4 de febrero de 2010

Un sainete (*) de verano

LA CRISIS DEL BANCO CENTRAL Y LA (NO) DISCUSIÓN SOBRE LA DEUDA EXTERNA

El sainete criollo que se montó en la escena veraniega a partir del intento gubernamental de sacarse de encima a Martín Redrado, el niño desobediente que no quiso hacer lo que le habían ordenado, podría haber servido para iniciar un debate sobre la legitimidad y necesidad del pago de la deuda externa. Sin embargo, el argumento del sainete giró exclusivamente sobre si el niño rebelde debía irse o quedarse. Y ese argumento les convino a todos.

Por Marcelo R. Pereyra

REGALITO DE REYES

El pasado 5 de enero el ministro de Economía, Amado Boudou, llamó a su amigo Martín Redrado, entonces presidente del Banco Central y lo instó –por decirlo de una manera elegante- a que tomara las medidas concretas necesarias para instrumentar el llamado Fondo del Bicentenario, que la presienta Fernández había anunciado con pompa y circunstancia tres semanas atrás, pocos días después de que se cerrara en el Congreso el período de sesiones ordinarias. Este Fondo fue creado para pagar la deuda externa independientemente de los fondos que para ese propósito ya estaban asignados en el presupuesto de gastos para este año. Como Redrado se mostró esquivo y renuente frente al pedido del ministro, la presidenta Fernández decidió eyectarlo de su cargo, pero ¡oh! Redrado se negó a presentar su renuncia y fue echado sin miramientos por un decreto de “necesidad y urgencia”. Sin embargo, ni aún así Redrado quiso irse y presentó un amparo en los tribunales que fue resuelto a su favor.

Así comenzó un sainete político que finalizó un mes más tarde, cuando Redrado decidió renunciar y fue reemplazado por la economista “desarrollista” (¿?) Mercedes Marcó del Pont. Durante la representación del sainete, los actores discutieron sobre si Redrado debía irse o quedarse, y sobre algunas cuestiones anexas de importancia secundaria, como la autarquía del Banco Central y la forma de elección de su presidente, la constitución de la base monetaria y la utilización de las reservas. Casi nadie dentro del espectro político tradicional promovió un debate a fondo sobre la legitimidad del pago de la deuda externa. Sólo lo hicieron algunos partidos de izquierda y centro izquierda, pero esas buenas intenciones quedaron sepultadas bajo el pesado silencio que impusieron el gobierno, la oposición y lo medios comerciales. Para las clases medias y bajas, principales víctimas del pago consuetudinario e irrestricto de la deuda, la legitimidad y el pago de la deuda pasaron prácticamente desapercibidos porque precisamente ésa siempre ha sido la idea. Es decir: para el sistema político hegemónico –y para el aparato mediático que le hace coro- se trata de naturalizar y normalizar la legitimidad de la deuda, y por lo tanto su pago. Es un tema que no debe ser puesto en cuestión, porque es así como es: una suerte de pecado original con el que todos los argentinos debemos cargar hasta la muerte.

Y lo mismo pasa en el resto de los países empobrecidos y expoliados del planeta. El endeudamiento descontrolado e ilegal ha sido implementado por los países más ricos como un sistema pos moderno de dominación global, merced al cual logran que los países pobres sigan siendo pobres y no tengan posibilidades de desarrollarse, porque siempre están condicionados por el pago de la deuda. Es decir que no pueden asignar sus recursos a políticas de desarrollo y crecimiento porque primero tienen que pagar, y pagar… y pagar… y pagar… Para esta tarea, los países ricos y sus “organismos internacionales de crédito” (Léase el Banco Mundial o el FMI, también conocido como Fondo Usurario Internacional) siempre han contado con la inestimable colaboración de los gobiernos, los partidos políticos burgueses y los empresarios de los países “menos favorecidos”, quienes sacan sus tajadas de este sistema de coacción y endeudamiento eterno.

En la Argentina gran parte de la deuda pública ha sido declarada ilegal, no por un grupo de zurdos loquitos tira-bombas sino por una sentencia judicial que está firme. Sin embargo, la cuestión de la deuda no es solamente un problema político/financiero/económico/judicial: para la mayoría de los habitantes de este país es un tema de máxima y vital importancia. Porque el pago de la deuda es el responsable del atraso del sistema productivo, de la falta de inversión en obra pública, de la desnutrición infantil, de los sueldos magros, de un sistema fiscal injusto y regresivo, de la pobreza, y de la aniquilación del sistema público de salud y educación. Claro que todo esto nunca será reconocido y se buscarán excusas irrelevantes o estúpidas para tratar de explicar los males que azotan el país. A ello siempre concurrirán entusiastamente los medios comerciales de comunicación, voceros de la clase dominante y sus aliados, que nunca desnudarán que la verdadera causa de esos males es justamente un sistema de dominación global basado en un endeudamiento ficticio, sempiterno y criminal.

(*) Sainete: “Obra teatral, con música o sin ella, frecuentemente cómica, de ambiente y personajes populares, en uno o más actos, que se representa como función independiente” (Diccionario Enciclopédico Esparsa).




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Una historia marcada por varios terremotos

UN NUEVO TERREMOTO SACUDE HAITÍ

El 12 de enero de 2010 la República de Haití fue golpeada por un terremoto de magnitud 7.0 en la escala Richter, cuyo epicentro fue cerca de su capital Puerto Príncipe y dejó sin vida a casi 200.000 personas. La terrible catástrofe natural, a partir de la cual varias naciones del mundo no dudaron en enviar rápidamente su ayuda, es la gota que rebalsó el vaso de una historia marcada por varios terremotos políticos, ambientales y sociales de los que casi nadie se hizo eco.

