismo, porque el capital ha creado nuevos instrumentos financieros (compraventa a futuro, swaps, derivativos, etcétera) y la tecnología importantes innovaciones, (como el silo bolsa, que independiza al productor del riesgo que se le arruine la cosecha) lo que le permite postergar su venta hasta que el precio sea aproxime a sus expectativas, todo lo cual torna más difícil el control del comercio exterior por parte de los gobiernos.

De lo anterior se desprende la necesidad de concebir una agencia estatal que regule a la totalidad del sistema agroalimentario del país, desde su origen hasta su comercialización minorista, algo bien diferente a la JNG o el IAPI. Tercero, y decisivo, esto solo será viable si se constituye un gran movimiento popular capaz de construir un instrumento político que respalde esas iniciativas y otras más encaminadas a redefinir por izquierda el rumbo de la economía argentina: la largamente demorada reforma tributaria y la elaboración de una efectiva política antiinflacionaria que resguarde los ingresos de los asalariados, para comenzar. Una convocatoria popular sin sectarismos ni soberbias burocráticas; sin verticalismos ni verdades establecidas, porque de lo contrario la respuesta de las clases y capas populares será una mezcla de impotencia, miedo paralizante ante la clara percepción del escarmiento que se cierne sobre ellas y, en algunos casos,  indiferencia, mezcla que mucho tuvo que ver con el funesto desenlace sufrido por los gobiernos peronistas en 1955 y en 1976.

Una decisión tan crucial e impostergable como la estatización del comercio exterior, cualquiera que sea su forma legal y jurídica, es antes que nada un hecho político que no puede ser producido por un decreto o una resolución firmada por un funcionario instalado en las “alturas” del aparato estatal. Resta ver si el gobierno es consciente de la gravedad de la situación y decide actuar en consecuencia. La experiencia pasada no permite abrigar demasiadas expectativas pero, como tantas veces lo recordaran las Madres de Plaza de Mayo, no hay peor lucha que la que no se libra. 

http://www.atilioboron.com.ar/ 

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El dinero mueve montañas, pero también compra memoria



ACERCA DE LA PROBABLE DISOLUCIÓN DEL INSTITUTO ESPACIO PARA LA MEMORIA 

El Instituto Espacio para la Memoria fue creado en 2002 en  la ciudad de Buenos Aires para resguardar espacios físicos relacionados con los actos atroces contra los derechos humanos llevados a cabo la dictadura de 1976-1983, y como forma de mantener viva la memoria sobre el Terrorismo de Estado. Ahora los gobiernos de la ciudad y de la nación se han puesto de acuerdo para desmantelarlo parcialmente y para recortarle su autarquía y autonomía política. Detrás de este reordenamiento funcional y edilicio se sospecha la existencia de negociados inmobiliarios. 

Por Soledad Marquez 

El problema 

¿Cuánto dinero hay en juego? ¿Se puede poner precio a la Memoria y a los sitios donde fueron torturados y asesinados cientos de militantes populares que buscaban transformar la vida de los argentinos hacia una sociedad más justa e igualitaria?Estas son algunas de las primeras preguntas que sobrevivientes de los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio que funcionaron en la Ciudad de Buenos Aires durante la última dictadura cívico-militar se hacen desde los primeros días de enero de 2014.

Cuando por las redes sociales comenzó a circular la versión de un acuerdo entre el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el de la Nación para disolver el Instituto Espacio para la Memoria (IEM), como instancia de autonomía y confluencia del movimiento popular con ámbitos estatales, y trasladar todos los edificios bajo la guarda y gestión del IEM a la esfera nacional, distintos actores del ámbito de Derechos Humanos denunciaron sus consecuencias. Pero antes de mencionar dos de ellas, primero ¿qué es el Instituto Espacio para la Memoria?

Es una institución creada por la Ley 961 de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es el resultado de la lucha histórica por Memoria, Verdad y Justicia, y también, entre otras expresiones, contra el intento menemista de lotear la ESMA y demoler sus edificios históricos.

Desde su puesta en funcionamiento, su Consejo Directivo integrado por organismos de Derechos Humanos, representantes de la Legislatura porteña, representantes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y personalidades destacadas de la defensa de Derechos Humanos, como Adolfo Pérez Esquivel, Stella Calloni, Beinusz Schmukler, Lita Stantic, Ana María Careaga y Víctor Basterra, han llevado adelante la misión y función para la cual fue concebido: “el resguardo y transmisión de la memoria e historia de los hechos ocurridos durante el Terrorismo de Estado, de los años '70 e inicios de los '80 hasta la recuperación del estado de Derecho, así como los antecedentes, etapas posteriores y consecuencias, con el objeto de promover la profundización del sistema democrático, la consolidación de los derechos humanos y la prevalencia de los valores solidarios de la vida, la libertad y la dignidad humana”[1].

Y entre sus atribuciones tiene la de recuperar los predios o lugares en la ciudad donde hubieran funcionado Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio o hubieran ocurrido otros acontecimientos emblemáticos de la época, promoviendo su integración a la memoria urbana. 

Primera consecuencia preocupante 

Si se concreta el traspaso, el IEM dejaría de ser autónomo. En un comunicado, el Consejo Directivo del Instituto Espacio para la Memoria explica que “su fundación implicó gestar una experiencia de nuevo tipo: impulsar políticas públicas de memoria desde la acción concertada de organismos de derechos humanos y espacios estatales con la particularidad de que el Instituto tiene autarquía y autonomía en su materia, de modo tal que la política de memoria sea realmente una política de estado y no una política de gobierno de turno”.

