8 de febrero de 2017

La Argentina fascista



VIOLENCIA, RACISMO, XENOFOBIA, AUTORITARISMO, INTOLERANCIA 

¿Cuántas Argentinas hay? ¿Los argentinos somos “derechos y humanos”? ¿Somos progres y liberales o somos grandes vendedores de humo? A la luz de algunos hechos ocurridos el pasado mes de enero, se reflexiona aquí sobre algunas contradicciones ideológicas que exhiben las clases medias urbanas. 

Por Marcelo R. Pereyra 

SIN NADA QUE PERDER 

El gobierno de la ciudad de Buenos Aires decidió erradicar los vendedores informales –“manteros”- afincados en el barrio de Once. Era éste un antiguo reclamo de los comerciantes de la zona. Ello incluso a pesar de que algunos de esos comerciantes les “alquilaban” sus veredas a quienes quisieran poner una manta en ellas, bajo la condición de que no debían vender la misma mercadería.  La actividad de los “manteros” no se sustentaba en ninguna legalidad: no pagaban impuestos ni contribuciones, y el origen de su mercadería era, por lo menos, incierto. Además, la gran mayoría de ellos no eran autónomos sino que trabajan para “mayoristas” que tenían varios puestos en la zona, y que contaban para ejercer su comercio con “salvoconductos” de la comisaría 5ª de la difunta Policía Federal. Ya se sabe que cuando hay ilegalidad la primera beneficiada –económicamente- es la autoridad policial. En el caso de Once, la comisaría contaba con un “tarifario” que comprendía la totalidad de los ilegalismos posibles: desde la manta en la vereda, pasando por la oferta pública y privada de sexo y llegando a “permisos” para estacionar en cualquier lugar y hora camiones con contenedores con mercadería. Lo descripto hasta aquí se reproduce en otras zonas de la marginalidad porteña, como en cercanías de las estaciones Constitución y Retiro, por ejemplo.

Los “manteros” son la expresión más elocuente de una economía informal que ha crecido al calor de la llama neoliberal en los últimos veinte años.  Hijos de  la explotación laboral, el desempleo y la pobreza, son las principales víctimas del siniestro entramado de mafiosos, proxenetas, piratas del asfalto, traficantes de personas, comerciantes inescrupulosos y policías coimeros que hay debajo de cada manta. Pero tienen la desgracia de ser la cara visible y la figura más débil de ese entramado. Entonces cuando se opusieron a su desalojo de las veredas del Once cortando el tránsito, cayó sobre ellos una lluvia de insultos: vagos, ladrones, “vayan a trabajar”, etc., pudo leerse en las redes sociales y escucharse en las conversaciones. Y cuando se supo que se les otorgaría un subsidio hasta que pudieran volver a vender, la lluvia de insultos se transformó en un temporal de rayos y centellas, que se convirtió en un vendaval de bronca cuando quedó en evidencia que muchos de los varones y mujeres que estaban en las mantas eran extranjeros. En este caso, la diatriba preferida fue “que se vuelvan a su país”, ya que ¡ay! estos extranjeros vienen al país “para sacarnos el trabajo a los argentinos”.

Es notable la falta de sensibilidad que demuestran las clases medias urbanas por los problemas socioeconómicos que afectan a millones de argentinos. En su concepción, los pobres no han sabido adaptarse al sistema. Por lo tanto, no son una consecuencia ineludible sino una alteración indeseada del mismo; una suerte de falla genética que produce unas personas que no tienen nada que perder (porque perdieron lo más importante: la “oportunidad” que el sistema nos da a cada uno). Además molestan y afean las ciudades. Así como en siglos pasados al defectuoso de la familia –el “idiota”- se lo encerraba en una habitación para que nadie lo viera, pues representaba una afrenta, las clases medias urbanas encierran a sus defectuosos –los pobres- en las villas. Y que allí se las arreglen como puedan. Y esto corre también para los extranjeros pobres –los peores entre los peores-. Para ellos la tolerancia es cero. Representan una indeseada invasión de feos, sucios y malos. 

