9 de julio de 2017

El juego de las lágrimas



LA CAMPAÑA ELECTORAL, EL BONO A CIEN AÑOS, LA FUSIÓN CLARÍN-TELECOM, LA REPRESIÓN DE LA PROTESTA, LA CORRUPCIÓN INTERMINABLE, LA SALADA… 

Parece que la política se ha convertido en un juego. Los diarios anuncian que tal político/a jugará con tal otro o en tal elección. Leyendo los diarios y los portales es posible seguir el desarrollo de la lúdica política. Por ejemplo: “Mauricio Macri jugará fuerte en Córdoba: decidió que el PRO encabece la lista en octubre”; "Compromiso Peronista jugará las PASO: no baja la lista"; “Juega Scioli, ¿jugará Cristina?”; “Cambiemos ya da por seguro que Cristina Kirchner jugará en la campaña”. Ya era conocido que los políticos no se toman muy en serio su trabajo, pero hasta ahora no lo habían admitido explícitamente. A continuación se describen algunos de los juegos más entretenidos, en algunos de los cuales también participan empresarios y policías. 

Por Marcelo R. Pereyra 

LAS ESCONDIDAS
A las escondidas se juega así: cuando se está por cumplir el plazo para presentar listas para las elecciones, por ejemplo las inexplicables PASO, todos los políticos juegan a esconderse y ver con qué compañeros pueden esconderse juntos. Entonces empieza un “vos con éste, yo con aquél”. A la hora de formar listas de escondidos/as todo vale: se pueden convocar familiares, amigos, funcionarios que no renunciarán a su puesto si son elegidos, ex funcionarios que están imputados o procesados en causas judiciales y cualquier otro que se arrime, no importa si está capacitado o no para la función pública, lo que importa es que sepa jugar el juego. Es muy divertido ver cómo van cambiando con los años las listas de los escondidos, sobre todo cuando uno que ayer estaba en una lista hoy está en otra distinta, que es adversaria de la anterior. Hay algunos/as que les gusta jugar con el misterio y no salen de su escondite y hasta último momento se guardan si van a jugar o no (“Para desvelo de sus seguidores -sobre todo los políticos que la acompañan-, Cristina Kirchner mantiene el misterio respecto de si será o no candidata. Recién el sábado se develará”). ¿Piensan que con esa estrategia tienen más posibilidades de ganar el juego o es sólo una retorcida manera de participar en él? 

PARECIDOS Y DIFERENTES
Durante una campaña electoral una vez que termina el juego de las escondidas se puede jugar al “parecidos y diferentes”. Este juego lo practican fundamentalmente los políticos que no están en los extremos, que no son ni chicha ni limonada. Son los que se fueron de alguna pandilla y formaron una pandilla propia, que sería parecida a la primera, pero al mismo tiempo diferente. A las pandillas también se les llama “espacios políticos”, que vienen a ser los partidos políticos de antes. Estos partidos políticos ya no sirven para jugar: eran muy aburridos, muy serios, porque defendían ideas antes que imágenes de políticos y porque discutían en serio en vez de chicanear.  Para jugar al parecidos y diferentes los políticos del medio tienen que decir todo el tiempo qué tienen de diferentes de la pandilla en la que estaban antes –todo lo malo- y qué tienen de parecido –todo lo bueno- (“Randazzo se diferenció de Massa y Cristina Kirchner”). Hay políticos/as que juegan tanto a esto que al pasar muchas veces de pandilla en pandilla terminan mareándose y no saben en definitiva en cuál están: “La famosa concejal  (N de la R: Marcela "La Tigresa" Acuña)que fue kirchnerista, massista, volvió al FpV, luego se acercó al macrismo, ahora jugaría con Randazzo”. A algunos  les pasa esto después de las elecciones: los llaman panqueques o  borocotós. También se puede jugar a ser distinto que el rival, pero usando sus tácticas: “Periodista: ‘Se lo nota preocupado, pero ¿siente cierto orgullo porque Cristina Fernández, su principal opositora, al final use sus conceptos?’/ Jaime Durán Barba:Bueno… Siempre nos trataban de tarados, que no sabíamos de política, y ahora nos copian. Se ve que tan mal no lo hacemos’”. 

