4 de mayo de 2013

Todo es posible en la dimensión desconocida



LA PARTICULAR RELACIÓN DE LOS GOBERNANTES CON LA REALIDAD “REAL”  

Mientras la realidad “real”, con sus miserias y espantos, va por un camino, los gobernantes van por otro muy distinto. Un camino en el que todo vale para ocultar aquellas miserias y espantos. Así, mientras Mauricio Macri pone cara de vivo en la foto junto al ex entrenador del Barcelona Fútbol Club, ignora y/o rechaza todo cuestionamiento al brutal accionar de la Policía Metropolitana en los sucesos del hospital Borda; y mientras pide disculpas por su inoperancia y negligencia en la inundación de la La Plata, el intendente Pablo Bruera sigue haciéndose el distraído a la hora de ejecutar las obras necesarias -que oportunamente se le aconsejaron- para evitar una nueva catástrofe. Es decir, que los dos, como tantos otros aposentados en el poder, recorren el camino que más les gusta, en el que se sienten más cómodos, que siempre es aquel en el que no reciben críticas y en el que pueden construir “su” realidad, la cual dista mucho de ser la realidad “real”: es una dimensión desconocida.  

Por Marcelo R. Pereyra 


I PABLO BRUERA
 

Se cumple un mes de la gravísima inundación en la ciudad de La Plata y algunos de sus barrios periféricos. Ahora, una nueva lluvia, muchísimo menos intensa, ya ha provocado inundaciones en algunos barrios, con cerca de un centenar de personas evacuadas. Pero treinta días atrás el panorama era dantesco y desolador. La ayuda gubernamental fue poca y desorganizada. Pero esos sí, en el medio del desastre fue posible observar al proteico Súper Secretario de Seguridad, Sergio Berni, navegar en bote por las calles de Tolosa para ir a rescatar a la madre de la Presidenta, quien vive en esa localidad. Mientras esa noche arreciaba la lluvia, se desbordaban los arroyos y se anegaban las casas, algún sotreta que nunca falta preguntó dónde estaba el intendente de la ciudad, Pablo Bruera. Entonces apareció un oportuno tweet de la cuenta del alcalde adjuntando una foto en la que decía estar colaborando con los inundados. Esa foto era una mentira que construía una falsa realidad, pues correspondía a otro acontecimiento. De hecho, mientras se hacía pública don Bruera en realidad ni siquiera estaba en La Plata sino en Brasil, disfrutando de unos muy merecidos días de descanso. El alcalde argumentó que todo había sido un “lamentable” error de su equipo de comunicación y regresó precipitadamente al país luciendo un envidiable bronceado.  


A Bruera le encanta presentarse como un referente de la “nueva política”, al estilo Mauricio Macri. De hecho las gestiones de ambos tienen mucho en común: mucha fachada y poca infraestructura. En La Plata era necesaria la ampliación de arroyo El Gato. Esta obra integraba el viejo Código de Planeamiento Urbano que Bruera mandó al cajón de las cosas olvidadas. Lo reemplazó con uno nuevo que, a imagen y semejanza de su par porteño, privilegia los negocios inmobiliarios sobre el bien común. Ahora bien, el Código de Ordenamiento Urbano Territorial de la ciudad de La Plata fue elaborado por un grupo de expertos y se transformó en la ordenanza número 9231, después de ser votado por todos los legisladores del Concejo Deliberante en el año 2000, cuando Julio Alak, el actual ministro de Justicia de la Nación, era intendente. El trabajo señaló con precisión áreas de posible riesgo de inundación, y recomendó que no se permitiera la construcción de viviendas cerca de los arroyos. Las áreas inundables son las mismas que fueron tapadas por las aguas el pasado 2 de abril por la noche. Tampoco el intendente Bruera quiso ver la realidad que le pintó la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, cuando hace dos años le advirtió que había un “relajamiento” de las “normas destinadas a regular el uso del suelo”, al sancionar el nuevo Código de Ordenamiento Urbano, porque podían provocar un potencial riesgo a la estructura general de la ciudad. Por último, la Facultad de Ingeniería de La Plata alertó sobre la insuficiencia del sistema de desagüe de la ciudad, que atribuyó a la impermeabilización generada por el desarrollo urbano, la pavimentación y, fundamentalmente, al estado crítico y de colapso del arroyo El Gato.


