4 de febrero de 2011

La pirámide invertida

EL POLVORÍN ARABE

Los recientes acontecimientos de Egipto y Túnez, y los de tantos que se van sucediendo en el mundo árabe, nos recuerdan en el año del bicentenario de la Revolución de Mayo que ese mismo derecho a la revolución nace con las necesidades del pueblo y se manifiesta con las crisis del sistema dominante.

Por Marcelo J. Levy


La profundización de la brecha existente entre las distintas clases sociales producto de un descascarado sistema capitalista, se transforma en insostenible supurando cada vez con mayor frecuencia, en este caso en medio oriente.

Al inicio, la represión; el brazo armado del Estado que en ejercicio de ese poder represivo intenta dominar al pueblo. Cuando este no alcanza, se intentan alianzas con los sectores que encabezan la protesta; si por último esto no es posible comienzan el bloqueo de los que detentan el nuevo poder.

Hemos visto en el caso del Oriente Medio y más específicamente el de Egipto, como se crean versiones sobre el origen y devenir de los hechos. Algunos hablan de levantamiento popular, otros de rebelión de las masas o de revolución.

Tratemos de hacer un ejercicio de aproximación de los hechos acaecidos en Oriente Medio:

En lo político, la existencia de una dictadura con rostro de democracia burguesa que aplastaba toda disidencia política, incluyendo las de derecha.

En lo económico, la implantación de un modelo neoliberal emanado desde el FMI y el Banco Mundial, con sus características privatizaciones y abandono de programas sociales por parte del Estado.

En lo social, una abismal polarización de clases, en la cual un 20% de la población recibe beneficios y privilegios muy por encima del 80% de la restante población, la cual se encuentra en estado de pobreza, de esta última la mitad vive en pobreza extrema.

En lo cultural, la imposición opresiva de modelos occidentales los cuales chocan contra una cultura milenaria cuna de la civilización (como es el caso de Egipto).

En lo internacional, un neocolonialismo soporte del avance sionista en la región, y tentáculo del imperialismo estadounidense para el desarrollo de sus planes de control estratégico.

Así no es descabellado pensar que el estallido de las diferentes sociedades en Oriente Medio se produce como consecuencia de múltiples factores que determinaron la decadencia del modelo capitalista impuesto desde los centros de poder mundial.

Veamos los acontecimientos sucintamente y sus posibilidades futuras. Egipto fue sacudido por una ola de manifestaciones en todo el país exigiendo el fin del régimen de Mubarak, que ha oprimido al pueblo de esta nación orgullosa durante casi 30 años. Este ha sido el mayor movimiento de protesta en Egipto que se ha visto en décadas. En El Cairo y muchas otras ciudades manifestantes anti-gubernamentales se lanzaron a la calle y lucharon con la policía.

Después del derrocamiento del presidente de Túnez, Zine El Abidine Ben Ali, el 14 de enero, la pregunta era si esa revuelta tendría efectos expansivos en otros regímenes árabes aparentemente afianzados. Las llamas revolucionarias que han barrido el mundo árabe desde Túnez han llegado a Egipto.

Los primeros indicios de las repercusiones del levantamiento de Túnez en la conciencia popular surgieron la semana pasada en Egipto, cuando varias personas se prendieron fuego o intentaron hacerlo delante del Parlamento y de la oficina del primer ministro. Sus acciones trataban de imitar el ejemplo del joven vendedor de verduras tunecino cuya auto-inmolación contribuyó a desencadenar las protestas que obligaron al autoritario presidente de Túnez a huir del país.

Al igual que en Túnez, las manifestaciones en Egipto llegaron en un contexto de creciente ira por la pobreza generalizada y el desempleo. Casi la mitad de los 80 millones que componen la población egipcia vive por debajo o justo por encima del umbral de la pobreza que las Naciones Unidas han fijado en 2 dólares al día. La mala calidad de la educación y de la sanidad, junto al elevado desempleo, han dejado a un gran número de egipcios privados de sus necesidades básicas.

Pero el descontento económico es sólo una parte de un descontento político más amplio. Hay una rabia profunda por las injusticias, las desigualdades y la corrupción del régimen de Mubarak.

La convocatoria de protestas fue iniciada por la página de Facebook “El Mártir”, creada en nombre de un joven egipcio, Khaled Said, quien fue matado a golpes por la policía en la ciudad portuaria mediterránea de Alejandría el año pasado. Su caso se ha convertido en una bandera de combate para la oposición. Dos policías están siendo juzgados en relación con su muerte. Sin embargo, por una de esas extrañas ironías con la que la historia es tan rica, las protestas coincidieron con un día de fiesta nacional en honor de la odiada policía del país.

Hubo escenas sorprendentes en El Cairo, cuando miles y miles salieron a las calles marchando con aparente libertad en tres grandes manifestaciones en diferentes partes de la capital egipcia. Las cosas empezaron pacíficamente, con la policía mostrando una moderación inusual. A la ruidosa multitud se le unieron coches que hacían sonar sus bocinas. La gente gritaba: "¡Viva Túnez Libre!" y agitaban banderas tunecinas y egipcias, mientras la policía inicialmente se posicionó en la periferia de la multitud. La policía antidisturbios en un principio parecía insegura de qué hacer, ya que cada una de las marchas rompió los cordones policiales.

En el pasado, las manifestaciones fueron violentamente dispersadas. Ahora, sin embargo, la policía había recibido órdenes del gobierno para evitar cualquier enfrentamiento que pudiera provocar una revuelta de masas al estilo de Túnez. Pero esas cosas tienen una vida y unas leyes propias. A medida que el número de manifestantes siguió aumentando y llenando Tahrir, la plaza principal de El Cairo, las fuerzas de seguridad se pusieron nerviosas. De repente, cambiaron de táctica y la protesta se tornó violenta cuando la policía atacó a los manifestantes con cañones de agua y gases lacrimógenos.

El régimen se encuentra en un estado de pánico. Testigos oculares informan que Internet, Twitter y las llamadas telefónicas fueron bloqueados en todo Egipto, pero que ahora están volviendo de forma intermitente. Los últimos informes muestran que la insurrección continúa y avanza a niveles superiores. Se están extendiendo informes de que manifestantes están atacando el edificio del consejo de ministros, mientras que varios miles se dice que están marchando hacia el Palacio Presidencial de Mubarak, en Heliópolis. En Dar El Salaam, un barrio densamente poblado en el sur de El Cairo, los manifestantes afirman que han tomado la comisaría de policía.

Es cierto que nadie sabe cómo acabará esto. Pero una cosa es cierta: Egipto nunca será igual otra vez. Las masas han podido catar la libertad y han sentido su poder colectivo en las calles.

El pueblo revolucionario está ocupando las plazas centrales y se niega a irse. Cada pulgada ha sido conquistada por las masas y no tienen la intención de entregar a nadie lo que han conquistado. Enfrentados a un movimiento de masas de tal escala, las fuerzas de represión estatal, que antes parecían tan formidables, de repente se vuelven vulnerables. En muchos lugares, la policía ha sido simplemente desbordada por las enormes cantidades de gente. Sus cordones han sido rotos por los manifestantes. Los rostros de los policías rasos transmiten nerviosismo y los de sus oficiales, más aún.

Veremos cómo continúan estos acontecimientos que pareciera (y esperemos) no tienen vuelta atrás.



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Wikipedia: diez años de construcción colectiva de conocimiento

LA ENCICLOPEDIA LIBRE CUMPLE DIEZ AÑOS

La enciclopedia libre más famosa de Internet cumple 10 años. Con 278 ediciones en distintos idiomas y dialectos, Wikipedia es el quinto sitio Web más visitado del mundo y ya tiene más de 17 millones de artículos publicados. Más allá de los debates sobre su confiabilidad, Wikipedia se convirtió en una referencia y un ejemplo exitoso de construcción colectiva de conocimiento.

Por Hernán L. Giardini


Una buena idea que prendió


Con muy pocas expectativas, Jimmy Wales y Larry Sanger fundaron Wikipedia el 15 de enero de 2001. Todo empezó como una prueba hecha exclusivamente para la lengua inglesa, pero al mes ya tenían 600 artículos disponibles y en menos de un año más de 20.000.

La idea prendió rápidamente en otros idiomas, y en sólo dos meses ya contaban con una versión en alemán y posteriormente una en catalán. Así, los textos comenzaron a aparecer al tope en las listas de los buscadores.