Más adelante detalla: “Si tal propósito se concretara, la Ciudad quedaría sin un espacio de gestación de políticas públicas de la Memoria, creado en esa jurisdicción a tal efecto, y la sociedad toda perdería la riqueza de un espacio plural subordinando esa tarea a la decisión del gobierno de turno, que como vimos en la Ciudad de Buenos Aires, puede cambiar de signo político e ideológico. La concentración de decisiones sobre la memoria en un ámbito estatal conlleva el riesgo de que éstas cambien con cada cambio de gobierno nacional”. Y finaliza reafirmando que “la autonomía del IEM garantiza a todos la continuidad de las políticas públicas que expresan la variedad de fuerzas que por décadas han luchado por la Memoria, Verdad y la Justicia”. 

Segunda consecuencia preocupante 

Este convenio habilitaría, entre otras potestades que se le conferirían al gobierno nacional, la concreción de un proyecto museológico orientado a montar el Museo de la Memoria en el ex Casino de Oficiales de la ex ESMA, uno de los cinco edificios que actualmente tiene bajo su tutela el Instituto Espacio para la Memoria.

Dicho  proyecto ha sido cuestionado por sobrevivientes y representantes de organismos de Derechos Humanos porque ignora la medida de protección interpuesta ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 12, del Dr. Sergio Gabriel Torres,con el objeto de prohibir reformas en el edificio ya que se trata de un lugar donde aún se realizan pericias judiciales.

Presentado el proyecto, el Instituto Espacio para la Memoria, sobrevivientes y organismos de DDHH han participados de reuniones para consensuar una nueva versión del mismo, tendiente a garantizar la intangibilidad del edificio así como también la construcción de un relato colectivo, porque no han sido entregado los contenidos para la revisión de todos estos actores.

Ellos pudieron ver que se trataría de ambientar algunos sectores del mismo y aquí está la preocupación que manifiesta un sobreviviente: “si avanza, alteraría la concepción que se tiene acerca de cómo debe ser un Sitio de Memoria”; concepción consensuada por los gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires y Nación como también por los sobrevivientes y organismos de Derechos Humanos durante el proceso de recuperación del predio, allá por el año 2004, cuando se preguntaban qué hacer con la ESMA. 

Pero acá no termina… 

La “ESMA” es uno de los cinco ex Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio que funcionaron en la Ciudad de Buenos Aires. También están: “Virrey Cevallos”, “Club Atlético”, “Automotores Orletti” y “Olimpo”.

Al Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, poco le importa más que capitalizar efectivo. También es cierto que el gobierno nacional luego de la experiencia de las elecciones legislativas de 2013 hará todo por ganar en el 2015 en Capital Federal, como lo afirmó a la prensa Eduardo Epszteyn días pasados. Epszteyn es el Auditor General de la Ciudad de Buenos Aires y hasta el 2012 fue legislador porteño por Diálogo por Buenos Aires y ahora es militante kirchnerista.

Embanderados en Memoria, Verdad y Justicia, los jóvenes K, le darán VIDA donde hubo MUERTE.  Ellos sobrellevarán la “tristeza de la ausencia de los viejos” con más vida, con música y celebración en lugares donde aun queriéndolos despojar del horror que significan, saben que no pueden, aunque se crean que hacen “lo que nuestros (sus) viejos hubieran querido”, saben que allí hubo muerte y las instalaciones darán cuenta de esa alegría. Esto anticipa el final: la banalización de la Memoria y el olvido.

La insistencia de dar este primer paso en esta dirección, o sea la instalación en el ex Casino de Oficiales, los llevó a negociar con un gobierno de derecha. Fue necesario otorgarle en una “licitación pública” la construcción del Museo de Malvinas a una empresa amiga del Jefe de Gobierno de la ciudad (LINK - http://www.obraspublicas.gov.ar/licitaciones/licitacion_museo_de_malvinas.html). Uno de los adjudicatarios es la empresa CAPUTO S.A.C.I y F, vinculada a Nicolás Caputo.

Si este proyecto sin reformas, avanza, se refaccionará e instalará una cascada de agua que simbolice el fluir de la vida, se picarán paredes y se tirará un cableado para proyectar imágenes sobre ellas: así se armará un “tren fantasma” y se borrarán las marcas que hubieran ayudado a develar el misterio de si un asesinado pasó por ahí.

Los otros ex Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio seguirán esos pasos… porque hay que buscar electores y “llenar de VIDA donde hubo MUERTE”.

El ex “Automotores Orletti” corre el riesgo de llegar a ser un galpón para que los murgueros se reúnan y bailen sobre el piso que pisaron los torturados y asesinados.

El ex “Olimpo” será lo que ya es afuera. Se banalizará la memoria y se purgarán las culpas leyendo poemas de los detenidos-desaparecidos que pasaron por ahí y ya no están. Entonces los seguirán recordando con  vida.

El ex “Virrey Cevallos” será un centro cultural. El centro cultural que será el resultado de intereses mezquinos sumado a la patología de algunos sobrevivientes que, embanderados en la frase “hay que pensar en los otros derechos también… los sociales, económicos y culturales que también fueron avasallados”, darán cursos de cocina para el que quiera ser cocinero, darán cursos de tejido y se venderán pulseritas para que puedan subsistir sus talleristas. Con perdón de todos los que diariamente pelean en esta Ciudad por tener un Centro Cultural inclusivo.

El ex “Club Atlético” será, un lugar donde seguramente el PRO volverá a ganar dinero (por las obras que faltan adjudicar) y se continuará con la excavación porque sumará electores para el 2015. El PRO plata, el Kirchnerismo electores.Este último hará todo por ganar en Capital. Lo seguro es que el PRO ya comenzó a ganar más plata. A esta altura, el Kirchnerismo también. Algún lector recordará “es la economía, estúpido”.

¿Y los trabajadores? Ese será otro artículo.

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[1] www.institutomemoria.org.ar