Al bochorno de la foto falsa se le sumó después el de la utilización política de la ayuda solidaria de la sociedad. Aquí descollaron los militantes de la agrupación “La Cámpora”, luciendo muy orondos sus chalecos identificatorios mientras repartían mercaderías que otros habían donado.


Y por último, en un nuevo intento por ocultar la magnitud real del desastre, apareció la macabra disputa acerca de cuál fue el número real de víctimas fatales que provocaron el temporal y la negligencia de un intendente mentiroso.



II MAURICIO MACRI


El Lord Mayor de la ciudad de Buenos Aires decidió hace mucho tiempo que si el gobierno nacional no le traspasaba la Policía Federal él crearía su propia policía. Si bien la excusa fue la necesidad de combatir el delito en la ciudad, la verdadera intención era disponer de una fuerza de seguridad a la que se pudiera acudir directamente como “sistema de control del espacio público” (según reza en su web institucional). En otras palabras, se necesitaba una fuerza que reprimiera sin chistar y sin interferencias políticas del gobierno nacional. A poco de ser creada, en 2010, la Metropolitana tuvo su bautismo de fuego cuando desalojó violentamente a un grupo de pacíficos vendedores ambulantes que trabajaba en las cercanías de la estación Liniers. Ese mismo año también participó en la represión de la ocupación del Parque Indoamericano. Más cerca en el tiempo, la Metropolitana tuvo a su cargo desalojar a las personas que habían ocupado la sala Alberdi, en el Centro Cultural San Martín. Aquel día, durante casi una hora los metropolitanos tomaron el centro de la ciudad, disparando a todo lo que se movía. Hubo denuncias de heridos por balas de fuego.


Y el moño a estas brillantes actuaciones llegó el pasado 26 de abril, cuando la macripolicía sobreutilizó la fuerza y la agresión sobre quienes pretendían impedir la demolición de una dependencia anexa al hospital Borda. En esta nueva escena represiva la ligaron por igual médicos, enfermeras, periodistas y otros temibles delincuentes. Macri y sus funcionarios defendieron el accionar de su policía privada con el argumento de que había sido previamente atacada por los desconocidos de siempre, oportunamente ocultados sus rostros. Con todo, hay quienes dicen que entre esos lanzadores de piedras y molotovs -que nunca están ausentes en estos hechos- había integrantes de la barra brava de Chacarita. Como quiera que sea, fue un nuevo intento por dibujar otra realidad, pues la presencia y acción de provocadores violentos no justificaba la desmedida reacción de la Metropolitana sobre quienes nada habían hecho, más que manifestarse pacíficamente, y menos contra los que cumplían su trabajo de informar.


Por otra parte, el gobierno porteño defendió también su iniciativa de construir en los terrenos “liberados” un centro cívico y otras dependencias gubernamentales. Pero hay quienes han denunciado que detrás de esa loable intención se esconden jugosos negociados inmobiliarios convalidados por los legisladores K de la ciudad: ¿acuerdo PRO-K?



AZOTES DE DIOS


Mientras la realidad “real”, con sus miserias y espantos, va por un camino, estos dos gobernantes van por otro muy distinto. Un camino en el que todo vale para ocultar aquellas miserias y espantos. Así, mientras Mauricio Macri pone cara de vivo en la foto junto al ex entrenador del Barcelona Fúltbol Club, ignora y/o rechaza todo cuestionamiento al brutal accionar de la Policía Metropolitana en los sucesos del hospital Borda; y mientras pide disculpas por su inoperancia y negligencia en la inundación de la La Plata, el intendente Pablo Bruera sigue haciéndose el distraído a la hora de ejecutar las obras necesarias -que oportunamente se le aconsejaron- para evitar una nueva catástrofe. Es decir, que los dos, como tantos otros sentados en el poder, recorren el camino que más les gusta, en el que se sienten más cómodos, que siempre es aquel en el que no reciben críticas y en el que pueden construir “su” realidad, la cual dista mucho de ser la realidad “real”. Son “Azotes de Dios”, como el huno Atila, porque por donde pasan destruyen todo y no vuelve a crecer más el pasto.