Batiendo récords


Diez años después, Wikipedia es el quinto sitio más visitado de toda la Web, y el único del “top ten” que no contiene publicidad.

La enciclopedia es consultada mensualmente por unos 400 millones de personas en todo el mundo. Se reportan unas 25 millones de visitas por día, lo que equivale a una frecuencia de 300 visitas por segundo.

En cuanto a sus artículos, en promedio se publican unas 400 crónicas diarias, lo que equivale a unos 120.000 nuevos artículos al mes.

Ya cuenta con más de 17 millones de artículos publicados en sus 278 versiones.

El éxito de Wikipedia obligó a Microsoft a ponerle punto final a su enciclopedia multimedia paga “Encarta” en 2009.


Comunidad Wiki

Wikipedia está siendo editada permanentemente por miles de personas en todo el mundo. Con excepción de 39 personas remuneradas, el resto lo hace en forma gratuita y voluntaria, y son conocidos en la jerga de Wikipedia como “wikipedistas”. En total, la comunidad está conformada por más de 400 millones de usuarios registrados alrededor del mundo.

Lo cierto es que cualquier persona tiene la posibilidad de crear un artículo nuevo y casi cualquier visitante puede editar su contenido, a excepción de los artículos que se encuentran protegidos. Wikipedia fue creada con la idea de producir textos a partir de la colaboración entre usuarios, a semejanza de los proyectos de desarrollo de aplicaciones libres. Así, los artículos van evolucionando lo que puede verse en su historial de ediciones.

Cabe resaltar que no se admite la inclusión de aportes de quienes exalten o defiendan ideas que implican odio o violencia (por ejemplo, no se permiten frases a favor de personajes que hayan promovido el genocidio de razas consideradas como inferiores).

En algunas ocasiones, editores con puntos de vista encontrados producen lo que se conoce como “guerra de ediciones”, que sucede cuando dos o más editores entran en un ciclo de reversiones mutuas debido a disputas causadas por diferencias de opinión sobre el contenido del artículo.

Cada versión de Wikipedia cuenta con un grupo de administradores, cuyas funciones fundamentales son editar y borrar artículos, y bloquear a los vándalos.
Para conmemorar los 10 años de su fundación, miles de usuarios organizaron 316 actividades en 104 países con el objetivo promover la cultura Wiki: páginas que pueden ser creadas y editadas por múltiples voluntarios que comparten un texto en común.


Financiamiento

Wikipedia es gratuita y no tiene publicidad, por lo que la falta de financiamiento ante su astronómico crecimiento puso en serio peligro el proyecto.

Tras una convocatoria en la página, en menos de 50 días medio millón de personas donaron 16 millones de dólares para evitar la debacle financiera que estaba por hacerla desaparecer de la red.

Para atraer a los donantes, el equipo de Wikipedia puso en marcha una mega campaña con banners en cada una de las entradas de la enciclopedia online. Así, lograron más de 500.000 donaciones para la “Fundación Wikimedia” provenientes de más de 140 países a un promedio de 22 dólares por aportante.


Una construcción colectiva de conocimiento


Son muchos y diversos las críticas que se le hacen a Wikipedia: que el autor de un artículo puede ser cualquiera y, encima, anónimo, que no está homologada por la ciencia, que tiene muchos errores, algunos intencionados, etc.

En cuanto a que cualquiera puede ser autor, justamente allí está la riqueza del proyecto. Su sistema de comunicación democrático y participativo es la clave de su crecimiento.

De eso se trata: de una construcción de conocimiento colectiva, comunitaria.

En cuanto a los errores, la gran mayoría fueron corregidos por los editores durante el mismo día. Además, en promedio, no tiene menos errores que cualquier enciclopedia tradicional.

Lo cierto es que, más allá de los debates sobre su confiabilidad, Wikipedia se convirtió en una referencia. Colectiva, gratuita, sin publicidad, y al alcance de millones.




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Redes y revueltas sociales: ¿Qué aprendemos de Túnez y Egipto?

ACTIVISMO Y NUEVOS MEDIOS

En los últimos días el mundo árabe se ha organizado, en gran parte a través de las redes sociales, para llevar adelante protestas que terminaron con la caída del ex presidente de Túnez, Ben Alí, y que se contagiaron a Egipto donde parece que Hosni Mubarak, tendrá que irse luego de ostentar el poder desde hace casi 30 años. Sin duda, es innegable ya, incluso para los más recalcitrantes conservadores que reniegan de las posibilidades del activismo digital, que las nuevas tecnologías y la Web 2.0 son una herramienta fundamental para los movimientos sociales de todo el mundo.

Por Hernán P. Nadal


Sin duda, los gobiernos y las corporaciones se sienten cada día más amenazados por estas herramientas que proponen una desregulación de la comunicación y la posibilidad de que los emisores de opiniones políticas se expandan exponencialmente. Últimamente, el suceso de WikiLeaks fue solo una muestra más de lo que pueden generar.

Estados Unidos, con su Patriot Act, y China, con su Gran Muralla, vienen desde hace tiempo perfeccionándose en el arte de controlar, espiar y censurar la información de sus ciudadanos y del mundo.

En estos días turbulentos para Egipto, el gobierno comenzó censurando varias redes sociales, en especial Twitter, lugar preferido por los manifestantes para organizar y coordinar sus protestas.

Los medios tradicionales, que en el último tiempo han ido descubriendo el poder de la Web social y su impacto en la política, están dando cuenta de lo profundo que es el cambio.

En un artículo publicado en CNN.com titulado ”Social Media at the front line in Egypt”, se analiza la Web social como fuente válida de información y el impacto que está teniendo en las revueltas del mundo árabe.

“A pesar de los intentos de bloquear Twitter, Facebook y otros sitios (el gobierno niega que fue el responsable), una página de Facebook en donde se promovían las protestas había conseguido juntar más de 80.000 seguidores, en comparación con alrededor de 20.000 el día anterior”.

Al Jazeera también reflejó esto y destacó los mensajes de apoyo que llegaban desde otros países.

“Takamit7 wrote: “Without revolution, there is no democracy. Without internet, there is no freedom. We Japanese support you!!?#Egyptian”

Traducción: Takamit7 escribió: ”.. Sin revolución, no hay democracia. Sin Internet, no hay libertad. Los japoneses los apoyamos! #Egyptian”

Frente a lo que estaba pasando, el gobierno egipcio reconoció que el control de la información se le estaba yendo de las manos y ordenó cortar todas las conexiones internacionales de los ISP. O sea, apagó la Internet del país.

En el blog de Renesys, nos cuentan como fue el apagón egipcio y aclaran:

“En una acción sin precedentes en la historia de Internet, el gobierno de Egipto ordenó a los proveedores de servicios cerrar todas las conexiones internacionales a Internet. Cada proveedor de Egipto, todos los negocios, bancos, Servicios de Internet, Páginas Web, las embajadas, las escuelas, y las oficinas del gobierno que trabajan con los cuatro grandes proveedores de Internet de Egipto están desconectados del resto del mundo. Link Egypt, Vodafone / Raya, Telecom Egypt, Misr Etisalat, y todos sus clientes están, por el momento, fuera del ciberespacio.”

Gracias a los gráficos publicados por The Huffington Post, vemos el resultado de desconexión obligada del país. (Ver imagen arriba)

Pero las sorpresas no terminan ahí. Gracias a Jorge Gobbi me entero que la tecnología usada para bloquear el país es norteamericana. Paradójicamente mientras Obama pide por la libertad de expresión en Internet, su país hace lobby por la empresa que ayuda a los dictadores a limitar esa libertad. Para leer más recomiendo esta nota de The Nation.

¿Qué aprendemos de lo que está pasando?

En principio la conclusión más rápida es que la antes vista como potencialidad de los nuevos medios para el activismo social ha quedado conformada y es ya una de las herramientas principales de organización y comunicación.

Sin embargo, también es claro que las corporaciones y gobiernos están cada vez más enfocados en encontrar los modos de controlarlo, espiarlo, manipularlo y en caso que no puedan lograrlo, impedir la libre circulación de ideas e información.

También vemos la fragilidad que aún tiene la red frente a ciertos ataques internos o externos derivados, que si bien fue pensada como una red distribuída, es una red descentralizada. Con desconectar-bloquear-intervenir algunos de los principales nodos se puede causar un daño importante. Sobre este tema recomiendo leer este post interesante de ALT140 titulado ¿Por qué es posible inhabilitar Internet?