SENSIBILIDAD ANESTESIADA 

Un varón de 39 años, médico anestesista por profesión, conoce a una joven de 20 por una red social y le ofrece trabajo. Ella lo acepta porque lo necesita. Tiene que trabajar en el departamento de él. Una noche el sujeto la invita a quedarse en el departamento y ella acede, pero le dice a sus padres que se quedará a dormir en la casa de una amiga. Consumen drogas. A la madrugada, sin que medie explicación, él comienza a ponerse violento. Le pega a mansalva hasta desfigurarla. Ella consigue huir. En los medios el acontecimiento violento tiene un doble enfoque: en uno de ellos el accionar del varón es explicado por su consumo de diversas drogas. Se habla de alucinaciones y psicosis. Su abogado y un familiar fogonean esta visión. El primero plantea que el varón no tenía conocimiento de lo que hacía por lo tanto es inimputable y el segundo argumenta que su hermano debe ser internado en una institución psiquiátrica, “porque es un peligro para la sociedad y para él mismo”. El otro enfoque culpabiliza a la víctima de lo que le pasó: ¿Cómo se arriesgó a conocer a alguien por una red social? ¿Cómo no se dio cuenta de que el médico consumía drogas? ¿Por qué se quedó con él esa noche? ¿Por qué les mintió a sus padres? ¿Por qué consumió drogas?

Hace varios años que la violencia de género es un tema que se debate en los medios, en las redes y en las conversaciones sociales. Después de esos intercambios y de las marchas “Ni una menos” parecía haber un cambio en la sensibilidad social y periodística para con esta epidemia social. Ese cambio de sensibilidad implicaba no disculpar ni excusar a los varones violentos por ninguna razón, y no culpar a las mujeres por la violencia de la que son víctimas. Sin embargo, subsisten en la sociedad imaginarios autoritarios que determinan cuáles son las conductas, vestimentas y actitudes esperables y aceptables para las mujeres, y que sancionan a aquellas que no cumplen con las normas socialmente establecidas. Esos mismos imaginarios suponen que los varones son violentos de por sí, ya que la masculinidad implica cierta dosis de violencia. Y que cuando los varones ejercen una violencia extrema contra las mujeres es porque consumen  drogas y/o alcohol, o tienen problemas personales (desempleo, por ejemplo). De esta manera, se confunden estos factores predisponentes con la causa determinante de la violencia contra las mujeres que es la ideología patriarcal. En otras palabras: no son el consumo de drogas o alcohol, ni el desempleo los que activan la violencia de los varones. Es el convencimiento de que las mujeres les pertenecen y que pueden hacer con ellas lo que quieran, incluso quitarles la vida. 

BRIAN VERSUS BRIAN 

En un intento de robo en el barrio de Flores, en la ciudad de Buenos Aires, muere de un disparo un chico de 14 años, Brian  Aguinaco. Su supuesto asesino es un chico de edad similar y mismo nombre que habita la villa 1-11-14. La muerte de Brian enardece a vecinos y familiares que marchan a la comisaría 38 reclamando por más seguridad. La circunstancia es aprovechada por algunos barrabravas -¿de militancia kirchnerista?- para provocar destrozos en la dependencia policial. La corta edad de la víctima le da mayor difusión a la noticia y el pataleo por la seguridad se generaliza. El gobierno responde con el manual: le echa la culpa a los jueces por no aplicar penas más duras. Y la corta edad del supuesto asesino reaviva la discusión sobre a partir de qué edad se puede imputar un delito. El gobierno vuelve a apelar al manual y anuncia la creación de una comisión para “discutir” un régimen penal para menores de 18 años. La baja de la edad de imputabilidad a los 14 años es una vieja muletilla legal que hasta ahora no ha tenido éxito entre los parlamentarios.

Pero el Brian supuestamente delincuente carga con otro estigma: es de ascendencia peruana. Y entonces, al calor de las restricciones para con los inmigrantes que decreta el flamante presidente de los EE.UU., Donal Trump, el gobierno argentino anuncia que “endurecerá” los controles sobre quienes ingresen al país. Los que tengan antecedentes penales serán rechazados y quienes delincan en Argentina serán expulsados. Buen parte de la sociedad vive un clima de eufórica xenofobia.

Mientras tanto el Brian sospechoso es detenido por Interpol cuando intenta pasar a Chile, donde lo estaba esperando su padre. Se lo traslada a Buenos Aires. Luego de unos días el juez de la causa decide liberarlo porque el régimen penal juvenil dispone que los menores de 16 son inimputables y no pueden estar detenidos más de diez días. El magistrado autoriza entregar al sospechoso a sus abuelos que viven en Perú. Entonces, en un acto de incoherencia flagrante, los mismos que habían aplaudido a rabiar el decreto de Macri de expulsión inmediata de delincuentes extranjeros criticaron al juez por haberlo dejado ir "tan rápido". 