Por Hernán L. Giardini

Terremotos políticos
Originalmente la isla estaba habitada por unos 300.000 indígenas caribes, arawak y taínos. Hasta que el 5 de diciembre de 1492 arriba Cristóbal Colón, y pasa a formar parte del Imperio Español, con el nombre de “La española”.

A comienzos del siglo XVII, debido al auge que había adquirido el comercio informal de los colonos criollos de la isla en la parte occidental, el gobernador español Antonio de Osorio ordenó la despoblación de esa zona. Con el tiempo, en las zonas despobladas del oeste se fueron asentando comerciantes y piratas franceses, lo que determinó que la región occidental de la isla fuera reclamada por Francia.
Fue así que en 1697, mediante el Tratado de Ryswick, España cedió a Francia esa parte de la isla, que pasa a llamarse Saint-Domigue, convirtiéndose en su colonia más rica, fruto del trabajo esclavo en sus plantaciones de azúcar, donde el 95% de sus habitantes (unos 300.000) eran originarios del África subsahariana.
Pero en 1803 los negros se rebelaron y el 1 de enero de 1804, tras una prolongada lucha armada, doblegaron a las tropas de Napoleón Bonaparte. Así, Haití declaró su independencia y se convirtió en el primer país libre de América.
Sin embargo, su liberación fue muy dolorosa -un tercera parte de la población cayó en combate- y no reconocida: fue condenada y bloqueada económicamente, al extremo de que Europa le impuso la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haberse liberado de éstos.
En 1822 las tropas haitianas invadieron la parte oriental de la isla (República Dominicana), que recobraría su independencia en 1844.
Luego vendrán épocas de sangrientas dictaduras militares, que destinaron los poquísimos recursos del país al pago de la ridícula deuda con Francia.
La gran inestabilidad política del país sirvió a Estados Unidos como pretexto para invadirlo en 1915 y ejercer su control absoluto hasta 1934, cuando ya había cumplido sus objetivos: derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a extranjeros y cobrar las deudas del City Bank.
En 1957 fue elegido como presidente François Duvalier, quien gobernó durante muchos años dictatorialmente con la ayuda militar y financiera de Estados Unidos y que en 1964 se hizo proclamar presidente vitalicio, hasta que en 1971 fue sucedido por su hijo, Jean-Claude Duvalier.
En 1986 una insurrección popular obligará a exilarse a Duvalier, y el ejército alcanzó el poder. Tras diferentes cambios de gobiernos entre militares, Jean-Bertrand Aristide fue presidente electo en 1991 con el apoyo de Estados Unidos, siendo también depuesto en 2004 tras una grave crisis política y económica con fuerte violencia en las calles, que concluyó con la ocupación de Haití por parte de los “Cascos Azules” de la ONU.
En 2006, también con el apoyo de Estados Unidos, René Préval gana de forma arrolladora en las elecciones y se convierte en el segundo presidente democrático de Haití en sus 200 sangrientos años de historia.

Terremotos ambientales
Mientras que en 1925 se calcula que Haití sólo conservaba el 40% de sus bosques nativos, hoy en día la cifra alcanza apenas al 2%. Las principales causas de la deforestación fueron la explotación forestal intensiva, el reemplazo de bosques por plantaciones de azúcar y la utilización de madera para combustible de cocina.
La sobreexplotación del recurso provocó la erosión del suelo y una tremenda escasez de agua potable. Esto además causó inundaciones periódicas como la ocurrida el 17 de septiembre de 2004, cuando la tormenta tropical Jeanne provocó la muerte de más de 3.000 personas, destruyó carreteras y dejó a 170.000 personas sin alimentos ni agua.
Esta situación contrasta con la de la vecina República Dominicana, que con un clima similar y unas condiciones de partida similares practicó una política forestal adecuada y actualmente tiene una vasta cubierta vegetal.

Terremotos sociales
Haití es el país más pobre de toda América: más del 70% de su población vive en la pobreza. Aproximadamente el 5% de la población adulta tiene SIDA. Los casos de tuberculosis son de diez veces más altos que el promedio del resto de América Latina.

El 35% de la población de Haití es analfabeta y, de las 15.000 escuelas primarias con las que cuenta, el 90% son privadas (manejadas por las comunidades, organizaciones religiosas u ONGs).

Sólo la mitad de los niños haitianos están vacunados y apenas el 40% de ellos tienen acceso a asistencia médica básica. La mitad de las causas de muerte infantil son atribuidas al SIDA, infecciones respiratorias, meningitis y enfermedades como el cólera y la tifoidea. El 90% de los niños del Haití sufren de enfermedades hídricas y de parásitos intestinales.

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El fascismo democrático toma el poder

TRIUNFO DEL PIÑEROCHETISMO EN CHILE

La historia política de Chile a partir del 11 de septiembre de 1973 ha marcado profundamente a la sociedad chilena. El triunfo de Sebastián Piñera en las últimas elecciones da muestra de este proceso. El fascismo no sólo aparece a través de Golpes de Estado en Latinoamérica, también tiene máscaras democráticas. Alan García en Perú, Álvaro Uribe en Colombia, Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires, y desde hace unos días Piñera en Chile.

Por Marcelo J. Levy

No hay que hurgar mucho para darse cuenta que el nuevo presidente chileno es un férreo admirador del dictador Augusto Pinochet. El pueblo de Chile se pregunta si el Gobierno de Sebastián Piñera será una derecha disfrazada de progresista o será el heredero de la dictadura de Augusto Pinochet.

Veamos algunas cuestiones que nos pueden ayudar a ir analizando el futuro político del país trasandino. Quienes gobernarán con Piñera serán integrantes de la Unión Democrática Independiente (UDI), partido creado por Jaime Guzmán a inicio de los 80, principal organización política que ha sido de oposición a la concertación y a Michelle Bachellet, y ahora será el principal partido de Gobierno. Asimismo, será partícipe de esta nueva gestión el Partido de Renovación Nacional (PRN), organización del propio Piñera. Dentro de la UDI existen figuras que tuvieron roles importantes en el Gobierno de Pinochet, como Pablo Longuera, actual senador; Hernán Büchi, quien fuera ministro de Hacienda y candidato presidencial; así como Patricia Mate, quien también fue ejecutiva en tiempos de Pinochet.

