7 de septiembre de 2011

10 AÑOS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA

Se denomina contracultura a las tendencias, valores y formas que chocan con los establecidos dentro de una sociedad. Aunque hay tendencias contraculturales en casi todas las sociedades, el término contracultura se usa especialmente para referirse a un movimiento organizado y visible cuya acción afecta a muchas personas y persiste durante un período considerable.

Algunos ejemplos de contracultura son la bohemia, que se inicia en el XIX, la Generación Beat norteamericana de los años cincuenta, el movimiento hippie nacido a fines de los sesenta en Estados Unidos, y el movimiento punk de finales de los setenta.

La palabra contracultura puede entenderse en dos sentidos: por una parte, como una ofensiva contra la cultura dominante; por otra parte, como una cultura alternativa que permanece (al menos en un primer momento) al margen del mercado y de los medios de formación de masas, en el underground.

Con ese espíritu hace diez años surgió Contracultural, una revista virtual de política, comunicación y cultura que se propone contar otra realidad de la que muestran los grandes medios de comunicación; difundiendo las luchas de los movimientos sociales de Latinoamérica y el mundo.

Frente al actual debate político-comunicacional, donde varios medios de comunicación se asumen (más que nunca) como oficialistas u opositores, Contracultural intenta hacer otro periodismo: un periodismo social, alternativo, con opinión, compromiso y profesionalismo.

Agradecemos a todos los colaboradores que durante estos diez años enriquecieron este espacio. Y fundamentalmente a los lectores, que con sus comentarios y críticas nos ayudan a mejorar mes a mes, año tras año.


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Revista Contracultural
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Llegamos





10 AÑOS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA Y 10 AÑOS EN LA HISTORIA DE UN PAÍS

Hace diez años Contracultural nació como un gesto de rebeldía frente a la imposibilidad de ejercer el derecho a informar libremente. La nota principal de la primera edición hacía pública una fuerte denuncia por corrupción contra el entonces presidente De la Rúa. Nota que habíamos ofrecido previamente a varios medios de comunicación que se negaron a publicarla para no desgraciarse -¡ah, el poder de la publicidad oficial!- con un gobierno que se venía desbarrancando desde las sospechas de coimas en el Senado -para aprobar la ley laboral-, y con la posterior renuncia del vicepresidente Carlos Álvarez. Con mucho esfuerzo, con vacilaciones, a veces con alegría y otras con apatía, mantuvimos vivo ese gesto rebelde durante todo este tiempo porque aprendimos que el mejor periodismo es el que se autogestiona. Sólo entendemos una forma de informar: rigor, seriedad, pasión y libertad absoluta. No respondemos a presiones de ningún tipo, ni a intereses políticos; no dependemos ni de avisadores ni de patrones. De lo único de lo que no somos independientes es de nuestras ideas.

Por Marcelo R. Pereyra


NO ME TOQUES MI DINERO

En aquel septiembre de 2001, al poco tiempo de haber subido el primer número de la revista, se produjeron los ataques a las torres gemelas y la realidad nos demostró que el camino no sería fácil: que si queríamos perdurar como medio de comunicación tendríamos que ir más allá de gritar nuestras opiniones: tendríamos dar cuenta con rigor y seriedad de muchos y muy complejos temas. En la Argentina, los desaciertos y las promesas no cumplidas del gobierno de la Alianza fogoneaban un creciente y generalizado malestar. Después de diez años de menemismo las expectativas eran muchas y los resultados concretos muy pocos. Y en octubre la sociedad castigó con el voto bronca a todo el sistema político. El mensaje fue muy claro, pero De la Rúa lo ignoró: el 1º de diciembre su ministro de Economía llamado de apuro, el inefable Mingo Cavallo, anunció la medida de gobierno más impopular desde el Rodrigazo de 1975: el corralito. Y así, al producirse las épicas jornadas del 19 y 20 diciembre de 2001, nos enfrentamos al desafío de tener que contar e interpretar el movimiento social que se había gestado, sin caer en el falso triunfalismo ni en el escepticismo derrotista.

Pero fue imposible no dejarse llevar por el entusiasmo que se veía en muchos, por las ganas de hacer cosas nuevas, por las nuevas formas de organización –como las marchas a la Plaza de Mayo, las asambleas barriales-. Momento también de proliferación de nuevos medios alternativos: todos teníamos ganas de decir cosas en ese instante de la historia que parecía refundar al país, pero…


TIEMPO DE REVANCHA

…pero así como hay víboras a las que se les corta la cabeza y siguen vivas, el sistema tradicional de partidos políticos logró regenerase y asentó a Eduardo Duhalde en el poder. El Grupo Clarín agradecido, porque pudo zafar de la quiebra gracias a la Ley de Industrias Culturales que impulsó el duhaldismo. Seis meses después, cuando la policía asesinó a Darío y Maxi, el Grupo le devolvió el favor a Duhalde con la violencia de la mentira de aquel siniestro titular “La crisis causó 2 nuevas muertes”.

Pese a todo, la ebullición social seguía viva. En septiembre de 2002, en el marco del Foro social Mundial que se realizó en Buenos Aires, organizamos junto a otros compañeros una mesa sobre conflicto social y medios, y participamos de otra sobre medios alternativos. Unos días más tarde nos adherimos al Foro de Medios Alternativos, que estaba dando sus primeros pasos.

Y en eso llegó 2003 con la cobarde invasión terrorista a Irak, expresión suprema de la política yanqui del “gran garrote”. Un mes después, frente a nuestras elecciones nacionales, llamamos a no votar al menos malo. Ganó Néstor Kirchner y al principio parecía abrirse una etapa auspiciosa, pero cuando todavía estaba en plena vigencia la primavera K nos ganamos alguna que otra antipatía porque, aunque nos emocionamos con los actos en el Colegio Militar y en la ESMA, no nos tragamos el sapo “progresista” y denunciamos que el gobierno de Kirchner no era un jardín de rosas. Y esa línea crítica, que muchos no soportan y/o no comprenden, la hemos mantenido hasta ahora.

Por ese entonces Contracultural era más conocida y empezamos a ser invitados a dar charlas en distintas actividades y participamos en mesas de debate en ámbitos académicos sobre medios de comunicación. Gracias a internet, el periodismo alternativo crecía a pasos agigantados y ponía en cuestión las formas tradicionales de informar. Por otra parte, junto con la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, organizamos un ciclo de documentales sobre movimientos sociales latinoamericanos. Chávez, Lula y Morales sonaban como algo distinto y mejor.