De tanto en tanto los menores y los extranjeros son los chivos expiatorios favoritos cuando se buscan las causas del incremento de los delitos contra la propiedad. Hay que decir, una vez más, que ni unos ni otros son significativos en las estadísticas de ese delito; tampoco es un problema de policías negligentes y/o ineficaces y/o corruptos –que los hay-; ni siquiera es un problema de jueces garantistas, porque todos los jueces son –o deberían ser- garantistas; y por supuesto que tampoco es un problema de leyes blandas, porque está sobradamente demostrado que penas más altas no han logrado controlar los delitos en general. Los delitos contra la propiedad son en realidad del orden de lo político, porque son la consecuencia de un determinado sistema social, el que, a su vez, responde a un cierto orden político. Cuanto más injusto y desigual sea este sistema, habrá más de estos delitos. Como esto parece que es muy complicado de entender y muy difícil de aceptar, lo más rápido y simple es echarle la culpa a los menores y a los extranjeros. 

MEMORIA OLVIDADIZA 

El gobierno dispuso un nuevo régimen de feriados. Esto es un clásico en las administraciones que quieren dar la imagen de que estimulan la productividad obrera (Algo similar hizo en su momento la dictadura militar eliminando los feriados de Carnaval). En el nuevo régimen el feriado católico del 8 de diciembre –una celebración que atañe a un sector de la población- quedó fijo, pero el del 24 de marzo –día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia- fue declarado movible. Las organizaciones de DDHH protestaron; algunos gobernadores e intendentes peronistas también. También despotricaron algunos dirigentes kirchneristas, para quienes cualquier excusa es buena para pegarle a Macri. Pero, por otro lado, en las redes sociales hubo mucho apoyo a la medida gubernamental. Parte de ese apoyo fue para contrarrestar políticamente la protesta opositora, pero también aparecieron ideaciones de un contenido autoritario que parecía haber quedado en el pasado. Concretamente hubo quienes justificaron el golpe cívico-militar de 1976 con el remanido y falaz argumento de que aquello era una guerra y que los militares no hicieron más que cumplir con la orden de “aniquilar” al “enemigo subversivo”.  En este grupo sobresalió la voz del funcionario aduanero Juan José Gómez Centurión, quien negó que haya habido un plan sistemático de desaparición de personas en la última dictadura militar. Y para que no quedaran dudas agregó: “"Yo no creo que haya existido un plan para hacer desaparecer personas, fue un torpísimo golpe de Estado lidiando con un enemigo que no sabían cómo manejarlo y que había arrancado en el 75 con una orden constitucional de aniquilamiento"

Cuarenta años de debates intensos, de libros escritos, de juicios y sentencias ejemplares, de clases alusivas en los colegios, de marchas y actos masivos, de obras artísticas alusivas, de informes periodísticos esclarecedores y de testimonios dramáticos y verosímiles de las víctimas del terror militar, parecen no haber logrado convencer a muchos argentinos de que el golpe de 1976 no fue para aniquilar un enemigo que ya estaba militarmente derrotado, sino para alinear al país dentro del Nuevo Orden Neoliberal que lideraban Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Los asesinatos, las desapariciones, las violaciones y las apropiaciones de bebés que perpetraron los militares fueron acciones disciplinadoras destinadas a implantar un terror que, a su vez, permitiera ejecutar sin oposiciones un plan económico de apertura indiscriminada de importaciones, aniquilamiento de la industria nacional (“Al país le da lo mismo fabricar acero que caramelos”, dijo un ministro de Economía de la dictadura) y de privatizaciones. Aquello fue el huevo de la serpiente de lo que vivimos hoy, pues ninguno de los gobiernos de la democracia hizo mucho por modificar ese plan; por el contrario, algunos lo profundizaron.

FINAL  MUY PROVISORIO

Se repasaron hasta aquí algunas muestras de intolerancia, racismo, xenofobia y violencia que están más presentes en la sociedad argentina de lo que podría sospecharse. Bajo cierta pátina de liberalidad y progresismo subyacen imaginarios autoritarios propios de los regímenes fascistas. Es que hoy en día lo facho tiene mala prensa, pero aunque no lo veamos –como el sol- siempre está.

http://revistacontracultural.blogspot.com.ar/

Revolución Ciudadana: ¿freno a la embestida neoconservadora en Latinoamérica?



LAS ELECCIONES EN ECUADOR Y EL FUTURO DE LA REGIÓN 

El 19 de febrero Ecuador tendrá elecciones generales. Se elegirán presidente y vicepresidente, 137 legisladores y cinco representantes al Parlamento Andino. Alianza PAÍS presenta a Lenín Moreno como candidato para suceder a Rafael Correa mientras que el  Guillermo Lasso, empresario y banquero, pretende forzar el ballotage. De llegar al 40 % de los votos el candidato ganador, la segunda vuelta está prevista para el 2 de abril. 

