5 de octubre de 2017

La guerra de Macri contra el pueblo mapuche



REPRESIÓN, CRIMINALIZACIÓN Y DIFAMACIÓN DE LOS INDÍGENAS 

Los Bullrich (el candidato macrista y su tía Patricia, actual ministra de Seguridad) forman parte de una distinguida familia de la oligarquía argentina, que jugó un papel directo en la Campaña del Desierto, un genocidio perpetrado por el Estado argentino entre 1878 y 1885, cuando arrebató grandes extensiones de territorio a los pueblos mapuche, ranquel y tehuelche. El extractivismo (agropecuarias, petroleras, mineras) es la continuación de la Campaña del Desierto. El pueblo mapuche sigue vivo, no se rinde y recupera tierras, que es la base de su reconstrucción como nación.  Pese a la represión, la criminalización y la difamación, los mapuche están ganando. 

Por Raúl Zibechi 

"Esta es la nueva Campaña del Desierto, pero no con la espada sino con la educación”, dijo Esteban Bullrich, entonces ministro de Educación y Deportes al inaugurar un hospital-escuela en septiembre del año pasado (goo.gl/JxD7Wl). Más allá de la brutalidad de las palabras del actual candidato a senador que compitió con Cristina Fernández en la provincia de Buenos Aires, la frase desnuda lo que piensan los de arriba de los pueblos originarios. La Campaña o Conquista del Desierto fue un genocidio perpetrado por el Estado argentino entre 1878 y 1885, cuando arrebató grandes extensiones de territorio a los pueblos mapuche, ranquel y tehuelche. Los indígenas derrotados por las fuerzas comandadas por Julio Argentino Roca fueron deportados por la fuerza a campos de concentración, exhibidos en museos o trasladados para servir como mano de obra forzada. El objetivo de fondo, ese que no se puede expresar en público pero es la fuerza motriz oscura de las acciones, fue la expropiación de sus territorios para incorporar tierras al mercado y expandir la república en zonas que, antes y ahora, son consideradas como desierto, porque son espacios poco fértiles para la acumulación de capital.

Los Bullrich (el candidato macrista y su tía Patricia, actual ministra de Seguridad) forman parte de una distinguida familia de la oligarquía argentina, que jugó un papel directo en la Campaña del Desierto. El historiador Osvaldo Bayer mostró, con base en documentos de la Sociedad Rural, que entre 1876 y 1903 se otorgaron casi 42 millones de hectáreas a mil 800 familiares y empresarios amigos del presidente Roca. Algunas familias, como la del ex ministro de Economía de la última dictadura, Martínez de Hoz, obtuvieron gratis 2.5 millones de hectáreas. Según un informe de la BBC, una buena parte de esas tierras pertenecen actualmente a Benetton, que posee casi un millón de hectáreas, siendo uno de los principales dueños de la Patagonia, en conflicto permanente con las comunidades mapuche, ya que la multinacional ocupa parte de sus territorios ancestrales (goo.gl/73JZTy). El extractivismo es la continuación de la Campaña del Desierto. Según el periodista Darío Aranda, de los 40 proyectos mineros en estudios (en 2003), se avanzó hasta 800 proyectos (en 2015); de 12 millones de hectáreas con soya transgénica se pasó a 22 millones en el mismo periodo. Amnistía Internacional contabilizó un piso de 250 casos conflictivos, entre los que detectó un punto en común: detrás siempre hay empresas (agropecuarias, petroleras y mineras, entre otras) que actúan en complicidad, por acción u omisión, de los gobiernos (goo.gl/71ckCG).

Los medios hacen un trabajo sucio al vincular a los mapuche a las FARC, a grupos kurdos y a ETA, sin prueba alguna, sólo apoyados en declaraciones del gobernador de Chubut, al servicio del avance de la frontera extractiva. La ministra de Seguridad, Bullrich, dio un paso más al señalar que los mapuches son un problema para la seguridad nacional y acusarlos de terroristas, a la vez que asegura que enarbolan un proyecto secesionista. No vamos a permitir una república autónoma y mapuche en el medio de la Argentina. Esa es la lógica que están planteando, el desconocimiento del Estado argentino, la lógica anarquista, dice quien en los setenta militaba en el entorno de la organización armada Montoneros (goo.gl/yp2hfU).