Los grupos económicos y financieros que surgieron en ese entonces, encabezados por personas como Carlos Alberto Delano, uno de los socios principales de la empresa Penta, fue creado a la par de la dictadura que se benefició de privatizaciones de empresas del Estado.

Por otra parte, y este es uno de los puntos centrales, el empresario Piñera es dueño de un canal de televisión, Chile Visión, estación actualmente privada, que fue originalmente de la Universidad de Chile, pero después fue vendido al grupo venezolano Cisneros, concesión que luego fue ofertada a Piñera a comienzos de los 2000.

Diversas fuentes periodísticas nacionales e internacionales ligadas al ámbito económico señalan que el flamante mandatario utilizo contactos, en la bolsa chilena, para subir de forma especulativa el valor de sus acciones de manera de poder cancelar todos los gastos que le ocasionó la campaña para alcanzar el sillón presidencial.

Los medios de prensa nacionales señalan que entre el viernes 15 y lunes 18, el 26,33% que Piñera posee en Lan, aumentó casi en 11 millones de dólares su valor bursátil. Si en su campaña, hubiese gastado 10 millones de dólares –el máximo que se le devolvería por ley electoral- significa que tuvo una ganancia cercana al millón de dólares. Eso, sólo en el fin de semana que pasó de candidato a Presidente electo. No es todo. Si hubiese vendido todo después de su triunfo en las urnas, habría recibido US$ 1.527 millones. Y sin pagar impuestos.

Al respecto, el semanario The Economist vocero del capital neoliberal, expresa que “hay tres razones para preocuparse por Piñera, destacado empresario. Lejos, la principal tiene que ver con su ética de negocios y potencial conflicto de intereses. Nadie duda de su impulso emprendedor, pero algunos cuestionan sus métodos. Ha sido multado por uso de información privilegiada; en otra ocasión fue acusado por opositores de utilizar su cargo como senador para defender sus intereses empresariales. Él sostiene que gran parte de sus bienes, entre éstos un canal de televisión y la participación mayoritaria en la línea aérea nacional de Chile, se puso en un fideicomiso ciego o que, si gana, venderá antes de asumir. No obstante, tendrá que asegurar a los chilenos que no es un Berlusconi; que va a gobernar en el interés de ellos, no en el propio”.

Luego uno de sus principales colaboradores y miembro de la extrema derecha (UDI), el senador Pablo Longueira manifestaba que Sebastián Piñera, en materia de negocios, tiene que cumplir lo que le dijo a los chilenos: que se va a deshacer de todo su paquete accionario de aquí al 11 de marzo. Lo importante es que cumpla lo que dijo, y mientras antes lo haga mejor, declaró.

Sin embargo el presidente electo, esta abocado a buscar todos los resquicios legales y estrategias diversas, para seguir manteniendo de forma encubierta el control de sus negocios. Pretender creer que Sebastián Piñera se va a deshacer de sus negocios, es una quimera, una gran mentira, que en su momento saldrán a la luz.

Ahora el curriculum o el prontuario económico del nuevo presidente electo de Chile, se ha caracterizado por mezclar en su vida los negocios y la política. Más conocido por sus grandes logros como empresario que por los que ha alcanzado como político, en el 2007 debutó en el listado de la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo con una fortuna estimada en más de 1.200 millones de dólares y que en la actualidad alcanzaría más de dos mil millones.

Piñera se autodenomina un emprendedor más que un empresario. Sin embargo, su forma de hacer negocios ha sido seriamente cuestionada en los medios empresariales chilenos, como en el propio mercado financiero, en especial en el transcurso de la campaña presidencial.

Sus primeros pasos los dio en el rubro inmobiliario en 1978 con la empresa Toltén, que fundó junto a Antonio Krell al regresar de Estados Unidos. La compañía se dedicaba a comprar terrenos baratos en los municipios de Peñalolén, La Florida y Macul, desarrollaban grandes proyectos que eran vendidos en sumas de dinero mucho mayores. La inmobiliaria Toltén fue vendida en dos millones de dólares, que fueron invertidos en una iniciativa de gran envergadura del mismo rubro, que quebró a causa de la recesión de 1982, en plena dictadura militar.

Posteriormente, diversificó sus inversiones y en los ochenta adquirió acciones de LAN y comenzó a participar en el área financiera. A principios de la década de los 80 estuvo en el Banco de Talca, desde donde salió a punto de ingresar a la cárcel. A Sebastián Piñera se le enjuició por la Ley General de Bancos como cómplice de fraudes contra la entidad financiera y sus accionistas minoritarios. Según la investigación, los involucrados habrían cursado préstamos del Banco para adquirir acciones de la entidad a nombre de ellos mismos. Si bien, Piñera nunca llegó a la cárcel, sí permaneció como prófugo de la justicia durante algunas semanas mientras se cursaba el recurso de amparo que, finalmente, fue acogido por este caso, exculpándolo de los hechos.

Uno de sus negocios más emblemático ha sido LAN, compañía por la que también se ha visto involucrado en problemas. En 2003 la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) lo multó por haber comprado acciones de la empresa con información privilegiada a raíz de su participación en el directorio.

Como señalaba anteriormente, Piñera ha incursionado también en el negocio de las comunicaciones. Hoy es dueño del canal de TV Chilevisión, que compró al grupo Claxon y que se había fundado como el canal de la Universidad de Chile. Junto con LAN y sus acciones en Colo Colo, son los únicos negocios que no fueron puestos en un fideicomiso privado, administrado por Celfín Capital y Larraín Vial entre otros, en abril de 2009 cuando comenzó la campaña presidencial. Sin embargo, Piñera ha señalado que antes de arribar en La Moneda “venderá su participación en ambas compañías”.