Por Marcelo J. Levy 

Arrancan las elecciones latinoamericanas del 2017. Luego de un año aciago, donde las derechas vernáculas arrasaron de norte a sur con el continente, el 19 de febrero habrá elecciones generales en Ecuador, decisivas para la región en su conjunto por lo que allí se pone en juego. Alianza País, con Lenin Moreno-Jorge Glas, se juega la continuidad de la Revolución Ciudadana, que gobierna desde enero de 2007 con Rafael Correa a la cabeza. El todavía presidente ya había oficializado su no candidatura a la presidencia y su traslado a Bélgica, nacionalidad de su esposa. "El futuro no se detiene", rezan las pancartas y banderas que apoyan a Lenin  Moreno, haciendo hincapié en los logros de los 10 años de gobierno recién cumplidos de un Rafael Correa que definitivamente modificó las estructuras obsoletas y conservadoras del Ecuador. Es interesante observar cómo la campaña del oficialismo postula también como lema “La década ganada” y por oposición, el  conservadurismo se ha embanderado con la idea de "cambio". Así, el banquero Lasso utiliza el poco creativo slogan "vamos por el cambio", mientras que Viteri habla de un "cambio positivo". Como se verifica, una campaña que se "argentinizó" a poco de comenzar.

El objetivo del correísmo es concreto: Moreno deberá sacar más de 40 puntos y una distancia de 10 respecto a su adversario más cercano para evitar la segunda vuelta electoral. Es un escenario posible, visto y considerando la imagen positiva con la que cuenta el primer vicepresidente de Correa y la propia gestión de la Revolución Ciudadana, sumado a la creciente dispersión opositora. Por ahora, y más allá de slogans, la oposición se basa solamente en denuncias de casos de corrupción -PetroEcuador y Odebrecht- que el propio gobierno ya había detectado. El caso de la constructora de origen brasileño que sacude a la política regional es el más emblemático para ilustrar ello: el gobierno de Alianza País (AP) la expulsó en 2008, siendo el único antecedente concreto en América Latina. Sobre el caso PetroEcuador, Correa fue contundente: "el país puede tener la seguridad de que jamás tolerarán esas corruptelas. Aquí no habrá impunidad, ni perdón, ni olvido, no se puede jugar con los recursos del pueblo". El desafío al que se enfrenta Alianza País es frenar lo que Correa llama “la Restauración Conservadora” en Latinoamérica. Además existe un claro agravante: la imposibilidad de ir a las urnas con su principal dirigente y cuadro político, Rafael Correa. Las experiencias de Brasil y Argentina ilustran las dificultades concretas de reemplazar a las figuras mejor valoradas de estos espacios políticos, algo que Bolivia quiere evitar intentando repostular nuevamente a Evo Morales Ayma en 2019. Un triunfo en primera vuelta del correísmo podría significar una revitalización del espacio nacional-popular, progresista y de la izquierda continental tras dos años -2015 y 2016- donde la derecha retomó la iniciativa por todas las vías posibles -incluido el golpe de estado /institucional en Brasil-. Macri y Temer, en tanto, anhelan un forzado ballotage que pueda proyectar en el horizonte un escenario de mayor incertidumbre, con mayor polarización de cara a un eventual segundo turno. Las declaraciones de Viteri en cuanto a una hipotética salida de Ecuador del ALBA -Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América- en caso que su propuesta resulte ganadora ilustran que hay en juego proyectos antagónicos.

¿Quién es quién en esta elección?: 

Lenin Moreno, del movimiento Alianza PAIS. Es el candidato por el partido gobernante Alianza País y el favorito de las encuestas para ganar la presidencia. Propuesta presidencial: Nuevos acuerdos para estimular la producción y el empleo; el fortalecimiento de la educación superior, la lucha contra la violencia y el narcotráfico; una vejez digna para los adultos mayores; la transformación del campo ecuatoriano y la continuidad de la Revolución Ciudadana. 

Guillermo Lasso, de CREO. Es el candidato por la alianza CREO-SUMA, y se ubica en el segundo lugar de las preferencias electorales, según los últimos sondeos. Propuesta presidencial: De tendencia derechista, defiende una economía de libre mercado, aumentar y la participación del sector privado.  

Abdalá Bucaram Pulley, de Fuerza Ecuador. Se ubica en quinta posición en las encuestas. Nació en Guayaquil, el 25 de marzo de 1982. Es hijo del ex presidente del Ecuador Abdala Bucaram Ortiz. Propuesta presidencial: Impulsar un acuerdo público-privado para enfrentar el empleo inadecuado. Eliminar las salvaguardias y el cobro anticipado del impuesto a la renta (IR) del 14 al 10 por ciento. 