PAZ, PAN Y TRABAJO

Marzo de 2004 trajo el horror de los atentados del 11 de marzo en Madrid, y como humanistas abogamos por la necesidad de ponerse en contra de cualquier terrorismo, de cualquier guerra, porque no es cierto que la verdad sea la primera víctima en los conflictos bélicos: las primeras y únicas víctimas son los seres humanos. Y frente al asesinato de Axel Blumberg y la agudización de la retórica y de las políticas de la mano dura frente a la “inseguridad” señalamos:

“Políticos, gobierno, instituciones y medios han logrado instalar la idea de que la única inseguridad es la de la violencia delictiva callejera, con lo cual expresamente todos han operado para invisibilizar otras inseguridades innombradas: la de no tener un trabajo y una vida dignos, la de no tener aseguradas la educación y la salud, la de sufrir discriminación por la edad, el sexo o la etnia. Esa otra inseguridad que es la de no saber cuál será el futuro cuando a toda costa se quiere sepultar el oprobio de un pasado dictatorial con leyes e indultos. La inseguridad de no saber cuál será el destino de un país engañado permanentemente por las más falsas promesas electorales. La inseguridad de los que no saben cuándo van a volver a comer. La inseguridad de los niños que mendigan en las calles. La inseguridad de los adolescentes abandonados a su suerte en los locutorios, donde son absorbidos por el delirio de unas máquinas que premian por matar; hasta que un día, uno de ellos, en Carmen de Patagones, cansado de girar en el vacío, decidió gatillar un arma de verdad contra sus compañeros de colegio”.

Al cumplirse los dos primeros años del gobierno de Kirchner se hizo evidente el descontento de algunos gremios por la situación salarial. Pero eran reclamos aislados, motorizados por comisiones internas afines con partidos de izquierda. La simpática burocracia sindical, con Hugo Moyano a la cabeza, ya había puesto su espada al servicio del kirchnerismo y se empeñaba en abortar el nacimiento de cualquier conflicto. En octubre de 2005 el gobierno resultó legitimado en las urnas. Con ese resultado tomó una de las medidas más reveladoras de su verdadero carácter: la cancelación anticipada de la deuda con el FMI. En diciembre de ese año muy pocos recordamos el aniversario de la gesta gloriosa de 2001. Era evidente que su impronta se había desmaterializado. Entonces escribimos no sin cierto dolor:

“Desde un principio quedó claro que las turbulencias sociales de esos días no tenían una clara y fuerte definición ideológica. Nada de eso, sino que, fugazmente, todas las clases sociales compartieron cuitas, distintas cuitas, quizás por primera vez en la historia del país. Todos tenían algo que reclamar: los de abajo por el hambre, los de arriba por sus fondos encarcelados; los más politizados estaban en la clase media, si bien es cierto que a algunos de sus integrantes también los perjudicó el corralito, su reclamo era el más moral, el más ético de todos. No es casual que de los clasemedieros porteños haya salido el “que se vayan todos”. Se habían hartado de un gobierno que habían votado para que se llevara muy lejos los males del menemismo que ellos mismos habían votado en los 90. (…) He aquí la debilidad original de aquel maravilloso movimiento de protesta que permite comprender mejor su ulterior fracaso: faltó saber qué era lo que se quería más allá del rechazo unánime a los políticos, es decir faltó un proyecto unificador. (…) La alianza de clases fue efímera, la consigna “piquete y cacerola, la lucha es una sola” nunca se plasmó en un programa de lucha común, no pasó del gesto simbólico de ofrecerles un vaso de agua a los participantes de una marcha piquetera. Y no hubo plan de lucha común porque las reivindicaciones eran distintas. Más allá del hartazgo de la política, los ahorristas querían recuperar su dinero, los desocupados trabajar y los pobres comer”.


VIENTO DE COLA

Kirchner supo aprovechar la principal ventaja que le dieron las circunstancias. Durante su mandato los países productores de materias primas atravesaron una etapa floreciente. Los precios internacionales de los productos que provee la tierra aumentaron notablemente gracias a una demanda sostenida que encabezaron China e India. Pero lo que Kirchner no supo o no quiso hacer fue repartir con equidad los beneficios de los años de las vacas gordas. Y como los pobres siempre quieren comer, y los pasajeros de los medios públicos siempre quieren viajar bien, en 2005 tuvimos que dar cuenta de los focos de insurrección que se produjeron en Las Heras, Santa Cruz, -con los obreros petroleros- y en Haedo, provincia de Buenos Aires, con los pasajeros del tren. Como es habitual, las autoridades atribuyeron esos actos de protesta a infiltrados e intereses políticos. También apareció el problema de Botnia y como defensores del medio ambiente apoyamos con firmeza el reclamo de los ciudadanos de Gualeguaychú. En el contexto latinoamericano prestamos especial atención a los procesos políticos de Venezuela, Ecuador y Bolivia.


TIEMPOS POSMODERNOS

Para 2006 había tomado ímpetu en internet el fenómeno de los blogs. Ahora cualquiera podía crear su espacio para decir lo que quería decir. Contracultural sintió el impacto: hasta ese momento habíamos recibido numerosas colaboraciones de cerca de un centenar de personas de Argentina y de otros países. Gracias a ellos habíamos incorporado a nuestra agenda temas y conflictos sociales invisibilizados. Si nos habíamos caracterizado por publicar solo trabajos originales y por no reproducir notas de otros medios, la nueva realidad técnica nos obligó a modificar esa estrategia. En 2006 desaparecieron a Julio López por segunda vez. Nunca fue encontrado, lo mismo que el pibe Luciano Arruga. Reiteradas veces nos ocupamos de denunciar la violencia institucional del gatillo fácil y la represión indiscriminada.

