7 de diciembre de 2014

Bosques: La ley desmontada



A SIETE AÑOS DE SU SANCIÓN, SE SIGUE VIOLANDO LA LEY DE BOSQUES 

El presupuesto para la protección de los bosques del año próximo será veinte veces menor a lo establecido por la ley. Según datos oficiales, Santiago del Estero y Salta son las provincias con más deforestación y las que más violan la Ley de Bosques. 

Por Hernán L. Giardini  

El artículo 31 de la Ley Nacional de Bosques (26.331) establece que el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos no podrá ser inferior al 0,3% del Presupuesto Nacional, a lo que deberá sumarse el 2% del total de las retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la agricultura, la ganadería y el sector forestal, correspondientes al año anterior. Los fondos tienen como objetivo fortalecer la capacidad técnica y de control de las provincias, compensar a los titulares que realicen tareas de conservación y manejo sostenible, y fomentar las actividades productivas que los pequeños productores rurales y comunidades indígenas realizan en los bosques.  

A pesar de su importancia, en 2008 y 2009 la ley no contó con presupuesto y los años siguientes los fondos para la protección de bosques fueron mucho menores a lo estipulado por la normativa. El 11 de febrero de 2010 fueron reasignados $ 144 millones de los fondos de la Ley de Bosques al “Programa Fútbol para Todos” mediante la Decisión Administrativa N° 41/2010 de la Jefatura de Gabinete de Ministros. El año próximo los fondos para la protección de bosques serán 20 veces menores a lo establecido por la Ley de Bosques: tan sólo unos 232 millones de pesos, cuando deberían superar los $ 4.700 millones.

Un reciente informe de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación advierte que desde la sanción de la Ley de Bosques (noviembre de 2007) hasta fines de 2013 se deforestaron 1.893.128 hectáreas, lo que equivale a una hectárea cada dos minutos. Cabe advertir que el 80% de los desmontes se concentra sólo en cuatro provincias: Santiago del Estero (623.848 hectáreas), Salta (449.338 hectáreas), Formosa (221.756 hectáreas) y Chaco (218.034 hectáreas). 

A pesar de que casi todas las provincias realizaron el ordenamiento territorial de sus bosques nativos, resulta muy preocupante que desde su implementación se haya desmontado más en bosques protegidos por la normativa (553.332 hectáreas) que en los que sí está permitido deforestar (503.948 hectáreas). Las provincias en las que se desmontaron más bosques protegidos son Santiago del Estero (320.231 hectáreas), Salta (131.197 hectáreas) y Chaco (49.560 hectáreas). 

En ese sentido, resulta evidente la violación a la ley que promueven los gobiernos de Santiago del Estero y Salta, donde autorizan desmontes en bosques protegidos a pedido de los terratenientes, generando un grave impacto ambiental y el desalojo de campesinos e indígenas. 

En Santiago del Estero se está realizando un juicio por el asesinato de Cristian Ferreyra, un campesino que resistió el desalojo de sus tierras y recibió el disparo de guardias armadas al servicio de un empresario agropecuario que había obtenido un permiso del gobierno provincial para desmontar en una zona donde la Ley de Bosques no lo permite.

En el caso del gobierno salteño, se otorgaron autorizaciones para deforestar más de 150.000 hectáreas en zonas donde la normativa nacional no lo permite. La violación de la Ley de Bosques en Salta también fue cuestionada recientemente por la Auditoría General de la Nación, por la Defensoría del Pueblo de la Nación, y por más de cien organizaciones sociales y expertos, quienes solicitaron la urgente intervención de la Secretaría de Ambiente de la Nación y del Consejo Federal de Medio Ambiente.

La sanción de la Ley de Bosques significó un avance sin precedentes en materia ambiental para nuestro país, y un logro trascendental en la participación de la sociedad civil en el reclamo efectivo de una norma de protección ambiental. Sin embargo, su implementación efectiva enfrenta severas dificultades que deben ser resueltas. La principal: la falta de voluntad política para aplicarla.

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Fraude a cielo abierto



LA MANIOBRA PARA HABILITAR LA MINERÍA EN CHUBUT 

Contra la iniciativa popular que había reunido 13.007 firmas para prohibir la megaminería en Chubut, la Legislatura provincial habilitó esa actividad durante una sesión en la que se detectó que al menos un diputado recibía instrucciones de las mineras por mensajes de texto. 