Detrás de todo este cacareo hay una realidad que es la que realmente molesta: en los últimos 15 años, luego de agotar la instancia administrativa y judicial, el pueblo mapuche recuperó 250 mil hectáreas que estaban en manos de grandes terratenientes, asegura Aranda. O sea, pese a la represión, la criminalización y la difamación, los mapuche están ganando. El conflicto del Estado con la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia, en la localidad de Cushamen, provincia de Chubut, se intensificó en 2015 a raíz de la represión y criminalización de sus líderes. El lonko Facundo Jones Huala, autoridad mapuche de la comunidad, fue detenido el 28 de junio de este año, el mismo día en que se reunieron los presidentes Mauricio Macri y Michelle Bachelet, acusado por los gobiernos de terrorismo, incendios, robos, amenazas e, incluso, haberle declarado la guerra a Chile y Argentina (goo.gl/1khbBy). El primero de agosto efectivos de la Gendarmería Nacional allanaron y quemaron instalaciones de la comunidad. En el marco de la represión desapareció el activista solidario Santiago Maldonado, cuando no pudo cruzar un río junto a sus compañeros perseguidos por los policías. Hasta ahora nada se sabe de su paradero, el gobierno se niega a responder mientras arrecian las marchas y concentraciones exigiendo su aparición con vida.

Hay tres hechos que desesperan a los de arriba y explican la brutalidad represiva. Uno, el pueblo mapuche sigue vivo, no se rinde y recupera tierras, que es la base de su reconstrucción como nación. Dos, la campaña nacional e internacional en su apoyo. Un centenar de organizaciones de pueblos originarios, Amnistía Internacional, el Servicio de Paz y Justicia y la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, emitieron un comunicado titulado La lucha indígena no es delito, donde dicen que el Estado privilegia los intereses de las petroleras y criminaliza al pueblo mapuche. Tres, que los mapuche han construido las más diversas organizaciones, entre ellas la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), dedicada a recuperar tierras. Daniel Loncon, integrante de la Cátedra Libre de Pueblos Originarios, dijo que entre los mapuche algunos prefieren la vía diplomática, pero también hemos sido testigos de nuestros abuelos que se han muerto yendo de oficina en oficina buscando la legitimación de sus tierras. El RAM en ese sentido es una expresión del pueblo mapuche cansado de esta injusticia histórica, pero consciente de dónde está el poderío económico que maneja todo esto. Porque la recuperación no se hizo a un vecino, sino a una multinacional (goo.gl/GEqKq9). ¡Marichiweu!


La Violeta del Pueblo cumple 100 años



HACE UN SIGLO NACÍA EN CHILE LA MULTIFACÉTICA VIOLETA PARRA 

Recopiladora, intérprete, compositora, poeta, escritora, ceramista, pintora. A cien años de su nacimiento, su obra se hace cada vez más gigante y su nombre ya es un ícono de Chile. Escritores, periodistas, artistas y políticos chilenos reflexionan sobre su enorme legado. Violeta Parra es la Violeta del Pueblo. 

Por Hernán L. Giardini    

“Hasta los 35 años ella en realidad no era la Violeta Parra que ahora conocemos. Era una cantante más, de boliches; una aspirante a artista. Pero de pronto descubre que hay un folclor en las afueras de la ciudad que se está perdiendo. En ese ejercicio de rescatarlo, seriamente, y traspasarlo, se convierte en una mujer universal. Y eso fue entre los 35 y los 49 años”. Víctor Herrero, periodista.

“¿Era una cantante? Sí. ¿Fue una artista cabal? También. Pero también fue una gran poeta, una gran escritora. Con una prosa sencilla pudo ahondar muy profundo y logró ser pop. Sus letras las conocen todos, incluso los que no la conocen o no la han escuchado. No parecen haber sido escritas o inventadas, porque pareciera que existieron desde siempre. Ha pasado un siglo y está tan viva como a los 17 o capaz que más”. Alberto Fuguet, escritor.

“Toda la música hecha aquí nos ha llegado también como parte de su investigación. Ella fundó una manera de hacer música y, además de su rol de investigadora y recopiladora, aclaró todo un paisaje musical del Chile antepasado. Entonces, es a pleno título, la madre de la música chilena actual. Ella, junto a Patricio Manns y Víctor Jara, creo que están en un pedestal al que ninguno de los compositores posteriores se logra arrimar”. Daniel Cantillana, violinista de Inti Illimani.

“Tengo una admiración total y fundamental por ella, porque ella para mí significa la piedra angular de la identidad musical de Chile. Cuando nosotros nos conocimos con el resto de Los Jaivas, éramos unos niños y nos formamos juntos como músicos, creamos este grupo, y curiosamente en esa época escuchábamos radio. ¿Y qué escuchábamos? Música latinoamericana. Y entre ellos, obviamente, estaba Violeta Parra, que creó una cercanía y admiración. Nos sentíamos, de alguna manera, interpretados por el trabajo de ella, el de búsqueda y creativo también”. Mario Mutis, bajista de Los Jaivas.