2007 fue el año del recambio presidencial-matrimonial. Pese a las vastas expectativas de cambios que podría producir el gobierno de Cristina Fernández, advertimos tempranamente que su política sería similar a la de su marido. Y aunque era casi obvio que así fuera, no nos equivocamos. En 2008 frente al conflicto por la resolución 125, sobre las retenciones a las exportaciones de granos, defendimos la posibilidad de disentir tanto con el gobierno como con las entidades patronales del campo. Opinamos además que en el enfrentamiento habían quedado olvidados los productores pequeños, los campesinos de los pueblos originarios y los trabajadores rurales. Una posición similar sostuvimos en el posterior conflicto gobierno-Clarín, pues juzgamos que era falsa la dicotomía entre ambos actores y que se podía disentir total o parcialmente con ambos. En la discusión por la ley de medios destacamos que era bueno derribar la ley de la dictadura, pero no dejamos de señalar la intencionalidad política del gobierno enmarcada en el conflicto señalado. Puntualizamos además que incorporar más voces al espectro de medios no siempre implica que sean voces distintas. Es decir, que frente a la hegemonía del discurso único son necesarios discursos que sean alternativos y alterativos, y estos discursos no estaban garantizados por la nueva ley de medios. Nos han dado la razón, entre varios hechos, las recientes resoluciones 685 y 686 de la AFSCA (ex COMFER) sobre el sistema de licencias para televisión digital, que hacen imposible que un medio alternativo pueda acceder a dicho sistema.

En 2010, dos muertes separadas por apenas una semana impactaron al país: el asesinato del militante Mariano Ferreira, a manos de una patota del ferroviario José Pedraza, y el fallecimiento de Néstor Kirchner.

En fin, llegamos a septiembre de 2011. El mes que viene habrá elecciones, ganará Cristina Fernández y las cosas seguirán más o menos como hasta ahora, salvo que la crisis financiera internacional se agrave hasta el punto de hacer descender marcadamente el precio de las materias primas. Habrá que ver entonces qué repercusión puede haber en los países productores. Mientras tanto, Contracultural seguirá en la web. Porque siempre hay algo nuevo para decir, siempre hay algo oculto que revelar, siempre hay otra forma de ver las cosas, y sobre todo, porque siempre hay sentidos que alterar en esa cultura hegemónica a la que empezamos a molestar hace diez años.


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Cuando digo Futuro

10 AÑOS DE CONTRACULTURAL, 10 AÑOS DE PROFUNDOS CAMBIOS EN LATINOAMÉRICA

Si a uno le hubiesen preguntado cuando nació la Revista Contracultural “¿Cómo imaginas Latinoamérica dentro de 10 años?”, seguramente la respuesta no coincidiría con lo que estamos asistiendo en este presente continental. El actual mapa geopolítico de la región postula esperanza, más integración y la consolidación de un proyecto común a largo plazo.

Por Marcelo J. Levy


Corría el año 2001 y la hegemonía del modelo neoliberal se hacia sentir. La economía mundial no había entrado en crisis y, principalmente, América Latina aún estaba dominada por gobiernos neoliberales, con excepción de Venezuela y Cuba. La caída de las torres gemelas inauguraba un periodo de intervenciones que llega en la actualidad al intento de derrocamiento de Muammar Al Kaddafi en Libia.

En Argentina, la marmórea imagen del helicóptero huyendo con un presidente sin legitimidad alguna, genuflexo ante medidas económicas de desguace y dejando una estela de cadáveres en las calles porteñas, habilitó un cambio necesario.

Transcurrida una década, el mundo cambió. La crisis económica, nacida en el centro del capitalismo, llevó a las mayores potencias al estancamiento, de la cual aún no consiguen salir, mientras los países del Sur del mundo, que privilegian la integración regional y no los Tratados de Libre Comercio (TLCs) con Estados Unidos, ya la superaron y volvieron a crecer. El modelo neoliberal perdió legitimidad -aunque siga siendo el hegemónico- y presenta infinidad de contradicciones y callejones sin salida. A pesar de todo eso, por debilidad de otras alternativas, el mundo se volvió todavía más conservador de lo que era hace una década. Incluso la victoria de Obama y el fin del desprestigiado Bush, no alteraron esa tendencia. La Europa de Merkel, Berlusconi, Sarkozy, Cameron, de las agudas crisis con los respectivos paquetes del FMI en Portugal, Grecia, Irlanda, España, viró aún más a la derecha.

La gran excepción es América Latina. En estos diez años, el continente fue eligiendo, en la mayoría de los casos, presidentes comprometidos con la construcción de modelos alternativos al neoliberalismo al que derrotaban uno tras otro en las urnas. Mandatarios cada vez más comprometidos y mimetizados con los pueblos que representan. Nunca el continente tuvo tantos gobiernos afines entre sí que le den tanta importancia a los procesos de integración regional en lugar de los TLCs con Estados Unidos y las políticas sociales en lugar de los ajustes fiscales.

El mapa de líderes de Latinoamérica hoy está dado por un arzobispo relacionado con el movimiento campesino paraguayo, un dirigente indígena boliviano, un intelectual del pensamiento crítico ecuatoriano, un guerrillero tupamaro comprometido con la lucha de liberación en los 70, dos líderes militares nacionalistas en Venezuela y Perú, dos mujeres electas (la primera vez en la historia) de las potencias más grandes de la región con proyectos comunes ligados a las necesidades de sus pueblos.

Los procesos de integración (Mercosur, Unasur, Consejo Suramericano de Defensa, Banco del Sur, Alba, Unión de los Pueblos Latinoamericanos) determinaron que esos países hayan avanzado significativamente en su recuperación económica, en la disminución de las desigualdades sociales, en la extensión de los derechos sociales a toda su población, en la afirmación de políticas externas soberanas. América Latina se convirtió prácticamente en la única región del mundo en la que los gobiernos se identifican y avanzan en la superación del neoliberalismo.

De igual manera, América Latina, mediante diferentes modalidades de gobiernos pos neoliberales, debe constituirse en la referencia más rica – en sus realizaciones, potencialidades y también en sus conflictos – para avanzar y plantarse de frente al mundo que durante siglos la ha explotado y expoliado. Si bien desde tiempos atrás los pueblos han luchado por su independencia, han visto en la solidaridad, unidad e integración la única manera de enfrentarse a otros con mayor poder económico.

Los pueblos latinoamericanos han comprendido que sin la integración, no es posible avanzar hacia el desarrollo para poder enfrentar a las grandes potencias económicas. Esta clara ya la misión de revitalizar las ideas integracionistas y a la vez dar nuevas ideas que contribuyan a las nuevas acciones sociales emancipadoras.

Desde el siglo pasado observamos que muchos de nuestros grandes líderes como Bolívar, Andrés Bello en Venezuela, Vicente Rocafuerte en Ecuador, San Martín, Artigas y otros manifestaban que el progreso de los pueblos hispanoamericanos no se lograría solo por la vía económica sino con reformas sociales y emancipación mental a través de la educación.