Sin duda, cada día los activistas digitales tenemos que buscar nuevas maneras de comunicar nuestras causas y proteger nuestra información y a nuestros compañeros. Nunca hay que olvidar que todo lo que está digitalizado puede ser hackeado. Si bien, cuesta tiempo y esfuerzo, el tema seguridad es algo clave en todo tipo de actividad social en cualquier país del mundo. Como ejemplo reciente podemos recordar a los familiares de las víctimas del atentado de la AMIA espiados por un miembro del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que estaría vinculado al Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, o el espía británico Mark Kennedy que estuvo infiltrado y delatando a sus compañeros en una organización ecologista inglesa.

Sobre el tema seguridad un recurso muy interesante es Security in a Box, una serie de recomendaciones pensadas para organizaciones sociales de diversos lugares del mundo.

Una vez mencionado el tema seguridad, debemos pensar en como mantener la comunicación entre las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos interesados en participar. En el artículo de ALT140 se mencionaba la importancia de las redes P2P para este sentido ya que aseguran una cobertura mucho mayor y la posibilidad de protegerse de estos apagones. Existen incluso redes P2P que permiten asegurar la privacidad de la navegación.

Creo que sobre todo no se debe confiar todo el poder de comunicación de una causa a través de un solo canal. Por ejemplo, veo ahora muchas ONG que basan su comunicación con interesados y donantes exclusivamente a través de Facebook. Si bien esta red social, como otras, permite una masividad y una viralización de los contenidos interesantísima, impone siempre la limitante de ser un peaje entre el usuario y la ONG. Si bien Facebook no es reconocido por proteger la privacidad de sus usuarios, no nos permite acceder a los datos de las personas que son fans de nuestros grupos o páginas y contactarnos con ellos de otro modo. ¿Pero cuanto tardará Facebook en pasar esos listados a quienes estén haciendo un seguimiento de los “revoltosos”? Es más, hacer inteligencia sobre estas personas no requiere ningún conocimiento especial. Con solo entrar a cada grupo o página se puede ver quienes participan y tomar las medidas que estas corporaciones o gobiernos consideren necesario. En resumen, un peligro de exposición pública altísimo. Esto es lo que están denunciando en Facebook los participantes de las protestas en Egipto quienes publicaron que uno de los organizadores online fue identificado por el gobierno y está desaparecido.

Pensando como resistir a un ataque gubernamental como el egipcio, el sitio LifeHacker propuso una solución original: Volver a los viejos modems.

“A menos que el gobierno egipcio desconecte todas las líneas de teléfono, es posible que haya que recordar los tiempos en que nos conectábamos de un modo que la banda ancha ha relegado a la obsolescencia: el dial-up. Mientras no existan proveedores de Internet (ISP) egipcios que permitan el acceso a Internet a los ciudadanos de ese país, otros países lo harán, es decir, cualquier ciudadano egipcio con capacidad de hacer llamadas de larga distancia puede desempolvar su viejo modem 56k y acceder telefónicamente aun ISP en otro país. (Claro que va a ser una conexión lenta, pero asegurará la comunicación a pesar del corte)”

Existe una organización que trabaja para asegurar el acceso a Internet y a sus herramientas en todo el mundo. Quienes estén interesados puede ver su sitio https://www.accessnow.org/

Otra opción a analizarse es trabajar en conjunto con radioaficionados locales para que transmitan la información a colegas de otros países y ellos puedan transcribirla y publicarla en medios digitales. Las frecuencias de radio también pueden utilizarse para transmitir información de Internet a través de servicios como http://www.airmail2000.com/

También se pueden hacer redes wifi abiertas en donde todos puedan acceder y ayudar a difundir la información de una manera totalmente descentralizada.

Por supuesto existe también la posibilidad de utilizar conexiones de Internet satelital. Sin embargo, el costo es bastante restrictivo para el público en general y se requiere de equipo que no tienen muchas personas.

Todas estas respuestas se enfocan más en solucionar el contacto con el exterior del país, pero no son una solución masiva que permita trabajar y organizar a todas las fuerzas de la sociedad civil al interior de un país. Sin embargo, como me recordó un colega griego, tenemos una buena noticia: las revoluciones existían antes de Internet. Con lo cual, en estos momentos el activismo tiene que volver a sus fuentes y reforzar los canales tradicionales de activación.

¿Cómo se imaginan soluciones frente a los ataques de este tipo realizados por gobiernos o corporaciones?

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Sundance y el arte de la democracia

FESTIVAL DE CINE INDEPENDIENTE DE SUNDANCE

Todos los inviernos, el Festival de Cine de Sundance transforma este pequeño pueblo de alta montaña en un bullicioso centro de la industria cinematográfica. Aunque gran parte de la atención se centra en las personas famosas que asisten, en realidad, Sundance se ha convertido en un lugar de encuentro fundamental, donde el arte, el cine, la política y la disidencia se entrecruzan. Aquí se estrenan muchos de los documentales más impactantes e inspiradores realizados durante el año, películas sobre auténticas luchas de base que dan cuenta de los vaivenes de la historia de la justicia social y los temas más candentes de la actualidad. Películas que enseñan e inspiran a una audiencia cada vez más grande sobre la verdadera naturaleza y el costo de la democracia directa.

Por Amy Goodman (desde Estados Unidos)


"La última montaña," cuyo título en inglés es "The Last Mountain," es un documental que trata sobre la amenaza que acecha actualmente a la montaña Coal River Mountain en Virginia Occidental: la extracción de carbón a cielo abierto, una de las formas de minería más devastadoras del medioambiente que se lleva a cabo hoy en día, podría hacer desaparecer a esta montaña. Los principales culpables son la empresa de carbón Massey Energy y su ex director general, Don Blankenship. Una amplia coalición de activistas de todo el mundo ha intentado activamente detener a Massey. Esta coalición es impulsada por gente común, trabajadores de las poblaciones cercanas y de las aldeas de los Apalaches. Robert F. Kennedy Jr., ambientalista y abogado de larga trayectoria, se unió a ellos en esta lucha y aparece en la película. Le pregunté sobre la lucha que llevan adelante:

"La película trata sobre la subversión de la democracia estadounidense. El año pasado, con el fallo dictado en el caso "Citizens United contra la Comisión Federal Electoral" por el cual se autoriza a las grandes corporaciones a destinar sumas ilimitadas de dinero a la campaña publicitaria de los candidatos, la Corte Suprema anuló un precedente estadounidense que había sido incuestionable durante un siglo y se libró de una ley aprobada en 1907 durante la presidencia de Teddy Roosevelt que protegía al sistema democrático de la gran concentración de riqueza que había generado una cleptocracia corporativa durante la época dorada, tiempos en que los estadounidenses habían entregado su democracia… Por primera vez desde la época dorada, vemos cómo ese tipo de concentración económica regresa a nuestro país."

Kennedy se refirió a la subversión del rol de la prensa, los tribunales, el Congreso y los parlamentos estatales ejercida por el poder corporativo: "Pienso que la erosión de todas estas instituciones de la democracia estadounidense llevó a la gente que se preocupa por el país y por la salud cívica a emprender estas campañas de desobediencia civil y de acción a nivel local."

Este es un mes histórico para Robert Kennedy Jr. Es el cincuenta aniversario de la asunción de su tío John Kennedy como presidente y también de la asunción de su padre, Robert Kennedy, como Fiscal General. Le pregunté por el legado de estos dos políticos, ambos asesinados.

"Para mí, lo más importante que hizo John Kennedy, y que también trataba de hacer mi padre, fue oponerse al complejo militar-industrial. El Presidente Eisenhower, en su discurso final, justo antes de que mi tío tomara las riendas del poder, dijo que el complejo militar-industrial constituía la mayor amenaza contra la democracia estadounidense en la historia de la república. El crecimiento descontrolado del complejo militar-industrial, unido a las grandes corporaciones e influyentes miembros del Congreso, que lenta pero sistemáticamente venían privando a los estadounidenses de sus derechos civiles y constitucionales, derechos que habían hecho de éste un país ejemplar, era la mayor amenaza para el país."

Aquí en Sundance, en lo que fue uno de los momentos más emotivos, Kennedy, recién llegado del funeral de su tío Sargent Shriver (fundador de la organización Cuerpos de Paz), salió al escenario luego de la proyección de "La última montaña" y recibió el abrazo de Harry Belafonte, en torno a cuya figura se desarrolla la película que inauguró el festival de este año "Canta tu canción," una impactante biografía del cantante y activista que es realmente una crónica de los movimientos por la justicia racial y económica del siglo XX.