Cinthya Viteri, del Partido Social Cristiano. En tercer lugar en las encuestas, es la candidata social cristiana que plantea bajar los impuestos y no los sueldos. Propuesta presidencial: Entre sus propuestas destaca reducir los costos de producción para mejorar la eficiencia y competitividad del sector productivo y la supresión de varios impuestos. 

Paco Moncayo, de Acuerdo Nacional por el Cambio. Es el candidato de la organización política Acuerdo por el Cambio, se posiciona en el cuarto lugar de las preferencias electorales. Propuesta presidencial: Fortalecer la dolarización y estimular a la empresa privada. 

Iván Espinel, Compromiso Social. Es el más joven de los candidatos, con apenas 31 años. Médico de profesión con Maestría en administración. Propuesta presidencial: Su principal propuesta es garantizar los derechos relacionados con la justicia y seguridad ciudadana. 

Washington Pesántez, del partido Unión Ecuatoriana. Defiende al empresariado para crear más empleos. Propuesta presidencial: Cambio de la estructura legal con su denominada "tercera vía ideológica". Sostiene el principio de "mercado hasta donde se pueda; Estado donde se lo requiera". Plantea un Estado regulador, pero que intervenga lo menos posible. 

Patricio Zuquilanda, del Partido Sociedad Patriótica. Es graduado en la Universidad Federal del Estado de Pará en Brasil como especialista en Planificación, Desarrollo Regional y Asuntos Amazónicos. Tiene una Licenciatura en Ciencias Políticas y Sociales. Propuesta presidencial: fortalecer la dolarización a través de un “eficiente control del gasto público”. Se desempeñó como Ministro de Relaciones Exteriores durante la presidencia de Lucio Gutiérrez.

Expuestos los candidatos a la presidencia, Ecuador se debate entre la continuidad de la Revolución Ciudadana -que implica no sólo la posibilidad de mayor bienestar para los ecuatorianos, sino una manera de frenar la embestida neoliberal conservadora que asola el continente- y un neoconservadurismo vinculado a las nuevas gestiones de la región que promueven el achicamiento del estado. La ventaja que tiene este país es que claramente ve como tanto en Argentina como en otras naciones Americanas nos han vendidos espejitos de colores. El “cambio” fue la destrucción del tejido social, el ajuste y el hambre.  Los ojos de todos estarán puestos en el 19 de febrero para ver cómo se dirime el futuro, quizás, de toda la región. 

http://revistacontracultural.blogspot.com.ar/

Descolonizando el territorio



MAPUCHES CONTRA BENETTON 

La lucha contra la colonización permanente de las tierras indígenas, y contra el intento de destruir la autodeterminación de los pueblos originarios es vieja y persistente. A oleadas se vuelve feroz y sangrienta. Pero muchos de los que están involucrados, o de los que observan la actual escalada de la violencia en Chubut, llegan a la conclusión de que, esta vez, “entraron a matar”. 

Por Saskia Fisher 

“Luchamos por la dignidad de nuestro pueblo, para recuperar nuestros territorios y poner fin a la continua destrucción de la tierra”. Isabel Huala, Pu Lof en Resistencia Departamento Cushamen

Durante las primeras horas del martes 10 de enero de 2017, más de 200 policías federales y provinciales allanaron brutalmente la comunidad rural Pu Lof en Resistencia Departamento Cushamen. Junto a ellos, llegaron a este lof (comunidad) de una veintena de mapuches – que es el pueblo originario más grande en Argentina— drones, cañones de agua, helicópteros, caballos, balas, camiones y autobuses. En la provincia de Chubut, donde está el lof, los mapuches viven, junto con los tehuelches, en más de un centenar de comunidades, en su mayoría rurales. Ese 10 de enero, la policía utilizó gases lacrimógenos, golpeó y abusó de una docena de residentes, sin discriminar entre hombres, mujeres y niños. Sus casas fueron destruidas, sus caballos confiscados, y tres personas fueron detenidas. Ese mismo día, la policía persiguió, disparó y detuvo a otras siete personas que habían venido a ayudar a la comunidad. Durante su detención, fueron golpeados y torturados. La policía dijo que había actuado en legítima defensa, alegando haber encontrado cócteles Molotov en posesión de los detenidos. En la preparación para la incursión, crearon una zona de exclusión de 4 kilómetros alrededor del lof, para impedir que nadie entrase en la comunidad para ayudarlos, o que saliese para correr la voz de la represión que iba a tener lugar. Dos fueron los pretextos para la incursión - ordenada por los gobiernos federal y provincial: primero, liberar el acceso a las vías del tren de vía estrecha La Trochita, en gran parte en desuso, que atraviesa las tierras de la comunidad; y segundo, perseguir a individuos por presuntos robos de ganado. El abogado de los siete que fueron detenidos y torturados, Edgardo Manosalva, dice que era "materialmente imposible" que hubiesen robado 360 cabezas de ganado, puesto que para ello se necesitan recursos como caballos y perros, que la comunidad simplemente no tiene. Las acusaciones del Estado no reflejan las verdaderas cuestiones que están en juego, como lo demuestran el uso desproporcionado de la fuerza y ​​los casos falsos que se presentan contra miembros de la comunidad y sus aliados.