Juan Montalvo defendiendo la emancipación mental y cultural de América Latina.

El Chileno Francisco Bilbao, no solo condenó a Estados Unidos por su intervención en México y Centroamérica sino que propuso la creación de una confederación de países para enfrentar a Estados Unidos.

América defendió la autenticidad de la cultura y el pensamiento latinoamericano como una de las vías de dicha emancipación.

Con esta rica historia, veamos el presente. Que hoy países de América Latina agrupados en la UNASUR hayan acordado delinear políticas económicas sin la presencia ni las presiones ejercidas durante décadas por Estados Unidos a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) demuestra claramente que los tiempos de hegemonía unipolar en el área están cambiando.

Estos mecanismos financieros que durante años han estado revoloteando sobre la región imponiendo políticas neoliberales y de privatizaciones a favor de las grandes transnacionales, se han visto relegadas en los últimos tiempos.

El mecanismo utilizado por el FMI, el BM y el BID, con pequeñas diferencias, ha sido el mismo: entregar empréstitos con altos impuestos a las naciones en crisis, a cambio de adoptar medidas de recortes sociales y autorización para la entrada indiscriminada de capitales extranjeros. En pocas palabras, significa la pérdida de la soberanía nacional y la dependencia económica y política al eje central dirigido desde Washington.

Debido al surgimiento en la región de gobiernos democráticos progresistas, unido a las crisis económicas que han golpeado fuertemente a las naciones desarrolladas del planeta (Estados Unidos, Europa y Japón) los desacreditados BM y FMI, no han visitado en los últimos tiempos a las naciones sudamericanas para imponer sus recetas neoliberales.

Los desafíos actuales de la región en el plano económico están pasando por incentivar el comercio inter-regional, impulsar el uso de monedas locales entre sus miembros, coordinar el manejo de las reservas, incentivar el desarrollo del mercado y las instituciones financieras regionales para su reinversión en la zona. En los foros latinoamericanos se está trabajando incansablemente en la expansión a toda la región del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) integrado ya por Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela y en la implementación de las monedas regionales para el comercio interno en aras de aumentar los intercambios sin que intervenga el dólar.

No hay que creer que estos caminos no presentan sinsabores. Entre estos se hayan los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados por Colombia, Perú y Chile con Estados Unidos que los atan directamente a las políticas económicas de Washington y se presentan como satélites de la región. Pero las situaciones van cambiando para bien. En Bogotá ya no esta el pro cónsul norteamericano Álvaro Uribe, (con los reparos necesarios hacia Juan Manuel Santos); en Lima no presiden ni Alejandro Toledo ni Alan García y en Chile los estudiantes y trabajadores del cobre les están haciendo ver al millonario conservador Sebastián Piñera que son otros los tiempos que vive Latinoamérica.

Argentina, primero con Néstor Kirchner y ahora con Cristina Fernández; Brasil con Inacio Lula da Silva seguido por Dilma Roussef; Venezuela con Hugo Chávez; Ecuador con Rafael Correa y Bolivia con Evo Morales se han puesto a la vanguardia de este movimiento integrador latinoamericano que trata de desembarazarse de la hegemonía económica y financiera norteamericana.

Eso digo cuando digo futuro. Suenan fuertes por el continente las voces y el accionar de sus pueblos por la verdadera integración de América Latina.


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El 11-S que promovió Estados Unidos

A 10 AÑOS DEL ATENTADO A LAS TORRES GEMELAS, CONTRACULTURAL RECUERDA OTRO 11 DE SEPTIEMBRE: CUANDO EE.UU. PROMOVIÓ EL GOLPE DE ESTADO CONTRA SALVADOR ALLENDE

Se cumplen 10 años del ate
ntado a las Torres Gemelas. Pero hay otro 11-S que Estados Unidos y la mayoría de los medios no recuerdan. Un 11-S en el que Estados Unidos no fue la víctima, sino el victimario. Planeado por un sector de la Armada de Chile con apoyo de los Estados Unidos, el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 fue una acción militar conjunta entre las Fuerzas Armadas y Carabineros para derrocar al gobierno de Salvador Allende. Para Estados Unidos era prioritario impedir el avance del socialismo en Latinoamérica.

Por Hernán L. Giardini


Chile, 11 de septiembre de 1973. La “Cadena Democrática”, emite la primera proclama militar, leída por el teniente coronel Roberto Guillard:

"A partir de este momento damos paso a una red provincial y nacional de radiodifusión de las fuerzas armadas. Se invita a todas las radioemisoras libres a conectarse a esta cadena. Santiago, 11 de septiembre de 1973. Teniendo presente: 1°.- La gravísima crisis económica, social y moral que está destruyendo el país; 2°.- La incapacidad del Gobierno para adoptar las medidas que permitan detener el proceso y desarrollo del caos; 3°.- El constante incremento de los grupos armados paramilitares, organizados y entrenados por los partidos políticos de la Unidad Popular que llevarán al pueblo de Chile a una inevitable guerra civil, las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile declaran: 1°.- Que el señor Presidente de la República debe proceder a la inmediata entrega de su alto cargo a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile. 2°.- Que las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Carabineros de Chile están unidos, para iniciar la histórica y responsable misión de luchar por la liberación de la Patria del yugo marxista, y la restauración del orden y de la institucionalidad. 3°- Los trabajadores de Chile pueden tener la seguridad de que las conquistas económicas y sociales que han alcanzado hasta la fecha no sufrirán modificaciones en lo fundamental. 4°.- La prensa, radiodifusoras y canales de televisión adictos a la Unidad Popular deben suspender sus actividades informativas a partir de este instante. De lo contrario recibirán castigo aéreo y terrestre. 5.- El pueblo de Santiago debe permanecer en sus casas a fin de evitar víctimas inocentes. Firmado: Augusto Pinochet Ugarte, General de Ejército, Comandante en jefe del Ejército; Toribio Merino Castro, Almirante, Comandante en Jefe de la Armada; Gustavo Leigh Guzmán, General del Aire, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile; y César Mendoza Durán, General, Director General de Carabineros de Chile”.


Para Estados Unidos era prioritario impedir el avance del socialismo en Latinoamérica. Así, apoyó económicamente a medios de comunicación, partidos políticos y organizaciones opositoras en varios países de la región.

El gobierno de Salvador Allende era una amenaza, y Richard Nixon ordenó derrocarlo mediante el Proyecto FUBELT, también conocido como Track II.