También posee el Parque Tantauco en Chiloé, una de sus inversiones más queridas. Piñera se adjudicó 118 mil hectáreas, que equivalen a un quinto del total de la superficie de la isla. Y pese a que el valor de la transacción nunca fue conocido se estima estuvo entre los seis y ocho millones de dólares.

El 11 de marzo de 2010 comenzará una etapa en la vida de Sebastián Piñera, quizás la más importante, como Presidente de Chile. La lupa de la Concertación y de todos quienes no votaron por él estará enfocada en su gestión de cuatro años, pero también de la Alianza por Chile, que espera revertir por más tiempo el más de medio siglo que tardo la derecha liberal en volver al Ejecutivo, ahora de la mano del pinochetismo.

Mientras tanto, en la Alianza por Chile (UDI-RN) se disputan los altos puestos de gobierno que deberán ocupar desde marzo próximo. La suerte está echada. Más de la mitad de la sociedad chilena apoyó este cambio (no tan profundo) de gobierno. Estaremos alerta cómo incide en la política a nivel continental, nuevas alianzas y nuevos enemigos.



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La justicia poética de Dennis Brutus

UN POETA E INTELECTUAL SUDAFRICANO QUE DESAFIÓ EL APARTHEID

Dennis Brutus picó piedras junto a Nelson Mandela cuando fueron encarcelados juntos en la tristemente célebre prisión de la isla Robben. Su delito, al igual que el de Mandela, fue luchar contra la injusticia y el racismo, desafiar al régimen del apartheid en Sudáfrica. Las armas de Brutus eran sus palabras: elevadas, agudas, poéticas. Fue prohibido, censurado, y herido de bala. Pero el compromiso y activismo de este poeta, su defensa de los pobres, nunca claudicaron. Brutus murió mientras dormía el 26 de diciembre en Ciudad del Cabo, a los 85 años de edad, pero vivió con los ojos bien abiertos. Su vida resume el siglo XX, e incluso hasta sus últimos días inspiró, guió y movilizó a la gente en la lucha por la justicia en el siglo XXI.

Por Amy Goodman (desde Estados Unidos)

Lo extraño, para un mágico poeta e intelectual como él, es que fue el rugby lo que le hizo ver a temprana edad la injusticia racial en su patria. Brutus siempre recordaba que un hombre blanco lo llamó en forma sarcástica “futuro Springbok”.

“Los Springboks” era el equipo nacional de rubgy, y Brutus sabía que quienes no eran blancos nunca podrían estar en el equipo. Escribió “Eso me quedó grabado hasta años más tarde, cuando comencé a cuestionar la barrera racial en su conjunto, a cuestionar por qué los negros no podían estar en el equipo”. Este tema aparece en la nueva película de Clint Eastwood, “Invictus”. El Presidente Mandela, caracterizado por Morgan Freeman, apoya a los Springboks durante la Copa Mundial de 1995, reconociendo que hasta entonces los negros siempre supieron a quienes apoyar: a cualquier equipo que jugara contra los Springboks.

A fines de la década del 50, Brutus escribía una columna de deportes bajo el seudónimo “A. De Bruin, que en afrikaans significa “un negro”. Brutus escribió: “La columna…era aparentemente sobre resultados deportivos, pero también sobre la política racial y el deporte”. Fue prohibido, una práctica del apartheid que imponía, entre otras cosas, restricciones al movimiento, al derecho de reunión y de publicación. En 1963, al intentar huir de la custodia policial, recibió un disparo. Estuvo al borde de la muerte en una calle de Johannesburgo mientras esperaba una ambulancia especial para negros.

Brutus pasó 18 meses en prisión, en la misma sección de la isla Robben que Nelson Mandela. Allí escribió su primer conjunto de poemas, “Sirenas, nudillos, botas”. Su poema “Sharpeville” describe la masacre del 21 de marzo de 1960 en la que la policía sudafricana abrió fuego y mató a 69 civiles, un hecho que lo radicalizó. En su poema escribió:

Recuerden Sharpeville
el día de las balas por la espalda
porque encarnó la opresión
y la naturaleza de la sociedad
más claramente que ninguna otra cosa:
fue el hecho ejemplar.

Al salir de la cárcel, Brutus comenzó su vida como refugiado político. Formó el Comité Olímpico No Racial Sudafricano para incluir a los deportes en una campaña mundial contra el apartheid de gran envergadura. Logró que a Sudáfrica se le prohibiera participar en los Juegos Olímpicos de 1970. Brutus se mudó a Estados Unidos, donde se desempeñó como profesor universitario y líder contra el apartheid, a pesar de los esfuerzos del gobierno de Reagan de impedir que mantuviera su condición de refugiado y de los intentos por deportarlo.

Tras la caída del apartheid y el ascenso al poder del Congreso Nacional Africano, Brutus se mantuvo fiel a sus principios. Me dijo: “Cuando se privatiza el agua, se privatiza la electricidad y las personas son desalojadas de sus viviendas precarias porque no pueden pagar el alquiler, la situación empeora. Y me parece, que el centro de la cuestión es que el gobierno sudafricano, liderado por el Congreso Nacional Africano y Mbeki, decidieron adoptar la solución empresarial”.
Continuó diciendo: “Salimos de nuestro apartheid para pasar al apartheid de la globalización. Estamos en un mundo donde, de hecho, la riqueza está concentrada en las manos de unos pocos; la mayoría de la gente aún es pobre…una sociedad que está diseñada para proteger a los ricos y a las empresas y de hecho está perjudicando a los pobres, aumentando su carga, esto es lo contrario de lo que pensé que sucedería en el gobierno del Congreso Nacional Africano”.