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“Se habla de los pueblos originarios pero al mapuche no se lo considera como a un igual. El canal apunta a cambiar todo esto"


WALL KINTUN TV: EL PRIMER CANAL MAPUCHE DE LA TELEVISIÓN ARGENTINA 

Auspiciado por la Coordinadora de Comunicación Audiovisual Indígena de Argentina (CCAIA) y manejado por la comunidad mapuche Buenuleo, Wall Kintun TV (“Buscar Alrededor TV” en mapudungún) emite desde Bariloche desde el 7 de diciembre de 2012 y es el primer canal de un pueblo originario en el país.   

Por Hernán L. Giardini (desde Bariloche, Río Negro) 


“Somos los primeros; no vamos a ser los únicos”, anuncia el slogan de Wall Kintun TV el primer canal mapuche de la televisión argentina. 

“Es importante resaltar que el equipo de Wall Kintun Tv está integrado, en su mayoría por gente mapuche, pero también por mapuche como no mapuche. Siguiendo los lineamientos que fueron propuestos desde un primer momento. Un Canal Mapuche, con identidad territorial, conectado con las diversas culturas y los diversos Pueblos de todo el Mundo”, explicó Director General de Wall Kintun TV.

“El canal surgió como consecuencia de la inclusión del Derecho a la Comunicación con Identidad en la Ley de Medios, que llevamos adelante las comunicadoras y comunicadores de la Coordinadora de Comunicación Audiovisual Indígena de Argentina”,expresó Catrileo. 

El artículo 151 de Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual establece que los Pueblos Originarios podrán ser propietarios de medios de comunicación audiovisual, algo que la ley de la dictadura militar no permitía.

Además de la producción propia, Wall Kintun TV emite contenidos realizados en todo el país provenientes del Banco Único de Contenidos Audiovisuales (Bacua), y también de Educ.Ar y otros organismos. 

Asimismo ofrece cine de pueblos originarios y derechos humanos, y otras producciones de comunidades indígenas de Jujuy, Salta, Chaco, Neuquén, Chubut y otras provincias. 

Wall Kintun integra la Coordinadora Audiovisual Indígena Argentina, que informa sus novedades y noticias del sector en el portal de internet www.originarios.org.ar. 

Los promotores de esta iniciativa fueron logrando el equipamiento para producir y transmitir con la ayuda de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y del Sistema Nacional de Televisión Digital Abierta (TDA), además de un convenio con Parques Nacionales, entre otros apoyos. 

“El canal mostrará la realidad de los barrios altos de Bariloche, y no sólo a través de historias negativas sino buscando relatos y experiencias de gente que sale adelante, que tiene logros. Buscamos una televisión inclusiva, para reflejar las diferencias, las cuestiones de género, y todo lo que busca visibilización y no la encuentra. Será también una forma de interpelar a la sociedad barilochense sobre estos temas. La población mapuche en Bariloche es mayoría, pero no tiene una representación cultural ni su simbología. La identidad es fuerte en la zona rural pero débil en la urbana. En la ciudad el mapuche es estigmatizado, es parte del pasado y víctima de la opresión. No existe ningún tipo de diálogo intercultural, ni estatal ni a nivel de organizaciones no gubernamentales. Se habla de los pueblos originarios pero al mapuche no se lo considera como a un igual. El canal apunta a cambiar todo esto", sostienen los mapuches que hacen Wall Kintun TV. 

Bienvenido, Wall Kintun TV.