Por Lavaca 

El legislador Gustavo Muñiz, del Frente para la Victoria, recibió un mensaje de quien tiene registrado en su celular como "Minería Gastón Berardi". Berardi es funcionario local de la firma de origen canadiense Yamana Gold, y Gerente de Relaciones Comunitarias del proyecto minero que esa corporación tiene en Esquel bajo el nombre Suyai. En el mensaje, Berardi le plantea corregir el artículo 4 de la Ley, a lo que el legislador Muñiz responde: "eso después el ejecutivo lo reglamenta", lo cual indica hasta dónde llegó el lobby empresario. El hecho ocurrió durante una sesión de cinco horas este martes 25 de noviembre, en la que el resultado de la votación fue 15 a 12, contra la Iniciativa Popular que, de acuerdo a la Constitución provincial, había reunido cantidad más que suficiente de firmas, 13.007, para que se tratara un proyecto de prohibición de la megaminería a nivel provincial. Lucas Fossati, asambleísta de Rawson, explicó a lavaca: "Lo que presentamos es un proyecto de Ley, que la Cámara puede modificar. Lo que no puede hacer es tergiversar ni sustituir el espíritu de esa ley. Si nosotros presentamos una manzana, no pueden aprobar una zanahoria". 

Prostíbulos y carpas 

"Es como si por iniciativa popular hacemos un proyecto contra la trata de personas, pero la ley que termina saliendo habilita los prostíbulos" comparó la asambleísta e integrante de FM Kalewche Fernanda Rojas, aunque tal vez no convenga darle a los legisladores semejante idea. Lucas Fosatti relata que durante 25 horas se montaron 14 carpas en la puerta de la Legislatura chubutense, convocada por la UACH, Unión de Asambleas Ciudadanas de Chubut, con el apoyo de las asambleas nacionales reunidas en la UAC. Era la primera vez en la historia que se utilizaba la Iniciativa Popular, mecanismo de democracia semidirecta. "En el proyecto ciudadano se prohíbe con precisión la extracción metalífera, puntualizando metales y materiales radiactivos, y se especifica la prohibición de cada sustancia tóxica" explica otra asambleísta chubutense, Corina Milán. 

Mensajeame 

Los grupos pro mineros, empresarios y políticos, deben estar meditando sobre los insondables alcances de la estupidez humana vía telefónica, que en este caso ha sido tan reveladora.El señor Gastón Berardi, que por mensajito conversa con el legislador sobre el contenido de la ley, es Gerente de Relaciones Comunitarias del Proyecto Suyai, tal el nombre del emprendimiento que la canadiense Yamana Gold busca instalar en Esquel. Se lo nombraba así para atraer inversores y que no fuese evidente que se trataba de Esquel. El señor Berardi, confirmando las tendencias de la época, fue también Gerente Comercial en el Canal 8 de San Juan. A la vez, el gerente de comunicaciones de la misma Yamana Gold resultó ser un periodista: Ricardo Bustos, conductor de un ciclo radial mañanero, que tuvo la desventura de querer presionar al cantante Axel para que no hablara del tema minero durante uno de sus shows, cosa que el músico se encargó de divulgar vía Twitter. El legislador Muñiz, era diputado del justicialista Modelo Chubut, junto al ex gobernador Mario Das Neves. Luego, cayendo Das Neves, este señor flotó hacia el Frente para la Victoria. Su ex jefe de bloque dijo: "En el peronismo siempre están estas cuestiones, hoy alineado acá, y mañana allá". Se trataría de la coherencia de la incoherencia. Siempre interesado en fomentar la minería, ha sido personaje de la publicación Mining Press, aunque uno de sus proyectos más conocidos bucea en otras cavernas: propuso que los funcionarios de los tres poderes se hagan una rinoscopia para blanquear "si están o no en la droga". 

¿Cuál es la trampa? 