Muchos activistas jóvenes conocen a Dennis Brutus no por su militancia en contra del apartheid sino por su activismo a favor de la justicia global, por su participación en todas las grandes movilizaciones contra la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Y, más recientemente, aunque no estuvo presente, su figura le dio inspiración a los manifestantes que protestaron en Copenhague durante los días de la cumbre sobre el cambio climático de la ONU. En su cumpleaños número 85, días antes del inicio de las negociaciones sobre el clima, dijo: “El planeta entero está en graves problemas. Vamos a decirle al mundo: hay demasiadas ganancias, demasiada codicia, demasiado sufrimiento de los pobres. Debe, tiene que parar. El planeta debe estar en acción. Todos los habitantes del planeta deben ponerse en acción”.
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Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
www.democracynow.org/es

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¿Hacia el “post-altermundialismo”?

EL FORO SOCIAL MUNDIAL, 10 AÑOS DESPUÉS

El rechazo voluntario a influir colectivamente sobre los actores de la esfera política a partir de una plataforma internacional común, y al mismo tiempo quedarse afuera de la esfera electoral, explica el desgaste de la fórmula de los FSM, aunque continúen reuniendo a decenas de miles de participantes. Muchos militantes se preguntan sobre los resultados políticos concretos de esos encuentros y la manera en que pueden contribuir al advenimiento de “otro mundo posible”.

Por Bernard Cassen

Muchos militantes se preguntan sobre los resultados políticos concretos de esos encuentros. Los movimientos sociales y ciudadanos, reunidos por primera vez en Porto Alegre en enero de 2001 para denunciar los estragos del neoliberalismo y exponer proposiciones alternativas, lograron gran repercusión. Pero la fórmula está emitiendo señales de desgaste… De ahí la necesidad de tender puentes con las fuerzas políticas y con los gobiernos progresistas que llevan a la práctica medidas directamente surgidas de los Foros.

En la pequeña oficina de Le Monde diplomatique de París, donde el 16 de febrero de 2000 se establecieron las bases de lo que iba a convertirse en el Foro Social Mundial (FSM), ninguno de los presentes hubiera podido imaginar hasta qué punto el FSM se transformaría en un nuevo actor de la vida política internacional. Y todo fue muy rápido, dado que el primer FSM se celebró menos de un año después en Porto Alegre, capital del estado brasileño de Rio Grande do Sul.

Tan rápido paso de la idea a la acción fue una notable hazaña que debe atribuirse al comité brasileño de organización, constituido a ese fin. En un artículo publicado en agosto de 2000, que contribuyó de manera decisiva a dar credibilidad y poner en órbita internacional al futuro Foro, Ignacio Ramonet escribía: “En 2001, Davos tendrá un competidor mucho más representativo del planeta tal cual es: el Foro Social Mundial que se reunirá en la misma fecha (del 25 al 30 de enero) en el Hemisferio Sur, en Porto Alegre (Brasil)”. Añadía, a partir de los elementos de los que disponía en ese momento, que se esperaban “entre 2.000 y 3.000 participantes, portadores de las aspiraciones de sus respectivas sociedades”. No obstante, y para agradable sorpresa de todos, fueron cerca de 20.000 los delegados que seis meses más tarde se reunieron en la capital gaucha.

La reacción anti-Davos había tenido una fuerte influencia en esa movilización. La voluntaria proximidad de los titulados dos Foros – Foro Económico Mundial o World Economic Forum (WEF) en Davos y Foro Social Mundial en Porto Alegre – así como la también deliberada simultaneidad de ambas reuniones, habían constituido ventajas mediáticas mayores. El fundador y presidente del Foro de Davos, Klaus Schwab, lo constató con amargura, quejándose de la “desviación negativa” del renombre del WEF.

Símbolo del poder y de la arrogancia financiera, así como del desprecio por la democracia y la sociedad, Davos constituía un blanco perfecto para los movimientos sociales y ciudadanos. Ya en enero de 1999, en plena sesión del WEF, varias organizaciones, entre las que se encontraba el Foro Mundial de las Alternativas (FMA) y Attac, habían organizado un seminario de dos días en Zurich, seguido de una conferencia de prensa sobre el tema de “El otro Davos” en la estación de esquí suiza. Cualquier otro tipo de manifestación o protesta era prácticamente imposible en esas estrechas callecitas cubiertas de nieve controladas por policías y militares.

Fue pues contra todo lo que representaba Davos contra lo que se definieron los primeros FSM, en una postura de denuncia del neoliberalismo y de resistencia a sus perjuicios. Los FSM también se situaban como prolongación de los combates zapatistas (en especial el Reencuentro Intergaláctico de Chiapas de 1996); de la lucha victoriosa contra el Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (AMI) de 1998, elaborado en secreto por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y cuyo texto había publicado Le Monde diplomatique, y por supuesto de la gran movilización en Seattle contra la Organización Mundial de Comercio (OMC) de diciembre de 1999.

En una segunda etapa, los Foros se tornaron más propositivos, lo que como consigna se tradujo en el abandono del término “anti-globalización” a favor de “altermundialismo”. Es decir, el paso del rechazo a la propuesta, lo que correspondía más a la consigna de los Foros: “Otro mundo es posible”. Esta evolución se realizó sin modificar las reglas de funcionamiento del FSM, codificadas en su Carta de Principios elaborada en junio de 2001. Dicho documento de referencia define al Foro a la vez como un “espacio” y un “proceso”; de ninguna manera como una entidad. Se trata de componer un lugar de intercambios, de diálogo, de elaboración de propuestas, de puesta en práctica de estrategias de acción y de constitución de coaliciones de todos los actores sociales que rechazan la globalización liberal. Pero cada una de esas acciones sólo compromete a las organizaciones que desean implicarse y no al conjunto de las presentes en el Foro.