DON PIRULERO 
Un juego que los políticos de izquierda juegan a la perfección, pues como dice la melodía infantil “cada uno atiende su juego”. Esto significa que nunca les interesa jugar con otros que piensan igual o parecido (“El FIT, más quebrado: el PTS rechaza una fórmula ‘Del Caño senador -Pitrola diputado’. Es la alternativa propuesta por la tercera fuerza del frente, Izquierda Socialista para lograr unidad. Recrudecen las diferencias con el PO”). Así entonces, cada pandilla de estos políticos es muy chiquita y cuando vienen las elecciones sacan muy pocos votos. Pese a eso, siempre juegan a lo mismo. Se conoce que les gusta. 

LA CASITA ROBADA 
Este es el juego preferido de algunos grandes empresarios a quienes les gusta robarse casitas, pero también empresas y, de ser posible, mercados y por qué no países enteros (“Nace un gigante de las telcos tras la fusión de Cablevisión y Telecom. Tv por cable, internet, telefonía móvil y telefonía fija serán los servicios que agrupará el nuevo gigante del mercado”). Esto ocurre porque cuando estos empresarios se ponen a jugar les agarra como una ansiedad y no pueden parar de robar cosas. Claro que los compañeros, o partícipes, necesarios para este juego son los funcionarios que o se hacen los distraídos o les dan todas las facilidades para jugar  (“Insólito argumento: Aguad dijo que la fusión Cablevisión-Telecom ‘es una buena noticia’. En una entrevista con el canal web de La Nación, el ministro de Comunicaciones adelantó que habilitarán al Grupo Clarín para que potencie su posición monopólica”). Eso sí, las reglas del juego indican que los empresarios deberán devolverles el favor a los funcionarios (“Cristina Kirchner, más complicada en la causa por los alquileres a Lázaro Báez y Cristóbal López. Además de por ‘falsificación de documentos’ y ‘enriquecimiento ilícito’, la investigarán por ‘negociaciones incompatibles con la función pública’. Una pericia la dejó comprometida”). 

VIGILANTES Y LADRONES 
Juego predilecto de policías y gendarmes y de los delincuentes. Como estos últimos casi siempre lo ganan, los primeros se aburren y se ponen a buscar chorros por todos lados. Por ejemplo, juegan a parar colectivos y hacer bajar a sus ocupantes para identificarlos. Un juego que les gustaba mucho a los militares cuando ellos estaban en el gobierno. Eso sí, la regla principal de este juego es no molestar a las personas que viven en los barrios lindos. Para jugarlo hay que ir donde viven los negros (“La Comisión Provincial Por la Memoria advirtió que anoche agentes de la policía bonaerense detuvieron colectivos interurbanos en Quilmes y obligaron a todos sus pasajeros a descender. La misma práctica viene sucediendo en La Plata, Berisso, Ensenada y Esteban Echeverría”). Si esto no resulta también se puede jugar a reprimir manifestantes. En este caso, policías y gendarmes se disfrazan con botas, cascos y escudos y, como en el carnaval, juegan al agua con los que protestan. Otros prefieren acciones más contundentes y les tiran gases y/o balas de goma. El asunto consiste en asustarlos para que los protestones se vayan de la calle que están cortando. De esa forma, el gobierno les puede decir a todos que pueden circular sin problemas, porque si hay algo a lo que a nadie le gusta jugar es al caos en el tránsito, un juego que pone muy nerviosos a todos, sobre todo a taxistas y periodistas de televisión (“Rodríguez Larreta justificó represión en 9 de Julio: ‘Se actuó con mucho profesionalismo’. Ayer la Policía de la Ciudad de Buenos Aires desalojó brutalmente a manifestantes de diversas organizaciones de desocupados y cooperativistas”). 