En realidad, este conflicto pone al descubierto una lucha fundamental que define a la Argentina - y de hecho a toda América, como pone tan poderosamente en evidencia el campamento de defensores del agua de Standing Rock, en Dakota del Norte, que sigue firme, a pesar de una represión constante. Es la lucha contra la colonización permanente de las tierras indígenas, y contra el intento de destruir la autodeterminación de los pueblos originarios. Es una lucha vieja y persistente que, a oleadas, se vuelve feroz y sangrienta. Pero muchos de los que están involucrados, o de los que observan la actual escalada de la violencia en Chubut, llegan a la conclusión de que, esta vez, “entraron a matar”. Al día siguiente a la incursión, alrededor de las ocho de la tarde, aprovechando que muchos miembros de la comunidad (y de aquellos que se solidarizan con ellos) estaban en la ciudad de Esquel exigiendo la liberación de los detenidos, la policía provincial lanzó un segundo ataque, esta vez sin siquiera pretender cobertura legal. Disparando munición real y balas de goma, hirieron a diez personas, dos de ellas de gravedad. Se lo robaron todo, informaron los miembros de la comunidad: “hasta nuestros cigarrillos”, dijo uno de ellos. Una vez más, afirmaron haber sido atacados. Como resultado de este asalto, dos personas fueron hospitalizadas; Emilio Jones, al que dispararon a quemarropa una bala de goma en el cuello, y que necesita una cirugía de reconstrucción de la mandíbula; y Fausto Jones Huala, que sufrió una hemorragia cerebral, entre otras lesiones. Las familias han tenido que recaudar fondos para pagar la operación de Emilio. Todos los detenidos fueron puestos en libertad, pero continúan los procedimientos legales contra ellos.“Los mapuches seguimos formando una gran mayoría de gente sin tierra. Nuestra única opción es convertirnos en campesinos, en empleados domésticos o en obreros, es decir, mano de obra barata, explotada por la oligarquía nacional y por las empresas transnacionales”. Declaración de la Pu Lof en Resistencia Departamento Cushamen, Marzo de 2015. En 2015, la lof Cushamen, formada por varias familias, decidió “recuperar”— como dicen ellos— algunas de sus tierras ancestrales, con el fin de construir ahí una comunidad. La recuperación fue parte de un proceso político, económico y espiritual de reconstrucción de la nación mapuche. Al mismo tiempo, como expusieron en su primera declaración pública, la acción vino motivada por el rechazo frente su situación económica, como miembros de una “mayoría sin tierra”, explotada por el capital local o transnacional. Pero una filial de la multinacional italiana Benetton reclama la titularidad legal de la parcela en que se establecieron, a orillas del Río Chubut, donde nace la inmensa estepa patagónica.

Con cerca de 900.000 hectáreas, la Compañía de Tierras Sud Argentino S.A., perteneciente a Bennetton, es el mayor propietario privado de Argentina; además de la cría de ovejas, tiene concesiones mineras y plantaciones de pinos. Benetton compró la Compañía en 1991, durante el proceso de venta masiva de la riqueza del país a empresas nacionales y, especialmente a firmas transnacionales, que tuvo lugar a principios de los años 90. Al igual que ocurre con otras empresas de la región, el poderío de Benetton no es meramente económico, sino que está estrechamente ligado con el poder político y judicial. Gladys Carla Rossi, por ejemplo, esposa de José Luis Colabelli (el juez provincial que ha ordenado el desalojo de muchas comunidades mapuche), trabaja para el consulado italiano local; y el gobernador de Chubut, Mario Das Neves está siendo investigado por aceptar sobornos de la empresa petrolera Pan American Energy. Las inmensas propiedades que ahora posee Benetton fueron creadas originalmente como regalías para los inversores británicos que financiaron la "Conquista del Desierto" en la década de 1880, y que tuvo un carácter genocida. En ese momento, Argentina era un país de tamaño mucho más modesto, y las Pampas y la Patagonia seguían siendo territorio indígena soberano. Los mapuche y los tehuelche habían rechazado con éxito los intentos de invasión, primero por parte de España y luego por parte de Argentina y Chile. El objetivo declarado de la campaña militar era “exterminar” a los pueblos indígenas del sur y apoderarse de sus tierras. Después de la invasión, los propietarios británicos de la Compañía ampliaron constantemente sus posesiones, invadiendo la vecina Colonia Cushamen, una colonia indígena que había sido establecida por el Estado. Así, los sobrevivientes de la conquista fueron empujados permanentemente hacia tierras cada vez más marginales y, cuando éstas se convirtieron en nuevas fuentes de beneficios (por ejemplo, mediante la expansión de la minería), fueron nuevamente perseguidos, echados de sus tierras y empujados a las franjas más pobres de las ciudades.