Belafonte fue uno de los confidentes más cercanos del Dr. Martin Luther King Jr. Hablé con Harry acerca de su trayectoria como activista y de lo que piensa del Presidente Barack Obama. Me dijo: "Durante su campaña para la presidencia, en un acto en el que Obama estaba hablando ante empresarios de Wall Street en Nueva York le dije: 'Bueno... espero que se haga cargo del desafío con más contundencia,' y él me respondió: 'Bueno… usted y Cornel West, ¿cuándo me van a dar un respiro?' A lo que contesté: '¿Qué le hace pensar que no se lo damos?'"

Belafonte era amigo de Eleanor Roosevelt, la esposa del Presidente Franklin Roosvelt. Ella le contó una conversación entre su marido y A. Philip Randolph, uno de los principales organizadores de la "Marcha de Washington por el trabajo y la libertad" en 1963 y, antes de eso, el principal impulsor del sindicato de trabajadores negros del ferrocarril, Brotherhood of Sleeping Car Porters. Randolph le explicó a Roosvelt qué hacía falta para que mejorara la situación de las personas negras y de los trabajadores del país y Roosevelt le dijo que no discrepaba en nada con lo que acababa de decir. Al contarme la historia aquí en Sundance, Harry se recostó en su silla y repitió lo que Roosevelt le dijo a Randolph: "Salgan a la calle y oblíguenme a hacerlo."

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Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Traducido por Fernanda Gerpe, editado por Gabriela Díaz Cortez.
Democracy Now!

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Foro Social Mundial: 10 años después

UNA DÉCADA DE RESISTENCIA AL NEOLIBERALISMO

Diez años después de su primera edición, el Foro Social Mundial (FSM) vuelve África, en un escenario mundial muy diferente al de 2001. En ese entonces la hegemonía del modelo neoliberal aún era grande, la economía mundial no había entrado en crisis y, principalmente, América Latina aún estaba dominada por gobiernos neoliberales, con excepción de Venezuela y Cuba. Transcurrida una década, el mundo cambió. La crisis económica, nacida en el centro del capitalismo, llevó a las mayores potencias a la estagnación, de la cual aún no consiguen salir, mientras los países del Sur del mundo, que privilegian la integración regional y no los TLC con Estados Unidos, ya la superaron y volvieron a crecer. El modelo neoliberal perdió legitimidad, aunque siga dominante, incluso con afirmaciones en contrario y con adecuaciones.

Por Emir Sader


A pesar de todo eso, por debilidad de las alternativas a la izquierda, el mundo se volvió todavía más conservador de lo que era hace una década. Incluso la victoria de Obama y el fin del desprestigiado Bush, no alteraron esa tendencia. La Europa de Merkel, Berlusconi, Sarkozy, Cameron, de las agudas crisis con los respectivos paquetes del FMI en Portugal, Grecia, Irlanda, Portugal, viró aún más a la derecha.

La gran excepción es América Latina, no por casualidad el continente donde se originó el FSM. En estos diez años, a la par que se llevaban a cabo los FSM, el continente fue eligiendo, uno atrás del otro, presidentes comprometidos con la construcción de modelos alternativos al neoliberalismo al que derrotaban en las urnas. Nunca el continente tuvo tantos gobiernos afines entre sí y en la línea pos neoliberal que prioriza los procesos de integración regional en lugar de los TLC con Estados Unidos y las políticas sociales en lugar de los ajustes fiscales.

En el FSM anterior, en Belén, la presencia más significativa fue la de 5 presidentes, todos latino-americanos, afirmando su compromiso con la construcción de un otro posible. Todos al margen de la política tradicional: un arzobispo relacionado con el movimiento campesino paraguayo, un dirigente indígena boliviano, un intelectual del pensamiento crítico ecuatoriano, un líder militar nacionalista venezolano, un líder sindical brasileño.

Los cinco representan un movimiento más amplio – que incluye también a Argentina, a Uruguay, El Salvador – que construye los únicos procesos de integración -Mercosur, Unasur, Consejo Suramericano de Defensa, Banco del Sur, Alba, Unión de los Pueblos Latinoamericanos – que determinó que esos países hayan avanzado significativamente en su recuperación económica, en la disminución de las desigualdades sociales, en la extensión de los derechos sociales a toda su población, en la afirmación de políticas externas soberanas. América Latina se convirtió en la única región del mundo en la que los gobiernos se identifican con el FSM y avanzan en la superación del neoliberalismo.

Las propuestas del FSM conquistaron espacios en esta década, entre ellas tal vez ninguna como el software libre, instrumento del derecho universal a la comunicación. Algunos gobiernos adoptaron modalidades de regulación sobre la libre circulación del capital financiero. La recuperación de los recursos naturales privatizados – entre ellos el agua – fue llevada a cabo por gobiernos latinoamericanos. La idea de que lo esencial no tiene precio, generalizando derechos para todos, ha sido igualmente llevada a la práctica por gobiernos pos neoliberales en América Latina.

Sin embargo, lamentablemente, la crisis económica general no fue capitalizada por alternativas progresistas en otras regiones, especialmente en Europa. En otros temas del FSM tampoco se pudo avanzar por falta de fuerzas políticas, con arraigo popular y capacidad de liderazgo, que pudieran transformarlos en políticas concretas.

Donde eso fue posible, donde se dieron avances reales en la construcción del otro mundo posible, fue cuando la fuerza social – de masas– e ideológica – de propuestas– logró transformarse en fuerza política concreta, disputar el poder del Estado y, a partir de ahí, conquistar gobiernos para superar el neoliberalismo. En distintos grados, eso se está dando en Bolivia, en Brasil, en Argentina, en Venezuela, en Uruguay, en Ecuador. Porque medidas para superar el neoliberalismo constituyen la recuperación de la capacidad del Estado para inducir el crecimiento económico, para garantizar y extender derechos sociales, para defender la soberanía nacional, para regular la circulación del capital financiero, entre otras.

Por eso, el otro mundo posible, que tiene necesariamente que trascender de la esfera social hacia la política, encuentra en los gobiernos pos neoliberales de América Latina sus puntos más avanzados. Mientras que fuerzas que permanecen auto-recluidas en la resistencia social, se debilitaron, perdieron trascendencia e incluso desaparecieron, al no poder poner en ejecución formas concretas de superación del neoliberalismo.

El FSM de Senegal se da en ese marco político general. En el anterior, hace dos años, predominó una cierta euforia ingenua y espontaneista, de que el neoliberalismo –e incluso el capitalismo– estarían llegando a su final. Estos dos años reforzaron el argumento de que, sin construcción de fuerzas políticas capaces de dirigir procesos concretos, que pasan por los Estados – los existentes o los refundados-, no habrá avances o puede incluso haber retrocesos.

El otro mundo posible está siendo construido concretamente en la América Latina, mediante diferentes modalidades de gobiernos pos neoliberales, que deben constituirse en la referencia más rica – en sus realizaciones, potencialidades y también en sus conflictos – para avanzar en los ideales que el FSM representó hace 10 años. Sin embargo, si no supera él mismo los límites que se autoimpuso, amenaza seguir girando en falso, disociado de los procesos realmente existentes de construcción del otro mundo posible.

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Emir Sader, sociólogo y cientista político brasileño, es profesor de la Universidad de São Paulo y dirige el Laboratorio de Políticas Públicas (LPP) de la Universidad del Estado del Río de Janeiro.

http://www.alainet.org/



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Pensar la emancipación: democracia directa, economías locales, autorregulación social y gestión colectiva de los bienes comunes

PRÁCTICAS ALTERNATIVAS

Es urgente pensar una salida desde los pueblos a la catástrofe capitalista. Es indispensable, además tratar de contar con algunas coordenadas de lo que llamamos emancipación y de lo que imaginamos es un mundo otro. Pero para pensar esas alternativas no hay que buscar arriba sino abajo y mirar lo que como germen, en los márgenes del mundo, constituye otra cosa distinta al capitalismo. Esos procesos luchan por permanecer y generan tensiones y conflictos con lo existente y lo dado, lo hegemónico y el poder. Aquí cuatro ideas de cómo la democracia directa, la autorregulación social, las economías locales y la gestión colectiva de los bienes comunes son prácticas propuestas desde la praxis rebelde por todo el orbe.