Recientemente fueron desclasificados varios memorandos de la CIA y los informes sobre el Proyecto FUBELT, que incluyen reuniones entre Estados Unidos, el secretario de Estado Henry Kissinger y funcionarios de la CIA, y los cables de la CIA a su estación de Santiago. Allí se detallan las decisiones y acciones destinadas a socavar la elección de Salvador Allende en septiembre de 1970, para promover el golpe de Estado militar que llevó al General Augusto Pinochet al poder, y el apoyo a la junta militar en los primeros años de su gobierno.

En los días posteriores a la elección que llevó a Allende a ser presidente de Chile, el 4 de septiembre de 1970, Henry Kissinger sostuvo una serie de conversaciones telefónicas sobre “cómo hacerlo” en Chile. “No permitiremos que Chile se vaya por el alcantarillado”, le dijo Kissinger en una de esas llamadas al director de la CIA, Richard Helms. “Estoy contigo”, le respondió Helms.

Así, el 15 de septiembre de 1970, durante una reunión de 15 minutos en la Casa Blanca a la que asistió Kissinger, el presidente Nixon instruyó al director de la CIA, Richard Helms, de que la elección de Allende era inaceptable. Fue entonces que ordenó a la agencia actuar con su ya conocida frase: "haremos chillar a la economía chilena".

La CIA lanzó una campaña masiva de operaciones encubiertas –primero para impedir que Allende asumiera el gobierno y, cuando esa estrategia fracasó, para deteriorar su gobernabilidad. “Nuestra principal preocupación en Chile es la posibilidad de que Allende se consolide, y que su imagen ante el mundo sea un éxito”, dijo Nixon ante su Consejo de Seguridad Nacional el 6 de noviembre de 1970, dos días después de que Allende iniciara su gobierno.

Para preparar el golpe, Estados Unidos "estranguló" la economía de Chile. Los bancos congelaron créditos y el gobierno congeló la ayuda económica. El Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales dominadas por Estados Unidos cancelaron sus préstamos. Mandaron agentes de la CIA a sabotear la economía y fomentar un movimiento de oposición contra el gobierno de Allende, como la huelga de camioneros, que paralizó el sistema de transporte.

El golpe del 11 de septiembre de 1973 fue un plan casi exclusivamente naval con miembros de la Fuerza Aérea a la que se sumó a última hora el General Pinochet y el Ejército de Chile. Los organismos de inteligencia naval de Estados Unidos tenían libre acceso a las dependencias de la Armada y al Ministerio de defensa. Muchos de los oficiales norteamericanos que participaron en las etapas previas y en las acciones primeras del golpe estaban embarcados en buques de la Amarada de los Estados Unidos navegando en las afueras de Valparaíso.

La participación norteamericana a gran escala fue ratificada en múltiples testimonios. Comandos clandestinos de las fuerzas especiales del Ejército y de la CIA habrían participado en allanamientos, el asalto a La Moneda y operaciones en Valparaíso y Viña del Mar.

Chile, 11 de Septiembre de 1973. Así se dirigía Salvador Allende por última vez a su pueblo a través de Radio Magallanes:

“Quizás sea ésta la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: Soldados de Chile, comandantes en jefe y titulares, el almirante Merino, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su solidaridad y lealtad al gobierno, también se ha denominado director general de Carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores: Yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos. ¡Trabajadores de mi Patria!: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, espero que aprovechen la lección. El capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, crearon el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición: la que les señaló Schneider y que reafirmara el Comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando, con mano ajena, reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos. Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará. Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa, la seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria. El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse. ¡Trabajadores de mi Patria!: Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile!, ¡Viva el pueblo!, ¡Vivan los trabajadores! Éstas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una sanción moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.”



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“Lo que estaba haciendo en ese momento era dar información, pero más bien estaba salvando vidas. Era posible salvar vidas con un diario”

ENTREVISTA CON ROBERT COX, DIRECTOR DE THE BUENOS AIRES HERALD DURANTE LA DICTADURA MILITAR 1976-1983

El 15 de septiembre de 1876 apareció en Buenos Aires una publicación fundada por el escocés William Cathcart. Se editaba una vez por semana y constaba de una sola página, en su mayoría con publicidades e información sobre salidas y llegadas de barcos al puerto. Estaba escrita en inglés y se llamó The Buenos Aires Herald. En 1959 se incorporó al diario un inglés de 26 años, Robert Cox. Poco tiempo después, el periodista conoció a una argentina, se casó con ella y se afincó en Argentina. En 1968 fue nombrado director del diario. A partir de 1976 el Herald se diferenció de sus colegas porque dijo lo que los otros callaron: los crímenes de la dictadura cívico militar.

Por Marcelo R. Pereyra y Jesica Roitman


AN ENGLISHMAN IN BUENOS AIRES

¿Qué hace el Buenos Aires Herald en los quiscos de diarios y revistas? De unas 24 páginas, y no muy expuesto entre toda la otra variedad de publicaciones en español que tiene el país, este medio gráfico pasa desapercibido para muchos pero sin embargo es leído por angloparlantes nativos, quienes buscan ejercitar su inglés, o por los que aún lo leen desde aquél momento en que el Buenos Aires Herald hizo lo que muchos no se animaron a hacer y por lo cual fue reconocido muchos años después: por la publicación de secuestros, desapariciones y asesinatos durante la última dictadura militar en Argentina.

“Lo que estaba haciendo en ese momento era dar información pero más bien salvar vidas. Era posible salvar vidas con un diario”, aseguró en una entrevista con Contracultural, Robert Cox, director del Buenos Aires Herald durante la última dictadura militar. El periodista sostuvo que la decisión de publicar las violaciones a los derechos humanos surgió al comprobar que los otros medios no sólo no lo hacían, sino que muchas veces mostraban un país que no era el real. Pero también nació de un interés especial por parte de Cox: “Yo personalmente tuve la posibilidad de hacerlo. Era demasiado peligroso pedir a otras personas que lo hicieran”, comentó el periodista inglés, quien recordó las noches en Plaza de Mayo compartidas con un grupo de mujeres que hacían fila frente a alguna dependencia gubernamental para consultar sobre el paradero de sus hijos. Fue así como Cox se ganó la confianza de las Madres de Plaza de Mayo, quienes comprendieron que tenían un espacio en el Herald para ser escuchadas y ayudadas, y que eso era más productivo que la escasa colaboración que les ofrecía el mismo gobierno que les quitaba a sus hijos, maridos y hermanos.