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Paraguay: Un paso atrás para Latinoamérica



EL CONSERVADOR Y GOLPISTA PARTIDO COLORADO OBTIENE EL TRIUNFO EN UNAS ELECCIONES POCO TRANSPARENTES 

Horacio Cartes, del Partido Colorado, se erige como nuevo presidente del Paraguay en un nuevo intento latinoamericano de hacer olvidar las conspiraciones y las destituciones golpistas a la hondureña.  

Por Marcelo J. Levy 


Cuando se cerraron los comicios el pasado domingo 21 de abril en Paraguay,  tanto el Tribunal Superior de Justicia Electoral comola Organización de Estados Americanos (OEA), de inmediatolegitimaron el triunfo colorado. También lo hicieron  algunos otros organismos y ciertos gobiernos extranjeros, pero nadie, en su sano juicio, podrá negar la ausencia de democracia que es la característica más sobresaliente de las elecciones generales pasadas. 

No es necesario dar cuenta de ello, pero para algunos desprevenidos, no olvidemos que la vida institucional de Paraguay fue quebrantada hace 10 meses con el Golpe de Estado, llamado falsamente parlamentario. Así, la necesidad de estas elecciones tiene como objetivo único legitimar lo ilegítimo, borrar el proceso golpista y mostrar a todo el mundo que en Paraguay, el pueblo vota y elige presidente. Cuando en ediciones anteriores de CONTRACULTURAL reflexionábamos sobre lo pedagógico que había sido el golpe de estado en Honduras, vemos que los alumnos del partido colorado han aprendido. Luego del golpe, se llama a elecciones generales para dar un marco institucional, formal y pseudo legítimo a un sector golpista y desestabilizador por excelencia. De manual.

El primer elemento que permite considerar antidemocráticas estas elecciones es el carácter espurio y faccioso del gobierno convocante, aquel que terminó con la administración de Fernando Lugo, elegido en las elecciones más libres en 200 años de historia del país, a cuatro años de su ejercicio y a sólo un año de finalizar su mandato.

La corrupción imperante en toda la campaña electoral desde los dos principales partidos, el Colorado y el Liberal, cuyos dirigentes confiesan que han invertido muchos millones de dólares, es el segundo elemento antidemocrático en juego, al que se debe sumar un tercero: la censura aplicada por algunos órganos de prensa a las fuerzas progresistas o de oposición. 

En concreto, Aníbal Carrillo Iramain, el presidenciable del Frente Guasú, encabezado por Lugo, e integrado por una docena de partidos y organizaciones, acusó al Canal 9 de la Televisión privada y a la propia Televisión Pública, de censurar a esa fuerza política que, según algunos sondeos, se situaría en tercera posición en las preferencias del electorado, con similitudes en las intenciones y parejas posibilidades con el recién formado Movimiento Avanza País, conducido por el comunicador Mario Ferreiro. 

Un cuarto elemento probatorio del carácter antidemocrático de las elecciones, es que se llegó a las urnas con una fuerte presión sobre el pueblo, buscando inocular miedo, particularmente en las poblaciones rurales, de lo que es una muestra grosera la docena de presos políticos que, desde hace varios meses, están repartidos en diferentes cárceles del país, sin condena por falta de pruebas. 

Todos son activistas campesinos, cuyo “delito” es reclamar una reforma agraria que redistribuya la tierra, y termine con el abandono y expulsión de las chacras de unas 300 mil familias. 

Su calvario, uno más en la larga historia de sufrimiento y humillación del campesinado paraguayo, comenzó el 15 de junio del año pasado, cuando se produjo una masacre de campesinos y policías, que diversos elementos y fuentes consideran que fue parte del plan golpista que, una semana después, terminó con el Gobierno de Lugo. 

Sabido es que ese hecho fue utilizado por la dirigencia derechista, enquistada en los partidos y gremios empresariales, aplicando un diseño pergeñado por ciertos diplomáticos extranjeros y elementos de las corporaciones sojeras y de la megaminería, para acusar a Lugo de mal desempeño de sus funciones. 