Los ciudadanos de Chubut apoyaron, a través de la iniciativa popular, un proyecto de Ley. Sin embargo, el dictamen que se terminó aprobando fue bien distinto. Con el voto de 15 diputados, el proyecto sancionado suspende la actividad minera por 120 días y habilita al Ejecutivo provincial a convocar "consultas populares" en las regiones afectadas por cada proyecto de explotación. Hecha la ley, ¿cuáles son las trampas? Corina explica: "Hablan de zonificación, pero los ecosistemas no se pueden zonificar. Si se afectan ríos que nacen en la montaña, pasan por la meseta y llegan a la costa este, como ocurre en estos casos, también deberían consultar a Trelew, Puerto Madryn o Comodoro Rivadavia". "En el caso de la meseta chubutense, los principales proyectos mineros están cerca de Gan Gan y Gastre por un lado, y de Paso de Indios por el otro. En el primero hay unos 600 habitantes, y en el segundo unos 400. Son comunidades históricamente postergadas, empobrecidas, abandonadas por el Estado, y dependientes del patrón político de turno, como nos pasa en tantos pueblos del interior. En esa situación, llegan con promesas y prebendas, y es relativamente fácil volcar el voto, manipular la situación con los punteros de la zona. Lo hacen para hacerse los democráticos. Pero que en comunidades tan pequeñas haya problemas de trabajo, implica un fracaso del Estado, al que ahora le agregan esta extorsión, como si la única fuente de trabajo fuese la minería. Van a sacrificar a esas comunidades y van a afectar regiones y poblaciones mucho más allá". 

¿Qué dice la Constitución? 

Por eso los asambleístas plantean lo siguiente: "No se trató nuestra iniciativa" argumenta Corina Milán, "sino otra cosa, y usaron un artículo de nuestro proyecto, el más general, para enmascarar una ley minera. Eso es lo más perverso" sugiere y recuerda la frase de Fernanda sobre la trata y los prostíbulos. En la iniciativa popular se recuerda, además, un párrafo de un libro en desuso en estos casos, llamado Constitución Nacional. El artículo 41 plantea que la defensa del ambiente no sólo es un derecho sino un deber: "Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo". Lucas Fossati agrega que lo legislado "vulnera totalmente el derecho constitucional de iniciativa popular", ya que la Cámara no puede contradecir el espíritu de un proyecto presentado mediante este mecanismo de democracia semidirecta. "Ellos tienen el deber insoslayable de tratarlo tal cual es. Y si van a hacer reformas al menor labrar un acta". El asambleísta Roberto Ochandío, afirma: "Desvirtuaron totalmente el espíritu de la Iniciativa Popular. Lo que hicieron es presentar el primer artículo bajo el mismo título, y eliminaron todos los otros. Los cambiaron por artículos donde incluyen la propuesta de zonificación de la provincia, que es lo que hace tiempo están pidiendo las compañías mineras. Con eso abren la puerta para que se hagan plebiscitos locales, más fáciles de manipular". 

Mamarrachos 

¿Qué significa la "zonificación"? Definir proyectos mineros, apuntar allí todos los cañones estatales y privados para ganar la aprobación de esas localidades, y correr de la discusión al resto de la provincia. "Nosotros nunca estaremos en desacuerdo con las consultas populares provinciales. Lo que estamos diciendo es que el agua que naca en la Cordillera no es una cuestión de una localidad: de esa cuenca tomamos agua más de 200 mil habitantes" sostiene Fosatti. Sobre el comportamiento de los bloques, Corina agrega: "En este caso el kirchnerismo votó en bloque contra la iniciativa popular. Además la televisión pública pasó teleteatros caribeños, una película norteamericana y Paka Paka, mientras se producía un debate histórico. Eso también es ningunear la participación popular". "La ley es un mamarracho y es absolutamente nula", sentencia Fossati. "Podremos no lograr la iniciativa popular, pero jamás la van a cambiar por un plan minero. Es la antítesis. En ese sentido, la batalla será judicial, administrativa, en la calle, en todas las regiones, porque las mineras van a tener que confrontar con cada uno de los vecinos en cada pueblo". 

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“No podemos respirar”



SIN CONDENA A POLICÍA ASESINA DE AFRODESCENDIENTES EN EE.UU. 

En Nueva York han estallado protestas luego de que un gran jurado decidiera no imputar a un policía blanco luego de haber estrangulado a Eric Garner, un afroestadounidense padre de seis hijos. Murió en julio pasado después de que el oficial de policía Daniel Pantaleo le practicara una llave de estrangulamiento no reglamentaria. La policía había acusado a la víctima de vender cigarrillos sueltos sin pagar impuestos.   