“Para mí era una satisfacción en ese momento, era muy importante”, recordó Cox, quien también lamentó que “otros diarios no decidieran hacer lo mismo”. Aunque admitió que la decisión de publicar las atrocidades militares era muy riesgosa, pues podría haberle costado la vida no sólo al medio sino a sus periodistas y sus familias. “Solamente informando, solamente poniendo en una nota que secuestraron a tal persona en tal lugar, todos los detalles”, agregó.

La conversación con Cox deja la clara impresión de que aunque fueron años dolorosos y difíciles, en los que todos los periodistas del medio vivieron observados desde cerca las veinticuatro horas del día, si estuviera en la misma situación, volvería a tomar las mismas decisiones. “Es realmente extraordinario cuando uno mira hacia atrás porque no pensaba en eso cuando estábamos sacando el diario. Obviamente tuvimos suerte. No hay duda de eso porque estuvimos muy amenazados antes por los Montoneros”. Relató además que recibió infinitas advertencias e intimidaciones. En 1977 fue detenido ilegalmente. Una vez liberado sufrió un atentado contra su vida, y su esposa un intento de secuestro. En 1979, luego de recibir una carta con una amenaza explícita de muerte, partió hacia Estados Unidos con toda su familia. Se radicó en Charleston, Carolina del Sur, y comenzó a trabajar en el Daily News and Courier, diario que era del grupo propietario del Buenos Aires Herald. Como redactor de la sección de noticias internacionales cubrió las guerras civiles en El Salvador y en Nicaragua. Más tarde fue designado subdirector del periódico.


UN DIARIO ARGENTINO EN INGLÉS

La historia de The Buenos Aires Herald es la de un diario dirigido a una comunidad angloparlante (en su mayoría inmigrante o descendiente de inmigrantes que vivían en el país y se dedicaban principalmente a los negocios y el comercio, y estaban ligados a la navegación), que un buen día se transformó en un periódico nacional y expuesto a la mirada de los gobiernos de turno -nacionales y extranjeros- por la cantidad de lectores que había atraído y las consecuencias que las noticias que publicaba podían causar. Para Cox fue la curiosidad típica de su profesión la que originó esta transformación: “Poco a poco, simplemente porque yo era un periodista y empecé a investigar y a descubrir los acontecimientos nacionales, el diario empezó a cambiar para ser un diario argentino”. Un diario, en la dictadura, con noticias que todos los argentinos tenían que conocer porque el resto de los medios las ocultaba.

La relación entre la prensa y el gobierno de facto durante la última dictadura militar en el país es un tema acerca del cual se ha escrito y debatido desde la vuelta a la democracia. El rol que la mayoría de los principales medios argentinos asumieron en ese período fue ampliamente criticado. Ya sea por temor a represalias o por apoyo al gobierno, los diarios se autocensuraban y no comunicaban la realidad oscura del país.

Un caso que salió a la luz en esa época pero no llegó a establecerse en la opinión pública fue la cuestión de la transferencia de Papel Prensa a los diarios Clarín, La Nación y La Razón. Papel Prensa era una sociedad constituida a fines de la década del sesenta entre la familia Graiver (que poseía un 75 por ciento de la empresa) y el Estado nacional (que tenía el 25 por ciento restante). Se dedicaba principalmente a la explotación del papel nacional y la producción de papel para los diarios. Cuando a principios de marzo de 1977 casi la totalidad de los miembros de la familia Graiver fueron detenidos y expropiadas sus pertenencias, el Estado se quedó con el 75 por ciento de Papel Prensa, que luego ofreció a Clarín, La Razón y La Nación, quienes aceptaron sin dudar. “Estuvimos siempre en contra (de la operación). Es una cuestión ética que los diarios no puedan ser socios de un gobierno, no pueden ser socios del Estado”, aseguró Cox, quien sugirió que en los tres diarios se sabía lo que estaba ocurriendo en el país en materia de Derechos Humanos y decidieron no publicarlo. Claro está, les convenía económicamente, más allá de que acordaran o no con la política que se estaba llevando. “Mi impresión es que estaban totalmente conformes con lo que estaban haciendo los militares. Ellos sabían”, aseguró.

Pero, ¿por qué esta información tampoco salió a la luz? “Lo de Papel Prensa no era muy importante en un momento en que miles de personas estaban desapareciendo. No era un asunto importante”, sostuvo Cox. Y, mientras tanto, los medios continuaban ocultando los crímenes, resaltando las figuras de los políticos que los llevaban adelante y mintiendo a sus lectores. “La Nación estaba totalmente de acuerdo con lo que estaban haciendo los militares, especialmente (el director en ese entonces) Claudio Escribano. Después de la masacre de los sacerdotes en San Patricio, el mismo día de la misa, fuimos desde ahí a la embajada norteamericana. Yo me encontré con Claudio y me dijo ‘bueno, en la guerra la gente desaparece…’ ”, recordó el periodista.

“Ellos estaban tratando de cubrir todo”, aseveró Cox, quien además comentó que la idea de quienes no conocían lo que realmente ocurría era que en la Argentina había “un golpe de terciopelo, sin sangre, que los militares entraban y todo el mundo feliz y en libertad”. “Hubo un acuerdo de caballeros entre La Nación, no sé si Clarín… Hubo un acuerdo de caballeros entre los medios para no publicar lo que estaba pasando”, denunció.

A Cox le cuesta emocionalmente hablar de aquellos años oscuros del país, pero entiende que es su deber contar lo que ocurría. Hoy escribe una columna todos los domingos en la segunda página del Herald, junto a la editorial, en la que comenta acerca de algún hecho de la semana. La temática relacionada a los Derechos Humanos es recurrente, así como las referencias a alguna experiencia de los años en que trabajó como cronista o director del periódico en inglés. Una figura y un medio con historia para contar y transmitir. Con memorias y experiencias que no pueden quedar ocultas.