HACERSE EL BOLUDO 
Divertidísimo juego para el cual los políticos poseen mucha habilidad y experiencia. Tiene diversas variantes. Cuando los políticos son funcionarios una de ellas  es hacer como que no tienen la culpa de nada: “Martín Insaurralde: ‘La Salada no tiene nada de kirchnerista’. El intendente de Lomas de Zamora expresó hoy su ‘satisfacción’ por el avance de la Justicia para desbaratar las ‘mafias’, pero pidió no ‘mezclar la política’ en este tema”. O también se juega a confundir o a engañar a todos: “Federico Pinedo: ‘El bono a cien años es algo simbólico’. El presidente provisional del Senado dijo que el Gobierno buscó ‘abrir una curva de largo plazo en su deuda que demuestre que hay confianza en el país a largo plazo’". Cuando a los políticos los acusa la justicia, el hacerse pasar por un santo varón es otra de las variantes: “De Vido le contestó a Carrió: ‘Yo no tengo ni busco protección de nadie’. Mediante su cuenta personal de Twitter, el ex ministro de Planificación aseguró que ‘nunca’ podrán imputarle ‘con seriedad’ nada que lo vincule con un ‘soborno’". 

El JUEGO DE LAS LÁGRIMAS 
Es el que jugamos todos los demás. 

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Sin piedad



AVANZA EL PLAN DESESTABILIZADOR Y GOLPISTA DE LA OPOSICIÓN VENEZOLANA 

Con el apoyo de Estados Unidos, la derecha en Venezuela se empecina con derrocar a la Revolución Bolivariana. Boicot a la Asamblea Constituyente, desabastecimiento, corridas cambiarias, caos, miedo y violencia son parte de la estrategia. El gobierno de Nicolás Maduro resiste y cuenta con algo fundamental: la lealtad de las Fuerzas de Seguridad y de las barriadas populares. 

Por Marcelo J. Levy 

La República Bolivariana de Venezuela está atravesando horas difíciles, profundamente complejas. Los abordajes sobre la situación pueden ser múltiples, pero lo que es incuestionable es el grado de virulencia de la ofensiva opositora para la desestabilización y la caída final de Nicolás Maduro. Esto no es una novedad. Desde que empezó allá a finales de la década de los noventa, luego de la llegada de Hugo Chávez al gobierno, el proceso bolivariano se ha encontrado amenazado;  el golpe de Estado que logró desplazarlo brevemente de la presidencia en 2002,  el llamado “paro petrolero”, en el que la burguesía rentista venezolana se aferró con uñas y dientes a PDVSA, y tantos intentos violentos y golpistas de la derecha por hacerse nuevamente del poder. A pesar de este escenario, el gobierno bolivariano convocó, una tras otra, elecciones y consultas que, cuando le fueron adversas, salió a reconocerlo, como cuando perdieron en el referéndum para la reelección y la pérdida de la mayoría del PSUV y sus aliados en la Asamblea Nacional. Venezuela ha sido un ejemplo de respeto a las reglas de la democracia representativa, y más aún lo ha sido por sus esfuerzos dirigidos a tratar de ampliarla para hacerla participativa. La comunidad internacional y los organismos veedores dieron cuenta de ello.

Los medios de comunicación vernáculos  y especialmente los “escuálidos” extranjeros, machacan constantemente y atacan al núcleo duro chavista,  “los negros de los cerros”, es decir, las miles de personas que viven en los montes que rodean a Caracas. Los mismos que en 1989  bajaron en aquellas jornadas conocidas como El Caracazo y que trece años más tarde volverían a manifestarse abiertamente, forzando la restitución de Chávez después del cruento golpe de Estado que había colocado como presidente a Pedro Carmona. Ellos, los campesinos y las nuevas clases medias, conformadas por aquellos que se han visto beneficiados por las políticas sociales, que nunca fueron tomados en cuenta y que con la revolución bolivariana se sienten CIUDADANOS.  Han adquirido no sólo bienes y servicios, accedido a un consumo negado por décadas, sino que han sido empoderados y ahora se asumen como sujetos y actores sociales protagónicos, para los que conceptos como nación y patria cobran por primera vez sentido y se llenan de contenido. Quizás sea esto, tan importante, lo que sostiene con fuerzas al gobierno frente a los embates de una derecha racista y neocolonial.

Frente a la imposibilidad de derrocar al gobierno, la oposición ya no titubea en pedir ayuda internacional. El dirigente de la derecha venezolana Juan Requesens, del partido Primero Justicia, reconoció durante un foro el plan de la oposición para promover una intervención extranjera en Venezuela. “Para llegar a una intervención extrajera tenemos que pasar esta etapa”, dijo el derechista venezolano, en referencia a las acciones promovidas desde abril, que han derivado en hechos violentos y vandálicos. Hasta el momento, más de 80 personas han muerto en medio de estos hechos y al menos 1.500 han resultado heridas en medio de estos hechos. La agenda de la oposición se resume en agudizar la crisis y generar un escenario de ingobernabilidad.