En una parodia de juicio político, que duró 17 horas, el parlamento destituyó al mandatario que había sido elegido democráticamente el 20 de abril del 2008, en presencia de miles de extranjeros que habían llegado al país con la esperanza de ver resurgir la democracia en este país miembro del MERCOSUR y la UNSAUR, de donde quedó suspendido a partir de cortando el proceso de cambios. 

Insultos y acusaciones de corrupción es lo que más sobresale entre los candidatos con más posibilidades de imponerse. Propuestas de programa de gobierno no existen. El actual presidente electo Horacio Cartes es presentado por los liberales, y no sólo por ellos, como narcotraficante y contrabandista y éste dice que obligará a Alegre a devolver al Estado 25 millones de dólares que malversó cuando fue Ministro de Obras Públicas en el Gobierno de Lugo, quien lo destituyó a los dos años. 

En política internacional, aunque es un tema casi ignorado por ambos candidatos, algo de sus intenciones se filtra a través de algún postulante a gobernador o parlamentario y, en general, poca diferencia habría con el comportamiento del actual gobierno del golpe, es decir, continuar la subordinación a Estados Unidos en todos los planos. No hay que soslayar el marcado aumento en el número de funcionarios en la embajada de Estados Unidos en Asunción durante el año pasado, necesario para mantener el control sobre el gobierno paraguayo de Federico Franco y digitar lo que fue la farsa eleccionaria. 

En la afanada competencia por quién es más entreguista de los intereses y la soberanía nacional, Cartes aparenta ser aún más preocupante que Alegre, pues se declara partidario de confiar al Ejército la misión de control de la ciudadanía, desplazando a la policía, proyecto avanzado por el Pentágono para toda Latinoamérica. 

Además, en el entorno del candidato colorado, hay varios egresados de cursos militares y de espionaje organizados por Estados Unidos, y todos apoyan la instalación de una base militar en el Chaco, en la frontera con Bolivia, con los radares puestos en dirección de Argentina, Brasil, Venezuela y la rica Amazonía. 

Por la vereda de enfrente, camina una parte del pueblo que piensa diferente, pero que aún no cuenta con una representación política que vaya a la par, convencida de que el país necesita cambios políticos, económicos y culturales, tomando cuerpo el reclamo de un cambio estructural del Estado, cuya función sirva para consolidar independencia y bienestar social, goces que disfrutó la población desde el nacimiento de Nación Independiente en 1813 hasta 1864, cuando el imperio inglés lanzó la Guerra de la Triple (Infamia) Alianza, con los ejércitos de Argentina, Brasil y Uruguay. 

Queda reflexionar que harán, entonces, el MERCOSUR, UNASUR Y LA CELAC. Es difícil dilucidarlo ahora. Lo cierto es que la gran mayoría de los países convalidaron el triunfo de Cartes y de hecho, el MERCOSUR ya lo ha invitado a participar de la próxima cumbre del bloque en Montevideo. Las enseñanzas del bloque de países progresistas no son tan efectivas como la de los golpistas. A menos de un año del golpe en Paraguay, ya está invitado a sumarse luego de su suspensión, retomando su lugar de miembro pleno. Mientras se continúen legitimando este tipo de procesos, mientras los gobiernos prioricen cuestiones diplomáticas por sobre el respeto a los pueblos, lejos estaremos de realizar un cambio estructural de las democracias latinoamericanas. Parecemos tener amnesia.  

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Maduro: Una victoria necesaria



ELECCIONES EN VENEZUELA 

Era fundamental que ganase Nicolás Maduro, y ganó. Pero ganó a duras penas, lo cual exige desentrañar las causas del bajón sufrido por el chavismo y el notable aumento experimentado por la derecha. Fue una victoria que puso en evidencia la endeblez metodológica de las encuestas que de uno y otro lado pronosticaban una holgada victoria del candidato chavista. Sobre el veredicto de las urnas lo primero que hay que decir es que su  desconocimiento por parte de Henrique Capriles no es en modo alguno sorprendente. Es lo que señala para casos como este el manual de procedimientos de la CIA y el Departamento de Estado cuando se trata de deslegitimar a un proceso electoral en un país cuyo gobierno no se somete a los dictados del imperio. 