Por César Enrique Pineda Ramírez (desde México)


“Decir que no puede haber sociedad sin relaciones de poder no quiere decir ni que aquellas que están dadas sean necesarias, ni que de todos modos el poder constituya en el corazón de las sociedades una fatalidad inevitable, sino que el análisis, la elaboración, el cuestionamiento de las relaciones de poder y del agonismo entre relaciones de poder e intransitividad de la libertad son una tarea política incesante, y es incluso aquélla tarea política inherente a toda existencia social”

M. Foucault

Prácticas de autodeterminación contra la lógica de la hegemonía estatal partidaria

Las prácticas emancipatorias de varios movimientos sociales contienen en sí mismas un cuestionamiento radical antisistémico. Dichas prácticas están cuestionando que la sociedad deba ser gobernada por un cuerpo especial de personas, que exista una separación entre gobernados y gobernantes y que haya una sola forma de ejercer el gobierno y la justicia.

Haciendo una analogía, si todos sabemos que el capitalismo funciona a partir de la separación de los productores de los medios de producción, el Estado capitalista desarticula los medios colectivos de decisión, expropia progresivamente para sí, las relaciones de mando, centralizando en su estructura el monopolio de la decisión, haciendo exclusiva del Estado la facultad de nombrar y normar.

Las juntas de buen gobierno zapatistas, que funcionan a partir de una intensa rotación entre todos los integrantes de las comunidades de la organización indígena rebelde, cuestionan con su práctica que deban ser expertos quienes gobiernan y que deba haber una clase dedicada con exclusividad a ello. Muchas de las prácticas de los pueblos indios organizados en resistencia en Mesoamérica y el mundo andino, cuestionan la homogeneidad estatal, construyendo una ingeniería democrática alternativa sobre la base de la participación horizontal con mecanismos que, desde lo local, desbordan la forma liberal estatal y subrayan la noción de plurinacionalidad en contraposición al modelo único de sistema de gobierno y justicia.

Estas prácticas que tienden a tener densidad importante en los sectores rebeldes de los pueblos indios aunque no son exclusivas de ellos, constituyen una posibilidad real, no sólo formal o ideal, de relaciones embrionarias o prefigurativas de una nueva esfera pública, no estatal. Son prácticas que hacen a los pueblos, comunidades y colectividades tomar su suerte en sus manos en un proceso dinámico y constante de construcción, de auto institución, de autogobierno.

Si bien las prácticas emancipatorias de una democracia comunal se desarrollan de manera más intensa y compleja al interior de los pueblos indígenas organizados o en rebeldía, las innovaciones sociales alternativas, como hemos dicho, no son practicadas sólo en ellos.

En una importante franja de colectivos, movimientos, redes, procesos y luchas se privilegian relaciones de una democracia radical basada en el espacio asambleario, en las relaciones cara a cara, en decisiones por consenso y no por votación, en representaciones acotadas a la voluntad colectiva, en metodologías alternativas de deliberación, en el cuestionamiento de las relaciones de poder al interior de los procesos. Estas relaciones se desarrollan en los pequeños espacios micropolíticos de una democracia radical anclada en la participación más o menos igualitaria de quienes integran lo colectivo. Pero, si desde el pequeño espacio asambleario se prefiguran los mecanismos, formas, dispositivos, ética y racionalidades alternativas al sistema representativo liberal, también se han comenzado a crear sistemas de asambleas, coordinación, deliberación y decisión masivos. El Frente Popular Darío Santillán, que reúne a más de 50 organizaciones de 9 provincias argentinas, ha creado mecanismos que combinan representaciones limitadas con procesos de deliberación descentrada, dispositivos de decisión horizontal con delegaciones acotadas entre organizaciones multisectoriales que abarcan desde estudiantes y desocupados hasta grupos culturales, desmontando la idea de que la diversidad y la lejanía territorial son un obstáculo para la toma de decisiones. Los procesos masivos de participación y deliberación colectiva, como los Congresos del Movimiento Sin Tierra en Brasil y las representaciones de más de cinco mil comunidades de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), apuntan en el mismo sentido. De nueva cuenta, la democracia radical supracomunal y regional de las juntas de buen gobierno zapatistas aglutinadas en cinco regiones indígenas, indican que estas prácticas emancipatorias no sólo son posibles en microespacios políticos locales sino que se puede ir mucho más allá de lo local.

Si observamos estas prácticas de emancipación, es clara la tensión que se constituye con el Estado liberal, aunque esté ocupado por los partidos o fuerzas progresistas ya que, la forma del Estado, está diseñada para la administración y subordinación de los gobernados desde arriba y desde afuera: la separación entre gobernados y gobernantes es su base de funcionamiento, con una identidad burocrática anclada en la representatividad delegativa. Es además, una representación dominada por la clase política, especializada en el poder, aunque ésta sea progresista, de izquierda, o incluso revolucionaria o anticapitalista. La forma del Estado liberal-burgués captura, disciplina, organiza y cerca, aprisionando, deteniendo la potencia emancipatoria de estas prácticas.

La tensión es evidente. Las prácticas emancipatorias señalan que quien debe decidir es la gente misma organizada desde abajo para ello. La forma estatal dominante señala que debe ser la clase gobernante quien decide. Las prácticas emancipatorias señalan que, además, se debe decidir de abajo hacia arriba, entre todas y todos. La forma estatal dominante señala que la forma de decisión por antonomasia de la democracia es la representación y la separación. Las prácticas emancipatorias señalan que puede realizarse otra democracia desde la organización directa de las comunidades, barrios y colectividades.

La forma estatal señala que la organización y hegemonía partidaria es la única forma de síntesis de la voluntad colectiva. Las prácticas emancipatorias dispersan el poder, la forma estatal concentra, centraliza y constituye hegemonía para poder gobernar. De ahí la primera contradicción.

Prácticas de autorregulación contra la lógica de asistencia subordinada

Las prácticas emancipatorias desde abajo muestran, por otro lado, la construcción de nuevas culturas del trabajo y de apropiación del excedente con valores y normas alternativos anclados en la regulación social autogestionada de la educación, la salud, la seguridad, la comunicación y la producción.

Estos proyectos de creación y producción colectivos son ensayos, experimentos de gestión de la vida humana que desbordan la forma social capital y la forma social estado. Son actividades prácticas de cooperación, de autorregulación colectiva y trabajo útil que impugnan la propiedad y el monopolio del diseño, gestión, ejecución, implementación y readecuación de las necesidades y emprendimientos colectivos que reordenan la división del trabajo, dispersan y socializan los conocimientos y saberes y tratan de superar la división entre quienes piensan y quienes ejecutan.

Radio Ñomndaa [2] que significa la palabra del agua, en la montaña de Guerrero, gestiona la información radiofónica de manera colectiva. Con la participación de comités de barrio y de comunidad que constituyen un espacio colectivo coordinado, agrupa las necesidades y posibilidades comunicativas que surgen desde abajo. Radio Ñomndaa no consulta a la gente de abajo, es una radio constituida por los hombres y mujeres comunes y sencillos que gestionan la información, producción, contenidos y locución en base a sus propias necesidades y prioridades locales enlazándose en su propia lengua, el amuzgo, con la realidad nacional e internacional a través de un consejo colectivo. Radio Ñomndaa transmite sin el permiso del Gobierno mexicano. Cuando, después de haberlos hostigado y girarles órdenes de aprehensión por transmitir sin permiso, las instituciones se acercaron a ellos para ofrecerles legalizarse, el equipo de coordinación llevó la decisión a los pueblos. La respuesta de Radio Ñomndaa al Gobierno fue emblemática: dijeron que ellos no necesitaban el permiso del Gobierno Federal porque transmiten con el permiso otorgado por sus propios pueblos. Uno de sus integrantes protestaba diciendo: “Cualquier pueblo, de cualquier parte del mundo, tiene derecho de pensar y de decir. Y de decir las palabras no solamente así sino a través del aire, a través de la frecuencia. Y la frecuencia no es de una persona, no es del que tiene más dinero, la frecuencia, el aire, es de todos nosotros”. Radio Ñomndaa es sólo uno de los ejemplos más brillantes de una constelación de radios comunitarias, libres o alternativas que desarticulan las relaciones de propiedad y monopolio de los medios y que gestionan y socializan la información desde abajo.