No buscan  ni quieren triunfar en las urnas, sino destruir un país con gente adentro. Una minoría opositora ha decidido definitivamente abandonar la vía política. El objetivo es interrumpir la vida democrática del país sin importar el costo, ni económico, ni humano. Estas prácticas fascistas son injustificables. Los errores que haya podido cometer el gobierno o las discrepancias que muchos puedan tener no pueden ser excusas para que estas acciones violentas se impongan. No hay razón para asesinar, perseguir o insultar a quién opina diferente. Eso es lo que está ocurriendo en Venezuela por parte de un minúsculo grupo opositor que en nombre de la democracia y libertad paradójicamente están instaurando un régimen de pánico. Muchos medios de comunicación prefieren hablar de los errores del Presidente Nicolás Maduro. Y están en todo su derecho. Pero lo que es inadmisible es que silencien o justifiquen los actos terroristas que están aconteciendo casi a diario.

La violencia no puede sustituir a la política. La oposición venezolana apostó en octubre de 2012 y abril de 2013 por la vía electoral y perdieron en ambas citas presidenciales. Después volvieron a perder las municipales de diciembre de 2013. Y es verdad que ganaron luego la Asamblea Nacional (diciembre de 2015), pero confundieron o no comprendieron. Tenían potestad legislativa pero no ejecutiva. Y no tuvieron en cuenta que se trata de un país altamente presidencialista según lo fija su propia Constitución. La oposición venezolana ha tenido la oportunidad de separarse de estas prácticas violentas. Podrían haber condenado algunos de los evidentes acontecimientos. Por ejemplo, el ataque del helicóptero robado contra varias instituciones de los poderes públicos o la quema de personas por aparentemente ser chavistas. Pero no lo hacen. No lo quieren hacer. Han agredido al ex secretario general de Unasur y al ex Presidente español Zapatero por querer buscar una vía de    dialogo y pacífica para bajar la tensión al conflicto político. Se sienten incómodos cada vez que el Papa apela a la paz y a la no violencia. Salvo contadas excepciones, la mayoría de los máximos representantes de la oposición venezolana han sido generadores de esta dinámica antidemocrática. Fueron partícipes  de las guarimbas del 2014. Prefieren la parapolítica a la confrontación democrática. 

Así y todo, el 30 de julio se realizarán las elecciones para elegir a los 545 miembros de la Asamblea Nacional Constituyente. Serán electos 364 miembros territoriales, 173 sectoriales y 8 indígenas. La iniciativa busca “institucionalizar el sistema misiones sociales y sentar las bases jurídicas para un nuevo modelo económico post-petrolero”. La oposición llamó a sabotear la Constituyente y convocó a un plebiscito para el 16 de julio para rechazarla y proponer “la conformación de un Gobierno de Unión Nacional para restituir el orden constitucional”. La propuesta opositora no cuenta con el aval del Consejo Electoral por lo que carece de validez legal. Así intentan el quiebre de la correlación de fuerzas, el Golpe de Estado. Por ello aumenta la presión comunicacional, se agudizan los ataques sobre la economía profundizándose la violencia, el terror callejero y el ataque sobre los cuerpos de seguridad del Estado, en particular la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb). La base militar de La Carlota en Caracas sufrió una agresión con el fin de desmoralizar y quebrar la Fanb. La misma base de donde se robaron un helicóptero y atacaron al Ministerio de Relaciones Interiores con quince disparos, y al Tribunal Supremo de Justicia, con cuatro granadas de las cuales una no estalló. Tan solo a unas cuadras de Miraflores, en el centro político de Venezuela.                                                     