Por Atilio A. Boron 

Si bien la distancia entre uno y otro fue muy pequeña, no tuvo nada de excepcional a la luz de la historia venezolana: en las elecciones presidenciales de 1978 Luis Herrera Campins, candidato del COPEI obtuvo el 46.6 por ciento de los votos contra el 43.4 de su rival de Acción Democrática. Diferencia: 3.3 por ciento, y el segundo reconoció de inmediato el triunfo de su contendor. Antes, en 1968, otro candidato del COPEI, Rafael Caldera, accedió a la presidencia con el 29.1 por ciento de los sufragios, imponiéndose sobre el candidato de AD, Gonzalo Barrios, quien obtuvo el 28.2 por ciento de los votos. Diferencia: 0.9 por ciento y asunto concluido. Más próximo en el tiempo, contrasta con el autoritario empecinamiento de Capriles la actitud del por entonces presidente Hugo Chávez que, en el referendo constitucional del 2007, admitió sin más trámite su derrota cuando la opción por el No obtuvo el 50.6 por ciento de los votos contra el 49.3 por ciento del Si a la reforma que él favorecía. A pesar de que la diferencia fue de poco más del 1 por ciento Chávez reconoció de inmediato el veredicto de las urnas. Toda una lección para el ofuscado perdedor.

Resultados electorales muy ajustados son más frecuentes de lo que se piensa. En Estados Unidos, sin ir más lejos, en la elección presidencial del 7 de Noviembre del 2000 el candidato demócrata Al Gore se impuso en la votación popular con el 48.4 por ciento de los votos, contra el republicano George W. Bush, quien obtuvo el 47.9 de los sufragios. Como se recordará, una fraudulenta maniobra efectuada en el colegio electoral del estado de Florida -cuyo gobernador era casualmente Jeb Bush, hermano de George W.- obró el milagro de “corregir los errores” en que había caído un sector del electorado de la Florida posibilitando el ascenso de Bush a la Casa Blanca. En suma, el que perdió ganó, y viceversa: todo un ejemplo de soberanía popular de la democracia estadounidense. En las elecciones presidenciales de 1960 John F. Kennedy, con el 49.7 por ciento de los sufragios, se impuso a Richard Nixon que cosechó el 49.6. La diferencia fue de apenas el 0.1 por ciento, poco más de 100.000 votos sobre un total de unos 69 millones, y el resultado fue aceptado sin chistar. Pero en Venezuela las cosas son diferentes y la derecha grita “fraude” y exige un recuento de cada uno de los votos, cuando ya Maduro accedió a efectuar una auditoría. Llama la atención, no obstante, la intolerable injerencia del inefable Barack Obama que no dijo ni una palabra cuando le robaron la elección a Al Gore pero encontró tiempo ayer por la tarde para decir, por boca de su vocero, que era "necesario" y "prudente" un recuento de los votos dado el resultado "extremadamente reñido" de las elecciones venezolanas. ¿Admitiría que un gobernante de otro país le dijera lo que tiene que hacer ante las poco transparentes elecciones estadounidenses?                