Por Marcelo J. Levy 

Once veces. O más. Eric Garner convirtió una frase en un grito de guerra “I can´t breathe” (no puedo respirar). Poco importa si un negro asmático muere. Poco importa que tenga que mantener una familia, que no tenga posibilidades concretas de trabajar por fuera de vender cigarrillos sueltos en la calle. Y poco importa porque la impunidad de la policía yanqui descansa en un sistema judicial que no reconoce igualdad de derechos.

El día miércoles 3 de diciembre, el gran jurado absolvió al policía asesino sin cargos y libre de toda responsabilidad. Según la justicia estadounidense “no existen suficientes pruebas para imputar al policía blanco”  aunque los resultados de la autopsia revelaron que Garner era asmático y murió asfixiado cuando el funcionario vestido de civil rodeara con su brazo, el cuello de la víctima.

La misma noche en que se anunciaba el fallo se llevaron a cabo movilizaciones a lo largo y ancho de Estados Unidos. En Nueva York y cantando “no podemos respirar” (We can’t breathe) se movilizaron más de 1000 personas, de las cuales 80 fueron arrestadas. También hubo marchas en Washington, en Oakland, Los Ángeles, Philadelphia, San Francisco, Ferguson, entre otras ciudades. Los manifestantes exigen que haya un cambio frente la violencia con la que es tratada la juventud y el racismo que aún persiste hacia la comunidad afroamericana.

El presidente Obama dijo que la decisión de no condenar al oficial es otra frustración para los afroamericanos, sin tomar verdaderamente protagonismo en un tema crucial hoy en Estados Unidos.

La confianza en el sistema judicial en Estados Unidos se encuentra cada vez peor y habrá nuevas movilizaciones. En la historia de Estados Unidos la lucha contra el racismo es un hilo conductor; con este fallo, el racismo se vuelve a institucionalizar. Las decisiones evidentemente racistas y los crímenes contra la población afroamericana no  son una novedad, pero se asiste a un nuevo período en el que la juventud comienza a movilizarse masivamente. Mike Brown nos vuelve como un deja vú.

Darren Wilson, el policía blanco que asesinó al joven negro Michael Brown el 9 de agosto también quedó libre y sin cargos. La noche del 24 de noviembre se conoció la decisión de no presentar cargos contra Wilson, ya que el gran jurado (compuesto por doce personas, nueve blancas y tres afroamericanas, una proporción que no representa la población de Ferguson con dos tercios de afroamericanos) declaró no encontrar pruebas suficientes para imputarlo. Miles salieron a las calles en Ferguson enfrentando la brutal represión. Se reforzó el despliegue policial, con agentes con rifles y vehículos militares de la Guardia Nacional, sumado a la milicia del Estado que ya fue desplegada en agosto, mes en el que fue asesinado Michael Brown.

Estados Unidos nació sobre los cimientos del robo genocida de las tierras de los pueblos originarios y la esclavitud de los africanos. Desde entonces, la opresión del pueblo negro ha sido un elemento fundamental para el funcionamiento de este sistema, y ha cambiado al mismo tiempo que cambia el sistema, pero siempre ha estado profundamente entrelazada en el propio tejido de la sociedad. La supremacía blanca y el capitalismo han llegado a estar tan profundamente entrelazados, que cuando millones de personas se hayan levantado una y otra vez a luchar contra la opresión de los afroamericanos, el sistema termina reorganizándose y reforzándose, aunque modifique las formas de esa opresión. Hoy, vivimos una situación extrema. El mundo ve atónito los hechos que describimos.

En una conferencia de prensa, en la que el oficial responsable de la muerte de su marido le pedía disculpas, la viuda de Eric Garner dijo: "El momento de arrepentirse debía haber sido cuando mi esposo gritaba que no podía respirar. Esa era la oportunidad para mostrar arrepentimiento y cuidar a otro ser humano. Ninguna plegaria me hará sentir diferente. No, no acepto sus disculpas, ni me importan sus condolencias. El sigue trabajando, sigue recibiendo un salario y sigue alimentando a sus hijos. Mi esposo está a 6 metros bajo tierra y yo estoy buscando la forma de alimentar a mis hijos. ¿Quién se va a disfrazar de Santa Claus este año para mis nietos? Porque eso es lo que hacia todos los años”.