La derecha tiene poder en Venezuela. No hay que subestimarlos. Puede someter al terror a localidades durante varios días seguidos, asaltar cuarteles militares y policiales, desatar un odio político y de clase, mantener movilizaciones casi diarias con un número relativamente estable, generar escenarios que pueden transformarse en destrozos y saqueos casi-generales, incursionar a través de grupos delictivos en barrios populares para armar barricadas, atacar con granada desde un helicóptero instituciones del Estado, quebrar algunos cuadros del chavismo -como la Fiscal General- para pasarlos a su lado, asesinar personas y lograr hacer creer a una parte de la población que fueron matados por el chavismo. No tiene sin embargo los dos elementos necesarios para perpetrar el Golpe: las barriadas populares de su lado y la fractura de la Fanb. La apuesta central, sobre la cual trabajan con más fuerza hoy, es la de lograr esa fractura, tanto en la Fanb como en otros sectores del gobierno.  Por eso suben el nivel de violencia, la focalización de los ataques a los cuerpos de seguridad, el terror como método de control social. A esto se le suma el apoyo yanqui con financiamiento directamente a los partidos o indirectamente a través de ONG que encauzan ese dinero para mantener la presión callejera y el entrenamiento de las células paramilitares.

La economía en crisis es otro de los flancos de ataque opositor. En estas semanas, la situación ha empeorado con la subida de los precios, del dólar ilegal y la dificultad de acceder a medicamentos. Este ataque no es casual, es parte de la presión que busca asfixiar y no dejar punto de escape a una población. Las consecuencias del embate es el franco retroceso de conquistas obtenidas durante el desarrollo de la Revolución Bolivariana. Y a eso también apelan, a generar condiciones de despolitización. Revertir esa tendencia es el desafío que no logra resolver la dirección del chavismo.

El plan es claro y definitivo. Acciones armadas encabezadas por paramilitares, bandas delictivas asociadas a dirigentes de derecha, zonas oscuras de cuerpos de seguridad. Los muertos lamentablemente seguirán porque no importan. Sólo sirve terminar con el régimen. El fin justifica las muertes, los ataques, el terrorismo. Hoy se está apostando a una revancha histórica, a terminar con cualquier vestigio revolucionario e instaurar un gobierno neocolonial. Habrá que seguir resistiendo y saltar, por más alto que sea, el cerco informativo. 

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Lágrimas negras



RIACHUELO, HOY IGUAL QUE AYER 

A 9 años del Fallo Mendoza, el Riachuelo espera. Contaminado. Enfermo. Como los niños de Villa Inflamable. Amenazado de muerte. Tanto como los millones de habitantes de la cuenca Matanza-Riachuelo. Lágrimas negras de petróleo y de vergüenza producto de la desidia y la indiferencia. ¿Qué debe pasar en nuestro país para que realmente el Riachuelo sea de una buena vez por todas “saneado”? ¿Qué debe pasar para que los ciudadanos y ciudadanas nos indignemos ante la contaminación? 

Por Anabel Pomar 

Una crónica de más de 200 años de permanente maltrato ambiental han naturalizado la falta de reacción al ecocidio. Usar el Riachuelo como basurero y cloaca es algo que nació con la república. Toda una triste tradición argentina, ya que pese a la gran cantidad de anuncios de limpiarlo, algunas genuinas intenciones de hacerlo pero más de las otras, el Riachuelo continúa con sus aguas llena de metales pesados, mierda y una historia a cuestas tan oscura como los barros de su cauce. Sin embargo y pese a ser uno de los “ríos” más contaminados del mundo es un tema fuera de la agenda periodística, salvo efemérides y excepciones que las hay, pero sobretodo fuera y distante de la indignación colectiva por su estado. La palabra, que arriesgo, mayormente es asociada a la del Riachuelo es contaminación y, sin embargo, es un no tema. ¿Qué más debe pasar entonces para que cambié esta situación? Para que nos importe. Millones de personas en permanente riesgo ambiental. Estudios oficiales que certifican que los niños de Villa Inflamable, Dock Sud, Avellaneda, tienen plomo en sangre hoy en los mismos porcentajes que mostraban los estudios de hace más de 14 años. Esos mismos estudios que sirvieron de pista o línea de base para que Beatriz Mendoza, asistente social que trabajaba en una salita en el barrio, lindero al Polo Petroquímico, junto a otros vecinos y vecinas enfermas, demandaran al estado y pidieran a la justicia investigará qué y quien los estaba enfermando.