(En 2005 la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires distinguió a Robert Cox por su valor como periodista durante la dictadura militar)


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Cuando el delito es un espectáculo

LA TRATA DE PERSONAS Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LOS MEDIOS

En 1930 un juez de la ciudad de Buenos Aires desarticuló la Zwi Migdal, una organización mafiosa dedicada a la trata y esclavitud de mujeres con fines sexuales, que funcionaba desde 1906, con personería jurídica, bajo la fachada de una sociedad de ayuda mutua. La prensa sensacionalista de la época montó un verdadero espectáculo alrededor del caso. Todos se horrorizaron e indignaron, por lo menos por un rato. Ochenta años más tarde, ante cada desaparición de una niña o de una mujer, con la sospecha de ser un caso de trata de personas, genera en los medios un tratamiento igualmente espectacular, en el que priman el show de la angustia y la desesperación de sus familiares, mientras que se ocultan los orígenes culturales de la explotación sexual femenina.

Por Noor Jiménez Abraham


En estos días, la búsqueda de una niña que presumiblemente fue capturada por una red de trata de personas, se ha convertido en un gran show mediático; titulares, saturación de imágenes, horas en las programaciones dedicadas a dar los mismos datos, cubiertos con diferentes matices, como para que la noticia siga con aspecto novedoso y no cese de vender.

En la resonancia social, estos mecanismos han llevado a un estado de desesperación popular como prueba del crecimiento de un delito que pareciera haberse percibido recientemente. Sin embargo, un responsable uso de la repercusión mediática, debería conducir a revisar los papeles que desde todos los ámbitos de la comunidad se asignan a mujeres y varones. Sin clientes de prostitución no habría secuestros de niñas y de mujeres para comercio sexual, pues mientras un negocio sea redituable, el problema, muy lejos de detenerse, aumentará.

Resulta una actitud humana asistir a una marcha o reclamar a las autoridades, pero el convencimiento de las personas parece surgir de un discurso de los medios a través del cual se deja de lado la gran oportunidad de ofrecer los accesos para el análisis a partir de las diferentes perspectivas desde las que es necesario contemplar el hecho.

Si no hubiese varones consumidores, no habría mujeres raptadas, si no se comprasen repuestos de autos, electrodomésticos y otros artefactos de segunda mano a precios dudosamente económicos, no serían robados de sus titulares, si no se adoptasen menores ilegalmente, no se venderían personas recién nacidas en un mercado aberrante, si no se comprasen órganos, no habría tráfico de ellos.

El momento de que la sociedad se haga cargo de que es cada una de las personas la que con sus comportamientos puede alejar los delitos, no puede desperdiciarse, es ahora; mirar hacia el costado, en forma indignada, mientras con la otra mano se pagan servicios, elementos y hasta seres humanos que vienen empapados en sangre, es hipócrita; colaborar para que esa situación se sostenga y lucrar a partir de ella, es inmoral.

La tarea esencial, la educativa, se da en el seno de cada hogar. Luego, debe expandirse a los ámbitos esenciales para el desarrollo de las personas, trabajo, escuelas, gobiernos; es necesario que no se perpetúen mensajes por los que las existencias femeninas permanezcan en el sometimiento a un mandato cuyo destino es la satisfacción de los hombres, algunas de cuyas expresiones son tomar a las putas como un mal necesario para depurar el sistema, a la vez que convertir a todas las mujeres en objeto de consumo, negarles accesos y derechos, hasta el punto de que ni siquiera lleguen a reconocer la dominación.

Fotos de víctimas en las redes sociales, frases indignadas para pedir por el cierre de prostíbulos, ¿dónde estaban hace unos días los reclamos, cuando estas situaciones se daban en las mismas dimensiones?; las whiskerías y los saunas no eran eufemismos sino hipócritas pantallas para acallar lo abiertamente sabido. ¿Dónde enviaban a debutar sexualmente a sus hijos gran parte de las madres y de los padres que hoy se lamentan y reclaman? ¿Qué hicieron ayer y qué están dispuestos a hacer mañana cuando lo que para los medios es noticia haya cesado en el interés porque ya no vende? ¿Quién va a ayudar a las Candelas, las Marías y a todas las que, más allá de la trascendencia que hayan adquirido sus nombres, sean sólo del interés de unas cuantas ONGs y de algunas personas comprometidas de política y los medios de comunicación que no han recibido el respaldo multitudinario con el que ahora son cubiertas estas noticias?

Los delitos exceden las banderías partidarias, se dan en provincias y distritos de variados tintes y más allá del gobierno de turno. Las marchas, los pedidos, las horas de transmisión, las quejas, se desvanecerán pronto en el aire si no nos hacemos cargo de nuestros comportamientos. Habrán pasado los días y cada caso se convertirá en uno más hasta que venga el próximo, aquel que, por determinadas características se haya convertido en altamente noticiable, acapare titulares, para volver al centro de la opinión pública y que la máquina se eche a rodar nuevamente sin solución de continuidad porque nada habrá cambiado.


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Los medios comunitarios, populares y alternativos exigimos más derechos

DOCUMENTO DE LA COORDINADORA EN DEFENSA DE LA COMUNICACIÓN COMUNITARIA, ALTERNATIVA Y POPULAR

Desde la Coordinadora en Defensa de la Comunicación Comunitaria, Alternativa y Popular (CoorDeCCAP) , que reúne a organizaciones sociales, políticas, de trabajadores/as, estudiantiles y universitarias de derechos humanos y medios alternativos, creemos que los medios comunitarios siguen sin ser reconocidos por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), contrariamente al espíritu democratizador que proponía la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley SCA 26.522) al momento de su promoción y sanción.

Por Coordinadora en defensa de la Comunicación Comunitaria, Popular y Alternativa


Los medios populares, alternativos y comunitarios buscan construir lazos de comunicación distintos en la sociedad, garantizan la pluralidad de voces, asumen la responsabilidad en la construcción de las identidades culturales, muestran realidades ajenas a la corporación mediática, construyen una comunicación solidaria, participativa y plural, para defender los intereses de los/las trabajadores/as y los sectores populares. En estas experiencias de comunicación no se generan relaciones de dependencia, no se busca necesariamente una profesionalización para que las voces populares se expresen, no se persigue que estos medios den rédito económico ni que las empresas gusten de las opiniones que en ellos se manifiestan, ni que necesariamente los auspicien.

TODAS LAS OBLIGACIONES, NINGÚN DERECHO

La nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley SCA 26522) reserva el 33% del espectro radioeléctrico para las entidades sin fines de lucro. De esta manera, se equipara a los medios comunitarios, alternativos y populares, con otras entidades como fundaciones, sindicatos, ONGs, iglesias, etc., quienes cuentan con mayor poder económico, político y de gestión para cumplir con las obligaciones que la ley impone (locutor profesional, pago de cargas sociales, de impuestos y gravámenes, homologación de equipos, entre otras). Estas exigencias son, en la práctica, obstáculos concretos para la existencia y funcionamiento de las experiencias de comunicación popular.