Tacurú [3] - en guaraní se le llama así a los hormigueros gigantes -, es una red de nucleamientos barriales entre consumidores y productores que reivindica el trabajo digno y autogestivo, la producción ecológica y la elaboración sana de los productos. Es una red de comercialización y servicios anclada en valores no mercantiles aunque exista mercado dinerario. Sin embargo, ellos mismos manifiestan que este proceso, que elimina a los intermediarios y construye economías locales en Buenos Aires, es un proyecto de economía alternativa y transformación social. Es similar al proyecto de Bajo El Asfalto Está la Huerta [4], el BAH!, que reúne a productores que han tomado tierras en el espacio periurbano español para luego distribuir directamente sus productos entre grupos organizados de consumidores. Estas redes, son sólo ejemplos de un fuerte movimiento de base por una economía alternativa. El BAH!, una microexperiencia en el estado español reivindica, curiosamente, lo mismo que reivindica la Vía Campesina Global, una macroarticulación de más de 148 organizaciones de 69 países. Desde lo local el BAH! y desde lo global Vía Campesina, analizan y advierten que sólo las economías campesinizadas, los mercados locales y la producción tradicional de los pequeños agricultores son sostenibles y que la agroindustria monopólica global y el monocultivo son los que destruyen al planeta. En los hechos, el BAH!, el MST o Vía Campesina con sus cultivos tradicionales están enfriando al mundo del calentamiento global.

La Policía Comunitaria [5], se desarrolla en la parte céntrica de la zona me`phaa, tlapaneca, de la montaña de Guerrero, muy cerca de la zona na saavi, mixteca. Surgida en 1995, aglutina a más de 70 comunidades indígenas. Frente a los altos índices de delincuencia, asesinatos y violaciones en la zona, las comunidades se reunieron y tomaron una decisión. Construir su propio sistema de seguridad anclado por un lado en una policía comunitaria con efectivos designados por las propias comunidades de manera rotativa, que cuida caminos, comunidades y ríos, zonas de protección decididas por las propias comunidades y, por un sistema de justicia basado en los principios de justicia pública y colectiva, en el que son varios los ojos que evalúan a quien comete errores. Los conflictos más graves se resuelven en asamblea, son ejecutados por las autoridades de los mismos bajo el cuidado del consejo de ancianos y de principales. Se forma una asamblea regional, supracomunitaria para evaluar los casos más difíciles. Ello, para impedir que se cometan errores o arbitrariedades en la impartición de justicia. Este sistema tiene como principio considerar a quienes han cometido una falta, no como delincuentes sino como vecinos e integrantes de la colectividad que deben reintegrarse a la misma a través del trabajo comunitario. Dicha práctica cuestiona la validez y la necesidad de un solo sistema de justicia, señala la ineficacia estatal y reivindica el control colectivo de la seguridad, así como también objeta los principios de la justicia dominante.

Podríamos continuar con numerosas experiencias de autorregulación: desde el centenar de fábricas sin patrón en Argentina que cuestionan la forma y organización productiva al interior de la fábrica, hasta los mecanismos de cultura colectiva de los centros sociales italianos, desde la coordinadora del agua y su propuesta de propiedad social en Bolivia, hasta los bachilleratos populares argentinos y la educación de los sin tierra que cuestionan la lógica del saber y la construcción del conocimiento científico y educación tradicionales; desde comunidades de producción colectivos hasta barrios completos autoorganizando la vida común. Desde mecanismos de justicia como la policía comunitaria que hemos narrado, hasta dispositivos de seguridad colectivos como los realizados en el Alto en Bolivia; desde radios comunitarias gestionadas colectivamente como Radio Ñonmdaa hasta redes de producción, distribución y comercio que reordenan la relación del trabajo y del consumo como Tacurú. Desde los huertos comunitarios urbanos en Montevideo, hasta la autoorganización para el mantenimiento de la red eléctrica en la zona costa de Chiapas. Desde algunos de los procesos de Heliópolis en Brasil hasta la democracia directa en Cristian, Dinamarca. Desde agrovillas hasta pueblos, desde microproyectos hasta comunidades urbanas masivas.

Estas prácticas de autorregulación entran en tensión con las lógicas estatales de subordinación, funcionalización e instrumentalización, entendiendo que la dominación requiere de la des-organización de los subalternos y que los dispositivos de la obediencia se basan también en la necesidad material, subjetiva y discursiva de la heteronomía, de la dependencia del dominado frente al dominador. Pero, la autonomía o independencia material e inmaterial que desarrolla la autogestión, rompe muchos de los vínculos de las relaciones de mando-obediencia y rompe con la ilusión de la necesidad de protección, dirección y providencia del Estado. Desborda la ejecución externa, cuestiona sus valores y determinaciones y, reordena las relaciones y potencias de creación, deliberación, experiencia y vida gestionadas desde abajo.

De nueva cuenta, la tensión es evidente. Existen desde abajo lógicas de multiplicidad contra las lógicas de centralización. La autorregulación y autogestión (Cattani, 2004) contradicen la lógica asistencial, de correa de transmisión y dependencia que se utiliza desde el Estado. Las prácticas emancipatorias señalan que quien ejecuta y quien decide cómo se ejecuta y gestiona lo propio y la vida es la misma gente de manera directa. Las prácticas de sujeción estatales empujan a volverse reflejodependientes (Mirza, 2006) de los dispositivos partidarios y estatales que dan la ilusión del amparo a la gente misma.

Prácticas del bien común contra la lógica extractivista-desarrollista

Por último, están las prácticas del bien común. Las luchas que hemos decidido llamar socioambientales (Navarro y Pineda, 2009)no sólo le están dando un severo dolor de cabeza al capital global extractivo de materias primas y bienes comunes sino también a todos los gobiernos que, aliados de dichos capitales, no pueden ver otra forma de crecimiento económico por el otro. Desaceleran, boicotean, obstruyen y, en algunos casos, detienen la acumulación basada en el capital inmobiliario y a los gobiernos que aliados a éste creen que más cemento es más desarrollo.

Como hemos dicho en otro lado, estos movimientos tienen una importancia estratégica porque, si la huelga fue el mecanismo para rebelarse al capital al interior de la fábrica, hoy el bloqueo y la obstrucción de la extracción, el desecho y los megaproyectos, es la desobediencia a la lógica del capital fuera de ella.

En Nigeria, el Movimiento por la Emancipación del Delta del Níger en confrontación con las petroleras extractoras, ha logrado a pesar de una feroz represión, que la producción diaria baje de 2 millones y medio de barriles a menos de millón y medio[6]. En Chile, el movimiento indígena mapuche, ha recuperado más de 17 mil hectáreas de tierra[7], avanzando sobre el latifundio y siendo un verdadero obstáculo para las empresas forestales. En México, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, detuvo un proyecto aeroportuario que le despojaría de sus tierras colectivas y, hasta el momento de escribir estas líneas, el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota, había obstruido un megaproyecto hidroeléctrico que lo apartaría del río Papagayo y de sus tierras. Cada proyecto de inversión rebasaría los 1000 millones de dólares.[8] La Unión de Asambleas Ciudadanas, a partir de la movilización y la lucha popular, ha logrado que en diversas provincias y municipalidades argentinas se legisle prohibiendo la minería a cielo abierto y las fumigaciones contaminantes. La Asociación Ya Basta ha destruido el campo de cultivo de maíz transgénico que, en Italia, abría la puerta a dicha producción.

Las prácticas, discursos y análisis de estos actores, entran en abierta confrontación con aquellos gobiernos que repliquen el extractivismo y el desarrollismo como modelos de crecimiento. Las prácticas emancipatorias cuestionan las bases mismas de la producción capitalista y la relación dineraria (Leff, 1998 y Sotolongo y Delgado, 2006). Cuestionan la lógica del capitalismo verde y del crecimiento sostenible, falsas soluciones que dejan intactas las relaciones de explotación del mundo no humano. Señalan que el crecimiento productivo infinito es insostenible e inviable. Algunos de estos movimientos proponen como ejes alternativos la soberanía alimentaria (anclada en la producción local y el mercado local), el descentramiento energético (sistemas medianos y pequeños de abastecimiento de energía sustentable) y la gestión colectiva de los bienes comunes, gestión que, por supuesto, no es privada y tampoco es estatal. Es decir, el cuidado, gestión, preservación y usufructo colectivo del agua, los bosques y la biodiversidad, desde las colectividades diversas y polifónicas autoorganizadas.