Producto de esa causa iniciada en 2004 contra el estado y 44 empresas, un día como hoy pero hace 9 años la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en un fallo ambiental histórico, ordenaba a los 3 poderes jurisdiccionales que comparten la cuenca, Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires, a la mejora de la calidad de vida de los habitantes, la recomposición del ambiente en todos sus componente (agua, aire, suelo), y la prevención de daños con suficiente y razonable grado de predicción. Pero los vecinos y vecinas aún no tienen su respuesta. No saben quién los contamina ni quien los enferma. El estado de desconocimiento sobre la realidad de la cuenca es alarmante. Lo dicen la propia Corte, quien retó al gobierno por el incumplimiento, y los numerosos informes y reclamos del Cuerpo Colegiado que vela para que el fallo sea ejecutado. El mandato, es decir la justicia, no llegó y así dadas las cosas, no llegará. Como argumento de esta última afirmación y a modo de ejemplo puede mencionarse el último cambio en la normativa del uso de agua y de los parámetros para contaminantes en efluentes líquidos que resultan en un “como sí controlaremos” para que nada cambie o incluso habilita para que se siga tirando de todo al “río”. O los plazos vencidos en 2013 para la obligación de relocalizar a las personas en riesgo. Podrían escribirse meses con los bastos ejemplos documentados que gritan estamos en deuda con el Riachuelo, con el fallo y sobretodo con las personas que allí viven.

Nos tapó el agua. Los que más lo saben, ellos, porque lo sufren en carne propia. Los habitantes que viven en el Polo, los más castigados. Son los que sufren la mayor cantidad de enfermedades en comparación con el resto de la población de Avellaneda. Recordemos que el Polo Petroquímico Dock Sud, en la desembocadura del Riachuelo, se ubica a solo 5 minutos de la Casa Rosada, y está rodeado por la urbanización. Y que aún hoy, en 2017, no se conoce tenga un plan de emergencias para evacuar a la población en caso de accidentes, algo reclamado innumerablemente por vecinos y organizaciones ambientales y sociales pero que sigue sin aparecer. Lo que se dice una bomba de tiempo. Pero tampoco indigna ni conmueve. En marzo y diciembre de 2003 se realizaron estudios de salud que demostraron que los niños de la Villa Inflamable, pegada a la Shell, tenían plomo en sangre. Resultados de estudios médicos en el marco del trabajo de un estudio que la Agencia de Cooperación Japonesa (JICA) detectaron que 57 de los 144 chicos que vivían en Villa Inflamable tenían altos niveles de plomo en sangre. La misma sustancia se encontró en muestras tomadas en el suelo de varias de las viviendas. Las pruebas que se hicieron en el aire tampoco dieron demasiado bien: detectaron 15 gases de hidrocarburos. Los niños de corta edad son especialmente vulnerables a los efectos tóxicos del plomo, que puede tener consecuencias graves y permanentes en su salud, afectando en particular al desarrollo del cerebro y del sistema nervioso. El plomo también causa daños duraderos en los adultos, por ejemplo aumentando el riesgo de hipertensión arterial y de lesiones renales. En las embarazadas, la exposición a concentraciones elevadas de plomo puede ser causa de aborto natural, muerte fetal, parto prematuro y bajo peso al nacer, y provocar malformaciones leves en el feto.

A una década de estos estudios, en 2012 se realizaron nuevos estudios, los últimos oficiales disponibles. Los niños de 6 años en ese momento, los hijos del fallo, tienen el mismo veneno que antes del mismo. El plomo sigue apareciendo en sangre. Todos saben que están enfermos pero nadie dice quien los enferma. De un total de 509 nenes menores de 6 años estudiados, 237 tienen plomo (143 entre 5 y 9,9) y 94 más o igual a 10 ug/dl. En el estudio se analizaron 134 familiares de esos niños y se los encontró con valores superiores (o sea más de 5). Se habla de muestras de orina con análisis de cromo, mercurio, tolueno y benceno en casi 160 niños de entre 3 y 5. En ese estudio se consigna textual “En Villa Inflamable la problemática de la contaminación es un tema de mucha presencia y preocupación. Desde la perspectiva de la población de Villa Inflamable, se podría decir que la salud queda vinculada al problema de la contaminación así como la contaminación queda ligada a la existencia de plomo en sangre. Y completa las razones por las que entendemos aún seguiremos sin ver resultados de mejoría: “Lo cierto es que más allá de determinar los vínculos entre las enfermedades y la contaminación, queda claro que la información existente hasta ahora es poco clara e insuficiente para conocer los cuidados y modos de prevención necesarios”.