Dilma: Capitulación y después



BRASIL: PREOCUPANTE DERECHIZACIÓN DEL PT A POCOS DÍAS DE GANAR LAS ELECCIONES 

¡Dilma se entregó sin luchar! Con su lamentable decisión de entregar a los banqueros los resortes fundamentales del Estado se vino abajo toda la mistificación del “posneoliberalismo” construida a lo largo de estos años por los publicistas del PT. ¿Tenía opciones Dilma? ¡Claro que sí! En momentos como éste es más que nunca necesario no ceder ante el chantaje tecnocrático y antipolítico de los resignados del PT y sus partidos aliados que, parafraseando lo que decía Margaret Thatcher, aseguran que “no había alternativas”, que esto es doloroso pero “era lo único que podíamos hacer”. 

Por Atilio A. Boron 

Si en vísperas del balotaje propuse, en contra de quienes propiciaban el voto en blanco o nulo, votar por Dilma era por dos razones: primero, porque era imprescindible cerrarle el paso a Aecio, representante de la derecha neoliberal dura, neocolonial hasta la médula y sin el menor compromiso con ninguna causa o estructura popular, cosa que el PT tuvo y decidió arrojar por la borda; segundo, porque me parecía razonable apostar a que, ante el horror del abismo, Dilma y los petistas tendrían todavía una mínima capacidad de reacción y lucidez para, por lo menos, tratar de pasar a los anales de la historia con algo de dignidad. Reconozco haber sobreestimado la capacidad de Dilma y los petistas para conservar ese reflejo elemental sin el cual la vida política se convierte en un interminable calvario. Pero aún así sigo sosteniendo que la apuesta era válida; que el desperdicio de una oportunidad única no significa que ésta no existiera; y que de haber triunfado Aecio estaríamos ante una situación todavía peor que la que hoy debemos enfrentar.

Mi planteamiento se sustentaba, desde el punto de vista tanto epistemológico como práctico, en la tesis que  afirma que los procesos históricos no obedecen a un patrón determinista. Si así fuera el sólo desarrollo de las fuerzas productivas conduciría ineluctablemente a la revolución y a la abolición del capitalismo, cosa que todos los marxistas -desde Marx y Engels hasta nuestros días, pasando por supuesto por Lenin, Gramsci y Fidel- se encargaron de refutar por ser una creencia equivocada que alentaba la desmovilización y el quietismo de las clases y capas explotadas y desembocaba, en el mejor de los casos, en el tibio reformismo socialdemócrata. Como lo señaló cientos de veces Lenin, el capitalismo no caerá si no se lo hace caer, y para se requiere de un componente esencial: la voluntad política. Esto es, la firme decisión de combatir en todos los frentes de la lucha de clases, organizar al campo popular, promover la concientización y la batalla de ideas y, por supuesto, adoptar la estrategia general y la táctica puntual más apropiada para intervenir en la coyuntura sorteando los riesgos siempre presentes y simétricos del voluntarismo, que ignora los condicionamientos histórico-estructurales, y el triunfalismo fatalista que confía en que las ciegas fuerzas de la historia nos conducirán a la victoria final. Quienes adhieren al determinismo histórico no son los marxistas sino los economistas y gobernantes burgueses, siempre prestos a disimular sus opciones políticas como resultado de inexorables imperativos técnicos. Si para abatir la inflación se congelan los salarios, y no se controla la formación de los precios, es por un razonamiento despojado de todo vestigio de política e ideología, tan puro en su abstracción como un teorema de la geometría. Si para mejorar las cuentas fiscales se recortan los presupuestos de salud, educación y cultura en lugar de hacer una reforma tributaria para que las empresas y las grandes fortunas paguen lo que les corresponde, se dice que aquella alternativa es la que brota de un análisis puramente técnico de los ingresos y egresos del estado. ¡Otra impostura!