Por lo tanto, el Foro Social Mundial no toma posiciones como tal y en sus reuniones no hay un “comunicado final”; tan sólo textos adoptados en el transcurso del Foro Social Mundial, pero no textos “del” Foro Social Mundial ni de sus declinaciones continentales (como los Foros Sociales africanos, europeos, etc.). Esta fórmula abierta permitió la progresiva incorporación a los Foros de nuevas fuerzas –sindicatos “reformistas”; Organizaciones No Gubernamentales (ONG); movimientos indígenas, feministas, ecologistas, confesionales, etc. – que aceptaban caminar un trecho con elementos más radicales, pero que no querían ser desbordados por ellos.

De un FSM a otro se emitieron cientos de propuestas (más de 350 sólo para el Foro de Porto Alegre de 2005), pero sin ninguna jerarquía ni articulación entre ellas. Todo lo que derogaba el principio de “horizontalidad” (las propuestas tienen un estatus equivalente) y todo lo que aparecía como “vertical” (por ejemplo, una plataforma que unificara diferentes propuestas complementarias pero dispersas), fue combatido por una fracción influyente de los organizadores brasileños de los Foros y dirigentes de ONG que veían allí el inicio de un programa político… y hasta el intento de creación de una nueva Internacional!

Así es como el Manifiesto de Porto Alegre, base de las doce propuestas –originadas en debates y que constituyen a la vez un sentido y un proyecto– que el 29 de enero de 2005 presentaron en Porto Alegre 19 intelectuales de cuatro continentes (entre ellos dos premios Nobel), fue criticado en sus propios principios por muchos autoproclamados guardianes de la ortodoxia “Foro”. Idéntica suerte le reservaron posteriormente al Llamamiento de Bamako, documento programático de alcance planetario, redactado al término de un encuentro que organizó el Foro Mundial de las Alternativas, que había reunido a 200 intelectuales y representantes de movimientos sociales, la mayoría de África y Asia, en vísperas del Foro Social Mundial descentralizado que tuvo lugar en la capital de Malí en enero de 2006.

Si se aplicara la rigurosa lectura que algunos hacen de la Carta de Principios de 2001, los Foros Sociales estarían condenados a presentar en orden disperso una multitud de propuestas de muy desigual importancia acerca de las estructuras del orden dominante que, de los gobiernos a las instituciones multilaterales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio, Organización de Cooperación y Desarrollo Económico), sin hablar de la Comisión Europea, dan prueba de una cohesión absoluta en la imposición de los dogmas liberales.
Ese rechazo voluntario a influir colectivamente sobre los actores de la esfera política a partir de una plataforma internacional común, y al mismo tiempo quedarse afuera de la esfera electoral, explica el desgaste de la fórmula de los FSM. Y eso aunque continúen reuniendo a decenas de miles de participantes locales, que a menudo asisten por curiosidad, como ocurrió en Belem en enero de 2009.

Muchos militantes se preguntan sobre los resultados políticos concretos de esos encuentros y la manera en que pueden contribuir al advenimiento de “otro mundo posible”.

Las cosas se complicaron con la llegada al poder en América Latina (Bolivia, Ecuador y Venezuela) de gobiernos surgidos de movimientos populares, que ponen en práctica, aunque con altibajos, políticas de ruptura con el neoliberalismo – tanto a nivel nacional como internacional – que coinciden con las expresadas en los Foros. ¿Qué actitud debería adoptarse? ¿Ser solidarios con ellos, aunque sea caso por caso? ¿O quedarse de brazos cruzados y mirar para otro lado, so pretexto de que se trata de gobiernos, por lo tanto sospechosos, razón por la cual hay que mantenerlos a distancia?

Ese comportamiento remite a una ideología libertaria difusa pero muy presente en numerosas organizaciones. En especial fue objeto de las teorías de John Holloway en su obra titulada explícitamente Cambiar el mundo sin tomar el poder. Por otra parte, la palabra “poder” está ausente del vocabulario de muchos de sus actores, salvo para estigmatizarla, muy a menudo como reacción a las derivas totalitarias de Estados-Partidos.

Por el contrario, el contrapoder y la desobediencia civil son consideradas las privilegiadas palancas del cambio. Tal postura se hace difícil de sostener cuando en la Cumbre de Copenhague, por ejemplo, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que reagrupa a nueve Estados latinoamericanos y caribeños, toma posiciones que convergen con las de las coaliciones de ONG que exigen la justicia climática, y cuestiona directamente al capitalismo.

El nuevo contexto internacional impondrá, incluso en la concepción de estos Foros, la búsqueda de nuevas formas de articulación entre movimientos sociales, fuerzas políticas y gobiernos progresistas. Para caracterizar esta evolución se ha propuesto una palabra: el post-altermundialismo, que sin sustituir al altermundialismo, constituye una continuidad posible.

En ocasión del FSM de Belem, se pudo ver un primer esbozo de esta actividad postaltermundialista en el diálogo entre cuatro presidentes latinoamericanos –Hugo Chávez (Venezuela), Rafael Correa (Ecuador), Fernando Lugo (Paraguay) y Evo Morales (Bolivia)– y los representantes de movimientos sociales del subcontinente. Un diálogo que va a profundizarse en el Foro Social temático de Salvador de Bahía, previsto en dicha ciudad del 29 al 31 de enero de 2010 con la creciente participación de jefes de Estado (entre ellos del presidente Lula). Participación que debería prolongarse con ocasión del próximo FSM que en 2011 tendrá lugar en Dakar.

Durante una reunión preparatoria organizada en la capital senegalesa el pasado noviembre, movimientos sociales del continente expresaron su voluntad de hacer evolucionar al FSM. Se debatieron formulaciones como la necesidad de crear “un espacio de alianzas creíbles” y no “un mercado de la sociedad civil”; de “definir una relación nueva con los actores políticos” en vista a “construir una alternativa”.