El Acumar el organismo encargado por el fallo de gestionar su cumplimiento admite le faltan estudios para hacerlo. Entonces, ¿qué podemos esperar? ¿Que los hagan las empresas? ¿Los propios vecinos? Pese a las ideas y vueltas, a las asignaciones presupuestarias de los distintos gobiernos y los préstamos internacionales, a los incumplimientos señalados por la propia corte, si hay algo que queda claro del seguimiento de su trabajo que identificar problemas de salud es una cosa pero identificar quienes contaminan a las personas es algo muy distinto. Sobre todo en el docke. Si solo con observar la delimitación geográfica de la cuenca, el propio organismo lo deja en claro. En los mapas del Acumar puede perfectamente verse que la misma se divide en 3. Alta, media y baja. Pero la desembocadura queda fuera. El Polo no está ni en el mapa. El complejo portuario, petrolero y quimiquero es en la multiplicidad de actores de control más intrincado que el resto de la cuenca y tiene “sus propios planes”. Porque una cosa es hablar del “río” y otra muy diferente es meterse con los humos del petróleo.

Recuerdo una entrevista con un ex funcionario de Energía, a propósito de la contaminación ambiental en el Polo y las emisiones. A mí me preocupaba la seguridad del lugar, la falta de controles y un nuevo “escape” por esos días, que motivo la parada de planta de la Shell y puso a toda la zona nuevamente al borde de la tragedia latente en el conglomerado de quimiqueras y petroleras en el ícono de la contaminación en el Riachuelo. El entrevistado, tras asegurar que una refinería era más segura que un cine, me repreguntó visiblemente indignado ante mi punto de vista: ¿Usted está planteando cerrar la Refinería porque contamina a los vecinos? ¿Usted está loca? No podemos cerrar. Es más, necesitamos más refinerías, no menos. Y agregó una frase que lo ubica solo en su biblioteca de creencias y valores: “A ver si le pone usted una velita a su auto y logra que le arranqué”. Inútil era hablarle de que otro modelo de energía no contaminante es no solo posible sino urgente o contarle que en ciudades, por citar solo un ejemplo, como el DF, una Refinería con 65 años de funcionamiento, la 18 de marzo, había sido removida en 1991 tras los accidentes y derrames que evidenciaban la incompatibilidad de este tipo de instalaciones en zonas densamente pobladas y hoy allí hay un parque pulmón verde.

Cuando me encuentro con estos interlocutores anclados en la obsoleta matriz energética basada en fósiles contaminantes, me pasa lo mismo que al leer algún artículo en el que se afirma "las guerras futuras serán por el agua", me es inevitable entristecerme y volver a poner los ojos en el Riachuelo. Ya está pasando, no debemos esperar ninguna profecía. La guerra contra nuestros recursos de agua potable comenzó hace rato. Y venimos perdiendo por goleada. Y otra vez me vuelve a la cabeza esa misma pregunta... ¿Qué debe pasar para que nos importe lo que pasa? ¿Por qué no indigna la contaminación? ¿Cómo se hace para cambiar la situación? ¿Cómo se hace para creer que es posible? Le pregunté lo mismo a Beatriz Mendoza cuando empecé a escribir este artículo, cómo se hace parar creer y me contestó: “Yo ya no creo”. No puedo juzgarla. ¿Quién podría? Solo me gustaría saber cómo se hace para lograr que el tema sea prioritario. Que sanear nuestro Riachuelo sea una causa nacional. Un imperativo. No un sueño. Una realidad. Debemos encontrar el modo de que los hijos del fallo no estén tan llenos de plomo como los que lo iniciaron. Beatriz está enferma aún hoy. Los hidrocarburos que tiene en sangre no se irán nunca de su cuerpo. Ella le puso sin quererlo y por contaminada su propio nombre al fallo ambiental del Riachuelo. Debemos lograr que recupere la esperanza. Poder mirarla y decirle cuál es la empresa que la enfermó y asegurarle que ya no sigue enfermando. Se lo debemos a ella y a los miles y miles de niños afectados. Nos lo debemos a nosotros para poder dejar de llorar lágrimas negras y volver a abrazar la vida.

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