Ahora bien, los proyectos comunicacionales de los que hablamos, además de ser entidades sin fines de lucro y de propiedad social, se caracterizan por funcionar en forma asamblearia, promover que todos puedan expresarse más allá de su grado de profesionalización, alejarse de las prácticas obsecuentes con las empresas que mercantilizan la información. Por sobre todas las cosas, construyen su programación a partir de una mirada crítica de la realidad y desde ideales transformadores.

Ante esta realidad de aplicación de la ley, organizaciones sociales, políticas, de trabajadoras/es, estudiantiles y universitarias, de derechos humanos y medios alternativos, nos fuimos autoconvocando y formando distintas instancias de coordinación para defender la existencia de los medios comunitarios. Como el caso de la devolución de la frecuencia interferida al canal comunitario Giramundo TV de Mendoza.

La pelea, desde la Coordinadora, hizo posible que un empresario privado, con relaciones políticas con el gobierno nacional y que luego se ocultó bajo la fachada de una fundación sin fines de lucro, le devolviera la frecuencia a Giramundo. Luego fueron las interferencias por parte de medios comerciales en radios populares, alternativas y comunitarias, que se han sucedido y se suceden en diversos puntos del país (Radio Sur en Capital Federal, Radio El Algarrobo en Catamarca, Radio La Negra en Río Negro), y las exigencias, por parte del AFSCA, para cumplir trámites burocráticos que no diferencian a nuestros medios de las empresas que explotan servicios de comunicación audiovisual.

También denunciamos que el primer llamado a concurso que hace el AFSCA para otorgar licencias, en este caso para TV Digital, excluye a los medios comunitarios, alternativos y populares de la posibilidad de presentarse. Esto es así no sólo por el costo impagable de los pliegos (cuyos valores mínimos oscilan entre 42.000 y 70.000 pesos) sino también por el plan de inversión que exige justificar ingresos suficientes para mantener una determinada estructura y para pagar a AR-SAT (empresa que brindará el servicio de transmisión satelital) el monto de 24.000 pesos mensuales. En la señal estatal de televisión digital se ha dado cabida lógicamente a proyectos estatales y, en forma experimental, se privilegió a sectores comerciales por sobre los comunitarios. La única entidad “sin fin de lucro” que hoy ocupa un espacio en la TV digital del Estado es la fundación del sindicato de la UOCRA.

Desde la Coordinadora volvemos a traer hoy la afirmación que fue parte del documento fundacional de este espacio: “La libertad de expresión y el derecho a la comunicación se garantizan no sólo evitando cualquier tipo de monopolio (privado o estatal) sino resguardando los derechos de todos los sectores, y, sobre todo, de aquellos que día a día construyen una comunicación solidaria, participativa y plural para defender los intereses de los/las trabajadores/as y los sectores populares”.

Los medios alternativos, comunitarios y populares cumplen un papel importante para el ejercicio pleno de la democracia comunicacional. Por su construcción y concepción de la comunicación como un espacio de participación social, se gestan desde y con la comunidad formando parte de los procesos de organización, debate y decisión de sectores sociales a los cuales el sistema margina de diversas formas (económicas, sociales y políticas). Esto se refleja tanto en la propiedad social del medio, como en la construcción de su programación y gestión.

La Coordinadora seguirá luchando para que se respete nuestro derecho a la comunicación. Defendiendo la legitimidad y la práctica de los medios alternativos y comunitarios frente a cualquier exclusión por parte del Estado y los grandes multimedios.

Porque esta lucha es parte de una lucha más general de los/as trabajadores/as y los sectores populares, manifestamos:

• Basta de ilegalidad, reconocimiento jurídico a los medios comunitarios.
• Inclusión de los medios comunitarios en la distribución de recursos estatales para la comunicación.
• No a las restricciones técnicas, económicas, legales y políticas de los medios comunitarios

Convocamos a todas las organizaciones comunicacionales, sociales, políticas, gremiales, estudiantiles y universitarias, de derechos humanos, y aquellos y aquellas que compartan estas ideas a adherir y participar del espacio.

LOS MEDIOS COMUNITARIOS EXISTEN!

Coordinadora en defensa de la Comunicación Comunitaria, Popular y Alternativa (CoorDeCCAP)


Firman: Cientos de medios populares, alternativos y comunitarios; organizaciones sociales y políticas; y personalidades de la cultura, el periodismo y los derechos humanos.



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Rechazo a San Jorge: ¡La lucha es del pueblo!

MENDOZA: RECHAZAN CUESTIONADO PROYECTO MINERO

En el día de ayer, y de forma sorpresiva, fue rechazado por unanimidad el proyecto San Jorge en la Legislatura provincial. Desde la Asamblea Popular por el Agua queremos felicitar a todo el pueblo mendocino que se expresó manifestándose en la calle, informándose, expresándose en los lugares de trabajo y estudio y luchando contra la imposición de una actividad económica saqueante, secante, corrupta y contaminante.


Por Asamblea Popular por el Agua

De ellos, nuestro, es el triunfo, no de los políticos que reaccionaron ante la presión de la gente en la calle y que instaron a rechazar en la legislatura lo que antes, en algunos casos, habían impulsado y defendido desde el Poder Ejecutivo. Es el triunfo de la gente y nadie puede salir a aprovecharse de manera oportunista de lo que se ganó en la calle.

Llamamos a los mendocinos a no creer que los legisladores y candidatos a gobernador tienen convicciones respecto de este tema, o que están escuchando al pueblo. Sólo escuchan cuando tienen miedo de perder elecciones. La única garantía es el pueblo movilizado y organizado y no podemos dormir tranquilos, como no puede dormir tranquilo Esquel, como no podrá dormir tranquilo ningún pueblo hasta que la última empresa megaminera se haya retirado de nuestros territorios.

Desde la Asamblea Popular por el Agua seguimos invitando a todos a seguir informándose y luchando, no sólo contra este proyecto en particular sino contra todo el modelo extractivista del cual este proyecto forma parte.

¡Viva el pueblo de Mendoza!
¡Vivan los pueblos que luchan!
¡Fuera todos los emprendimientos megamineros de nuestros territorios!

Asamblea Popular por el Agua

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