7 de enero de 2016

Más deforestación, más inundación


INUNDACIONES EN ARGENTINA, BRASIL Y PARAGUAY, TRES PAÍSES EN EL TOP TEN DE LA DESTRUCCIÓN DE BOSQUES 

El aumento de las precipitaciones y la significativa pérdida de cobertura boscosa en Argentina, Brasil y Paraguay, que se encuentran entre los diez países con más deforestación de todo el mundo, no permitió la natural absorción del agua. La crecida de los ríos limítrofes provocó una de las inundaciones más graves de las últimas décadas y obligó a evacuar a más de 170.000 personas en los tres países. 

Por Hernán Giardini 

Los bosques y selvas, además de concentrar muchísima biodiversidad, juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos. Son nuestra esponja natural y paraguas protector. Cuando perdemos bosques nos volvemos más vulnerables ante las intensas lluvias y corremos serios riesgos de inundaciones.

Un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ubica a Brasil, Paraguay y Argentina entre los diez países que más desmontaron durante los últimos 25 años. Entre 1990 y 2015 nuestro país perdió más de 7,6 millones de hectáreas (una superficie similar a la de Escocia), a razón de 300.000 hectáreas al año.

La situación actual de la Selva Paranaense o Selva Misionera, atravesada por los ríos Uruguay, Paraná e Iguazú, es realmente crítica: sólo queda un 7% de la superficie original de bosques. Mientras que en Paraguay y Brasil ha sido prácticamente destruida, la mayor parte remanente se encuentra en nuestro país, donde ha ido disminuyendo desde una superficie inicial de más de 2 millones de hectáreas hasta tan solo unas 40.000 hectáreas de selvas prístinas y alrededor de 800.000 hectáreas de selvas secundarias en la actualidad.

Por otra parte, los efectos del fenómeno meteorológico El Niño son uno de los más virulentos desde 1950 y podrían continuar hasta el primer trimestre de 2016, según predijo la Organización Meteorológica Mundial en noviembre pasado.

Argentina se encuentra en emergencia forestal: sólo quedan 27 millones de hectáreas de bosques nativos. En 2014 el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) advirtió que el 4,3% de la deforestación global ocurre en Argentina.

El 80% de la deforestación se concentra en cuatro provincias del norte: Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa. La principal causa de la pérdida de bosques es el avance de la frontera agropecuaria (soja y ganadería intensiva).

A 8 años de la sanción de la Ley de Bosques casi todas las provincias realizaron el Ordenamiento Territorial de sus Bosques Nativos, los cuales prohíben los desmontes en más del 70% de las zonas forestales. Sin embargo, según datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, desde su aprobación hasta fines de 2014 se deforestaron 2.107.208 hectáreas, de las cuales 626.244 hectáreas eran bosques protegidos. 

En ese mismo período, la provincia de Entre Ríos perdió más de 85.000 hectáreas de bosques nativos. Esta provincia es la más afectada por las crecidas, con más de 20.000 personas desplazadas de sus hogares, la mayoría en Concordia, ciudad ubicada a orillas del río Uruguay, que vive su peor inundación en 50 años.

Es simple: más deforestación, más inundación.

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Mostrando la hilacha



APENAS INICIADO SU MANDATO MACRI REPRODUCE EL AUTORITARISMO DEL GOBIERNO ANTERIOR 

Mientras los kirchneristas van elaborando el duelo de la pérdida del poder, criticando todo lo que hace el macrismo –aunque sea muy parecido a lo que ellos hicieron cuando estaban en el gobierno-, la nueva administración se muestra como una continuidad de la anterior al no someter a un amplio debate decisiones fundamentales como las designación de ministros de la Corte, la modificación de leyes por decreto y la reestructuración de organismos públicos. 

Por Marcelo R. Pereyra 

EL DUELO 

Luego del fracaso electoral de noviembre, los dirigentes y militantesdel kirchnerismo comenzaron su duelo por la pérdida del poder. La primera fase de ese duelo fue la de la negación. No podían creer que hubiesen perdido. La derrota no estaba en sus cálculos. A pesar de haber estado doce años ininterrumpidos en el gobierno, todos pensaban que su continuidad era algo normal y natural. Aquello de “Cristina eterna” no fue un exabrupto, sino un secreto anhelo expresado en voz alta. Cuando Scioli dijo “preferiría haber perdido el brazo que la elección” no exageró, tal es el hambre de poder que tienen los políticos de la burguesía. Pero ante lo irreversible de la realidad, rápidamente entraron en la siguiente fase, la de furia y el enojo. Primero empezaron los militantes y simpatizantesadvirtiendo por las redes sociales que con Macri se venían las siete plagas de Egipto, como si en los doce años anteriores el país hubiese sido una idílica Arcadia. Luego se sumaron como pronosticadores agoreros algunos dirigentes, sobre todo los que se quedaron con las manos vacías. El sumun de esta fase fue el sainete protagonizado por la ex Presidenta negándose a participar de la ceremonia de la asunción del nuevo Presidente. Esa actitud caprichosa, infantil, revela por sí sola cuánto resentimiento se puede acumular cuando después de muchos años de haber disfrutado de las mieles del poder una dirigenta debe bajar al llano y se niega a aceptarlo.