Mientras estas prácticas proponen una nueva racionalidad productiva, la lógica extractivista-desarrollista mantiene el modelo intacto. Mientras estas prácticas valoran como inconmensurables y no mercantilizables a los bienes comunes, la lógica de crecimiento nacional necesita de la extracción y usufructo mercantil de ellos. Mientras estas prácticas empujan hacia una producción descentrada que internalice las condiciones ecológicas y sociales del llamado desarrollo, la lógica estatal de crecimiento soslaya y vuelve secundarias estas contradicciones. Mientras estas prácticas apuntan hacia un desarrollo endógeno local autodeterminado, la lógica nacional-estatal está orientada hacia el desarrollo nacional conectado a las necesidades del sistema-mundo. Mientras estas prácticas luchan contra el despojo, la racionalidad estatal ve este proceso como un daño colateral de un objetivo mayor. Mientras estas prácticas señalan que la naturaleza no tiene dueño, la lógica estatal necesita de la apropiación de la tierra, el territorio y los bienes comunes para el crecimiento.

Prácticas de sujeción del pensamiento

Aunque estas tres contradicciones nos parecen primordiales, de manera paralela existen algunos equívocos que provocan una tensión en el pensamiento y derivan en confrontación política. Éstos tienen que ver con la manera de pensar y mirar estas prácticas emancipatorias. Mencionamos brevemente al menos tres de ellas.

El primer equívoco se relaciona con el sujeto que construye las prácticas emancipatorias. En este sentido, se cuestiona que los pueblos indios, atravesados por relaciones de opresión, dominación y exclusión, puedan ser el sujeto de cambio. Se critica además que la clase haya sido sustituida, en beneficio del pensamiento neoliberal, por conceptos como sociedad civil o bien por las luchas que algunos llaman nuevos movimientos sociales, especialmente la lucha de género, de preferencia o diversidad sexual y el ecologismo. El problema de este señalamiento es que, en el fondo, mantiene una premisa que al menos está en discusión y es la del sujeto revolucionario. Desde la negatividad, se critica que estos nuevos sujetos puedan ser hoy el centro de la lucha, totalizando y construyendo un nuevo esencialismo negativo. En el pasado, la preeminencia del proletariado como vanguardia llevó a esconder sus propias contradicciones. Hoy, los sectores sociales emergentes pareciera que no cumplen con las condiciones para ser el nuevo sujeto revolucionario. Sin embargo, el problema no son los sujetos ni su grado revolucionario. El problema es la matriz de pensamiento para evaluarlos. Desde esta matriz, se privilegia la identidad del sujeto y no su accionar y su práctica. El problema es que lo relevante, al menos desde el pensamiento crítico, no es tanto la búsqueda de una esencia o destino histórico de un sujeto, sino las prácticas concretas de insubordinación, antagonismo, emancipación y lucha, la cuales no coinciden, ni coincidieron, ni coincidirán con una identidad específica o con el lugar que se ocupa en la cadena de producción. Ese error analítico se cometió en el pasado y se comete de nuevo hoy. Estas prácticas de lucha se realizan de manera contradictoria, polifónica, diversa, heterogénea, plebeya o clasemediera, rural o urbana, proletaria o desocupada, indígena, mestiza, negra o criolla. La lucha no coincide con una identidad específica, lo que no invalida que también se luche desde ella.

El segundo equívoco es similar al primero pero no tiene que ver con señalamientos sectoriales sino territoriales. Se afirma que estas prácticas no tienen cabida ya en el mundo urbano moderno. Que el colectivismo y el comunitarismo pueden funcionar en las áreas rurales atrasadas pero no en el cosmopolitismo global de las ciudades. Acá, en las ciudades, ya hay otra cosa. Sin embargo, este señalamiento, aún más débil que el primero, construye un nuevo esencialismo. Las opciones comunitarias actuarían con base en una especie de identidad genética cultural indígena o campesina que hace funcionar dichas prácticas. Por un lado, es una visión ahistórica que echa por la borda innumerables experiencias colectivistas urbanas del pasado que hoy mismo siguen funcionando. Por el otro, omite analizar que no es la identidad del sujeto la que determina las relaciones sociales sino las relaciones de opresión, dominación y explotación del capital y del Estado que, precisamente, tienen mayor densidad en las ciudades o, mejor aún, éstas, son productos de dichas relaciones de poder y sujeción de los individuos. Por último, no se reconoce que las relaciones sociales son construcciones históricas, cuya memoria, identidad, colectividad y comunidad pueden recuperarse en ciertos casos, pueden fortalecerse donde existen y pueden recrearse y construirse donde se han perdido por completo.

El tercer equívoco, el más común, es la acusación que señala que estas experiencias están idealizadas y que, con sus contradicciones, será imposible aproximarse a una alternativa más avanzada. La respuesta a ello tiene dos dimensiones. La primera es que, al menos desde una parte del pensamiento crítico y desde una parte de estas prácticas alternativas, estamos concentrados en reflexionar y actuar para resolver los nudos de estas prácticas emancipatorias. El problema no es el purismo aunque haya algo de ello en varias experiencias; el problema no es el sectarismo aunque fuertes rasgos existan en otras más; tampoco el problema es que existan contradicciones entre discurso y prácticas. Más bien, las preguntas relevantes serían: ¿cómo se mantienen estas experiencias en el tiempo?, ¿cómo no son aisladas por el entorno y por sí mismas?, ¿cómo pueden sobrevivir en medio del asedio de la cooptación y la represión estatal y de las fuerzas centrífugas del capital?,¿ cómo se estabilizan, crecen y se masifican aún más estas experiencias?, ¿cómo se construyen más y mejores articulaciones y cómo avanzan sin instrumento partidario?; y, en especial, ¿cómo estas prácticas pueden volverse una práctica generalizada contra la hegemonía imperial, del mercado, del estado, sus partidos y la alienación generalizada?. En efecto, sin resolver estas preguntas, las prácticas emancipatorias que hemos descrito pueden relativizarse, pueden ser destruidas o pueden estancarse sin significar una alternativa para el mundo.

¿Por qué estas prácticas emancipatorias son tan importantes? ¿Por qué debemos centrarnos en ellas incluso cuando abierta y directamente contradicen a gobiernos que el sentido común evalúa como mejores que las opciones neoliberales del pasado? ¿Por qué hemos enfatizado de manera radical las prácticas de autodeterminación, autonomía, autorregulación autogestión y prácticas colectivas de gestión del bien común?. Tenemos tres razones.

En primer lugar por su sentido heurístico y su sentido epistemológico. Estas prácticas muestran lo que es, lo que no es y lo que es posible. Desde sus potencias rebeldes e insubordinadas abren al conocimiento y a nuevos saberes. Si se mira desde la lógica de antagonismo e insubordinación se comprende la lógica de la dominación, la explotación y el desprecio. Si se mira desde estas prácticas rebeldes, es posible desarrollar una teoría de la potencia y no un análisis de los límites. Un pensamiento de la liberación y no una teoría de la sujeción. Estas prácticas abren el pensamiento colectivo. Son además el termómetro para el pensamiento crítico que evalúe las políticas y orientaciones de los gobiernos progresistas ¿qué tanto estos gobiernos admiten o rechazan, integran o bloquean las prácticas emancipatorias que hemos descrito? La mirada resultante de una evaluación así, será muy distinta al sentido común tradicional de la izquierda ortodoxa. Si se mira desde arriba sólo podremos ver políticas de gobierno, acuerdos multinacionales, crecimiento económico, combate a la pobreza y soluciones similares. Si miramos desde abajo, el mundo se abre a una polifónica diversidad de alternativas poscapitalistas.