Hoy en día, ocupan los puestos más precarios, soportando la injusticia cotidiana de una pobreza racializada. Argentina proyecta la fantasía de ser un país blanco y europeo. Una maquinaria compleja y contradictoria sigue aspirando, a través de la educación, la historia nacional, los medios de comunicación y la política, a hacer realidad esa fantasía. La negación del país de su realidad indígena es particularmente eficaz en el exterior: Buenos Aires se vende a sí misma como la “París del Sur”. Los mapuches que permanecen en su tierra son frecuentemente denunciados como falsos y extranjeros que, a diferencia de los colonos blancos o las corporaciones multinacionales, carecen de derechos legítimos sobre las tierras. En una reciente entrevista, Diego Campal, de la Agencia de Relaciones Públicas Jeffrey Group, que representa a Benetton, declaró que: “los mapuche llegaron a las tierras donde están ocurriendo estos acontecimientos (el conflicto Cushamen), en lo que es Argentina hoy, prácticamente al mismo tiempo que el hombre argentino”. Además, en la zona de Cushamen, Benetton financia el Museo Leleque, que promueve la ficción ventajista de que los mapuches, como invasores chilenos recientes, son responsables de la práctica “extinción” de los verdaderos pueblos indígenas de la zona: los dóciles y, en sus palabras “ingenuos” tehuelches. La intensidad de aquellas energías aniquiladoras es tal que hoy, a 130 años después de la invasión, ya muy pocos hablan el idioma, y ​​muchos, por vergüenza y para evitar la discriminación, no se identifican públicamente como mapuches o tehuelches. Sin embargo, contrarrestando estas presiones para hacerlos desaparecer, los mapuches resisten, a ambos lados de los Andes. Durante los años 90 y los 2000, un movimiento de alcance provincial, la Organización de Comunidades Mapuche-Tehuelche 11 de Octubre, reunió a mapuches y a mapuches-tehuelches, urbanos y rurales, en muchas luchas exitosas. Hoy, muchos de los lof de Chubut están en conflicto. Estas comunidades mapuches y tehuelches, rurales en su mayoría, se enfrentan a una variedad de proyectos estatales y privados, que ambicionan apoderarse de la tierra que les queda. Por ejemplo, en el Cerro León, cerca de Cushamen, hay comunidades que luchan contra el proyecto de construir un centro de esquí en lo que son sus pastos de verano. Los medios de comunicación los denuncian, tildándolos de extranjeros que arruinan la única oportunidad que el lugar tiene para desarrollarse y progresar, aunque sea a través de un deporte de lujo, ambientalmente muy devastador. Tampoco es la primera vez que desafían a Benetton. A principios de la década de 2000, Benetton puso en marcha su poderosa máquina legal, política y de relaciones públicas en contra de la lof de Santa Rosa Leleque, alrededor de la cual se había organizado una campaña internacional. Tras más de 10 años de lucha de la lof, y de denuncias judiciales patrocinadas por Benetton, finalmente en 2014 esa comunidad vio reconocido su título de propiedad por parte del Estado. La lof Cushamen prolonga la historia de esa lucha. Declara que elige resistir a través de la acción directa, diciendo que “la única manera de detener el ‘asesinato planificado’ (a través del ‘ecocidio’ y del etnocidio) por el Estado y el poder económico es a través del control efectivo de la tierra por parte de nuestras comunidades en lucha”. La lof se sitúa en el corazón de un renovado movimiento de coordinación y cooperación entre las comunidades indígenas de la región. Y, desde su creación, ha sufrido la intimidación, la represión y los repetidos ataques en los medios de comunicación. Los recientes allanamientos no son las primeras, y es poco probable que sean las últimas. Durante el año 2016, la provincia, reforzada gracias al nuevo gobierno federal de Mauricio Macri, montó contra la comunidad y sus partidarios una campaña cada vez más ensordecedora. En lugar de negociar las demandas de la lof, el gobierno rompió con las negociaciones y ha puesto en marcha numerosas acciones que incluyen espionaje, difamación en los medios de comunicación, acoso, cárcel, y el uso de la fuerza bruta. En mayo y junio de 2016, fuerzas especiales atacaron e intentaron desalojar a la comunidad, deteniendo a varias personas, entre ellas a su lonko (cabeza), Facundo Jones Huala, e intentaron (aunque no lo consiguieron) extraditarlo a Chile, tras acusarlo de daños a la propiedad privada. Después de las últimas incursiones, que Amnistía Internacional condenó enérgicamente, miembros del gobierno provincial de Chubut llamaron “terroristas” y “delincuentes” a los mapuches de la lof Cushamen, y el gobernador Das Neves se comprometió a “ser duro” y perseguirlos hasta las “últimas consecuencias”. Durante su juicio, Jones Huala declaró que se perseguía a los mapuches a causa de su “madurez política e ideológica” que ha ido “generando continuidad en la lucha”. Aunque esta fuerza no es nueva en Chubut, y ya venía incrementándose durante los gobiernos Kirchner, su intensidad actual es muy llamativa en tiempos de democracia. Esto vaticina que vendrán tiempos más tenebrosos, como lo muestra la convergencia con las tácticas que Chile practica contra los mapuches, incluido la aplicación de la ley antiterrorista de Pinochet y de la violencia sistemática. De hecho, ya en 2015, la provincia patagónica de Neuquén intentó invocar ley antiterrorista Argentina contra las luchas mapuches.