La tercera fase es la actual: es la fase de negociación en la que  tratan de adaptarse de la mejor manera a la pérdida. Esto en política se llama “cómo joder al que me ganó”. Y aquí se están dando estrategias diferenciadas: los militantes y simpatizantes se aferran a la mística de la “resistencia”. El concepto alude un período que duró unos meses y que fue inmediatamente posterior al del golpe de 1955 que derrocó a Juan Domingo Perón. En ese momento grupos de militantes peronistas boicotearon empresas y colocaron bombas. Luego, algunos sectores nacionalistas del ejército intentaron una sublevación que fue abortada, fusilándose a cerca de treinta personas, entre militares y civiles. Para la liturgia peronista los fusilamientos de José León Suárez fueron el momento culmine de aquel fugaz período épico. La “resistencia” actual, en cambio, es más descontracturada, pues consiste en pic nics en los parques de la ciudad de Buenos Aires o en reuniones en las playas de la costa atlántica. Como sea, la “resistencia” connota una cierta epopeya que sirve para elaborar el duelo, es decir, para hacer algo más que llorar sobre la leche derramada: es un proyecto que cohesiona, un paraguas debajo del cual todos y todas se pueden guarecer. Por su parte, los funcionarios del último gobierno se abocaron a su propia resistencia. Los ex presidentes del Banco Central y de los medios públicos, Alejandro Vanoli y Tristán Bauer, respectivamente, amenazaron con quedarse en sus puestos, pero finalmente renunciaron. La Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó no dijo ni pío. Es la que está más fuerte en su cargo y no es factible que el Presidente Mau haga alguna movida para desplazarla. Así, que quien encabezó la “resistencia” más comentada y mediatizada fue el derrotado candidato a vice gobernador de Buenos Aires y ex presidente de la ex AFSCA Martín Sabatella. Está claro que, más allá de que ocupaba su puesto legalmente, el atornillamientoa su sillóndel ex militante comunista y ex intendente de Morónfue una provocación política que formó parte de la maniobra kirchnerista de erosionar el poder de Macri haciendo que todo le cueste mucho.  El futbolero festejo de los diputados Ka en la sesión en la que se negaron a considerar el presupuesto de la provincia de Buenos Aires, es otro ejemplo ostensible de esa movida.

Finalmente, militantes, simpatizantes y dirigentes elaboran su duelo condenado todo lo que hace el macrismo, y si bien la mayoría de esas críticas son fundadas, las hacen desde un lugar puro y sacrosanto, como si estuviesen libres de toda culpa, pecado y pasado. Ejemplo uno: critican que el gobierno de Macri está lleno de empresarios. Es cierto, pero en las administraciones kirchneristas también los hubo, aunque en menor cantidad porque se nombraron como funcionarios a quienes ya habían acompañado a Néstor Kirchner en la gobernación de Santa Cruz. Pero además, el kirchnerismo y ciertos empresarios trabajaron juntos, con beneficios mutuos, por fuera de la estructura burocrática. Ejemplo dos: la utilización de decretos para eyectar funcionarios. No es lo ideal, pero Cristina Fernández  también acudió a esa práctica cuando echó a Martín Redrado del Banco Central.  Tercer y último ejemplo: la crítica de los Ka al gobierno de María Eugenia Vidal, por no poder encontrar a los tres fugados de la cárcel de General Alvear, olvida convenientemente que en la misma provincia de Buenos Aires desapareció hace diez años Julio López y nunca lo pudieron encontrar. 

LA CONTINUACIÓN DEL KIRCHNERISMO PERO POR OTROS MEDIOS 

Ya no hay cadenas oficiales todas las semanas: el nuevo Presidente por ahora no las necesita porque todos y todas están pendientes de sus importantes decisiones. Se acabaron aquellos actos gloriosos, a los que asistía público contratado para hacer de público, en los que la líder bajaba línea, se peleaba con el sparring de turno o montaba un delicioso talk show: ahora el Presidente Mau habla cortito y al pie –frente a una reducida claque de funcionarios y curiosos que hacen de público- anunciándonos que si el pasado fue tenebroso, el futuro será irremediablemente luminoso.