“Me encanta ese lado de la obra de Violeta donde se vuelve crónica de su tiempo, el cantor que revela temas que la oficialidad no toca. ¿Por quién supimos primero que Arauco tenía una pena o que el Estado respondía con plomo a los trabajadores? Violeta fue como un mural donde se pintaba un pueblo completamente diferente a la caricatura oficial. Seguidora de esa tradición tan chilena: el genio nacional que surge desde la pobreza y la provincia, capaz de arremolinar y levantar en torno suyo una estructura identitaria desde el polvo, tan a contrapelo con los privilegios. Violeta es un huracán de verdad cruda y seca, alegre, machi, como la encarnación de la madre doliente de un territorio cruel con sus hijos, con sus hermanos, con ella misma. Fuerza de la naturaleza”. Jorge Baradit, escritor.

“Creo que es una mujer inspiradora. Una mujer trabajadora y con una creatividad increíble. Creo que sobre todo su primera etapa, cuando recopila los Cantos Folclóricos Chilenos rescata una tradición e historia principalmente rural que hasta ese momento había quedado en la tradición oral, y que gracias al trabajo de Violeta se convierte en la piedra fundacional de la Nueva Canción Chilena. Es sin duda una de las figuras más importantes de nuestro país y nuestra historia. Una de mis canciones favoritas es La Carta, con sus nueve hermanos comunistas con el favor de Dios”. Camila Vallejo, diputada.

“Violeta Parra está grabada en la memoria de un país que reconoce en su obra un universo donde conviven con la misma fuerza el lamento mapuche y el silencio del desierto de Atacama, la rabia frente a la injusticia y la gratitud de existir, la soledad más profunda y la plenitud del amor. Su melancolía existe en medio de un imaginario fértil, lleno de identidad pero sin fronteras. A través de ella hablan la cordillera y los ríos, y habla también un pueblo entero. Su voz, tan propia, tan suya e inconfundible, fue al mismo tiempo un canto que nos interpretó a todos”. Michelle Bachelet, Presidente de Chile.

“Chile está en deuda con la ética de Violeta Parra. Nada más lejano de su espíritu, de su visión del arte y el ser humano que nuestro Chile consumido por el consumismo, la falta de sencillez, la desmesura. Todo en Violeta tiene raíces en la sabiduría popular de la que nos hemos alejado demasiado. Ella es para mí la expresión máxima de la autenticidad y uno de los males más graves de Chile es su inautenticidad, el querer ser lo que no somos, el desviarnos de nuestro centro, de nuestro ser más profundo. Si escucháramos sus canciones-poemas de verdad, y no como música de fondo o de relleno, este sería un país mejor. Cada uno de sus poemas-canciones son manifiestos, son un pensar que dice más que mil libros de filosofía, son una fuente pura, un manantial donde ojalá vayan a beber todos los que tienen sed de verdad, justicia, belleza”. Cristián Warnken Lihn, escritor.



La traición más dolorosa



LENIN MORENO AVANZA CON EL DESMANTELAMIENTO DEL ECUADOR 

A meses de haber comenzado su mandato gracias a los votos de ALIANZA PAIS, el presidente de Ecuador Lenin Moreno no hace otra cosa que llevar adelante el plan de la oposición: persecución ideológica, blindaje mediático y aplicación de un plan económico con un fuerte sesgo neoliberal. El vicepresidente Jorge Glas, perseguido políticamente, dejó su cargo y sus funciones. Rafael Correa asoma como único opositor a este nuevo frente de derecha.  

Por Marcelo J. Levy

La fiesta de Alianza País había daba esperanzas para Latinoamérica. La resistencia de la Revolución Ciudadana, enrostraba a las derechas de la región que a pesar de la hostilidad mediática, los intentos de golpe de estado y la desestabilización constante, el pueblo no se deja engañar. Pero el traidor fue el candidato a presidente. Rafael Correa dejó la presidencia hace pocos meses cumpliendo con su promesa familiar de radicarse en Bélgica, el país de origen de su esposa, con la intención de alejarse de la política. Lamentablemente, su plan está fracasando. La tranquilidad de haber dejado un Ecuador en marcha se ha quebrado por motivos difíciles de comprender. “la situación en Ecuador es incomprensible. Hemos ganado las elecciones, pero es peor de que si las hubiéramos perdido porque se está aplicando todo el programa de la oposición, están persiguiendo a nuestra gente, y están convocando una consulta popular en la que no sabemos qué van a preguntar”, dice con profundo pesar el ex presidente.