La conquista de esos territorios por parte de Argentina aún no ha terminado. Como colonia, todavía se está consolidando. Y mientras siga esforzándose por extender su control e imponer la ley de los beneficios económicos, seguirá encontrando resistencia indígena. Por toda la región y, de hecho, por todo el país, las fuerzas del capital, en sus múltiples formas, ya sea a la caza de metales, petróleo, soja o lana, están avanzando, enfrentándose a los territorios indígenas y las comunidades rurales. Los conflictos se multiplican. En la semana anterior al allanamiento en Cushamen, en la vecina localidad de El Bolsón, más de la mitad de la población salió en la calle para decir “No” a los planes del multimillonario británico Joseph Lewis (que ya ha privatizado ilegalmente un lago en la zona), para destruir las cabeceras de los ríos que alimentan la región mediante la construcción de un exclusivo centro turístico. Este movimiento de cercamiento se repite en todo el mundo. Con los productos que crea y circula, conecta a distintos puntos del planeta. Dondequiera que haya naturaleza susceptible de ser transformada en recursos explotables, allí hay personas que deben ser desechadas. Mantenerlas calladas, aisladas y sin amigos es una tarea fundamental: ni la sangre mapuche, ni la de trabajadores Bangladesh, deben manchar los suéteres Benetton de lana, ni enturbiar la marca que publicita el amor multicultural. Y aún así, la lucha de la lof Cushamen está siendo seguida en toda Argentina, y se han organizado acciones de solidaridad en éste y en otros muchos países. En este caso, la persecución de los que están en la periferia revela lo que les está reservado a los en el centro: hasta donde está dispuesto a llegar el poder. Al mismo tiempo, la persistencia de la lucha de los miembros de la lof contra un oponente tan colosal, su coraje y desafío, hacen evidente que, en este contexto, nada está resuelto definitivamente. Su denuncia, no sólo del capital transnacional, sino en general de los “estados coloniales y capitalistas” y de la destrucción salvaje de la tierra, debe resonar por todas partes, puesto que demuestra que otras formas de vida no son sólo imaginables, sino que ya y todavía existen.

Los miembros de la lof Cushamen no están solos, ni en silencio. Su lucha se extiende a través de una red de medios alternativos de comunicación, en su mayor parte alternativas. Esta red incluye a la radio “mapuche-comunitaria” Petü Mogeleiñ (Aún Vivimos), y a FM Alas en El Bolsón. Ambas emisoras, a pesar de repetidas amenazas, continúan cubriendo estos conflictos. Sin embargo, para sus oponentes, que cuentan con inmensos recursos y para quienes la violencia es simplemente una estrategia lógica, es fundamental que no se permita el éxito a ninguna recuperación de territorio, ni que corra la voz. En definitiva: resulta crucial que las voces mapuches circulen extensamente, y que rompan tanto los silencios impuestos, como la imagen de su tierra, que se vende a los turistas como si fuese un territorio desértico, libre de conflictos. A través de su lucha, nos muestran cómo, día a día, por todo el mundo, la gente se está organizando para construir un futuro diferente, y lo hace construyéndolo aquí, en el presente.