Ya no está Aníbal Fernández para decir su cotidiana burrada matutina: ahora está el ministro Cristian Ritondo, que  con una papa caliente en la boca trata de explicar cómo las tres morsas fugadas se le escaparon de las manos.

Ya no está el cepo cambiario –aquel que nunca existió-, por lo tanto cualquiera puede comprar dólares a 14 pesos y guardarlos debajo del colchón. Claro que los que no tienen un colchón para dormir el asunto del cepo no lo entienden mucho.

El fútbol ahora sí que va a ser para todos y todas pues lo transmitirán todos los canales y casi todos los días; y en vez de tener propaganda oficialista tendrá propaganda oficialista y publicidad privada. Se entiende: hay que tener a la muchachada futbolera contenta y ocupada, y, sobre todo, hay que abrir el negocio para los empresarios amiguetes.

”Se terminó la guerra contra el periodismo”, dicen en el gobierno; es que después de la guerra viene el amor. Ya no está “6-7-8” como trinchera contrainformativa y propagandística: su lugar lo han ocupado periodistas desparramados en varios medios que con mesura y discreción republicanas se ocupan de sostener el relato macrista.

El Congreso ya no será una escribanía, porque los escribanos son mayormente de la contra, por eso la nueva forma de gobernar –la forma zen- es a través de decretos. Son más rápidos y eficaces, y evitan las tediosas y odiosas discusiones parlamentarias.

En suma, esto es más kirchnerismo, pero serio. La revolución de la alegría y el decretazo apenas ha comenzado.



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Venezuela: Ley de Semillas ¡Victoria del Pueblo Legislador!



UN FRENO A MONSANTO Y SUS SECUACES 

Nuestra ley está hecha de los muchos puños que dibujaron sus letras. Hoy tenemos una ley que prohíbe y sanciona el cultivo, multiplicación y comercialización de transgénicos, así como también prohíbe y sanciona las formas perversas de privatización de las semillas; desde las patentes y certificados de obtentor, hasta la biopiratería y bioprospección. Este 22 de diciembre 2015, con la aprobación por la Asamblea Nacional de la nueva Ley de Semillas, cerramos el ciclo legislativo de debate popular constituyente y construcción colectiva que iniciamos hace más de 2 años. El producto de nuestra lucha es una ley inédita en el mundo tanto por su contenido emancipador, como por el cómo la escribimos: a través de la participación protagónica del Pueblo Legislador. 

Por Movimiento Popular por la Nueva Ley de Semillas 

Este esfuerzo colectivo le pone un freno magistral a las estrategias neoliberales hegemónicas, que gracias al multimillonario lobby de las transnacionales del agronegocio y sus aliados locales, se han venido implementando con mayor fuerza en los países de Nuestramérica en los últimos 5 años.

Nuestra ley, resultado de luchas ancestrales, no solo prohíbe y se alza en contra del sistema de producción y reproducción de la vida alienante y destructor que pretende imponernos el capitalismo, sino que también construye y delimita un sistema alternativo y múltiple para su cuidado, reconociendo e impulsando de forma diferenciada los métodos de selección y producción de las semillas de las ciencias agronómicas convencionales por un lado - con sus sistemas de certificación formal- y por el otro, los métodos generados por los sistemas de conocimientos campesinos indígenas y afrodescendientes, lo cuales han manejado de generación en generación una amplia diversidad de semillas.

Esta diversidad incluye semillas tales como: papas, frijoles, auyama, apio, ocumo, ñame, los llamados maíces criollos, cacao y café de sombra, ají, cebollín, cilantro, y cientos más, que nos permiten hoy en día producir alimentos estratégicos de consumo nacional, para poblaciones vulnerables (enfermos, niños y ancianos) y cultivos de importancia para exportación. Estas y muchísimas más semillas están en manos del pueblo y no de la agroindustria, y por ello, esta ley hace del Poder Popular el responsable de su custodia y manejo.