A su vez, un fiel defensor de los principios de la Revolución Ciudadana está siendo perseguido y hostigado. Se trata del ya ex vicepresidente Jorge Glas. Acusado de sobornos y asociación ilícita en el marco de la “megacausa latinoamericana” Oderbrecht, fue detenido y actualmente se encuentra en la cárcel N° 4, del norte de Quito. Previamente, el 3 de agosto, el presidente Lenin Moreno le había retirado sus funciones profundizando la crisis en el oficialismo. Un sector de Alianza PAIS comenzaba a denunciar la persecución y el intento de desterrar al correismo de Ecuador. Mientras todo esto sucede, Lenin Moreno desarrolla el plan de la oposición neoliberal conservadora. Destituido Glas, (decidió administrativamente tomarse vacaciones durante el período de la prisión preventiva) nombró como vicepresidenta a la ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda, María Alejandra Vicuña, por “ausencia temporal del cargo”, a través del Decreto 176.

Vicuña detalló que coordinará todas las acciones necesarias para impulsar la Consulta Popular que se avecina y mantener un trabajo articulado con el Consejo Nacional Electoral, la Corte Constitucional y demás entidades del Ejecutivo. La consulta popular que intenta implementar el gobierno consta de 7 preguntas:
1. Supresión de por vida de los derechos políticos para los servidores públicos declarados culpables de delitos de corrupción.  
2. Cese inmediato de los actuales miembros del Consejo de Participación Ciudadana y proponemos que los nuevos integrantes sean elegidos a través de votación universal.
3. Dejar sin efecto la enmienda que permite la reelección indefinida.
4. Eliminación de la denominada Ley de Plusvalía, que está en vigencia.
5. Ampliación en 50.000 hectáreas de la Zona Intangible del Yasuní y la reducción de la tercera parte del área de explotación petrolera en el ITT.
6. Restricción de la minería metálica en todas sus etapas en áreas protegidas, zonas intangibles y centros urbanos.
7. Declarara la imprescriptibilidad de los crímenes sexuales contra niños, niñas y adolescentes.

Analizando las preguntas, y con una gran posibilidad de que en todas triunfe el sí, se mezclan cuestiones vinculadas con la ecología, la explotación minera, crímenes sexuales y por su puesto los temas que a Lenin Moreno le interesan: la posibilidad de la inhabilitación de por vida del ejercicio de funciones públicas por condenas en actos de corrupción. Qué casualidad la emergencia de esta pregunta en el contexto de la detención de Jorge Glas. La peligrosidad que reviste esta consulta es la de inventar causas para la inhabilitación. La derecha nos tiene acostumbrados. El caballito de batalla siempre es y ha sido la corrupción y en ella se enancan para intentar legitimidad. Rafael Correa claramente será el próximo, desde el momento que se vislumbra como la única oposición actual.

“Lenin Moreno es alguien de centro derecha, es una persona sin convicciones pero nunca creíamos que iba a tener tal grado de deslealtad y de perversidad”, dice Correa que agrega “¿Cuándo me iba a esperar esto? Yo quería retirarme totalmente de la política. Se lo dije al país antes de saber quiénes eran los candidatos. Yo me había retirado de la política para vivir con mi familia en Bélgica. Me iba tranquilo a tener una vida lo más privada posible. ¡Qué ingenuo que fui!” cierra.

Extraña situación la que se ha vivido en el cono sur en estos últimos meses. Los gobiernos de derecha han accedido al poder con distintas metodologías, según  el caso. En Argentina, a través de una Alianza llegan con un punto porcentual de diferencia a un ballotage que condena al futuro del país. Pero fue a través de los votos. Cristina Kirchner acusada de corrupción. En Brasil un golpe de estado derroca a la presidenta constitucional elegida por el pueblo. Asume un aliado de derecha, Michel Temer. Dilma Rouseff acusada de corrupción. En Ecuador, gana oficialismo, Alianza País, y el candidato traiciona de la peor forma. Otro gobierno de derecha en el Ecuador. Jorge Glas acusado de corrupción. Casualmente (o no) quienes detentan la presidencia de estos países están acusados de corrupción también, a veces en causas de mucha mayor envergadura presentándose sin embargo como adalides de la transparencia.

La situación ecuatoriana es muy compleja. Con una Alianza País fracturada, la sociedad mareada por lo ocurrido y un Correa que todavía no lo dijo pero con ganas de volver a la vida política, el país tiene un destino incierto. Los próximos meses serán cruciales para ver hasta donde se profundiza la traición y cuál es la fuerza del pueblo para contenerla.