Dicho lo anterior, ¿cómo explicar la fuga de votos experimentada por el chavismo? Por supuesto, no hay una sola causa. Venezuela transitó desde la aparición de la enfermedad de Chávez (8 de Junio de 2011) por un período en donde las energías gubernamentales estuvieron en gran medida dirigidas a enfrentar los inéditos desafíos que tal situación planteaba para un experimento político signado por el desbordante activismo del líder bolivariano y por el hiper presidencialismo del régimen político construido desde 1998. Esa caracterización en un primer momento molestó a Chávez, pero luego hidalgamente terminó por reconocer que era correcta. Premonitoriamente Fidel le había advertido, ya en el 2001, que debía evitar convertirse “en el alcalde de cada pueblo.” En todo caso, el desconcierto que emanaba de la forzada inactividad de Chávez impactó fuertemente en la gestión de la cosa pública, con el consecuente agravamiento de problemas ya existentes, tales como la inflación, la estampida del dólar, la paralizante burocratización y la inseguridad ciudadana, para no mencionar sino algunos. Problemas, no está de más recordarlo, a los que se había referido más de una vez el propio Chávez y para enfrentar los cuales había planteado la necesidad del “golpe de timón” anunciado en el primer Consejo de Ministros del  nuevo ciclo iniciado luego de la victoria del 7 de Octubre del 2012, durante el cual el líder bolivariano hizo un fuerte llamado a la crítica y la autocrítica, exigiendo a sus colaboradores mejorar radicalmente la eficiencia de ministerios y agencias, fortalecer el poder comunal y desarrollar un sistema nacional de medios públicos como ineludibles prerrequisitos de la construcción del socialismo. Señalaba en su intervención que “a veces podemos caer en la ilusión de que por llamar a todo “socialista” …  uno puede pensar que con eso, el que lo hace cree que ya, listo, ya cumplí, ya le puse socialista, listo; le cambié el nombre, ya está listo.” De ahí su fuerte exhortación a fortalecer los consejos comunales, la socialización de la economía, la cultura y el poder. Decía, con razón, que “no debemos seguir inaugurando fábricas que sean como una isla, rodeadas del mar del capitalismo, porque se las traga el mar.” Pero junto a estos problemas de la gestión estatal hubo otros factores que también contribuyeron a la creación de un malestar social y un malhumor público: la derecha y el imperialismo trabajaron activamente, como lo hicieran en el Chile de Salvador Allende, para sabotear el funcionamiento de la economía y exasperar el ánimo de la población mediante el metódico desabastecimiento de productos esenciales, los cortes de energía eléctrica, la sospechosa actividad de grupos de paramilitares sembrando el terror en los barrios populares y la persistente campaña de denuncias y agravios en contra de Maduro vehiculizadas y agigantadas por su enorme gravitación en el manejo de los medios de comunicación de masas, facilitando así la deserción de un numeroso contingente de votantes.

La Revolución Bolivariana enfrenta una situación delicada pero que está lejos de ser desesperante o provocar la caída en un angustioso pesimismo. El desfachatado entremetimiento de Washington refleja su urgencia para acabar con la pesadilla chavista “ahora o nunca”, consciente de que se trata de una situación pasajera. Ante esto Maduro como presidente tiene que responder con serena firmeza, evitando caer en las previsibles provocaciones que le tiendan sus enemigos. Es innegable que tiene ante sí una sociedad partida al medio, donde la derecha por primera vez demuestra tener la capacidad para encuadrar y movilizar, al menos en el día de las elecciones, al 50 por ciento del electorado. Recuperar el predominio en ese terreno no es imposible, pero dependerá menos de la radicalidad de los discursos del oficialismo que de la profundidad y eficiencia de las políticas concretas que adopte Miraflores; dependerá, en suma, de la calidad de la gestión gubernamental para enfrentar los principales problemas que agobian a la población, tema sobre el cual Maduro insistió sensatamente en su discurso de anteanoche. No habría que subestimar, en este cuadro, el hecho de que hasta el 2016 la Asamblea Nacional tendrá una holgada mayoría chavista (95 sobre 165)  y que el nuevo presidente contará con el apoyo de 20 de los 23 gobernadores de la República Bolivariana. La correlación de fuerzas, por lo tanto, sigue mostrando un claro predominio del chavismo, y la respuesta de numerosos gobiernos de la región y de fuera de ella -como China y Rusia, entre otros- agrega un  importante reaseguro para la necesaria gobernabilidad y para avanzar en el impostergable cumplimiento del testamento político de Chávez, el ya aludido “golpe de timón.” Estamos seguros que el bravo pueblo venezolano estará a la altura de las circunstancias y de los retos que plantea la actual coyuntura. 

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