5 de octubre de 2017

La Violeta del Pueblo cumple 100 años



HACE UN SIGLO NACÍA EN CHILE LA MULTIFACÉTICA VIOLETA PARRA 

Recopiladora, intérprete, compositora, poeta, escritora, ceramista, pintora. A cien años de su nacimiento, su obra se hace cada vez más gigante y su nombre ya es un ícono de Chile. Escritores, periodistas, artistas y políticos chilenos reflexionan sobre su enorme legado. Violeta Parra es la Violeta del Pueblo. 

Por Hernán L. Giardini    

“Hasta los 35 años ella en realidad no era la Violeta Parra que ahora conocemos. Era una cantante más, de boliches; una aspirante a artista. Pero de pronto descubre que hay un folclor en las afueras de la ciudad que se está perdiendo. En ese ejercicio de rescatarlo, seriamente, y traspasarlo, se convierte en una mujer universal. Y eso fue entre los 35 y los 49 años”. Víctor Herrero, periodista.

“¿Era una cantante? Sí. ¿Fue una artista cabal? También. Pero también fue una gran poeta, una gran escritora. Con una prosa sencilla pudo ahondar muy profundo y logró ser pop. Sus letras las conocen todos, incluso los que no la conocen o no la han escuchado. No parecen haber sido escritas o inventadas, porque pareciera que existieron desde siempre. Ha pasado un siglo y está tan viva como a los 17 o capaz que más”. Alberto Fuguet, escritor.

“Toda la música hecha aquí nos ha llegado también como parte de su investigación. Ella fundó una manera de hacer música y, además de su rol de investigadora y recopiladora, aclaró todo un paisaje musical del Chile antepasado. Entonces, es a pleno título, la madre de la música chilena actual. Ella, junto a Patricio Manns y Víctor Jara, creo que están en un pedestal al que ninguno de los compositores posteriores se logra arrimar”. Daniel Cantillana, violinista de Inti Illimani.

“Tengo una admiración total y fundamental por ella, porque ella para mí significa la piedra angular de la identidad musical de Chile. Cuando nosotros nos conocimos con el resto de Los Jaivas, éramos unos niños y nos formamos juntos como músicos, creamos este grupo, y curiosamente en esa época escuchábamos radio. ¿Y qué escuchábamos? Música latinoamericana. Y entre ellos, obviamente, estaba Violeta Parra, que creó una cercanía y admiración. Nos sentíamos, de alguna manera, interpretados por el trabajo de ella, el de búsqueda y creativo también”. Mario Mutis, bajista de Los Jaivas.

“Me encanta ese lado de la obra de Violeta donde se vuelve crónica de su tiempo, el cantor que revela temas que la oficialidad no toca. ¿Por quién supimos primero que Arauco tenía una pena o que el Estado respondía con plomo a los trabajadores? Violeta fue como un mural donde se pintaba un pueblo completamente diferente a la caricatura oficial. Seguidora de esa tradición tan chilena: el genio nacional que surge desde la pobreza y la provincia, capaz de arremolinar y levantar en torno suyo una estructura identitaria desde el polvo, tan a contrapelo con los privilegios. Violeta es un huracán de verdad cruda y seca, alegre, machi, como la encarnación de la madre doliente de un territorio cruel con sus hijos, con sus hermanos, con ella misma. Fuerza de la naturaleza”. Jorge Baradit, escritor.

“Creo que es una mujer inspiradora. Una mujer trabajadora y con una creatividad increíble. Creo que sobre todo su primera etapa, cuando recopila los Cantos Folclóricos Chilenos rescata una tradición e historia principalmente rural que hasta ese momento había quedado en la tradición oral, y que gracias al trabajo de Violeta se convierte en la piedra fundacional de la Nueva Canción Chilena. Es sin duda una de las figuras más importantes de nuestro país y nuestra historia. Una de mis canciones favoritas es La Carta, con sus nueve hermanos comunistas con el favor de Dios”. Camila Vallejo, diputada.

“Violeta Parra está grabada en la memoria de un país que reconoce en su obra un universo donde conviven con la misma fuerza el lamento mapuche y el silencio del desierto de Atacama, la rabia frente a la injusticia y la gratitud de existir, la soledad más profunda y la plenitud del amor. Su melancolía existe en medio de un imaginario fértil, lleno de identidad pero sin fronteras. A través de ella hablan la cordillera y los ríos, y habla también un pueblo entero. Su voz, tan propia, tan suya e inconfundible, fue al mismo tiempo un canto que nos interpretó a todos”. Michelle Bachelet, Presidente de Chile.

“Chile está en deuda con la ética de Violeta Parra. Nada más lejano de su espíritu, de su visión del arte y el ser humano que nuestro Chile consumido por el consumismo, la falta de sencillez, la desmesura. Todo en Violeta tiene raíces en la sabiduría popular de la que nos hemos alejado demasiado. Ella es para mí la expresión máxima de la autenticidad y uno de los males más graves de Chile es su inautenticidad, el querer ser lo que no somos, el desviarnos de nuestro centro, de nuestro ser más profundo. Si escucháramos sus canciones-poemas de verdad, y no como música de fondo o de relleno, este sería un país mejor. Cada uno de sus poemas-canciones son manifiestos, son un pensar que dice más que mil libros de filosofía, son una fuente pura, un manantial donde ojalá vayan a beber todos los que tienen sed de verdad, justicia, belleza”. Cristián Warnken Lihn, escritor.



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