Estos más de dos años de debates organizados desde el Poder Popular Constituyente, como motor de la transformación social bajo el modelo democrático participativo en Venezuela, nos permitieron trascender las llamadas "consultas publicas" de las democracias representativas, hechas de concertaciones y deliberaciones no vinculantes, para encarnar, más allá de una consigna utilitaria y electorera, al Pueblo Legislador que convoco Nuestro Comandante Chávez, y asumirnos en el ejercicio directo del poder como protagonistas en la construcción de nuestras leyes. Juntándonos desde una multiplicidad de experiencias concretas de producción de semillas, ferias y mercados agroecológicos, trueques, educación popular, luchas estudiantiles, rescates de tierras del latifundio, investigaciones e innovaciones, nacimos como colectivo organizado y articulado con muchos otros frentes de lucha popular. Hemos echado a andar este camino junto a medios comunitarios y colectivos de comunicación popular, colectivos feministas y sexo genero diversos, movimientos de software y conocimiento libre, diversos movimientos de la ciudad, y movimientos campesinos internacionales. Nuestro saludo y agradecimiento a todos ellos, en particular al Movimiento de Pequeños Agricultores de Brasil MPA y a la brigada de la Vía Campesina Internacional en Venezuela, la Campaña Sin Maíz no hay País de México, movimientos por la soberanía alimentaria en los Estados Unidos, GRAIN y ETC en Argentina y México.

Esta amplia plataforma popular contó también con aliados institucionales que asumieron de forma militante esta lucha tales como la Segunda Vicepresidencia de la Asamblea Nacional, la cual bajo la dirección de la Diputada Blanca Eeckout acordó el debate popular constituyente como mecanismo de construcción de esta ley; la Defensoría del Pueblo que abrió el debate de los transgénicos desde la perspectiva de los derechos humanos; el Ministerio del Poder Popular para Educación Universitaria Ciencia y Tecnología; el Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas que participó activamente en la construcción de la ley y en el consenso entre los poderes ejecutivo, legislativo y popular; el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y la Corporación de Desarrollo Científico Tecnológico, quienes acompañaron a la comunidad de Gavidia en la elaboración de la declaratoria de patrimonio de las papas negras del paramo y sus guardianes, única en el país, y horizonte para nuestras futuras luchas.

Hemos ganado una batalla en el terreno normativo legal, pero las batallas que comienzan hoy - con la promulgación y materialización de esta ley - requieren el desarrollo organizado de nuestro Plan Popular de Semillas y de la activación de todas las instancias de organización del poder popular en materia de semillas que hemos definido en este texto legislativo. Por eso nos mantenemos en pie de lucha.

¡SEMILLAS LIBRES PARA UN PUEBLO LIBRE!

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Cambio climático: el camino a recorrer tras la Cumbre de París



AVANCES Y RETROCESOS EN LAS NEGOCIACIONES CLIMÁTICAS 

El 12 de diciembre, casi 200 países aprobaron el llamado “Acuerdo de París”. Este documento de 32 páginas de extensión detalla minuciosamente el nuevo plan oficial de la humanidad para hacer frente a la crisis que supone el cambio climático. Sin embargo, muchos consideran que este acuerdo no es suficiente.
  
Por Amy Goodman y Denis Moynihan 

Las negociaciones para llegar al acuerdo se llevaron a cabo en un complejo fuertemente protegido ubicado en la zona parisina de Le Bourget. En virtud del “estado de emergencia” declarado tras los atentados terroristas que el 13 de noviembre provocaron la muerte de 130 personas en París, en todo el territorio francés estaban prohibidas las manifestaciones. Pese a ello, hubo activistas que no acataron la prohibición, también en virtud de un “estado de emergencia”, frase con la que describen la situación del clima del planeta. Durante las dos semanas de la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático se llevaron a cabo manifestaciones, por momentos violentamente reprimidas por la policía, en las que personas de todo el mundo pidieron un tratado justo, ambicioso y vinculante a fin de evitar las peores consecuencias del cambio climático.

Dos días después del término de las negociaciones, el periodista británico George Monbiot sostuvo: “Lo que veo es un acuerdo sin plazos ni objetivos, con vagas y leves aspiraciones. Veo muchas palmadas en la espalda, mucha auto-felicitación, pero veo muy poco en términos del contenido real que se requiere para evitar el colapso de clima”. La postura de George Monbiot es opuesta a la de muchas personas comprometidas con la causa ambiental, quienes consideran el resultado de las negociaciones como un avance positivo. Michael Brune, director ejecutivo de Sierra Club, dijo: “Casi todos los países del mundo se comprometieron ya sea a reducir su propio nivel de emisiones de carbono o a poner un tope al aumento de sus emisiones. Hubo también un reconocimiento explícito de que aquello a lo cual se comprometieron no es suficiente y por tanto se estableció un proceso para evaluar el grado de avance que se alcanza y comprometerse entonces a efectuar mayores reducciones de forma ininterrumpida en los años siguientes”.