Ciertamente, en África se consolidará el necesario giro “post-altermundialista” de los Foros Sociales.



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La historia silenciada de Villa La Angostura

DESALOJO DE MAPUCHES EN LA PATAGONIA

En 1902 el Gobierno Nacional entregó a familias mapuches 625 hectáreas, tierras donde hoy se erige la exclusiva ciudad neuquina de Villa La Angostura. El reciente desalojo de parte de la misma comunidad es un caso testigo de la negación de la historia y la violación de los derechos indígenas.
Por Darío Aranda


El Gobierno Nacional entregó en 1902 a los pobladores ancestrales José María Paichil e Ignacio Antriao el lote 9 de la por entonces Colonia Nahuel Huapi, en la Patagonia. Sobre esa misma parcela indígena hoy se erige el casco urbano de Villa La Angostura, la exclusiva y turística ciudad neuquina. Durante todo el siglo XX creció la ciudad y, al mismo tiempo, les fue arrebatada la casi totalidad de su territorio a las familias mapuches. La última semana, la Comunidad Paichil Antriao --descendiente directa de esos primeros pobladores-- padeció otro despojo: parte de la comunidad fue nuevamente desalojada y tres viviendas destruidas. Los pobladores indígenas advirtieron que la causa estaba plagada de irregularidades, denunciaron que la Justicia desoyó legislación nacional e internacional, e informaron que el beneficiario fue un ciudadano estadounidense que asegura ser dueño del predio. El desalojo se dio un contexto de criminalización del Pueblo Mapuche y una campaña mediática que cuestiona sus reconocidos derechos.

El mapa es antiguo, casi ilegible, y está fechado en 1902. “Casa Paisil”, señala en fuente antigua. Da cuenta de los primeros pobladores de lo que décadas después sería Villa La Angostura, en Neuquén. Figura en el reciente y completo libro “Historias de las familias Mapuche Paichil Antriao y Quintriqueo” (compilado por la Biblioteca Popular Osvaldo Bayer), donde antropólogos, historiadores y habitantes locales abordan el pasado negado de la región sur de la provincia. Según consta en la Cancillería, el histórico mapa fue utilizado como “memoria por el Gobierno de su Majestad Británica para considerar e informar sobre las diferencias” en la frontera entre Chile y Argentina.

No es la única prueba documental. La portada del expediente de la “División Tierras y Colonias” es amarillento, tiene olor a papel añejo y data de 1903. Da cuenta de “Entrega lotes Colonia Nahuel Huapi”, lo que décadas después sería la provincia de Neuquén. Los dos primeros beneficiarios son “Don Ignacio Antriau” y “José María Paisil”. El antiguo expediente confirma que son habitantes del lugar desde antes de 1899, “indígenas”, “argentinos” y ambas familias figuran sobre el “lote 9”, parte del casco urbano de la actual Villa La Angostura.

La prueba documental fue suministrada por el antropólogo Sebastián Valverde, investigador del Conicet y docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Ya en 2007, junto a la investigadora Analía García, publicó “Políticas estatales y procesos de etnogénesis en el caso de poblaciones mapuche de Villa La Angostura”.

Ninguna prueba sirvió el miércoles 25 de noviembre cuando setenta policías (incluso efectivos del temido Departamento Especial de Servicios Policiales --Despo--) llegaron a las 8 al cerro Belvedere y comenzaron a desarmar las viviendas de la comunidad. Los medios locales filmaron el accionar. Se observa a los uniformados, pero también a un grupo de civiles que patean las paredes de las humildes viviendas, cortan con motosierras los tirantes de madera y sonríen satisfechos cuando las casas yacen destruidas.

El juez Jorge Videla, del Juzgado Multifueros, no hizo lugar a la ley 26.160 (Ley de Emergencia de Propiedad Comunitaria), que prohíbe el desalojo de comunidad indígenas y solicita un relevamiento territorial de las parcelas correspondientes a los pueblos indígenas.

Justamente, la ley 26.160 es criticada por el gobierno neuquino, sobre todo luego que el INAI firmó un convenio con la Universidad Nacional del Comahue para implementar el mapeo de tierras en la provincia. "Nación y el INAI tienen que entender que no puede tener acciones unilaterales, en la medida que las tengan en Neuquén, en el único lugar que discutiremos será en Tribunales. Hemos recurrido al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y a la ministra Alicia Kirchner, de quien depende el INAI", advirtió al Diario Río Negro el gobernador Jorge Sapag, que no respondió los llamados de este redactor. En noviembre pasado, el Congreso prorrogó la vigencia de la norma para que se puedan completar los relevamientos (que viene muy retrasados). Los legisladores neuquinos fueron los únicos que votaron en contra de la prorroga.
Según las comunidades indígenas, el rechazo provincial a la ley tiene una explicación: el relevamiento catastral podría evidenciar la “usurpación de tierras que históricamente fueron ocupadas por mapuches”.

La Justicia tampoco tuvo en cuenta el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), tratado internacional al que Argentina adhirió en 2001 y tienen rango superior a las leyes locales. “Siempre que sea posible, los pueblos indígenas deberán tener el derecho de regresar a sus tierras tradicionales en cuanto dejen de existir las causas que motivaron su traslado y reubicación”, señala el artículo 16 del Convenio. Pero el juzgado neuquino no hizo prevalecer la norma.

El lonko Ernesto Antriao denunció que no se contó con la posibilidad de defensa porque “la comunidad no fue notificada” del desalojo. De saberlo, habría apelado y frenado la acción judicial.
El desalojo se produjo sobre un predio reclamado por el ciudadano estadounidense William Henry Fisher. La comunidad utilizó históricamente ese predio para pastoreo de animales. También se encuentra un “rewe”, sitio sagrado utilizado para ceremonias.