Fue producto del rechazo a cualquier concepción fatalista o determinista que llegué a la conclusión, que ratifico el día de hoy, de que pese al fortalecimiento de la derecha  Dilma y el PT aún tenían una oportunidad; que les quedaba una bala en la recámara y que si tenían la lucidez y la voluntad de avanzar por izquierda todavía podrían salvar algo del proceso iniciado con la fundación del PT (y que tantas esperanzas había suscitado) y evitar un retroceso brutal que significara, para el movimiento popular brasileño, tener que subir una difícil cuesta para relanzar su proyecto emancipatorio.  Por eso me permito reproducir lo que escribí  después de la pírrica victoria de Dilma (y ahora sí se entiende porque fue pírrica, porque el triunfo hizo más daño al vencedor que al vencido, a Dilma y al PT que a Aecio). Decía en esa nota lo siguiente: “Para no sucumbir ante estos grandes factores de poder se requiere, en primer lugar, la urgente reconstrucción del movimiento popular desmovilizado, desorganizado y desmoralizado por el PT, algo que no podrá hacerlo sin una reorientación del rumbo gubernamental que redefina el modelo económico, recorte los irritantes privilegios del capital y haga que las clases y capas populares sientan que el gobierno quiere ir más allá de un programa asistencialista y se propone modificar de raíz la injusta estructura económica y social del Brasil. En segundo término, luchar para llevar a cabo una auténtica reforma política que empodere de verdad a las masas populares y abra el camino largamente demorado de una profunda democratización.  … Pero para que el pueblo asuma su protagonismo y florezcan los movimientos sociales y las fuerzas políticas que motoricen el cambio –que ciertamente no vendrá ‘desde arriba’- se requerirá tomar decisiones que efectivamente los empoderen. Ergo, una reforma política es una necesidad vital para la gobernabilidad del nuevo período, introduciendo institutos tales como la iniciativa popular y el referendo revocatorio que permitirán, si es que el pueblo se organiza y concientiza, poner coto a la dictadura de caciques y coroneles que hacen del Congreso un baluarte de la reacción. ¿Será este el curso de acción en que se embarcará Dilma? Parece poco probable, salvo que la irrupción de una renovada dinámica de masas precipitada por el agravamiento de la crisis general del capitalismo y como respuesta ante la recargada ofensiva de la derecha (discreta pero resueltamente apoyada por Washington) altere profundamente la propensión del estado brasileño a gestionar los asuntos públicos de espalda a su pueblo. …  Nada podría ser más necesario para garantizar la gobernabilidad de este nuevo turno del PT que el vigoroso surgimiento de lo que Álvaro García Linera denominara como ‘la potencia plebeya’, aletargada por décadas sin que el petismo se atreviera a despertarla. Sin ese macizo protagonismo de las masas en el estado éste quedará prisionero de los poderes fácticos tradicionales que han venido rigiendo los destinos de Brasil desde tiempos inmemoriales.”

Al anunciar la designación de Joaquim Levy como Ministro de Hacienda, un ‘Chicago boy’ y hombre de la banca brasileña e internacional, Dilma y el PT capitulan cobardemente de su responsabilidad histórica. En los Cuadernos de la Cárcel hay una nota titulada “La fábula del castor” en la cual Gramsci dice lo siguiente a propósito de la incapacidad de las fuerzas de izquierda para resistir eficazmente al ascenso del fascismo: “El castor, perseguido por los cazadores que quieren arrancarle los testículos de los cuales se extraen sustancias medicinales, para salvar su vida se arranca por sí mismo los testículos. ¿Por qué no ha habido defensa? ¿Poco sentido de la dignidad humana y de la dignidad política de los partidos? Pero estos elementos no son dones naturales… son ‘hechos históricos’ que se explican con la historia pasada y con las condiciones sociales presentes.”  Al invitar a Levy y sus tenebrosos doctores de la ‘terapia del shock’ -Naomi Klein dixit- a tomar por asalto al estado (y especular con la posibilidad de que se le ofrezca a la senadora Katia Abreu, acérrima enemiga del Movimiento Sin Tierra y líder de la Confederación Nacional de la Agricultura, el lobby del agronegocios, el Ministerio de Agricultura) el gobierno petista obró como el castor de la fábula: se castró a sí mismo y traicionó el mandato popular, que había repudiado la propuesta de Aecio, al servirle el poder en bandeja a sus declarados enemigos perpetrando una gigantesca estafa postelectoral sin precedentes en la historia del Brasil. Esto explica el júbilo de los grandes capitalistas y sus representantes políticos y mediáticos, que celebraron este gesto de ‘sensatez’ de Dilma como una extraordinaria victoria. En efecto, perdieron en las elecciones porque el voto popular no los favoreció, pero la burguesía no sólo mide sus fuerzas y disputa el poder en el terreno electoral. Sería un alarde de cretinismo electoralista pensar de esa manera. Para corregir las erróneas decisiones del electorado están los ‘golpes de mercado’ y su fiel escudero: el ‘terrorismo mediático’ ejercido impunemente en Brasil en la reciente coyuntura electoral. Triunfadora en las urnas y derrotada y humillada fuera de ellas, Dilma asume como propio el paquete económico de sus enemigos, que ha hundido a Europa en su peor crisis desde la Gran Depresión y que tantos estragos ocasionó en América Latina. ¿Había alternativas? Claro: en línea con lo que observaba Gramsci, ¿por qué Dilma (y Lula) no denunciaron la maniobra de la burguesía y le dijeron al pueblo que se estaba a punto de cometer un verdadero desfalco de la voluntad popular?, ¿por qué no se convocó a los sectores populares a ocupar fábricas, parar los transportes, bloquear bancos, comercios, oficinas públicas y los medios de comunicación para detener el “golpe blando” en ciernes? En una palabra, ¿por qué tanta pasividad, tanta resignación? ¿Cómo explicar una derrota ideológica y política de esta magnitud?