La cumbre comenzó con el mayor encuentro de jefes de estado de la historia. El Dr. Hoesung Lee, presidente del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), organización de casi 2.000 científicos que publica el consenso de la comunidad científica mundial sobre el cambio climático, se dirigió a los líderes y enunció: “El clima ya está cambiando y sabemos que ello se debe a la actividad humana. De continuar de esta manera, nos arriesgamos a enfrentar impactos cada vez más graves e irreversibles: aumento del nivel del mar, sequías e inundaciones cada vez peores, escasez de agua y alimentos, aumento de los flujos de inmigración y refugiados a causa del clima, para mencionar solamente algunos”. En casi todos los rincones del planeta, las conclusiones de la ciencia que estudia el clima se aceptan como un hecho. Estados Unidos, principal país contaminante en la historia y sede de algunas de las compañías de extracción de combustibles fósiles más poderosas y políticamente influyentes a nivel mundial, es el único lugar donde se da crédito a quienes niegan el cambio climático.

Los especialistas en clima del IPCC proporcionaron distintos escenarios posibles frente al calentamiento global en los que describen de qué manera podría ser el mundo si el planeta alcanzara una serie de distintas temperaturas. Ya nos encontramos 1° Celsius por encima de la temperatura promedio de la era preindustrial y enfrentamos impactos devastadores. El principio rector del Acuerdo de París es la promesa de mantener “el aumento de la temperatura promedio del mundo muy por debajo de los 2° Celsius (lo que equivale a 3,6° F) en relación a los niveles preindustriales y desarrollar esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5° Celsius (o 2,7º F) por encima de los niveles preindustriales”.

Esta diferencia, en apariencia pequeña, resulta de suma importancia. Con una rápida descarbonización de la economía mundial, con un rápido pasaje a energías renovables no contaminantes podríamos limitar el aumento de la temperatura a 1,5° Celsius. En ese escenario, los pequeños países insulares podrían sobrevivir al aumento del nivel del mar que se prevé. Con un aumento de 2° Celsius, el hielo polar se derrite, el agua se calienta y por tanto se expande y el nivel del mar se incrementa 91 cm. Varios pequeños países insulares, como Maldivas o las Islas Marshall quedarían completamente sumergidos y desaparecerían. El objetivo de limitar el aumento de temperatura a un grado y medio por encima del nivel de la era pre-industrial se incluyó en el Acuerdo de París, pero como destaca George Monbiot: “Es como si se hubieran permitido adoptar 1,5° Celsius como objetivo al que aspirar ahora que esa meta ya es casi imposible de alcanzar”.

La periodista y activista Naomi Klein habló también sobre el acuerdo. Klein sostuvo: “Pasará por encima de los límites cruciales establecidos por los científicos y pasará también por encima de los límites de la equidad. Sabemos, haciendo cálculos y sumando los objetivos que las principales economías presentaron en París, que esos objetivos nos llevan a un futuro muy peligroso. Nos llevan a un futuro con un calentamiento de 3 a 4 grados Celsius”.

Asad Rehman, de Amigos de la Tierra, describió el límite de la equidad del que hablaba Naomi Klein: “Se trata de dar apoyo a los más vulnerables, las personas más pobres, que son quienes ya están perdiendo sus vidas y medios de sustento y que son quienes van a enfrentarse a impactos climáticos cada vez peores, principalmente por responsabilidad de los países ricos y desarrollados que han crecido y se han enriquecido gracias a la contaminación con carbono”. En el Acuerdo de París, a este apoyo se le llama “Pérdidas y daños”, que en los hechos significa un sistema de compensaciones de índole financiera por parte de los países ricos a los países pobres que sufren los graves impactos del cambio climático. Rehman agregó: “Los países ricos responsables de esta crisis pretenden ahora trasladar la carga de la responsabilidad de los ricos a los pobres. Mi gente habla del legado de Obama en lo que refiere al cambio climático. Desafortunadamente, el legado que dejará en este sentido es un cáliz de veneno para los pobres, al hacerles pagar realmente los impactos del cambio climático”.

Una amplia coalición de organizaciones de acción contra el cambio climático prometieron un agresivo año de acciones directas orientadas a precipitar el fin de la era de los combustibles fósiles. Como me dijo Kumi Naidoo, de Greenpeace: “La mayoría de los que formamos parte de las organizaciones de la sociedad civil, nunca hablamos del ‘camino hacia París’, siempre hablamos del 'camino que pasa por París'.
  
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