La segunda razón las prácticas emancipatorias señalan de manera radical que la gente común, sencilla, puede decidir, puede ejecutar y puede gestionar su propia vida. Este señalamiento es la base de la desarticulación de la dominación del mercado pero también, y esto es importante, del Estado. Es un planteamiento radical que cuestiona el rumbo hacia donde se dirigen los gobiernos y además señala quién y cómo se debe decidir, ejecutar y gestionar de manera alterna. Es decir, propone no sólo un contenido específico de alternativas, sino también una FORMA polifónica de autorregulaciones para hacerlo. Este asunto no es menor ni conceptual ya que, como plantea claramente Werner Bonefeld, “El Estado capitalista no es tal porque la burguesía haya ocupado los cargos importantes. Es un estado capitalista debido a su forma: la separación entre lo político y lo social. La existencia del Estado capitalista se basa en esta separación”. (Bonelfeld, 2005, 55) Siguiendo esa reflexión, la autodeterminación, la autonomía, la autorregulación, la autogestión y la gestión colectiva de los bienes comunes cuestionan no sólo quién está al mando de la estructura estatal sino también la forma de la producción, distribución, consumo de bienes, materiales e inmateriales, cuestionando además la forma misma del Estado, señalando otras formas de vida alternativas al capital y al Estado. Siguiendo con la idea de Bonefeld, si el Estado capitalista separa lo político de lo social, estas prácticas emancipatorias desarticulan dicha separación mientras que las prácticas de sujeción desde los gobiernos progresistas, no sólo la mantienen sino que la acentúan. Es, desde estas prácticas desde donde se propone una nueva forma de gestión de la vida colectiva. Lo que nos lleva a la tercera razón que deseamos esgrimir.

Un mundo otro

Estas prácticas prefigurativas, embrionarias, incipientes, son las piezas sueltas diseminadas por todo el orbe para superar el capitalismo. Representan, como planteaba Marx, las células del modo de producción de los productores libres y asociados.

Las prácticas que hemos señalado son los hilos para tejer un entramado social poscapitalista. Cada hilo, de manera separada pareciera una alternativa local, focalizada, pero si se les reúne, pueden ser un sistema alternativo democrático de gestión colectiva, de cadenas de producción, creación y autogestión de la vida y de mecanismos organizados de gestión de los bienes comunes. Señalan un programa de programas, un sistema de alternativas. Todas estas prácticas entrelazadas indican ya, la forma, funcionamiento, organización, mecanismos, dispositivos y modos de relación social de un sistema poscapitalista.

En ellas pueden ordenarse con la imaginación y con el respaldo del pensamiento emancipador, algunas coordenadas de lo que sería ese sistema de superación del capitalismo:
Las prácticas y dispositivos reales que hemos visto pueden ser la compleja arquitectura de una DEMOCRACIA DIRECTA, que traslada la deliberación y decisión a la multiplicidad de organismos y cuerpos colectivos de abajo, no renunciando a la representación pero constituyendo una soberanía centrada en la gente misma. Este descentramiento de la soberanía de la clase política, se realiza con mecanismos de representación a través del MANDAR OBEDECIENDO, reconfigurando por completo el orden de lo político.

Las estructuras que se están formando de una economía alternativa reunidas, pueden ser la base de ECONOMIAS LOCALES AUTODETERMINADAS Y ENLAZADAS EN RED. Fábricas recuperadas, grupos de consumo, huertos urbanos, agrovillas rurales y periurbanas, producción con valor de uso y agroecológica que reordena la división técnica del trabajo y desarticula las jerarquías al interior del proceso, reunidos, son, los pilares para la construcción de una economía que supere al capitalismo.

Las prácticas de autogestión, cogestión y autonomía que recuperan para sí el control de la reproducción social en miles de proyectos, microproyectos y prácticas sociales alternativas son la base de funcionamiento de la AUTORREGULACION SOCIAL GENERALIZADA.

Por último, no habrá democracia directa, economías locales autodeterminadas y autorregulación social generalizada sin el reordenamiento radical de la relación del mundo humano y no humano. Este reordenamiento radical que debería avanzar hacia la imaginación de sistemas de reproducción social como parte del sistema más amplio y complejo que es el ecosistema global del planeta, tiene como punto de arranque las propias propuestas de las prácticas emancipatorias: SOBERANIA ALIMENTARIA, DESCENTRAMIENTO ENERGÉTICO, GESTION COLECTIVA DE LOS BIENES COMUNES y DECRECIMIENTO.

Desde ellas, se puede pensar entonces en un proceso de planificación social de la producción anclado, no en el mercado ni en el estado, sino en una planificación desde los polifónicos, multiculturales y diversos nucleamientos alternativos construidos desde abajo. Puede pensarse en redes de autodeterminaciones, en coordinaciones regionales de autonomías, en mercados autocentrados locales controlados de manera horizontal y democrática. En un sistema de sistemas dinámicos, en una RED CONFEDERADA DE AUTONOMÍAS. En un entramado de intercambios de saberes, productos y decisiones que supere al capital y al Estado capitalista. Pueden pensarse, como plantea Villoro, que sean el fuego que encienda la pradera extendiendo una nueva forma de democracia radical construida desde abajo. Puede pensarse la posibilidad de que estos nucleamientos desde lo local puedan generar, en talleres cooperativos o comunales enlazados en red, la autoproducción de medios de producción apoyados en las nuevas tecnologías que tenemos a la mano, como señala André Gorz en su texto la Salida del capitalismo ya ha comenzado. O finalmente, como lo plantea Immanuel Wallerstein,

“podemos construir, aquí y en otras partes, en pequeña o gran escala, modos de producción alternativos y no mercantilizados. Al hacerlo, aprenderemos los límites de diversos métodos y podemos demostrar que hay otros modos de asegurar una producción sensata y sustentable, en vez de depender de la utilidad como la base de nuestro sistema”. (Wallerstein, 2010, 22)

Estas prácticas embrionarias, contradictorias, insuficientes, limitadas, asediadas, son las piezas sueltas de un rompecabezas que es urgente integrar. Son un reto del que depende el futuro de la humanidad. Tenemos que lograr alcanzar a pensar y accionar una salida a la catástrofe capitalista que se avecina, una salida desde los pueblos, basados en estas grietas, en estas fisuras del muro de dominación del capital y del Estado. Ese muro de prácticas de sujeción que se está agrietando con las prácticas emancipatorias que por todas partes están emergiendo.

Pensamos que esas grietas, esas fisuras, esas prácticas emancipatorias, esas islas de liberación pueden crecer, pueden articularse. Podemos, como se ha dicho, hacer de nuestras islas una barca para ir a encontrarnos. Una fisura que se reúna con otra, puede provocar el desmoronamiento de una parte del muro. Cientos de pequeñas grietas, enredadas entre sí, de muchas formas, de muchos tamaños, podrían quizá, tal vez, derrumbar y hacer estallar el muro por completo. No lo sabemos con certeza. Quizá valga la pena intentarlo. Quizá sí hay algo mejor detrás del muro. Quizá sea ese otro mundo, que decimos, que es posible. Quizá, sea la emancipación.


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NOTAS:
[1] César Enrique Pineda es sociólogo, integrante de jóvenes en resistencia alternativa y estudiante del posgrado de Estudios Latinoamericanos en la UNAM
[2] Algunos textos sobre Radio Ñomndaa pueden encontrarse en Movimiento Indígena en América Latina: resistencia y proyecto alternativo volumen II. Compilado por Raquel Gutiérrez y Fabiola Escárcega. Coordinadoras. México. CEAM-BUAP. 2006. O en Soriano Silvia. Testimonios indígenas de autonomía y resistencia. México. CIALC. 2009, Brigadas Internacionales de Paz. Proyecto México. “Derechos de la población indígena y propuestas de autonomía” en Defensoras y defensores de derechos humanos en el Estado de Guerrero. PBI México. 2007. en su propia página http://lapalabradelagua.org/ y se puede encontrar una síntesis de su historia en www.espora.org/jra
[3] Toda la información sobre la red en su propia página www.tacuru.ourproject.org
[4] Sobre la experiencia del BAH revisar: López García Daniel. López López José Angel (comp). Con la comida no se juega. Alternativas autogestionarias a la globalización capitalista desde la agroecología y el consumo. Madrid. Traficantes de Sueños.2003.
[5] Revisar sobre la policía comunitaria: Gasparello Giovana. Quintana Jaime (comp). Otras geografías. Experiencias de autonomías indígenas en México. Editorial Redez Tejiendo la utopía. 2010.
[6] Velloso Agustín. Guinea Ecuatorial 2009. En revista Pueblos. Agosto de 2009. www.revistapueblos.org
[7] Puede revisarse la página de la Coordinadora Arauco Malleco. www.weftun.cjb.net/
[8] Según distintas fuentes periodísticas el proyecto de un nuevo aeropuerto en la periferia de la Ciudad de México alcanzaba los 18 mil millones de pesos mexicanos, es decir unos 1300 millones de dólares. En el caso de la Parota, según las propias autoridades del Gobierno del Estado de Guerrero y el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan la inversión rondaría entre 850 y 1000 millones de dólares.




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