El Observatorio de Derechos Humanos de Pueblos Indígenas, que acaba publicar un extenso trabajo sobre la situación actual de los indígenas de Neuquén, resumió: “El juicio entre el norteamericano Fisher contra el Lof Paichil Antriao estuvo plagado de irregularidades, por este hecho la causa se encuentra desde 2008 con una denuncia y con un pedido de medida cautelar en curso en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El desalojo violento que sufrió el Lof determina una violación grave a los derechos humanos de los pueblos indígenas”.

La comunidad Paichil Antriao está conformada por 25 familias, la mayor parte ubicada en el cerro Belvedere y sobre las costas del lago Correntoso, zonas deseadas para negocios inmobiliarios. El miércoles pasado la Policía no avanzó sobre todas las viviendas porque corresponden a distintas causas judiciales. Pero la comunidad prevé que se está en el comienzo de la escalada represiva. Luego de décadas de negarle su identidad como comunidad, los Paichil Antriao se reorganizaron en 2003, reafirmaron la pertenencia al Pueblo Mapuche y comenzaron a defender los últimos espacios territoriales. Iniciaron una serie de reclamos administrativos (ante el Estado Nacional, provincial y municipal) y acciones directas para la restitución de centenares de hectáreas que les fueron quitadas en las últimas décadas. En 2007 tuvo el reconocimiento del Estado a través del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI). El pedido de fondo: la revisión de títulos y el reconocimiento de la propiedad comunitaria de las parcelas indígenas.

“La zona denominada “el cruce” en Villa La Angostura es donde se localizaba el lote 9 y donde hoy se encuentra el centro y la Municipalidad. ‘El cruce’ fue creciendo a un ritmo mucho más acelerado que otras zonas, siendo hoy el centro administrativo y comercial de Angostura. Así, sobre el lote 9 fue creciendo el centro de Villa La Angostura y la familia mapuche fue gradualmente ‘corrida’ hacia la marginalidad del lote”, explicó Valverde, investigador del Conicet.
Gerardo Ghioldi, investigador y compilador del libro “Historias de las Familias Mapuche”, apuntó que la Plaza San Martín, en pleno centro de Villa La Angostura --donde se ubica la Municipalidad--, “era un cementerio mapuche que después, en el proceso de hacerlos invisibles, se transformó en cementerio general y más tarde en una plaza. Ahí está justamente enterrado el lonko Ignacio Antriao, debajo de un maitén muy grande”.

El historiador local Yayo de Mendieta confirmó en su libro “Una aldea de montaña” que Ignacio Antriao se asentó en la zona en 1872 “junto a su esposa Cayetana Cayun, y sus tres pequeños hijos Candelaria, Tomás y Pascual, se instaló en las costas del gran lago”. Incluso el Concejo Deliberante reconoció, en 1993, la histórica presencia mapuche. La ordenanza 532 señala: “Ignacio Antriao fue cacique (lonko) de las huestes de Sayhueke y tenía sus dominios a principios de siglo desde el Correntoso hasta la península de Quetrihue. Cuando el gobierno nacional encomendó la mensura y subdivisión de la Colonia Nahuel Huapi, se trazaron los límites del lote pastoril 9 de más de 600 hectáreas, desde el actual Cruce hasta el lago Correntoso y primeras estribaciones del Cerro Belvedere, dándole a este cacique el título de propiedad de estas tierras, en recompensa por sus servicios de baquiano ante la Comisión de Límites que actuaron en la zona. Fue uno de los firmantes del Acta de Fundación de Villa la Angostura en 1932 y fallece en 1936”.

A pesar de aquel reconocimiento municipal, en mayo de 2009 la comunidad tuvo que recurrir al Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo) porque, según consta en la denuncia, durante la conformación de la Carta Orgánica Municipal se les negó participación y se desconoció su preexistencia como Pueblo Mapuche. En una “carta abierta a la comunidad”, en mayo último, la Municipalidad retrucó: “Nada justifica la anárquica situación que se está desarrollando en el Cerro Belvedere y el perjuicio que esto trae a toda nuestra comunidad, tirando por la borda el esfuerzo de años hecho por los que nos precedieron y los que hoy intentamos hacer de Villa La Angostura un destino tranquilo, confiable, amigable, sustentable y con seguridad jurídica”.

El comunicado municipal también señalaba, omitiendo las pruebas históricas, que las familias Paichil y Antriao son “provenientes de Chile”, y advertía --culpando al reclamo indígena-- que “si no se respeta a la Justicia y al otro, estamos en manos de la anarquía, la impunidad y la justicia por cuenta propia; algo dramático para todos”. Solicitó a “las autoridades provinciales un compromiso firme en la solución concreta e inmediata de este conflicto, dentro del marco legal y social vigente”.

Una semana antes del desalojo, la Confederación Mapuche de Neuquén había anticipado a escalada de violencia gubernamental: “Una vez más el gobierno de Neuquén promueve el uso de fuerza pública para garantizar la concreción de la usurpación a espacios territoriales mapuches. En un claro acto de soberbia y con la firme intencionalidad de interrumpir el proceso judicial sobre la demanda de derecho indígena sobre su territorio ancestral, el Gobierno busca beneficiar los intereses de empresarios amigos. Justificando tal accionar en la ‘legalidad de los propietarios’ y en nombre de la seguridad jurídica, desconoce la legitimidad de la Comunidad Paichil Antriao en su demanda”.

La turística y selecta Villa La Angostura tiene el privilegio de ser la localidad con mayor criminalización mapuche: las comunidades enfrentan diez causas de las 32 que el Pueblo Mapuche enfrenta en toda la provincia. Verónica Huilipán, vocera y referente de la Confederación Mapuche, resumió la situación provincial: “Estamos viviendo un proceso de cacería de mapuches”.

http://darioaranda.wordpress.com/

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