Lo que se viene ahora es la vieja receta para seducir a los mercados: ajuste fiscal ortodoxo; estímulos para acrecentar la rentabilidad empresarial, sobre todo del sector financiero; recorte de la inversión social (peyorativamente considerada como un ‘gasto’), todo para restaurar la confianza de los mercados lo que equivale a una imposible tarea de Sísifo porque estos jamás confían en otra cosa que no sea el crecimiento de sus ganancias. Pruebas al canto: jamás en la historia brasileña los bancos ganaron tanto dinero como durante la gestión de los gobiernos del PT. ¿Se apaciguaron por ello? Todo lo contrario. Se cebaron aún más, quieren más, quieren gobernar directamente sin el estorbo de una mediación política. Su adicción a la ganancia es incontrolable, y se comportan como adictos. La medicina que sin contrapeso alguno en el sistema político aplicaran estos hechiceros de las finanzas es un cocktail explosivo que no servirá para promover el crecimiento económico de Brasil pero que, sin dudas, potenciará el conflicto social hasta niveles pocas veces visto en ese país. La feroz respuesta represiva que tuvo lugar cuando las grandes movilizaciones desencadenadas por el aumento de la tarifa del transporte público en junio del 2013 puede ser un juego de niños por comparación a lo que podría suceder en el futuro inmediato una vez que Levy y los banqueros comiencen a aplicar sus políticas.

Al sector financiero no le basta con apropiarse nada menos que del 42.04 % del presupuesto federal de Brasil del año 2014 en concepto de intereses y amortizaciones de la deuda pública, contra el 4.11 % en salud, 3.49 % en educación y poco más del 1 % en Bolsa Familia. Para mejorar aún más su rentabilidad Levy trabajará con tesón para perpetuar la dependencia del estado de los préstamos de los banqueros, subir aún más las exorbitantes tasas de interés percibidas por éstos y aumentar su participación leonina en el presupuesto, todo esto dejando intacta la regresiva estructura tributaria y los privilegios y prerrogativas que el capital ha gozado en los últimos tiempos. Pero sería un error suponer que las andanzas de Levy y los suyos tienen como único objetivo acrecentar la riqueza de los capitalistas. El objetivo que se han impuesto las clases dominantes en Brasil -y que no encontró resistencia en el gobierno del PT- es fortalecer la posición del gran capital no sólo en el seno de los mercados sino también en la sociedad y la política, consolidando una correlación de fuerzas en la cual los movimientos  populares queden definitivamente supeditados al dominio de aquel. Se trata, en suma, de un proyecto refundacional del capitalismo brasileño montado sobre el fracaso del reformismo light del PT y en donde, como en el Chile refundado por la dictadura pinochetista, la alianza burguesa ejercerá el dominio político directo, sin la molesta intermediación de la vocinglera partidocracia que sólo produce ruidos que perturban la paz y la serenidad que necesitan los mercados. Con esta medida adoptada por el gobierno del PT, Brasil culmina un penoso tránsito desde una democracia de baja intensidad hacia una desvergonzada plutocracia que nada bueno podrá ofrecerle a su pueblo y, por extensión, a América Latina, acongojada y entristecida al ver a su ‘hermano mayor’ rendirse ante los capitalistas sin ofrecer la menor resistencia. Confiamos en que las fuerzas populares brasileñas más temprano que tarde iniciarán un proceso de recomposición para aventar la barbarie que se cierne sobre ellas.   

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